Seguimos aquí a J. SABATO quien se preguntó "¿Por qué la Argentina, con su extensión, complejidad y sofisticación del sistema productivo y con un crecimiento importante a principios de siglo, estancó su economía y deterioró sus relaciones sociales y políticas?".
Dice - sobre ello- "en un primer período, ocurrió una transformación parecida a la de Canadá y Australia y diferenciada del resto de América Latina para el mismo período. A partir de 1930 este proceso se invierte y aún no se sabe bien por qué." (1987:17).
Buscó razones -11- en el principio de siglo y respondió que el proceso industrial anglosajón - especialmente- hacía ver que todo en la Argentina era progresista en lo social señalando que: La introducción de los frigoríficos -12-, aumentó a exportación de carne vacuna e hizo declinar la exportación lanera con los consecuentes desequilibrios económicos regionales.
Este desarrollo hizo que entre los hacendados, la técnica del "chilled", requiriera de una mayor especialización y división del trabajo. Por ello comenzaron a diferenciarse productores ocupados en la cría; ganaderos tradicionales dedicados a la cría extensiva y los responsables de la "invernada" - empresarios/comerciantes- [intermediarios entre el ganadero y el frigorífico] dedicados al engorde -13-.
Concluye respecto de los ganaderos que con esa modalidad comercial se amplió el sector y también las inversiones extranjeras, integrándose un grupo muy dinámico e importante de la economía argentina.
Un otro aspecto que consideró [SABATO] fue la exportación de granos que como parte del comercio nacional; que dio lugar a la conformación del grupo de estancieros dedicados al cultivo extensivo de cereales, acrecentándose las fronteras de la pampa húmeda a la Provincia de Santa Fe -14-.
"Dadas las condiciones de la economía argentina la concentración en la propiedad de la tierra conllevaría por sí misma a la apropiación privilegiada y concentrada de los excedentes generados en razón de las mejores condiciones productivas existentes en Argentina y que debía reflejarse en una renta diferenciada a escala internacional. Es decir, la existencia o formación de una clase de grandes terratenientes implicaría la existencia o formación de una clase que se apropiaría privilegiada y concentradamente -15- de la mayor parte de los excedentes generados por la economía, constituyéndose así en la clase dominante de esa sociedad"(1987:27).
Con este proceso e incipiente división del trabajo de parte de los propietarios de la tierra, la economía argentina quedó sujeta a las exportaciones de materia prima y productos alimenticios, evolución que aportó a la propia fragilidad del sistema. El endeble mercado interno, sumado a la especulación sin límite de la tierra rural y urbana, conformaron una economía rígida y estructuraron a la sociedad en clases.
El proceso descrito llevó entonces a la instauración y consolidación de un modo de producción capitalista agroexportador y por ende a la creación de "relaciones sociales de producción también capitalistas, la que trae aparejada la estructuración de clases sociales a ellos asociadas, y de un sector dominante en la economía".(PUCCIARELLI apud SABATO, 1987:26). Supuso además, la existencia de una "suboligarquía financiera" que cumpliendo su rol estratégico, pudiera ser responsable de los flujos de capital y de dinamizar el mismo.
En el caso de los intereses industriales, nacieron vinculados a la actividad ganadera como antes fuera para la cerealera; pero en ambos casos vinculados a los requerimientos de la exportación que se fundaba sobre capitales extranjeros. -16-
En Buenos Aires, era donde "podía percibirse el clima de una época y el perfil de una sociedad. En 1869, Buenos Aires, no era todavía más que una gran aldea bastante austera de 225.000 habitantes, casas de un solo piso y de calles polvorientas. En 1914 con 2.000.000 de habitantes, se presentaba como la capital de un continente". (CLEMENCEAU apud ROUQUIE; 1987:28).
Creció al impulso del comercio exterior que monopolizaba. Reina del Plata y como tal, reflejaba el optimismo de la clase dominante y sus dirigentes. Nada o casi nada limitó la construcción de palacios, instituciones y obra pública con el asesoramiento de los mejores y más reputados arquitectos, urbanistas, escultores y constructores. Madera, mármol y vidrios, traídos especialmente de Italia, Francia e Inglaterra, eran utilizados en la edificación de residencias particulares, oficinas públicas y centros de cultura. Rodeando todo este lujo y desmesura: la pampa y más allá el desierto alberdiano.
A los lados del latifundio y la opulencia de los hacendados en las ciudades, se desarrollaron sectores medios comerciantes y una gran masa de población trabajadora empobrecida que prestaba servicios de menudeo, intermediación y tareas más vinculadas al lujo de las ciudades que a la producción industrial. Es decir que, al sector secundario lo conformaban un grupo de pequeños comerciantes y los responsables de la venta de manufacturas. -17-
Para concluir entonces podemos decir que la desigual distribución de la tierra era también concomitante con la distribución del comercio y la industria, mayoritariamente en manos extranjeras.