Periódico de Trabajo Social y Ciencias Sociales Edición digital |
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El presente artículo trata el tema de las migraciones internacionales. A partir de los discursos de jóvenes y docentes nativos, se ha analizado el papel que los mismos le otorgan a las migraciones recientes en nuestro país, los conflictos por derechos sociales y sus percepciones con respecto a las políticas estatales migratorias en Argentina. Introducción La historia de nuestro país se encuentra atravesada por migraciones externas. Los discursos que se han construido acerca de su papel en la sociedad han variado. En dichos discursos los migrantes han jugado el rol de “constructores de la Nación”, “chivos expiatorios”, “intrusos”, “amigos”, “enemigos”. Actualmente las migraciones aparecen como uno de los fenómenos en los que se entrelazan conflictos culturales, económicos, políticos y sociales. Teniendo en cuenta este contexto, el presente artículo versará sobre las representaciones que los jóvenes y docentes argentinos tienen acerca del lugar que las migraciones ocupan en nuestro país, y a raíz de ellas, cuales son sus percepciones con respecto a las políticas estatales de ingreso, permanencia y convivencia de los migrantes en Argentina. Para ello, se ha trabajado en base a entrevistas en profundidad realizadas a jóvenes, de entre 18 y 30 años, y grupos focales, en los que participaron docentes de escuelas de la Provincia de Buenos Aires y Capital Federal, en el marco del proyecto UBACYT (2004-2007) titulado: “La discriminación hacia el extranjero como táctica de disciplinamiento social” con sede en el Instituto Gino Germani (IIGG) Facultad de Ciencias Sociales-UBA cuyo objetivo ha sido el estudio del fenómeno de la discriminación hacia los migrantes externos llegados recientemente a nuestro país. Reflexiones teórico-metodológicas acerca de las técnicas de investigación aplicadas y las unidades de recolección en la investigación. El proyecto arriba citado, del que proviene el material analizado en las páginas que siguen, se ha basado en la puesta en práctica de una metodología de naturaleza cualitativa, por medio de la cual, se articularon 2 técnicas de recolección de información: grupos de discusión y entrevistas semiestructuradas individuales o en profundidad. Los universos de estudio han sido:
Se trabajó con docentes, concebidos como agentes socializadores, y con jóvenes porque importó obtener información que permita construir una mirada proyectiva en torno a la cuestión discriminatoria. Los jóvenes de 18 a 30 años fueron segmentados en tres universos según nivel de instrucción, ya que, los tiempos de permanencia en el sistema educativo y los contenidos tratados, podrían generar condiciones diferentes en la construcción representacional del otro. Para el trabajo con los docentes se llevaron a cabo grupos de discusión, “la relevancia de esta técnica está centrada en la comunicación entre los entrevistados, ya que es en el proceso comunicacional donde se construyen la matrices de significado social.” (Archenti, 2007:228) La técnica del grupo de discusión permitió obtener un discurso único en el que cada sujeto no es una unidad de información independiente de las demás (Ibañez, 1992), sino que integra una estructura, un todo. Por ello, el grupo de discusión como espacio de reflexión y debate permitió construir un discurso colectivo, resultado de una variedad de discursos, a través del cual se interpretó el desempeño institucional. Si bien cada sujeto habla por sí, lo hace en alianzas tácitas con otros y, en este caso particular, referido a la institución escolar en la cual trabajan, se intentó conocer la perspectiva de la institución escuela respecto de los extranjeros residentes en nuestro país. Se realizaron 14 grupos de discusión que resultaron de la necesidad de controlar tres variables relevantes para la posterior interpretación y análisis, dado que se partió del supuesto que podrían contribuir a la construcción de representaciones sociales constitutivas de distintas identidades nacionales y culturales proyectadas sobre los extranjeros: nivel de inserción docente (primario, secundario), tipo de institución (pública, privada confesional, privada laica) y caracterización socioeconómica de la matrícula (predominantemente baja, predominantemente alta). Cada grupo estuvo integrado por 7 a 10 docentes pertenecientes a diferentes instituciones educativas. Según la experiencia de este equipo de investigación y de acuerdo a la bibliografía existente (Ibáñez, 1992, entre otros), a partir de cinco miembros el grupo puede funcionar, en otras palabras, el número de canales o relaciones disponibles supera el número de sujetos participantes. Pero, más allá de 10 miembros puede conducir a la fragmentación del grupo en subgrupos, dificultando o imposibilitando la conducción de aquel. Las reuniones se grabaron para su posterior desgrabación y análisis y se llevaron a cabo en una sala acondicionada con Cámara Gessel, facilitando la observación no participante del equipo de investigación. Con respecto a los jóvenes, se realizaron 43 entrevistas individuales en profundidad, segmentadas de acuerdo a los universos de jóvenes antes descriptos. De acuerdo a los universos propuestos se segmentaron según el nivel de instrucción de los jóvenes. El número final de entrevistas resultó de la implementación metodológica, conocida como saturación teórica de la muestra, que Strauss definiera como el momento en el cual el crecimiento muestral no contribuye a nada nuevo al interior de las categorías de análisis. Los entrevistados fueron seleccionados al azar. Las entrevistas fueron grabadas para su posterior desgrabación y grillado. La información relevada fue procesada con criterios cualitativos mediante la confección de grillas, tanto para las entrevistas individuales como grupales. Para ello, se realizó inicialmente una codificación abierta según la metodología de Strauss y Corbin para estimular el descubrimiento de categorías, propiedades y dimensiones de análisis. Se implementó, posteriormente, la codificación selectiva en la búsqueda de un proceso de reducción de categorías, facilitando el entrelazamiento de codificación-grillado, análisis de contenido de los discursos e interpretación de la información obtenida. Hechas las aclaraciones metodológicas, prosigamos al análisis de algunos de los resultados que el proceso de investigación arrojó. Representaciones sociales de jóvenes nativos acerca del papel de las migraciones externas recientes en nuestro país. El hecho de que Argentina haya sido, en sucesivas épocas, un país de recepción migratoria convierte este fenómeno en pensable para los jóvenes entrevistados. Del análisis de los discursos de los mismos se han podido observar algunas regularidades en cuanto a las representaciones que (se) construyen acerca del papel de la migración externa. En primer término, la conciencia de la calidad de nuestro país como receptor de migrantes, en las últimas décadas, principalmente de origen sudamericano. Dicho fenómeno se daría por las condiciones relativamente más satisfactorias de Argentina en materia laboral y de acceso a sistemas de salud y educación gratuita. Será esta motivación de los migrantes la que preocuparía a los nativos, ya que, la identidad del migrante aparece reducida a su no naturalidad, a su extranjeridad, “(...) definida por la pertenencia a otra comunidad política, definida, ya sea en virtud de la residencia o del nacimiento (Pacecca, 2000: 5) y en tanto tales los migrantes aparecen como “usurpadores” de bienes sociales propios de los “naturales”: En líneas generales, las respuestas de los jóvenes nativos frente a los procesos de vulneración en el acceso a ciertos bienes sociales; tales como, el acceso a la salud, a la educación, al trabajo; que han atravesado a la sociedad argentina en las últimas décadas, parecieran ser el establecimiento de “fronteras” hacia los migrantes y la exigencia del Estado Nacional como garante de las mismas. En el caso particular de la “competencia laboral”, la presencia de una gran cantidad de migrantes provocaría, según los entrevistados, no solo perjuicios para los nativos (la no consecución de puestos de trabajo por la competencia exógena) sino también a los migrantes residentes en nuestro país, en tanto y en cuanto, serian víctimas de sobreexplotación dadas sus condiciones de vulnerabilidad por su calidad de “ilegales”: El segundo dato que se registra en casi la totalidad de las matrices discursivas de los jóvenes es la asociación migrantes-inseguridad potencial que debería ser prevenida por medio de controles estatales: Las apelaciones a la “seguridad”, mezclan fenómenos de delincuencia con aquellos relacionados a ciertas certezas añoradas, propias de la “sociedad salarial”. Estas exigencias de seguridad por parte de los nativos deben enmarcarse en procesos de “vacío institucional” que atraviesan a las sociedades actuales producto de la crisis del Estado Nacional en el marco de la globalización 1. Se trata de una inseguridad institucional, que nada tienen que ver con la llegada de los migrantes. Los mismos actúan como “chivo expiatorio”, como encarnación de procesos de desregulación normativa. La angustia producida por esta sensación de inseguridad lleva a una interpelación por la “vuelta a los orígenes” de la comunidad imaginaria nacional, y, en la praxis, a tendencias de rechazo de lo “otro” que se presenta como amenaza de un “nosotros” vulnerado. Así, la relación con los migrantes se torna conflictual. Resumiendo, las migraciones serian, según los jóvenes nativos entrevistados, un fenómeno lamentable que existe de hecho y el cual traería como consecuencias a la sociedad receptora y a sus nativos: inseguridad, competencia por puestos de trabajo 2, aumento de la informalidad laboral y disputa por bienes sociales tales como educación y salud. Veamos que sucede con las representaciones de los docentes que han participado de los grupos focales. Representaciones sociales de docentes nativos acerca del papel de las migraciones externas recientes en nuestro país: especificidades del espacio escolar. La exigencia al Estado acerca de la limitación del acceso a bienes, tales como la educación, la salud, el trabajo se reproduce también en el discurso de los docentes: Sin embargo, la particularidad que estos discursos adquieren en el ámbito escolar es la ligazón que estos fenómenos, que podríamos catalogar como de “disputa por bienes económicos”, presentan con cuestiones culturales, los docentes se (re) presentan como trasmisores de los valores y creencias nacionales y plantean que, por ejemplo, en el caso de docentes que no sean argentinos esa función no podría desempeñarse:
-Ninguna -Ninguna” (Docentes escuela primaria pública) La problemática de la diversidad en las escuelas emerge en la cotidianeidad del aula principalmente cuando los alumnos migrantes se hacen presentes en ella. Dicha problemática aparece ligada con el cuestionamiento a la identidad nacional. La idea de identidad nacional, y la necesidad de evitar la pérdida de la misma, en la convivencia con individuos de un origen nacional diferente, es percibida claramente por los docentes. Esta situación se agrava, desde el punto de vista de los nativos, por la necesidad de los migrantes de reforzar en sus vidas cotidianas los elementos que definen sus identidades; porque en el caso del migrante “(…) la pérdida concierne en principio a la necesidad de buscar una historia fuera del territorio, del lenguaje y del sistema de intercambios que hasta ahí la sostenían. Las prácticas (…) se desarrollan a partir de esta pérdida. Es en función de esta distancia como se forma una representación de todo lo que llega a faltar (…)” (De Certeau, s/f: 221) Etienne Balibar (2005: 72) plantea, en lo que respecta a la “identidad nacional” o al “nacionalismo”, que dos temas ideológicos corresponden a ser tratados: “- por un lado (…) aquello que llamé etnicidad ficticia: ninguna nación reposa, según una perspectiva histórica 3, sobre una base étnica «pura»; pero toda nación construye por medio de sus instituciones una etnicidad ficticia que las diferencia de las otras gracias a marcas perceptibles (visibles, audibles, etc.), rasgos de comportamientos «típicos» o «emblemáticos» pasibles de ser exasperados si se los eleva a criterios de exclusión; -y por otro lado, el patriotismo, la nación en cuanto comunidad trascendente, que implica un «destino» en común, y al menos implícitamente ligado a la idea de una misión transhistórica, aquella de la salvaguarda (salut) de sus individuos, susceptible de sublimarse en misión de salvar a la humanidad completa y, llegado el caso, contra si misma; que tiene como contrapartida el deber por parte de cada individuo de «transmitir» de generación en generación un símbolo propio.” El patriotismo, entonces, supone la articulación de la identidad a partir de la pertenencia a una comunidad, a un destino o camino a recorrer común. En ese camino se supone se ha ido construyendo lo que somos. La frontera que nos separaría del “otro extranjero” descansa en su no pertenencia-desde el principio- a esa comunidad y a la elaboración de sus símbolos y valores, y por tanto, su peligrosidad latente radica, desde el punto de vista de los docentes, en la capacidad de opacar “nuestra” identidad al imponernos la suya propia: Retomemos ahora el primero de los elementos a los que Balibar hace mención. La idea de identidad nacional; tal y como lo plantea a partir de una “etnicidad ficticia”.El relato homogeneizador suele construirse desde el Estado, o mejor dicho, desde las facciones que detentan el poder político. Y la escuela ha jugado un rol históricamente central en la conformación de dicha identidad nacional. La homogeneidad étnica fue erigida históricamente en nuestro país, sin espacio para la diferencia; así la Nación se construiría con determinados individuos y bajo determinadas reglas de juego. Dicha estructuración inicial parece permanecer en el modo como, no solo pensamos a los “otros” extranjeros, sino a nosotros mismos: En palabras de Álvarez Dorronsoro (1993), la idea de “(…) nación hace referencia, al menos a partir de la configuración de los estados modernos, a la existencia de un ámbito político y cultural para el grupo étnico, o a la aspiración de llegar a conformarlo”. En la formación de nuestra “identidad nacional”, las instituciones, sobre todo las escuelas, cumplieron y cumplen un rol primordial. Los elementos que se transmiten en las instituciones socializadoras son retomados a la hora de establecer fronteras entre los nativos y los migrantes. En este contexto los docentes manifiestan una imposibilidad, y en algunos casos el no interés, por aplicar en el aula principios ligados a la diversidad cultural tan en boga en las discusiones acerca de las relaciones interculturales y de pluralismo moderno: Dichos elementos discursivos -de homogenización cultural a partir de la identidad nacional- a los que nos referimos anteriormente, son resignificados en épocas de crisis y alimentan la creación de ese “otro” migrante en su calidad de “chivo expiatorio” de las consecuencias de problemáticas económico-sociales de carácter estructural. Reparemos ahora sobre cuáles serían, según los jóvenes nativos y los docentes entrevistados, las políticas que el Estado debería desarrollar frente a la “problemática migratoria”. Simetrías y asimetrías sobre el discurso de los docentes y jóvenes nativos acerca de las políticas estatales migratorias. La principal exigencia al Estado, en cuanto a la gestión migratoria, es la del “control del ingreso”, el mismo varia entre los diferentes entrevistados en un gradiente que incluye desde: el no acceso a los migrantes (restricción absoluta) y el acceso pero selectivo (a partir del control y registro de sus antecedentes penales, su motivación de entrada: trabajo, educación, etc., su país de origen). Prácticamente ningún entrevistado, tanto joven como docente, manifestó que no se controle la entrada al país. -Yo creo, ay perdóname, pero creo que para mi lo que tendría que existir a la hora de entrar seria más papeles para que entren… -La documentación mínima por lo menos. -Si, porque nosotros cuando vamos a otro país, yo me fui a Uruguay y, un poco mas no se, me pedían de todo, entendés para salir de acá y entrar a Uruguay. -Mayor exigencia en cuanto a … -Claro, a nosotros como que nos exigen más y como para que entren ellos entran sin tantos papeles, yo creo que para mí. -Hay muy poca escasez, no hay todo la documentación como tiene que ser… -Tendrían que pedir más…” (Docente escuela primaria pública) Otra idea, en cuanto a la regulación de la migración externa, seria el fomento de la misma de manera estacional, según los “requerimientos” del país: -Totalmente, muy generosa es Argentina! -Claro yo lo que veo mal es que acá entra cualquiera, sin documentos, y cuando vos queres pasar una frontera te piden todo, o no se mismo en el sur cuando, de una provincia a otra te levantan las alfombritas no se me parece que acá hay que cuidar un poco mas, no hablo de una cuestión de discriminar, de seleccionar sino que este legalizado, no se si se dice así la verdad, que esté como controlado. -Si regulado.” (Docente escuela secundaria privada) Como vemos, en el caso de los docentes, emerge en sus discursos de modo muy marcado la percepción de una ausencia total de “control de las fronteras” y la exigencia de emular a países considerados como ejemplo de regulación de entrada y salida de extranjeros, principalmente Estados Unidos y países europeos:
-son no, están -Bueno están porque nosotros las descuidamos. -Claro, ese es el tema. - ¿Y qué debería hacer el Estado con las fronteras? (coordinadora del grupo focal) -Y bueno, primero proteger las fronteras, hacer lo que hacen en otros países una visa, control de que voy a hacer.
En cuanto a políticas estatales que administren la residencia de los migrantes instalados en nuestro país, las manifestaciones de los jóvenes y de los docentes nativos incluyen: el control solamente en el ingreso, el control periódico (“que hacen”, “a que se dedican”, “donde están”, “de que trabajan”, “si no delinquen”), el “blanqueo”, la legalización, la residencia temporaria, la residencia definitiva, la nacionalización:
Yo felizmente haría caridad o beneficencia, pero no podemos, no podemos. La verdad que a los que están y ver, bueno, pensar que a todos les tenés que dar no sólo lo que es trabajo, vivienda, salud, educación, esto que decimos… Y nada, acá nosotros tenemos un problema gravísimo que es la distribución, ver a dónde lo mandás, porque si están todos en el conurbano bonaerense, ¿viste?, se te saturan los sistemas, o sea, tampoco hay real salida laboral, de qué trabajo estás hablando si les va a costar tanto conseguir trabajo como a un nacional con la carta de ciudadanía.” (Mujer, 28 años, universitario completo) De este modo, el migrante, en su calidad de forastero 4, es reprochado por su dudosa lealtad. “Lo mejor que el puede ser es “un amigo a prueba” y en permanente verificación, una persona observada y bajo la presión de ser alguien más que él, avergonzado de su culpabilidad por no ser lo que debe ser” (Bauman: 1998:117).
Las
exigencias de gestión de la problemática migratoria
recaen
sobre el Estado Nacional. El mismo, “(...) asentado sobre sus
propias fronteras y constituido por ellas cumple en ello un rol
ambivalente (...) limita formalmente la diferenciación, de
modo que hace prevalecer la noción de ciudadano nacional y, a
través de ella, cierto primado del poderío público
sobre los antagonismos sociales. Pero por otro lado, cuando
intensifica la circulación trasnacional, ya se trate de
hombres o de capitales, aumentará en relación directa
el despliegue con que se constituye un espacio trasnacional político
económico.” (Balibar: 2005:83)
En suma, cuando el migrante aparece estigmatizado como el causante de las problemáticas económica-sociales del país, las diferentes manifestaciones de los nativos, acerca de la gestión migratoria, implican modalidades de exclusión, entendiendo esta última como “(...) una forma de decir, de pensar y de actuar coercitiva sobre el otro. Coercitiva en términos de que es una expresión disciplinadora, regularizadora del otro. Las acciones con las cuales se excluye, no tienden solo a separar, excluir es además limitar, acotar, obstaculizar al otro, en otras palabras, es pautarle un orden. El sujeto excluido [en este caso el migrante externo] es un sujeto limitado en sus posibilidades de participación. (...)” (Cohen, 2005) en espacios económicos, laborales, políticos, etc. Reflexiones finales Discursos presentes en los medios de comunicación, en instancias oficiales, de sindicatos, etc. han presentado a la migración como un problema del “migrante”, convirtiéndolo en “chivo expiatorio” de desequilibrios económico-sociales de alcance internacional, que fueron producto de decisiones políticas de carácter estructural. Estos discursos se reproducen en las voces de los jóvenes y docentes entrevistados. Planteada así la cuestión migratoria, la problemática de fondo pareciera ser la definición de ciudadanía; es decir, ¿Quiénes son los ciudadanos? ¿La ciudadanía se define aún por la pertenencia a una comunidad imaginada como lo son los Estados Nacionales? ¿Los procesos de internacionalización de la economía supondrán como legítimo solo el traslado de los capitales y no el de las personas? Estos interrogantes, que surgen del análisis de las entrevistas individuales y grupales, sin duda alguna, desafían a las ciencias sociales en su intento de entender las reglas que dominan a las sociedades actuales.
Por
último,
cabe decir que, las interpelaciones al Estado, para que maneje un
problema macroeconómico, con medidas internas de seguridad
solo llevarán al fracaso e ineficiencia de dichas políticas,
ya que, mientras el sistema económico mundial continúe
su internacionalización a pesar, y profundizando, la pobreza,
los seres humanos seguirán movilizándose en búsqueda
de mejores y más justas condiciones de vida. La crisis mundial
actual lo demuestra día a día.
Bibliografía Álvarez Dorronsoro, I. (1993) Diversidad cultural y conflicto nacional, Talasa: Madrid. Archenti, N. (2007) “Focus group y otras técnicas de entrevista grupal” en Marradi, Archenti y Piovani, Metodología de las ciencias sociales, Emecé Editores: Buenos Aires. Balibar, E (2005). “¿Qué es una frontera?” En Balibar, E. Violencias, identidades y civilidad, Ed. Gedisa: Barcelona. Bauman, Z. (1998). “Modernidad y ambivalencia.” En J. Berian (Comp.) Las consecuencias perversas de la modernidad, Ed. Anthropos: Barcelona. Bauman, Z. (2005) Comunidad, en busca de seguridad en un mundo hostil, Ed. Siglo XXI: Buenos Aires. Cohen, Néstor y Carolina Mera (comp.) (2005) Relaciones interculturales: experiencias y representación social de los migrantes, ed. Antropofagia: Buenos Aires. De Certeau, M. (s/f) “El encuentro interétnico”. En Girad L. (comp.) La toma de la palabra y otros escritos políticos, Ed. Iteso. Ibáñez, (1992) “El grupo de discusión: técnica y crítica”. En Ibáñez, Más allá de la sociología, Siglo XXI Ed.: España. Mármora, L. (2000). “Las migraciones internacionales, ¿Orden o desorden mundial?” En Mármora L, Las políticas de migraciones internacionales, Ed. Paidós-OIM: Buenos Aires. Pacecca, M. (2001) Migrantes de ultramar, migrantes limítrofes. Políticas migratorias y procesos clasificatorios. Argentina, 1945-1970. Informe final del concurso: Culturas e identidades en América Latina y el Caribe, CLACSO: Buenos Aires
Schutz, A. (1964)
Estudios sobre la teoría social, Ed. Amorrortu: Buenos
Aires.
Notas 1 “Globalización significa que la red de dependencias esta adquiriendo rápidamente un alcance mundial, un proceso que no esta siendo acompañado por una extensión similar de instituciones viables de control político y por la aparición de algo que se asemeje a una cultura auténticamente global. (...) Esto conduce progresivamente a la pérdida de poder del Estado Nación (...)” (Bauman, 2005: 117) 2 Existen investigaciones que demuestran que el número de migrantes externos no pueden explicar los índices de desocupación que asolaron a la sociedad Argentina en las últimas décadas. Ver Oteiza, Enrique; Novick, Susana; Aruj, Roberto S (1997). Inmigración y discriminación: políticas y discursos. Buenos Aires: Grupo Editor Universitario 3 El Estado Nacional aunará sus fuerzas para combatir a los malones del sur, sudoeste y nordeste del país en su afán de asegurar la “frontera interna” ,para luego llevar a la práctica la tarea de poblamiento en el camino a la construcción de una identidad edificada sobre la negación de la identidad de las víctimas; que se traducirá en una construcción violenta y dramática de la identidad nacional: blanca, europea, civilizada y el desprecio por todo lo relacionado a nuestra historia en tanto descendientes de indígenas: “Nosotros, los que nos llamamos americanos, no somos otra cosa que europeos nacidos en América. Cráneo, sangre, color, todo es de afuera” (Alberdi, 1981) He aquí un ejemplo paradigmático de la construcción de la “etnicidad ficticia” de la que nos habla Balibar. 4 Aquí tomaremos la definición de forastero de Schutz (1964), siendo el mismo, aquel sujeto que posee pautas culturales diferentes al de la sociedad receptora. Entendiendo por pauta cultural todos los usos y costumbres, leyes, hábitos, etiquetas y modas. 5 Esta idea de Bauman (1998), implica que el migrante pone en cuestión la extemporalidad que los nativos atribuyen a la organización estatal nacional en la que viven y a partir de la cual se constituye “sus mundos de la vida” * Datos sobre la autora: * Anahí Patricia González Investigadora Auxiliar, Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, UBA. Docente Seminario “Discriminación y prejuicio hacia el migrante externo: imágenes y discursos” . Cátedra Cohen, Carrera de Sociología, Facultad de Ciencias Sociales, UBA. Volver al inicio de la Nota |
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