Periódico de Trabajo Social y Ciencias Sociales Edición digital |
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Decisión
Creo que lo primero que uno debería contar es porqué la decisión de rotar por el lugar escogido. Sabemos que siempre hay más motivaciones de las que podemos anoticiarnos, pero acerca de las que podría dar cuenta creo que una de esas razones fue conocer un modo de trabajo diferente al nuestro, donde los residentes son formados para realizar un trabajo en la comunidad. Entonces, si la idea es comprender como se trabaja desde el ámbito comunitario ¿qué mejor que hacerlo en una residencia de psicología comunitaria? Desde otro lugar más alejado de lo racional y más cercano al polo emotivo mi amor/pasión por el noroeste argentino inclinaron la balanza a hacer las valijas y partir el 31 de agosto rumbo a una gran experiencia que terminaría durando 4 meses y la cual, obviamente, dejaría huellas imborrables. Introducción El presente informe tiene por función dar cuenta de mi inclusión durante los meses de septiembre, octubre, noviembre y diciembre en la residencia de Psicología Comunitaria de la provincia de Salta. Inclusión realizada con el objeto de conocer el funcionamiento del enfoque comunitario y el método de la Atención Primaria de la Salud. Para tal fin, expondré los múltiples ámbitos por los que transité y algunas de las visualizaciones que he podido realizar de las mismas. Un poco de Historia 1 La residencia de Psicología Comunitaria es creada por el Ministerio de Salud Pública de la Provincia de Salta en el año 1999. Conjuntamente con la residencia de Medicina Familiar Comunitaria, tiene asiento en lo que aquel entonces era la Dirección de Primer Nivel de Atención que actualmente es la Coordinación de Gestión Operativa Primer Nivel de Atención, institución que coordina los centros de salud que se encuentran distribuidos en los barrios de la ciudad de Salta. En Salta, es la primera residencia provincial para psicólogos y es la única en el país con asiento en centros de salud. El ingreso a la misma es a través de un concurso. Constituye un sistema remunerado con dedicación exclusiva, actividades programadas y supervisadas. La duración de la residencia está estipulada en 3 años en los correspondientes centros de salud más un año de rotación en el interior de la provincia. Año que es llamado de “devolución” y que desde la residencia se intenta lograr que este último año también pueda ser realizado en los centros de salud. La residencia cuenta con un cargo de instructor que se concursa cada tres años, un cargo de jefe de residentes que se renueva anualmente y es elegido por los residentes, más profesionales de primer nivel. El cupo de residentes que ingresan lo determina el programa de recursos humanos del ministerio de salud pública. En principio eran cuatro los cargos a ocupar, pasando luego a ser tres.
Desde su creación,
la residencia ha vivenciado diversas dificultades. Uno de esos
primeros obstáculos fue el no contar con lugar físico
donde establecerse. Tuvo que transcurrir un año hasta que se
pudo conseguir un centro de Salud donde instalarse. Al momento de la
creación de la residencia tampoco se contaba en el ministerio
con un documento que fundamente y diera lineamentos sobre el perfil
profesional que se quería formar. Estos hechos nos permiten
ver la dificultad de la implementación de un programa y un
lugar para la atención comunitaria. Siguiendo esta línea
hay que mencionar un hecho de importancia que ocurrió durante
el corriente año. Mi llegada El
momento en que mi integré a la residencia estuvo caracterizada
por la organización y realización de las primeras
jornadas de salud comunitaria a cargo de los residentes. Hecho éste
de gran importancia por múltiples motivos. Hay que decirlo, la preparación y organización en las jornadas pocas veces nos dejaba un rato libre para poder escuchar una mesa, aunque tuve la oportunidad de escuchar dos disertaciones muy buenas. Sin embargo, y con el correr de las mismas, pude vivir en carne propia lo que es el trabajo en equipo. La organización y coordinación entre los residentes ha sido uno de los pilares más importantes que ha permitido que las jornadas tengan un resultado impecable. Vuelvo entonces a lo que decía mas arriba; ciertas actitudes y modos de trabajo a veces nos enseñan más que algunas exposiciones. Un tiempo más tarde empiezo a enterarme que estas jornadas hacia mucho tiempo que se querían hacer, pero por diversos motivos no se realizaba. Haber sido parte integrante de este gran hito dentro de la salud comunitaria en el país es un orgullo y un honor tan grande que exceden a las palabras que pudieran explicarlo. Mi inserción Mi rotación por la residencia de psicología comunitaria, en lo que podríamos denominar “parte práctica” consistía en la inclusión en algunos centros de salud en donde se hallan trabajando los residentes. Tuve la oportunidad de poder rotar con residentes de diversos años con el fin de observar las diversas actividades que se abocan por año de residencia. Estas actividades diferenciadas por año responden a un plan con una lógica rigurosa que sostiene, entre otras cosas, que no puede darse una intervención comunitaria sin antes tener un diagnóstico de la comunidad con la que se trabajará y un diagnóstico de los centros de salud dentro de los cuales se hallan inmersos.
Fue así entonces
que al integrarme junto a los residentes de primer año,
participé del proceso en el cual ellos se hallan trabajando,
proceso consistente en la elaboración de un diagnóstico
institucional del centro en donde se hallan insertos. La participación con residentes de segundo año me permitió vislumbrar, una vez que se cuenta con el diagnóstico comunitario como segundo paso, cómo se empieza a gestar el proyecto que se realizará con la comunidad. Este inserción estuvo caracterizada por la búsqueda de los recursos, tanto humanos, materiales e institucionales con los que podrá contarse para poder llevar a cabo el proceso. Por último, la inserción con un residente de tercer año estuvo caracterizada por la participación en el proceso ya iniciado por éste en la comunidad. Asimismo, pude vislumbrar las estrategias del residente de dar continuidad a estos procesos, teniendo en cuenta que el psicólogo comunitario posee un tiempo limitado en el centro de salud. El plan residencial nos permite visualizar los diversos procesos por los que debe atravesar un psicólogo comunitario para poder llevar a cabo una intervención. Poder haber participado de cada uno de estos momentos me permitió un enriquecimiento y un acercamiento al modo de trabajo de los residentes y a entender un poco más cuál sería la función del psicólogo comunitario. El programa de la residencia incluye además espacios de formación teórica y de supervisión, tanto clínica como comunitaria que constituye el otro pilar sobre el que se asienta el plan residencial. También me integré en algunos de estos espacios que son de una gran utilidad para la orientación de la práctica, visualización de invisibilidades y que además permiten a los compañeros compartir su proceso con sus pares y de esta forma, por un lado estar informados en que está trabajando cada uno y por el otro, permiten un diálogo y un ida y vuelta constantes que posibilitarán aportes fructíferos entre todos.
También participé
en otras actividades como la incorporación a un grupo de
investigación para la presentación de trabajos del área
comunitaria en los ateneos que se realizan en la residencia (en mi
caso el tema fue “Estrategias de intervención
comunitaria”), asistencia a cursos, reuniones, talleres, etc.
Una gran experiencia que tuve fue la posibilidad de acompañar,
por un pedido mío, a la Lic. Alicia Torres en sus salidas a
terreno con agentes sanitarios en el centro de salud donde trabaja.
Miradas
Una de las primeras
novedades con la que me topé dentro del campo de la APS fue la
de la figura del agente sanitario. A través de este encuentro
averigüé que entre las funciones de los mismos se
encontraba el ir casa por casa, teniendo un registro de las mujeres
embarazadas, chicos desnutridos, y otros datos de vital importancia.
Además realizan educación para la salud, vacunan, pesan
y miden a los niños. Otro de los obstáculos que pude observar para la implementación de la APS fue la forma en que evalúa el primer nivel a los centros de salud. La evaluación de cantidad y no de calidad fue algo que escuché en forma recurrente en los diversos centros por lo que roté, ya que en esos momentos se realizaba la evaluación de los mismos. Siguiendo esa línea se oía también que se quería intentar una misma gestión en los centros de salud que la que se realiza en el Nuevo Hospital del Milagro modo de gestión que responde más a una empresa que a un recurso de salud pública.
Para poner un contraste
a lo expresado más arriba debo comentar que tuve la
oportunidad de rotar por un centro de salud donde el jefe está
formado en APS y a pesar de los obstáculos expresados, se
proponía lograr la implementación de dicha estrategia
siendo él mismo el primero en salir a la comunidad, recordar
constantemente que el centro de salud debería tener mas
funciones que la del asistencialismo y organizando reuniones
semanales o quincenales en donde se juntan todos los integrantes del
centro de salud; reuniones éstas que considero de gran riqueza
ya que cada servicio comentaba en que consistía su tarea, como
por ejemplo, los administrativos explicaban a fondo el plan nacer.
Política y asistencialismo
Otro punto a destacar es
el importante contacto que tuve con la política. Tal vez no me
equivoque si dijera que durante mi periodo de residente (en Capital)
jamás se ha evocado la política en relación a
nuestro trabajo cotidiano. El contacto con la residencia y con los
centros de salud me ha permitido visualizar la gran injerencia que
tienen las políticas en los sistemas de salud. En este punto,
entonces, podría mencionar como primer ítem la cantidad
de planes y programas sociales que se están implementando en
la provincia. Varios puntos con respecto a esto. En primer lugar, hay
que mencionar que la mayoría de estas políticas son
“bajadas” desde Nación.
Otro punto importante
que me gustaría mencionar, punto que estaría en
relación con los obstáculos más arriba
mencionados, consiste en la forma de obtener recursos económicos
por parte de los centros de Salud. La forma privilegiada es a través
del plan Nacer que financia por prestación. Este plan nos
permite visualizar una clara orientación a la intervención
asistencialista, ya que desde el campo comunitario solo financian
talleres donde las temáticas son decididas de antemano sin
tener en cuenta la problemática comunitaria. Este tipo de
intervención sin conocer los malestares comunitarios tienen
por resultados, en general, el mal uso de los recursos que bien
podrían usarse y aprovecharse en cuestiones que realmente
importan o aquejan a la comunidad, como hemos visto con el ejemplo de
la vacunación contra la fiebre amarilla.
Vuelvo, entonces, a
mencionar que la visualización de la injerencia de la política
y sus prácticas ha sido uno un punto importante que me ha
atravesado a lo largo de la rotación. Me permitió
reflexionar, entre otras cosas, acerca de los múltiples
ámbitos que uno debe tener en cuenta si quisiera intervenir en
la comunidad. Emiliano Galende4
desarrolla que aquellos que se involucraron desde el campo de la
Salud Mental en el aspecto comunitario, no vacilaron en pensar que
los cambios dados tenían que tener un polo político.
Cita por ejemplo a Caplan para decir que: “si
de verdad queremos prevenir hay que actuar sobre las condiciones
sociopolíticas que hacen patógena a una sociedad 5”
o desarrolla las reformas políticas iniciadas por Franco
Basaglia. Atención Primaria de la Salud
Los obstáculos y
dificultades descriptos, y seguramente no exhaustivos, intentan
mostrar por un lado, la cantidad de variables que intervienen cuando
se quiere trabajar desde APS, y por otro lado manifestar que es
justamente ésta la estrategia más compleja para
implementar, entre otras cosas, por la cantidad de recursos que se
necesitan, la coordinación entre profesionales y, por
supuesto, dejar atrás el modelo médico hegemónico,
el cual presenta dura batalla 7.
A partir de los años
60 América Latina fue el escenario de vastos procesos de
movilización y participación de escala masiva que
buscaban derrocar los regímenes militares del área. El
trabajo barrial adquirió gran importancia. Además, se
produce una revisión del proceso de formación de los
profesionales dedicados a la acción social. Aparece también
la educación popular de la mano de Paulo Freire con la idea de
lograr una “conciencia crítica” capaz de
contribuir a la transformación social.
Luego de éste
recorrido histórico retornamos a la pregunta que nos hicimos
al empezar este parágrafo: ¿Por qué hay tantos
obstáculos para la implementación de la estrategia de
APS? Hemos esbozado una respuesta: la dificultad de los gobiernos en
ceder el poder. Daremos otra razón más, que nos fue
presentada por la Lic. Alicia Torres 9.
Volvemos a repetir que todas estas variables se ponen en juego a la hora de decidir la implementación de la estrategia en Atención Primaria. Cómo hemos visto, son varias y complejas las dificultades que se presentan. Sin embargo, frente a estas dificultades no parece quedar otro camino que la lucha por el sistema que creemos más adecuado, más útil y en definitiva, más respetuoso de la persona en su totalidad. Encuentros
Este trabajo intentó
poner de manifiesto mi experiencia a través de estos meses en
la Residencia de Psicología Comunitaria de Salta, y por medio
de la misma, en el Primer Nivel de Atención de dicha
provincia. Si bien mi trabajo parecería manifestar únicamente
las dificultades que se ponen en juego cuando se opta por la
estrategia Comunitaria, sería injusto no decir que mi
experiencia ha sido más que productiva.
Como podemos observar,
autores posicionados de diferentes corrientes teóricas arriban
a una misma idea. Esto mismo, también me ha permitido
encontrar algunas similitudes entre el marco teórico al que
adhiero y el campo comunitario. Por ejemplo: la noción de que
no es el profesional quien tiene el saber sino que es el
paciente/comunidad. Y que únicamente desde allí
lograremos algún resultado. Mis palabras finales no pueden ser sino para quienes hicieron de ésta, una de las experiencias más importantes de mi vida, tanto profesional como personal. Supervisores, Profesionales, agentes sanitarios, la comunidades que visitaba, pero antes que nadie, a todos los integrantes de la Residencia de Psicología Comunitaria que me han recibido como si siempre hubiera sido un residente más, me han tratado de la mejor manera posible, me han enseñado muchísimo y me han dejado marcas imborrables. A todos ellos que tienen, como dice Sabato: “el deseo de convertir la vida en un espacio de humanidad” mi agradecimiento infinito. El granito subjetivo Como dije, esta experiencia fue enriquecedora a todo nivel. Más allá de las nuevas y apasionantes formas de trabajo que me encontré, atrás también quedaron, mis atardeceres en el monumento a Güemes, mis escapadas a lugares increíbles en la Quebrada, las humitas, los tamales, los locros, las guitarreadas con los amigos de la residencia, el cerro San Bernardo como telón de fondo de cualquier lugar al que iba, la generosidad y cordialidad de la gente del norte y esa sensación maravillosa de saber que las cosas pueden ser diferentes. Seguramente muchas cosas más me habrán dejado esos 4 meses que pasé… por eso creo que viajar nos enriquece mucho y de variadas formas. Además de permitirnos también una lectura de lo que pasa en nuestro lugar donde trabajamos, reímos, sufrimos y vivimos. Hagan la prueba. Y después cuéntenme
NOTAS
1 Los datos aquí reseñados fueron tomados de un texto escrito por residentes denominado “Memorias de la Residencia de Psicologia Comunitaria” Otros datos fueron agregados por residentes, jefes e instructora. 2 Asociación de ciudadanía y salud colectiva. 3 Infección respiratoria aguda 4 Galende, E: “Psicoanalisis y Salud Mental. Para una crítica de la razón psiquiátrica”. Ed Paidós. 1994 5 Ob. Cit. Pág 178 6 Ob. Cit. Pág 117 7 Valga como ejemplo el caso de Córdoba donde se pretende que los jefes de salud sean solo médicos, biquímicos y odontólogos. 8 Ruiz, Violeta: “Organizaciones comunitarias y gestión asociada. Una estrategia para el desarrollo de ciudadanía emancipada ” Ed. Paidós. 2007 9 Comunicación personal 10 Galende, E: Ob. Cit pág 60 11 Torres, A. “La Iglesia que nos robaron”. Ed. Nueva Utopía. Pag 76 * Datos sobre el autor: * Franco Alejandro Medina Lic. Psicología Volver al inicio de la Nota |
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