Expresión calificada del pensamiento de la generación romántica - el realismo social - expresión debida a Alfredo POVIÑA y Raúl A.ORGAZ -9-, connotaba a quienes preocupados por la transformación de la realidad concretaron estudios empíricos; a diferencia de los "racionalistas" y "voluntaristas" de la etapa independiente y frente también a la naciente corriente de sociólogos positivistas y cientificistas. Tal es el caso de ALBERDI, el "positivista autóctono -10-" , SARMIENTO padre de la educación laica y gratuita y Esteban ECHEVERRIA, más conocido por su poesía romántica y a quien se atribuyó la paternidad del concepto de pugna entre principios democráticos y teocráticos asimilando a éstos últimos la barbarie del caudillismo. Este preocupado por comprender la realidad social y política que le tocó vivir, produjo aportes a la "sociología nacional" al igual que Andrés LAMAS.
Todos realizaron críticas severas a la sociedad-contrato, tratando de sentar nuevas bases en el pensamiento. Materializaron estudios objetivos de la realidad social del momento y en virtud de sus resultados propusieron caminos de solución. Se refirieron a la necesidad de cambio y modernización por cuanto la dictadura rosista y el caudillismo eran fuerzas bárbaras, atadas al tradicionalismo colonial. Era necesario mejorar la raza, ampliar las fronteras de cultura y trabajo y para ello nada mejor que la escuela-taller, la moral laica. Así se constituiría una patria moderna, liberal y democrática donde se concretaría el tan ansiado progreso.
Domingo Faustino SARMIENTO planteaba «el mal que aqueja a la República Argentina, es la extensión, el desierto la rodea por todas partes, se le insinúa en las entrañas». (SARMIENTO, 1962:9/10).
Paralelamente a esta afirmación, el promotor de la educación libre y gratuita, escribió que la sangre del gaucho sólo servía para abono de la tierra. ALBERDI, redactor de «Las Bases..» respondió a Sarmiento: «Pero ¿cuál es la constitución que mejor conviene al desierto? La que sirve para hacerlo desaparecer...Luego, este debe ser el fin político y no puede ser otro... Así, en América gobernar es poblar» (ALBERDI,1966:178).
La evolución, el orden y el progreso con que soñaron Sarmiento, Alberdi y Echeverría, se realizaría, entre otras innovaciones en base a una fuerte inyección de población europea de raza blanca.
Apostaban a la superioridad de ésta. Se le adjudicaba la capacidad de civilizar el territorio para utilizarlo luego en la labranza de tierra, cultivo y producción de granos para la exportación. Avizoraban un horizonte moderno y civilizado fundado en la constitución acrisolada con base en las razas dinámicas de países anglosajones.