Periódico de Trabajo Social y Ciencias Sociales Edición digital |
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Este trabajo forma parte de los avances de Tesis de Doctorado en Semiótica: SENTIDOS Y VISIBILIDAD: POBREZA, POBRES E IDENTIDADES EMERGENTES EN CONTEXTOS DE POST-DEVALUACION, EN CATAMARCA.
Práctica Sistematizada II
Resumen La pobreza en la actualidad se configura como un problema complejo que necesita ser pensado desde diferentes encuadres. Comprender los procesos y estrategias que experimentan las personas pobres nos lleva a sostener la tesis que la estructura como la dinámica de la pobreza ha cambiado radicalmente. El mapa social de la pobreza nos muestra un conjunto heterogéneo de actores, sus voces dan cuenta de lo que para ello significa ser pobre, mas allá que en los documentos públicos oficiales los silencien. Ya no estamos frente a una pobreza estructural, definida y cristalizada, sino que ésta debe entenderse ahora como un proceso. La pobreza ya no es solamente un problema de falta de ingresos, tiene otras dimensiones que hay que comprender para poder actuar sobre ellas en el ámbito de las Políticas Sociales. Catamarca, es una de las provincias de mayores niveles de desocupación en el país, según las estadísticas oficiales actuales. El objetivo de este articulo es comprender a partir de la narrativa de los entrevistados qué significa ser pobre; reconstruir el sentido de la pobreza y los formatos que adopta según la producción discursiva de los actores Partimos de una metodología cualitativa que pone enfasis en la producción de una serie de narrativas de los entrevistados. Los actores a partir del relato de sus experiencias hacen visible los sentidos que para ellos tienen de ser pobre. Los procesos y situaciones de pobreza tienen hoy sobre los actores sociales aspectos inéditos en términos de sus estrategias, prácticas de resistencia, sentidos construidos. Introducción En los últimos veintiocho años la Argentina asiste a una crisis global sin precedentes marcada consecuente deterioro de las condiciones de vida de extensas masas de la población atravesadas por el desempleo y la pobreza. En la agenda de los gobiernos provinciales, municipales este tema se plantea solapadamente en terminos discursivos como una cuestión naturalizada del contexto general del país, un problema individual, como algo que hay que “erradicar”. Muchas veces aparence como silenciado, en otros casos es presentado e manera visible en las estadísticas oficiales, los pobres forman parte de las portadas de los diarios como una mera cifra estadística. Sin embargo el problema existe, es real y cobra visibilidad en la escena pública societal que plantea el desafío de reconfigurar la agenda política, entendida como el repertorio dicursivo generado en determinados contextos de producción y por diferentes agentes.
Resulta interesante rastrear la multiciplidad de Planes, Programas que surgen desde la década de los ’90 con el Gobierno de Carlos Menen hasta la actualidad, que intentan contener este complejo problema de la pobreza. El agotamiento del neoliberalismo puso en marcha las primeras discusiones. Hay un mandato social claro de “combatir la pobreza”, aunque sea tumultuoso. Recapitulando lo que paso desde 1993 hasta la actualidad un dato interesante de resaltar es que 13 presidentes latinoamericanos no pudieron completar sus períodos de gobierno. En este contexto, las políticas sociales que llevan a cabo los nuevos gobiernos intentan superar las anteriores. Y los resultados avalan esto. En términos porcentuales y absolutos, hubo cambios. Y hay buenas intenciones. El eje de la política social en muchos países, como Argentina, Brasil, Chile o México, son los programas de transferencia de renta condicionada. Esto significa que el Estado transfiere dinero a cambio de una contraprestación. Actualmente hay 80 millones de latinoamericanos que están recibiendo transferencias condicionadas. Sin embargo el panorama contextual de la Argentina marcado por la fuga de precios de la canasta básica de alimentos (que ronda entre el 32 y el 40% anual) amenaza con revertir los logros sociales conseguidos desde 2003. Según distintas estimaciones, en el último año, 1,3 millón de personas volvieron a sumergirse en la pobreza, que alcanza nuevamente al 30,3% de la población: 11,8 millones de personas en todo el país. A
partir de la polémica instalada por el
relato mediático es sabido que por orden de Guillermo Moreno
en el INDEC se falsean los índices que no son favorables, como
los de los precios. La novedad es que otros indicadores directamente
se dejan de publicar. Los últimos datos de pobreza
distribuidos por el organismo corresponden al primer semestre de
2007. Frente a este suerte de silenciamiento de la pobreza, estudios privados indican que existirían unos 500.000 pobres más que los que mide el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), ocultamiento posible por la subvaluación del valor de la canasta básica, sobre la que se calcula el índice de pobreza. La
canasta básica estaría subvaluada en hasta un 20 por
ciento, según estudios independientes, informa hoy el diario
La Nación. La próxima medición oficial sobre el
nivel de pobreza será dada a conocer el 20 de septiembre
próximo y todo hace prever que el nuevo índice
continuará con la tendencia decreciente que mostró
hasta ahora, desde que Néstor Kirchner es presidente. Tomando
el valor que el INDEC le asigna a la canasta básica
alimentaria en el primer semestre de 2007 (7,6% más cara que
en el segundo semestre de 2006), la pobreza habría bajado al
24,3% y la indigencia, al 7,9%, según un estudio realizado por
SEL Consultores. El
estudio sostiene que si la canasta hubiera aumentado un 15% en la
primera mitad del año –estimación sostenida por
algunos analistas- la pobreza habría crecido aún más,
y habría 700.000 pobres. Catamarca, es una de las provincias de mayores niveles de desocupación en el país, según las estadísticas oficiales producidas recientemente. De este modo en Catamarca el desempleo supera el 10 %. Así lo ratificó un informe del INDEC. Si bien a nivel nacional el desempleo quebró la barrera de los dos dígitos, lo que llevó al Gobierno a eliminar la doble indemnización, todavía hay cinco ciudades que exhiben cifras por encima del 10. Se trata de Rosario, Catamarca, Mar del Plata, Salta y Río Cuarto, que en el segundo trimestre del año 2007 mostraron los mayores niveles de desocupación del país. Las cifras corresponden al informe del INDEC sobre el mercado laboral durante el segundo trimestre de 2007. El estudio también ratificó que la tasa de desocupación a nivel nacional marcó un promedio de 8,5 mientras y que la subocupación llegó al 10. Rosario y Catamarca son las localidades con mayor nivel de desempleo en todo el país, con 10,4% y 9,1% respectivamente, de acuerdo a un informe difundido esta tarde por el INDEC. Tal como había anticipado el organismo el mes pasado, la medición no relevó datos del Gran Buenos Aires ni de otros centros urbanos de la Provincia. La literatura examinada, demuestra que no existen líneas de investigación en Catamarca que den cuenta desde una dimensión descriptiva y comprensiva de la temática propuesta, incluyendo un abordaje interdisciplinario desde una lectura de la Teoría Política, la Teoría Sociológica y el Análisis del Discurso Social. Existen distintas vertientes de análisis en torno a los discursos de la pobreza. A nivel de los trabajos producidos sobre América Latina, Alvarez Leguizamon realiza un análisis sobre los discursos oficiales y sociales (semántica utilizada por científicos sociales, organismos de créditos, esferas gubernamentales) de la pobreza al que le llama discurso minimista. A pesar de esta polémica marcada por el ocultamiento de los datos oficiales, en Argentina prevalece un discurso minimista sobre la pobreza. Alvarez Leguizamon realiza un análisis sobre los discursos oficiales y sociales de la pobreza al que le llama discurso minimista que tiene auge en la década del ’70 con la profundización del neoliberalismo. Discurso que marca especial énfasis en la descripción de las características del fenómeno de la pobreza, considerada como un estado, junto a una preocupación casi compulsiva por la medición. El discurso sobre la pobreza incluye una definición en relación al sistema de necesidades (de los pobres), y a al interior de los umbrales de la pobreza y de desarrollo, que sólo refleja la visión normativa que los especialistas y operadores tienen en torno a este fenómeno. Este estilo de nombrar y categorizar que no solo reproduce desigualdad sino que la polariza y estratifica aún mas, sin hacer referencia a la percepción que los grupos y comunidades tienen de sus necesidades ni a los procesos que la producen. Los sentidos de la pobreza que circulan desde el discurso oficial y la tendencia compulsiva a la medición pueden ser comprendidos a partir del planteo de Foucault quien advierte que la producción del discurso en una sociedad tiende a ser controla, seleccionada por procedimientos que tienen por función conjurar sus poderes y peligros, dominar el acontecimiento y esquivar su pesada y terrible materialidad (Foucault 2005:14). El propósito de este trabajo es retomar el discurso de los pobres, de alguna manera silenciado, postergado en el discurso oficial, para hacer visible desde sus prácticas, sus aspectos inéditos, las tácticas y estrategias que construyen en su realidad cotidiana. Otro foco de la problematización es sobre la línea desarrollada por algunos autores que abren interrogantes es si debemos hablar de exclusión o expulsión Visto desde el segundo concepto la pobreza define estados de desposeción material y cultural que no necesariamente atacan procesos de filiación y horizontes o imaginarios futuros. La pobreza en la década de los ’50 no suponía exclusión social ni desafiliación. La participación en las distintas redes del tejido social (fábrica, sindicato), la movilidad ascendente (acceso a la educación), constituyeron conquistas sociales logradas por el Estado de Bienestar, que revelan y marcan una sociedad que gira alrededor del mundo del trabajo y la existencia de un lazo social (Duschatzky y Correa, 2002: 17-18). Desde una mirada analítica y comparativa podemos decir que la exclusión pone el acento en un estado que implica estar por fuera del orden social y se deja de lado las condiciones productoras. Mientras que la idea de expulsión social, alude a la relación entre ese estado de exclusión y lo que lo hice posible. A partir de lo que hemos venido argumentando hasta aquí, la categoría de expulsión, nos posibilita en el análisis, ver el funcionamiento, la producción en la situación del expulsado. La expulsión social, más que denominar un estado cristalizado por fuera, nombra un modo de construcción de lo social. De este modo el nuevo orden social necesita de los integrados y de los expulsados. El expulsado pierde visibilidad en el escenario público-societal. Los autores le llaman “nuda vida”, concepto que hace referencia a sujetos que han entrado en el universo de la indiferencia, porque transitan en una sociedad que parece no esperar nada de ellos. Este concepto hace alusión a un ser que se le han consumido sus potencias, sus posibilidades. Decisiones metodológicas: Las decisiones que articulan el análisis del corpus / problema parte de enfocar la pobreza como un fenómeno discursivo. Insistiremos, siguiendo a Verón en analizar los procesos de producción de sentido en relación a la pobreza. Dicho en palabras de los autores “una teoría de la producción del sentido es una teoría del observador. El sentido no es ni subjetivo ni objetivo: es una relación (compleja) entre producción y recepción, en el seno de intercambios discursivos lo que abre el camino a la aprehensión del orden simbólico como matriz fundamental del comportamiento social” (Sigal y Verón 1988: 13). Para el análisis del corpus trabajamos la producción y circulación de sentidos de la pobreza. El análisis de discurso sirvió como herramienta fundamental para rastrear lo que significa ser pobre desde las narrativas de los entrevistados. Es decir, cómo ellos nombran, clasifican y definen el problema referido, con qué otras materialidades discursivas se relacionan, quiénes son los interlocutores a los cuales alude el discurso, etc. Las entrevistas etnográficas fueron aplicadas durante los años, 2006 y 2007 1 a actores sociales considerados pobres. La entrevista como un género discursivo nos lleva a focalizar la situación comunicativa, los interlocutores y retomar los sentidos de esa interacción, los sistemas de valoración del mundo que los interlocutores ponen en juego (Arfuch, 1995). Llevamos preguntas generales, por lo tanto trabajamos con un guión temático flexible, provisorio para descubrir indicios del universo simbólico de la pobreza que la población expresa por asociación libre, lo que permitió incluir temas y conceptos desde la perspectiva del informante mediante verbalizaciones prolongadas. Para captar este material, mantenemos la atención flotante, esto significa “un modo de escucha” que consiste en no privilegiar de antemano ningún punto del discurso (Guber 2001:83). Esta idea de dar la voz de los sin voz nos lleva a otro punto de anclaje que permite recuperar lo biográfico. El valor de los relatos de vida en ciencias sociales constituye hoy más que una mera cuestión de método, aporta un “plus” que se busca obtener allí donde las cifras muestran un límite o plantean un interrogante, “para inscribirse en varios “retornos” del actor, y formar parte de esa revalorización de la subjetividad, la memoria, las identidades (individuales, grupales, colectivas), de esa búsqueda experiencial y testimonial…” (Arfuch 2002:190). A partir del análisis discursivo podemos dar cuenta de distintos formatos, repertorios de lo que implica ser pobre. Surge una polifonía discursiva posible de tipificar distintas jerarquías al interior de la pobreza:
Por otra parte en el repertorio discursivo el relato de los pobres dialoga y construye como interlocutor principal al gobierno. También se crean y recrean múltiples diálogos. El relato de los pobres dialoga con sus trayectorias de vida marcada por la pobreza, el trabajo, la delincuencia, con los piquetes, con las estrategias de resistencia. 1. Ser pobre en Catamarca, una polifonía de voces: 1.1. “Nosotros somos pobres no como los que no tienen nada” El título de este apartado sintetiza buena parte de los sentidos que circulan en los pobres en torno a la pobreza. Se podría decir que si bien en las narrativas se reconocen como pobres, pero establecen al interior jerarquías. Se comparan e identifican a los pobres como aquellos que sufren una acumulación de diversos tipos de privación, son los que se encuentran en posiciones de mayores desventajas en circuitos de desposeción material y cultural como los “que no tienen nada”, “esos que duermen en los basurales”, “esos que vienen de afuera”, “que no van a la escuela”: “mira nosotros somos pobres no como los que no tiene nada pero somos pobres y siempre fuimos pobres…” (Pelusa) “Para mi esos (los pobres son) que duermen a la par de los basurales, a esos que vienen de afuera, gente que sale a buscar de otro lado, se hacen un rancho, no lo consiguen, algunas veces tienen un plato de comida, otras veces no, lo ignoran, capaz que comen lo que hay…” (Maruca) “…para mi los pobres son esa gente que tiene que salir a buscar que comer en la basura para darle a su hijos o para comer ellos, que no van a la escuela ni mandan a los hijos, por ejemplo yo se que soy pobre y siempre lo fui pero trato de buscar por todos los medios la comida para todos (…) prefiero pedir…” (Pelusa) ¿Como lo identifican al pobre? “Por adobe, bloque sin revoque…” (Pocha) 1.2. Las trayectorias Sin embargo aparece un momento en las trayectorias de los entrevistados en donde se identifican con esta categoría de pobre, el de la privación de las necesidades alimentarias básicas. Maruca nos relataba al respecto: “… pase mas necesidades mas antes cuando recién nos conocimos con mi marido no conseguía trabajo andaba con mi suegro a veces se iban para las mil viviendas no conseguían. Todo estaba con candado, nosotros agarrábamos las arbejas, cebollas, que encontrábamos y la comíamos no más “Creo que nunca he pasado tanta pobreza, pero después yo digo no, después nació ella y a los tres meses la tuve en terapia dos semanas (…) por desnutrición, porque yo no la alimentaba…” Los cortes en sus trayectorias escolares les produce un sentimiento particular, por ello luchan y le exigen a sus hijos para que sigan estudiando. Veamos el relato de Pelusa quien no pudo terminar el secundario y nos cuenta como se siente:
“…el secundario,
a mi me da vergüenza no haber terminado cualquier trámite
que vas a hacer te piden el secundario o te preguntan si los
terminaste a mi por eso si se me cae la cara, por eso yo no quiero
que ninguno de mis nueve hijos haga lo mismo y mi marido me re apoya
en esto me ayuda a exigirlos a todos”
1.3.Entre dádivas y rebusque… También en el diálogo construido con otros informantes, cuando le preguntamos ¿qué piensa acerca de la pobreza?, surgen dos sentidos bien diferenciados. El primero se asocia a la pobreza como un problema individual, en donde el “ser pobre” es porque las personas “quieren”, porque están “acostumbradas a que les den”… "Hay personas que son pobres porque quieren, están acostumbradas que le den, hay personas que en una casa no laburan, tienen el jefe de hogar y van al comedor”(Carmela)
"No tiene nada porque
le dan las cosas y las venden, hay gente que es realmente pobre pero
le gusta, te dan las cosas y las vendes y siguen en la "En la vida de un pobre uno tiene que rebajarse hacia los demás para poder conseguir algo…" (Morocha) “A veces pienso que hay gente que es muy pobre porque quiere serlo porque no busca algunas alternativas., porque no se allá en mi barrio la gente se junta (Pelusa) Otro sentido construido alrededor de la pobreza se relaciona no ya con la dádiva sino con el rebusque, con salir adelante. En el siguiente párrafo la entrevistada definía de esta manera a este grupo de agentes pobres: "…en cambio hay otras personas que tienen que changuear (…)tienen que rebuscársela como sea (…)hay gente que quiere salir adelante (…)en cambio hay personas que son pobres y que quieren salir adelante pero no pueden" (Carmela) 1.4. “Ser pobre”: Yo diría que estoy en la media pobreza… Como decíamos al principio existen distintos modos de reconocimiento y posicionamiento al interior de la pobreza. Hay quienes establecen jerarquías en la pobreza y se identifican en la “media pobreza” “Yo diría en lo que estoy yo ahora en la media pobreza, porque decir que nos falta a mi entender un ingreso, para darle la alimentación que ellos necesitan. Porque como le digo a veces tengo para darles un plato de comida y a veces no o un jarro de mate cocido porque capaz que me falta el pan, mas que todo con la leche porque a veces compro un tarro de leche que me sale $ 15; pero a veces me falta, a veces ella (nena) me pide y le tengo que dar, por eso a veces no me dura y a veces no tengo para comprar todos los días. Ayer saque y hoy ya no porque no tenía nada, tuve que sacar verduras” (Maruca). 1.5. “Ser pobre”: “Somos del cerro, collitas…” Los sentidos construidos en torno a lo que significa ser pobre varían de acuerdo a las trayectorias de vida, aquellos pobres que se vienen del interior a la ciudad se sienten estigmatizados. Pocha del Departamento de Santa María describe esa sensación: “No acá lo identifican bueno como le digo nosotros, nos han tratado como eso que le digo que somos del cerro collitas nos han venido a preguntar una señora de acá como se dice un colla ustedes que son de ahí como me sentí yo re mal… 1.6. “Ser pobre”: “Nosotros somos pobres pero honrados…” Algunos informantes a la hora de autodefinirse, se identifican como pobres pero honrados. En sus discursos hacen hincapié que pueden salir a pedir pero “jamás robar”: “Como te dije nosotros somos honrados, pobres pero honrados jamás vamos a robarle nada a nadie a mi no se me cae la cara ni nada por pedir pero si para robar, yo siempre tengo que darles de comer, con que vestirlos para que vayan a la escuela, porque yo no quiero que ninguno haga lo hice yo deje la escuela y todo te cuesta para lo que sea te piden”(Pelusa) 1.7. Quienes son los no pobres para los pobres A modo de buscar indicios y desentrañar el modo y los sentidos que le asignan a la pobreza y el hecho de “ser pobres”, indagamos quienes son los no pobres. Algunos entrevistados ligan este tópico discursivo con la posibilidad de acceder a un trabajo que pueda satisfacer distintas necesidades: “Creo que no son pobres los que tiene un buen trabajo entonces eso les da la posibilidad de que no les falte plata y aunque sea les alcance para la comida de todos los días, hay otros que les alcanzara para comprarse un auto o una casa pero los mas importante es que tengan para comer y para la salud o remedios en caso que se enfermen los hijos” (Pelusa) 1.8. Los pobres y las estrategias: “Digo sino se hace cara e perro para encararla, si le va bien no se…” Es claramente visible la diversidad de estrategias que despliegan las familias en un contexto adverso como el actual, sobre todo para esta informante en particular. Maruca afirma: “pero digo yo también todos estamos en la misma; pero sino se lucha también no se tiene; porque si yo no hubiera luchado capaz que estaría en la misma pobreza de que estuve siempre; pero como le digo sino se hace cara de perro encararla si le va bien no se. Pero como yo empecé a trabajar ahí, conocí a la gente y me dijeron si quería trabajar un día domingo yo tengo obligación de nada y nadie me manda, y lo hago por mis hijos” “tengo que salir a trabajar, pero lo que si me siento bien en el sentido de que por más que yo escuche comentarios, póngale que se escuche comentarios de siempre y paso a las 6 de la mañana pero la plata es limpia la que traigo” En el mundo de la precariedad, la informalidad, posiciones de desventajas en circuitos de marginación junto a la acumulación de diversos tipos de privación los pobres trazan los recorridos cotidianos, se movilizan a través de distintas estrategias que crean para la obtención de los recursos, algunos salen a “pedir”, “a basurear”, otros se unen a un “piquete”, recurren a familiares, acceden a transferencias formales en redes asistenciales del estado: “…por ejemplo yo se que soy pobre y siempre lo fui pero trato de buscar por todos los medios la comida para todos (…) prefiero pedir…” (Pelusa) “Siempre salgo a basurear, porque a mí me hace falta de todo. “… creo que nunca he pasado tanta pobreza, a veces siempre fui cara dura en el sentido de salir a pedir” (Maruca) “Generalmente salgo a pedir a mi mamá pero si ella no tiene o veo que no le alcanza salgo a pedir al ministerio o cualquier lado, porque no voy a dejar que pase un día y que mis hijos no coman, no lo voy a permitir. Imaginate yo tengo siete hijos estoy tramitando la pensión por siete hijos pero no sale nada todavía” “… Yo recibo los vales y con eso trato de llegar a fin de mes esos los puede recibir cualquiera que tiene hijos, entonces los pueden pedir sin necesidad de ir a la basura en realidad a veces no te alcanzan pero ya es una ayuda (Pelusa) “..me uní a un piquete que estaba haciendo sobre la avenida que va a la a la entrada de mi barrio, había un montón pidiendo cosas, materiales de construcción, bolsones, camas”(Pelusa) 1.9. Pobreza y Gobierno, como principal interlocutor A través de los testimonios de los pobres puede reconstruirse con rapidez un universo relacional que representa la contracara o telón de fondo que van delineando en sus biografías de la pobreza. En la producción discursiva emerge una polifonía de voces, en algunos casos el discurso de la pobreza se relaciona con el gobierno. Veamos como en el relato de Pelusa lo interpela y se incorporan otras voces en el texto que cumplen la misma función con este agente: “Pero es un embole en el ministerio siempre te dicen que no hay nada que no te pueden dar nada, que no esta la directora y mil problemas y nunca te solucionan” “… unas señoras me decían, haga la cola y pida todo lo que quiera estos del gobiernos nos van a tener que dar sino les seguimos haciendo el corte hasta mañana” “Por eso para mi el gobierno debería hacer primero un estudio y ver si lo que pide cada uno es lo que realmente necesita y darle solo que necesita no todo lo que piden sino después lo vende, así perjudican a otras personas que tal vez realmente necesiten como fue mi caso yo verdaderamente no tenia que comer pero nos dieron a todos por igual y otros vendían la yerba, los fideos, porque mas vale no les hacían falta entonces lo cambian por plata y se compraban otras cosa como equipos de música” 1.10. Entre la desesperación, la pobreza y la unión al Piquete: Otro tópico que aparece vinculado a la pobreza es el piquete, el corte de ruta como un modo posible de acceder más rápidamente al recurso. En esta narrativa se suman otros agentes afectados en el discurso aparte del gobierno: los medios de comunicación, la radio, el diario. En la producción discursiva de Pelusa dan indicios de las tácticas que se dan los pobres para satisfacer sus necesidades. La escena del relato transcurre en un contexto electoral en el año 2003: “Me acuerdo una vez que estaba tan desesperada y era creo que en el 2003, no me acuerdo bien y me uní a un piquete que estaba haciendo sobre la avenida que va a la a la entrada de mi barrio, había un montón pidiendo cosas, materiales de construcción, bolsones, camas (…), yo iba al ministerio a pedir algo para comer porque todavía mi marido no tenia la pensión y nos alcanzaba menos que ahora, entonces cuando escuche que uno de la radio le preguntaba a uno de esos que cortaba la avenida que pedían y le dijeron comida (…) me dije, espero un rato si no pasa nada me voy al ministerio y empezaron a llegar los del diario y gente que venia del ministerio y nos empezó a anotar yo por cualquier cosa no dije nada me quede en el molde (Pelusa) “Para mi el corte estaba organizado porque como era época de política y estaba de moda hacer eso lo hicieron y menos mal que lo hicieron porque yo conseguí lo que necesitaba y seguramente toda esa gente también habrán recibido lo que pedían” Si bien el corte implica una manera de acceder a los bienes básicos para algunos pobres, para otros el fin pasa a ser utilizados para un circuito de venta de los recursos de asistencia. En este fragmento Pelusa interpela nuevamente al gobierno por la distribución inequitativa, irracional e indiscriminada de los recursos en una época donde el clientelismo político se potencia aun más: “cuando llegaron a mi casa me querían dejar de todo pero yo les dije que lo único que necesitaba era la comida, porque seguro había gente que la necesitaba mas que yo a las frazadas y colchones, pero después me arrepentí porque me entere que había mucha gente de la que estuvo en el corte y le entregaron cosa que salio a venderlas por migajas, ves a eso voy la gente se aprovecha y piden cosa que no les hacen falta y las venden para sacar plata, no les importa nada”. 1. 11. Pobreza, Trabajo y Delincuencia El discurso de la pobreza también dialoga con el trabajo. Este tópico se hace visible en los sentidos que circulan en el discurso de Pelusa: “Mira para mi hay mucha pobreza y cada vez es peor, pasa que la gente no tiene como conseguir trabajo, no hay trabajo… y sin trabajo o sin plata no se puede vivir” Por otro lado, los mismos pobres identifican a los que no trabajan o a quienes no buscan trabajo con el robo y la delincuencia. Veamos como Pelusa pone énfasis en este tópico: “Me indigna la gente esa infeliz que no trabaja, no busca trabajo y sale a robar para darle de comer a la familia, esas son perras mentiras porque salen a robar de delincuentes que son ponen de pretexto que no tiene que comer que son pobres que no les alcanza y un montos de mentiras más, porque salen a robar cosas de marca, electrodomésticos, motos, estéreos, y cuanta cosa se te pueda ocurrir, lo cambian por migajas y se compran vino o drogas o ropa de marca y son todos pendejos que no roban para comer sino para comprarse cosas que quieren o para drogarse, no les interesa nada entran a cualquier lado y roban, encima lo vende por miserias porque si por lo menos lo vendieran por lo que vale... A veces pienso que lo hacen por gusto porque ya se acostumbraron a robar no que lo hacen por necesidad, sirvieran necesidad saldrían a pedir y no buscarían correr el riesgo de que los maten o los atrape la policía…” Acercándonos al Cierre provisorio Un cierre provisorio de alguna manera transguede una tradición de los trabajos. Sin embargo tiene un sentido diferenciado en este artículo. Un cierre provisorio no constituye la suma de elementos que de manera lineal cierran una investigación sino que hacen alusión a un proceso que implica seguir desentrañando el problema. En este sentido en esta fase del proceso investigativo el trabajo permite mostrar nuevas conceptualizaciones que aparecen a partir de los significados construidos en torno a que significa ser pobre en Catamarca que otorgan valor a los datos empíricos. Las voces de los actores nos permite darle visibilidad lo que no nos dice las estadísticas, lo que no se ve a simple vista. Los actores a partir del relato de sus experiencias hacen visible los sentidos que para ellos tienen de “ser pobre” y que en cierta medida son silenciados en los documentos oficiales. Los procesos y situaciones de pobreza tienen hoy aspectos inéditos en términos de sus estrategias, prácticas de resistencia, sentidos construidos. El sentido de la pobreza se matiza en grados, jerarquías según las posiciones ocupadas por los actores y los grados de desposeción material y cultural. La producción discursiva en torno a lo que significa ser pobre articula una gama heterogénea de formatos, sentidos atribuidos en distintas categorías: “los pobres porque quieren”, “porque estan acostumbrados a que les den”, “pobres pero honrados”, “pobres del rebusque”, “pobres de la media pobreza” En los circuitos de pobreza tambien se recrean cotidianamente una serie de estrategias individuales y colectivas como el salir a pedir (apelan a familiares directos o a esferas gubernamentales), a basurear, se unen a los cortes de rutas, etc. En la polifonía de voces, el discurso de la pobreza dialoga y se relaciona con la falta de trabajo, la delincuencia, con los piquetes. El discurso de los llamados pobres también interpela al Gobierno ante la falta de respuesta, por la distribución irracional de los recursos. Referencias Bibliográficas ALVAREZ LEGUIZAMON, Sonia. 2005. Trabajo y producción de la pobreza en Latinoamérica y el Caribe. Estructuras, discursos y actores. 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NOTAS 1 Las entrevistas realizadas en campo fue desarrolladas por los miembros integrantes del equipo de investigación del Proyecto: “Los que viven al otro costado de la Ciudad” y ellos son: Ana Belén Castro, Carolina Barros, Andrea Barros, Roxana Paez y Cristina Barrionuevo. * Datos sobre la autora: * Claudia Inés Kaen Licenciada en Trabajo Social. Mgter. En Ciencias Sociales, Especialista en Metodología en Ciencias Social. Doctorando del Doctorado en Semiotica, CEAS, Córdoba. Co-Directora y Directora de los Proyectos enunciados en el encabezamiento del presente artículo. Profesora de las cátedras: Práctica Sistematizada II (abordaje personalizado y Familiar y Práctica Sistematizada III (abordaje grupal) de la Carrera Licenciatura en Trabajo Social, Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Catamarca. Volver al inicio de la Nota |
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