Buenas tardes, en principio agradezco la invitación y es un
gusto estar presentado por Néstor (Artiñano) que es un amigo, y
encontrarse con más amigos acá.
Así que yo voy a
hacer una exposición de más o menos 45 minutos.
Cuando
comenzamos a conversar sobre el tema de hoy el interés de la
convocatoria tenía que ver con intervención, con la
intervención en lo social que es el nombre de uno de los
textos que publiqué últimamente, en el cual vengo
trabajando en la segunda parte en este momento y creo que es un tema
que se está manifestando, diría yo como una construcción
de un saber un poco más sistemático, más
ordenado, que trasciende el campo del trabajo social y que empieza a
dialogar con otras disciplinas de una manera mucho más
sistemática.
El tema de la intervención en lo social,
hoy hace preguntas desde la ingeniería hasta la pedagogía,
y creo que es una tendencia que se está construyendo a nivel mundial.
Hace unas semanas atrás estuve en un Congreso en Colombia
sobre Intervención en Lo Social, y la demanda de
definir intervención, de ver los problemas de la misma, surge
desde muy diversos ámbitos, no solamente desde los ámbitos
clásicos, los ámbitos clásicos de la aparición
o la aplicación de la política social, sino también
vinculados con la ingeniería por ejemplo, o con la economía
misma.
O sea, el impacto social de determinado proyecto hay que
leerlo también en clave de intervención. Acabo de
llegar desde una escuela de Punta Indio, donde estamos tratando de
armar un proyecto de extensión de la Universidad Nacional de
La Plata, y es la cuestión de mirada de intervención
integral vinculada con contaminantes del agua. El tema es hablar de
intervención más específicamente y a eso me voy
a abocar ahora.
En principio este tema es
bastante complejo, y yo lo vería como desde distintas vías
de entrada. Una de ellas sería el escenario de la
intervención.
Es el escenario donde se están
desarrollando los dispositivos de intervención que ustedes
están llevando adelante desde la Dirección General de
Escuelas, a partir de, diría yo de la emergencia, a mi
entender, de emergencias de problemáticas sociales totalmente
nuevas.
Nosotros las categorizamos como problemáticas sociales
complejas.
Después si quieren explicamos un poco más
ese punto, pero creo que si empezamos por la cuestión del
escenario, nos encontramos con un escenario de intervención
con fuertes atravesamientos, grandes cambios en los últimos 30
años.
Cambios que todos conocemos, que no tiene mucho sentido
enumerar, pero si creo que vale la pena tener en cuenta que el
escenario actual muy poco tiene que ver con el mandato fundacional de
las instituciones como puede ser el hospital, la escuela, la vieja
minoridad, ahora llamada espacio de niñez, adolescencia y
familia, o sea poco tiene que ver desde muchísimos aspectos,
lo que hace a veces que el mandato institucional no cuaje del todo
con el contexto, entonces a veces aparece la posibilidad de generar
algún tipo de respuestas alternativa a lo que clásicamente
hacen las instituciones.
Pero eso si quieren lo charlamos con las
preguntas o más en concreto.
Voy a esto: transformación
del escenario en función de una sociedad que cambió en
los últimos años a partir de la dictadura militar. La
Argentina ya estaba cambiando unos meses antes de la dictadura, pero
los cambios más significativos se empiezan a ver ahí,
yo diría para no cansarnos con estadísticas que con,
solamente con estudiar la tasa de desempleo y la tasa de pobreza que
existía en el 76 y la comparamos con la que tenemos hoy, damos
cuenta que evidentemente el escenario cambió.
Ese cambio de
escenario implica la aparición de nuevas demandas, nuevas
demandas a las distintas instituciones. Doy un ejemplo que puede ser
útil en salud. El adulto mayor no era una población que
estuvo pensada para ser trabajada desde los centros de salud, por
ejemplo.
El centro de salud, siempre se pensó para la salud
materno infantil, pero el adulto mayor sin cobertura social, es un
tema que viene creciendo los últimos años, es un actor
nuevo que aparece en los centros de salud. Si comparo esto con la
situación de las escuelas en general, me encontraría
con que bueno, el impacto de la crisis en términos de
desempleo, en términos de reordenamiento de la familia donde
los papeles y roles empiezan a ser asignados de manera diferente, va
a generar una familia distinta, con la que tiene poco que ver con los
mandatos fundacionales o con los clásicos mandatos de la
institución escuela.
Esto me parece que puede ser un punto
interesante para ver, sobre todo con la Intervención y el
C.O.F. que es una de las cuestiones que nos convoca. O sea, este
sería uno de los elementos que nos marcaría el cambio
de escenarios.
Si lo decimos más
sistemáticamente, pondríamos el acento en cambios
vinculados con la crisis de los espacios de socialización,
esto me parece que puede ser útil como para pensar, es decir
la familia como espacio de socialización, ya no cumple el
papel que cumplía hace 30 años.
No estamos hablando de
300 años, estamos hablando de 30 años. Incluso en el
ámbito laboral, el trabajo al cambiar de sentido, al cambiar
su lógica, al tornarse altamente competitivo a partir del
neoliberalismo, lo transforma en algo, diría yo anónimo,
muy vinculado con capacidades individuales que son poco explotadas y
muy pragmáticamente utilizadas en determinado momento del
tiempo.
En este punto lo que querría decir es esto, cuando se
perdió, se desmanteló el aparato industrial de la
Argentina durante la dictadura y la década de los noventa, no
solamente perdimos la industria, sino que perdimos los espacios de
socialización que se generaban, no en las grandes industrias
sino en los pequeños talleres, es algo que seguramente es
mucho más visible desde una escuela, desde un centro de salud,
que desde lo macro social.
No se si soy claro, pero
me refiero, si uno recorre el conurbano, todavía hoy se va a
encontrar con una serie de pequeñas fábricas y pequeños
talleres cerrados.
En esos lugares se aprendía a soldar, se
aprendía tornería, etc., pero yo diría que se
aprendía la vida también. Entonces desde nuestro punto
de vista, ese espacio del trabajo y de aprendizaje del trabajo no era
solamente un lugar donde se aprendía a trabajar, sino donde
jugaba mucho, muy fuerte diría yo, la cuestión de la
socialización, o sea que aparece como un elemento de crisis
también en ese aspecto en este nuevo escenario.
Otro aspecto que marcaría
así, como para hacer un punteo en términos de
escenarios de intervención, diría que otra cuestión
que cambia rápidamente es el barrio.
O sea muchos de nosotros
nos socializamos en la calle, en mi caso mi infancia la viví
en la cuadra de mi barrio, era el barrio de Villa Urquiza que es un
barrio de Capital Federal y uno se sentía contenido en esa
cuadra, se sentía contenido, apoyado, ahí tenía
sus amigos, incluso sabía que los padres de sus amigos lo
estaban cuidando de alguna manera y que los padres de uno también
cuidaban a los amigos.
Este espacio, este territorio “cuadra”,
este territorio calle, se perdió en términos que se
pierden también el espacio de lo público y se ingresa,
diría yo al encierro dentro de cada una de las casas, que si
lo sigo pensando desde ahí diría también que se
produce el encierro vinculado con las grandes fragmentaciones
territoriales que tenemos hoy.
Seguramente ustedes, si lo miro desde
el lado del trabajo en escuelas, si antes había un barrio que
rodeaba la escuela, hoy tal vez ese barrio son varios barrios a
partir de las fuertes fragmentaciones. Lo que implica que varios
barrios no es un dato geográfico solamente, sino que implica
distintas lógicas, distintas formas de comprender y explicar
los problemas, distintas formas de comprender y explicar cual es el
sentido de la educación en este caso, ya que estamos en un
ámbito de educación, e incluso agregarían una
cuestión de encierro, por lo menos acá hablaría
más de la Capital, en este caso lo que uno puede ver en la
zona sur de Capital, y en las grandes villas que están en las
zona sur de la ciudad de Buenos Aires, es la tendencia la ghetto, a
estar, vivir la mayor parte del tiempo en espacios estrechamente
cerrados, y no salir de ellos.
Me parece que ese es un
punto interesante como para pensar. Antes uno podía tener la
idea de que un joven se tome un colectivo y se va al centro por
decirlo de alguna manera, pero le diría que en el conurbano
esto también ocurre.
A partir de algunas
experiencias que hicimos allí, muchos chicos no conocen el
centro, por ejemplo: chicos de Villa Albertina no conocen el centro
de Lomas de Zamora que sería la cabecera del partido. Es un
dato que no es menor, que en este caso es un desafío a la
intervención, pero que también habla de la complejidad
de escenario.
Tendríamos para trabajar bastante, porque uno
ahí se preguntaría qué estrategia de
intervención se daría, y ahí tendríamos
que pensar en cómo construir la intervención
comunitaria, pero sería para otro tema, o para otro encuentro.
Yo estoy presentando el tema en general, y después si quieren
lo conversamos de acuerdo a vuestro interés.
Esta forma de
fragmentación, muchos autores la vinculan con lo que se llama
el enfriamiento del lazo social, el último que habla de esto
es Robert Castel, un autor francés con bastante repercusión
en Argentina, pero creo que más allá de la
conceptualización que Castel haga, creo que podemos dar cuenta
de las relaciones sociales enfriadas en nuestras propias relaciones
sociales, no hace falta que miremos lo que está pasando con
los alumnos, lo que está pasando con los pacientes en un
hospital, sino que la economía del mercado trajo una sociedad
altamente competitiva, una sociedad donde se imprime la lógica
amigo – enemigo, y esto genera una terrible competencia,
relaciones violentas, sociedades violentas y las instituciones
también se tornan violentas porque son reflejos de la
sociedad, y por ahora tomaría esta sola mirada que sería
la cuestión del deterioro, el enfriamiento, la ruptura de
lazos sociales que implican dificultades en términos de nueva
socialización, pero también vivimos formas de ruptura
de la identidad.
Observemos lo que ocurre
en los últimos años en la Argentina, hay como una
explosión de las identidades, las identidades se fragmentan
también como se fragmentan los territorios. Creo que esto
también interpela y hace preguntas desde muchos aspectos y
repercute en educación, en salud y en los ámbitos que
mencione antes.
En esta cuestión del enfriamiento del lazo
social, agregaría que el otro se transforma en un objeto, me
parece que se puede mirar también desde ahí. Pero
cuando yo transformo al otro en objeto, los dos perdemos la capacidad
de ser sujetos. Entonces yo también en la medida que hago
objeto al otro, también me convierto en un objeto.
Un nuevo punto que
marcaría es el tema de lo que un autor argentino, Ignacio Lewkowicz, que seguramente muchos de ustedes conocen,
denomina “crisis de solidaridad sistémica”
Lewkowicz era un historiador que falleció hace dos años
en un accidente, su último libro se llama Pensar sin
Estado y yo rescataría de ese libro varias cosas.
Las voy
a nombrar, lo que recomiendo que compren el libro y lo lean, va a ser
mucho mejor explicado de lo que yo voy a decir, pero hay un concepto
que a mi me resonó mucho en el segundo capítulo de ese
libro que es justamente el concepto de Crisis de Solidaridad
Sistémica, que también tiene que ver con el
escenario de intervención.
Básicamente lo que se
plantea allí es que las instituciones fueron creadas para
funcionar articuladamente, y hoy en día funcionan de una
manera totalmente desarticulada, incluso el sujeto que construye
salud no es aceptado por el sujeto que construye educación, y
el sujeto que construye educación no es aceptado por el sujeto
salud.
Esto va más allá de cada uno de nosotros, yo soy
Trabajador Social, como me presentó Néstor recién,
yo trabajo en un hospital, hago una guardia de 24 horas en un
hospital psiquiátrico en la ciudad de Buenos Aires y esto lo
vemos de una manera simple si quieren, para ganar tiempo, imaginemos
esta situación, un joven de 16 años que llega a la
guardia de un hospital porque acaba de cortarse en el hogar donde
está viviendo, este joven de 16 años está en
conflicto con la ley, tiene derechos sociales vulnerados ha tenido
escolarización, consume drogas, y bueno, paremos ahí.
La pregunta que recurrentemente aparece, a veces oculta otras
manifiesta es: <<quién no interviene>>.
Creo que ahí se
sintetiza el concepto de crisis de solidaridad sistémica que
mencionábamos recién. Es un problema que insisto, sino
lo sistematizamos, sino lo reflexionamos, nos sentimos culpables de
no saber qué hacer, y en realidad es un problema que
trasciende a la institución que está operando en ese
momento, trasciende al ministerio de que se depende, incluso
trasciende al país, porque es un problema mundial en función
de que hay una fuerte ruptura de lógicas constitutivas de las
instituciones, y eso no ha sido estudiado en muchos otros países
a más de Argentina.
Comentaba recién
que vengo de un Congreso en otro país, y cuando planteo este
tema en un país con muy poca presencia del Estado, como lo es
Colombia, cuando planteo este tema me dicen bueno, es lo que nos pasa
pero con las asociaciones de la sociedad civil.
O sea, no es una
cuestión de estado tampoco, sino es una cuestión de
lógicas, en el sentido tal vez diría yo, y acá
agrego algunas cosas de que la institución, supongamos que la
institución salud fue creada para curar, pero a la institución
salud, le aparece la enfermedad, pero también le aparece el
abuso, y aparece el maltrato, y aparece el problema de escolaridad, y
le aparece el problema del conflicto con la ley y le aparece el
problema de las adicciones, y le aparecen las problemáticas
más novedosas como a partir de los 80 como lo es la
problemática del HIV Sida.
Lo que antes parecía
que era una sola cosa lo que la institución hacía, hoy
la demanda de la sociedad es "resuelvan todo esto". Porque
ya, lo que antes se decía en los congresos: “miremos
todos integralmente”, creo que ya no queda otra posibilidad
que mirar integralmente porque la escena de la intervención es
una escena totalmente integral, pero ya no es solamente un sujeto que
viene a aprender, es un sujeto que está atravesado por estas
cuestiones que son expresión de la cuestión social.
Es ahí donde las
instituciones quedan como azoradas, es una palabra que usa Lewkowicz.
Incluso más, a ver si compartimos esto también, yo si
me remito a mi hospital en el cual yo trabajo desde hace unos cuantos
años, no solamente diría que el sujeto de mi hospital
no es bien visto o no es recibido por el sujeto de otra institución
como lo es el dispositivo de intervención del Consejo de la
Niñez, la Adolescente y la Familia, del gobierno de la
ciudad, sino que el sujeto guardia, que es el que está donde
estoy yo, tampoco no es muy bien recibido desde la sala, o sea que
también hay una crisis, no solamente hay una crisis
interinstitucional, sino intrainstitucional. Pero creo que presentar
esto, yo no lo quiero presentar en términos escatológicos
que todo esta mal, no me interesa esa mirada. Si me interesa hacer
hincapié que cuando no hablamos de esto, cuando no
sistematizamos esto y cuando no vinculamos esto con la intervención,
con el para qué, el para qué estamos ahí, o el
para qué intervenimos, todo esto se transforma en una malestar
general, incluso nos sentimos culpables nosotros de no haber podido
resolver situaciones que están muy por encima de nosotros
porque que es un fuerte cambio de lógica que viene operando
desde hace muchos años.
Desde ese punto de vista, se planteará
ya como tema de intervención lo que hablamos antes de
problemáticas sociales complejas, o sea de tratar de
conceptualizar esta nueva presencia de un actor “múltiple”
donde se presenta en la escuela, con el sentido de ser alumno en la
escuela donde lo que prevalece sobre él es la situación
de abuso, entonces va a haber un poder en este caso judicial, lo que
va a direccional lo que se haga con él en función del
abuso y no de la ecuación.
En ese punto, me parece
que es posible poder empezar a intentar conceptualizar esto como
“problemáticas sociales complejas”, que a mi me
apareció como interrogante, dos años. Ustedes
seguramente conocen que hay un proyecto que se llama Fénix que
es de la Universidad de Buenos Aires, de la Facultad de Ciencias
Económicas.
El proyecto Fénix es un proyecto que en la
época de la crisis un grupo de economistas empezaron a
convocar gente de economía y de las ciencias sociales como
para pensar un proyecto de país, armar un proyecto de país,
muy amplio desde el punto de vista de los actores que se convocaron.
A mi me invitaron para que dé una conferencia en el Congreso
que organizaron en el año 2004.
La idea era avanzar sobre
el tema de políticas sociales, y me propusieron la posibilidad
de presentar un trabajo sobre Políticas de Reinserción.
Mi primera pregunta era ¿reinsertar dónde? Estamos
hablando de una sociedad fragmentada, donde el lazo social todavía
no ha sido recuperado, yo creo que hay una tendencia a recuperarse
pero todavía no está del todo recuperado, toda política
de reinserción fracasaría en la medida que no haya un
lugar donde reinsertar.
Creo que es claro, es decir si no hay
sociedad, dónde se va a reinsertar ese sujeto que pretendemos
reinsertar. Sea esto de una institución que atienda
adicciones, sea esto de un hospital y sea esto desde la escuela. Me
parece que eso hace pregunta sobre todo desde le punto de vista de
intervención.
Entonces habría que repensar la cuestión
de la inserción, o tal vez trabajar el escenario de la
reinserción territorialmente de manera diferente a cómo
los trabajadores sociales estábamos acostumbrados a trabajar
lo domiciliario, lo barrial, etc., etc. En ese punto también
agregaría para darle un poquito más de complejidad a
esto, la cuestión no solamente de la reinserción, sino
de la inscripción, porque muchas de las personas que aparecen,
este no sería el caso de las escuelas, pero que aparecen en
las instituciones, niños en situación de calle por
ejemplo, nunca estuvieron en la sociedad.
Muchos nunca tuvieron
siquiera el documento de identidad, entonces ahí la cuestión
es como darse una estrategia de inscripción social e incluso
si pienso en términos de inclusión – exclusión,
muchos que estuvieron incluidos, hoy están excluidos, entonces
habría que trabajar en función de una reinscripción.
Así surgió
este concepto de <<problemáticas sociales complejas>>
en función de estas preguntas, y en función de la
existencia de una tensión, de cómo se construye esto.
Lo primero que veíamos era una tensión entre
necesidades y derechos, pero esa tensión entre necesidades y
derechos no necesariamente abarca a los sectores más
castigados o expoliados o desposeídos de nuestra sociedad,
sino que la tensión entre necesidades y derechos es una
tensión que abarca toda la sociedad, si incorporamos otro
concepto, si me permiten.
Yo diría que un joven o un niño
que está concurriendo a una escuela, aprovechemos el espacio,
no solamente sujeto de derecho, sino también sujeto de deseo.
Entonces desde ese punto de vista la tensión entre necesidades
y derechos se hace mucho más fuerte y nos sirve para pensar
que esto no es solamente un problema de la pobreza o la extrema
pobreza, sino que es algo que atraviesa toda la sociedad. Cuando
empezamos a trabajar esto, empezamos a mirar los clásicos,
tengo cierta tendencia por la sociología y no tengo mucho
prejuicio en el sentido de leer y releer autores que
epistemológicamente uno puede estar cercano o más
alejado.
Me puse a ver autores cercanos y autores alejados. Uno de
ellos es Robert Merton, no quiero cansar con teoría
sociológica, Merton es un norteamericano de la escuela
funcionalista que re trabaja el concepto de anomia de Durkheim.
Merton explica las situaciones de anomia de una manera bastante
interesante, por lo menos interesante.
El plantea la tensión
que existe entre las expectativas que una sociedad pone y las
posibilidades de alcanzar esas expectativas reales que tiene cada uno
de los individuos de esa sociedad. Bien matemático, ahí
aparece el positivismo, es decir a mayor amplitud de expectativas,
generalmente es menor posibilidad de alcanzarla. Y esto de nuevo
atraviesa a toda la sociedad.
Ninguno de nosotros hoy puede decir que
tiene la última computadora, porque si la compro hoy seguro
que en este momento está saliendo otra que es mucho mejor que
la que acabo de comprar. Pero si esto está puesto en el orden
del deseo, si esto esta puesto en el orden de lo importante, por
llamarlo de alguna manera, nos interroga en función de la
intervención y en función de este intento de definición
de problemáticas sociales complejas que es donde estamos
ahora. ¿Qué le agregamos a esto?: Yo les diría,
tensiones entre necesidades y derechos, como les decía recién,
tensiones entre expectativas y posibilidades de alcanzarlas y un
contexto de gran incertidumbre, que me parece que eso también
marca esta cuestión de las problemáticas sociales
complejas.
La idea de crisis con
respecto al futuro, la idea de faltas de certezas aún hoy
atraviesa nuestra sociedad, tal vez era más fuerte esto hace
seis años atrás, pero aún hoy vivimos en una
sociedad sin seguridades o con muy pocas certezas.
Como ejemplo de
esto diría que en la biografía de cada uno de nosotros
podemos revisar, más sencillo verlo en nosotros que hacer un
trabajo de investigación, ver como determinadas circunstancias
totalmente azarosas nos llevaron por caminos totalmente impensados,
algunos nos llevaron a estar mejor, y algunos nos llevaron a estar
peor, entonces esto no ocurría si nos ubicamos en la década
del ’60. Quien posee un título universitario en las
década del ’60, tiene una carrera ya asegurada. Hoy un
título universitario no garantiza ninguna seguridad.
Ahora, haciendo dialogar
esto con las problemáticas sociales complejas acá
empieza a tener algunos problemas la educación, cuando
aparecen las preguntas: ¿para qué voy a la escuela?;
¿cuál es el sentido de ir a la escuela, para qué
estoy ahí?.
Vincularía esto
con algunos aportes que nos puede dar la Filosofía. lo llamaría la caída del imperativo categórico kantiano en el
sentido de la crisis del deber, donde todos fuimos a la escuela, y
eso de estar a las 7 de la mañana cantando Aurora, en los
inviernos de las décadas anteriores, no era un cuestión
azarosa, yo creo que simbólicamente significa que para
aprender me tengo que esforzar y tengo que sufrir, es el pago por el
aprendizaje, es el pago por mi futuro, esto es muy ligado al
pensamiento ilustrado, al pensamiento de Kant, es decir para lograr
la libertad que me otorga el conocimiento tengo que esforzarme, ahora
en este contexto, el esfuerzo, el conocimiento y la libertad no van
siempre de la mano.
Entonces esto hace a la definición de
problemáticas sociales complejas, o a algunos puntos que hacen
a ellas que son un poco más, estoy tratando de resumir los que
me parecen más significativos.
La otra sería la
crisis de los espacios de socialización, que mencionábamos
recién, la otra es que tiene que ver con lo que hablamos hace
un minuto la caída del pensamiento ilustrado, implica una
sociedad donde prevalece los derechos subjetivos entonces yo tengo
derecho a hacer lo que quiera.
Eso es un poco o que dice la sociedad.
Yo tengo derecho a cambiar de sexo, pensémoslo desde el punto
de vista del suicidio, por ejemplo la actitud ante un suicida que
tiene nuestra sociedades es de compasión, la actitud ante un
suicida que tenían la sociedad hace 50 años era de
enojo, de castigo, incluso hoy los sistemas de seguridad social,
empiezan a hacer “chisporroteos” cuando hay un suicida,
en términos de cobertura social, seguros. etc. Esto lo trabaja
muy bien un autor criticado por algunos, en lo personal, a mi me
gusta mucho como escribe, se llama Gilles Lipovetzky, un autor dentro
de los que algunos categorizan como posmoderno, en un libro que se
llama El crepúsculo del deber, y cuyo subtítulo
se llama La ética indolora de los tiempos actuales.
Creo
que el subtítulo ya resume el libro de alguna manera. Entonces
es difícil pensar recomponer lazos sociales, generar
estrategias de intervención dentro de estos escenarios, y
estas problemáticas sociales complejas, que tienen que ver
como decíamos antes con, en este caso, la explosión de
los derechos subjetivos, que pareciera un cumplimiento proféticos
a aquella famosa metáfora de Max Weber de que todos vamos a
vivir encerrados en una jaula de hierro, y en esa jaula de hierro,
vamos a construir nuestras propias leyes y vamos a padecer nuestra
propia soledad.
Creo que lamentablemente fueron casi esclarecidas
esas palabras de Weber que están en Ética
Protestante y Origen del Capitalismo.
Otro Temas mas, es la
pérdida de autonomía. Es decir el mercado hace que
perdamos la autonomía. La lógica del mercado nos hace
menos autónomos. El mercado es el que nos disciplina, este es
un tema que puede ser interesante,para pensar la Intervención
y sus consecuencias.
No necesito del
preceptor, el mercado me disciplina; no necesito del capataz, porque
trato de ser el mejor empleado de la empresa. Esto está
trabajado por otro filósofo que se llama Gilles Deleuze, en un
texto realmente premonitorio también, del año 1991 que
se llama Posdata, las sociedades de control, donde dice que
las sociedades disciplinarias que nos enseñó Michel
Foucault están cambiando a una sociedad de autodisciplina.
Entonces si hay autodisciplina no necesito la disciplina del estudio,
la disciplina que otro me imponga, la disciplina me la pongo yo, en
términos de mis propios objetivos que me marqué,
dentro de mi propia “jaula de hierro”.
Podemos seguir con los
problemas, yo diría ir un poco a la cuestión de
intervención. Me parece que podría ser interesante
trabajar directamente ahí. En principio podríamos
pensar la intervención como dispositivo, es decir como una
trama de relaciones que se pueden componer y establecer entre
distintos componentes.
El concepto de dispositivo que utiliza Michel
Foucault creo que es útil como para pensar la intervención,
en lo social. Lo que permite en algunos casos el desarrollo de los
llamados abordajes transversales, seguramente en la práctica
de ustedes aparece.
Si lo llevo a la práctica
concretamente tiene que ver con que la intervención se
construye en función de lo que hago con un otro a partir de
una demanda, pero también de lo que hago con los demás
que trabajan junto a mí a partir de las relaciones de
intercambio y reciprocidad que tengo con ellos. Lo digo en un
ejemplo, en este caso el chico de 16 años que hablamos antes,
que nos ha pasado varias veces entre paréntesis, las formas de
resolución generalmente tiene que ver con contactos
informales, generalmente tiene que ver con, nosotros lo llamamos
contactos amigables, con un amigo que uno tiene en un hospital o con
un amigo que alguien del equipo tiene, amigo o amiga, que alguien del
equipo tiene en ese otro lugar.
A tal punto es así, que en el
caso de la ciudad de Buenos Aires, una cosa que tiene de lujo la
ciudad de Buenos Aires, es la coordinación Sida que es la que
se encarga de hacer todo lo que es la prevención de lo que es
HIV. Y el problema que ellos veían, era que había una
buena distribución de preservativos, había muy buenas
campañas, pero cuando el paciente llegaba al hospital,
generalmente era rechazado por ser portador, y la estrategia que se
dieron, fue una estrategia que llamaron de contacto amigables, es
decir ellos tienen en cada hospital una o más personas que
resuelven problemas, no es una red ya esto, sino creo que es algo más
complejo que una red, sino que es un dispositivo, pues sería
algo que tiene que estar todo el tiempo realimentándose y
retrabajándose. El concepto de red que trabajamos mucho en los
‘90 y que en salud se lo vinculaba mucho con esa cosa de
<<maqueta>> de la O.P.S. donde había una escuela y
al lado estaba la parroquia, y la placita, y los chicos jugando y la
familia. Esto tal vez nunca existió. Lo más probable
que nunca haya existido, y que las redes eran tirar una red entre una
institución y la otra, y que todo iba a funcionar mejor.
En realidad uno sigue
pensando en las redes como resolución obviamente, pero en este
contexto es algo que hay trabajar todos los días, esto lo
vemos en la práctica, estamos todo el tiempo reforzando la
red, o recibiendo demandas de esta forma de intervención, por
otro lado hay otro tema que podríamos enunciar, en términos
de cómo trabajar este tema de intervención como
dispositivo, en función de una variable que no le damos mucha
importancia que es la variable tiempo.
Fíjense que el tiempo
de educación es distinto al tiempo de salud y el tiempo de
salud es distinto al tiempo de la justicia. Dicho así
burdamente pareciera que educación tiene la hora argentina,
salud tiene la hora de Nueva York y la justicia tiene la hora de
Moscú. Entonces los tiempos que se piden y los tiempos de cómo
hay que hacer las cosas, son diferentes. Esto me parece que puede ser
interesante para pensar, la variable tiempo juega siempre con la
variable espacio y las posibilidades de intervención.
Otro punto para tener en
cuenta desde intervención es entender la intervención
desde un espacio intersubjetivo. Me parece bastante importante ya que
siempre estamos generando una inscripción en el otro cuando
intervenimos desde cualquier ámbito. Esto ya trasciende la
salud mental, la salud mental ya hace tiempo que reconoce esto que yo
estoy afirmando.
Pero creo que siempre hay una expectativa en el otro
acerca de lo que va a pasar cuando hay una demanda hacia nosotros, y
la respuesta que surge de esa demanda, genera siempre algún
tipo de inscripción. Y después otras cuestiones que
pueden ser más interesantes pensarlas desde el punto de vista
práctico.
El para qué como decíamos antes, cuál
es el sentido, digamos. Si revisamos los sentidos en el medio de este
contexto bastante complejo, el sentido tiene que ver con el corto
plazo, entonces me parece importante la posibilidad de generar
intervenciones que tengan un sentido estratégico, o sea que
piensen o jueguen en función del mediano plazo y el largo
plazo.
Por otro lado, otro punto
es la facilidad con la que tendemos a pensar este tema desde el
determinismo, o sea estamos formados desde un pensamiento
positivista, estamos formados en el pensamiento causa – efecto,
entonces si hay un chico que padece de violencia doméstica,
hay una causa y el efecto es la violencia doméstica. Si lo
planteamos esto en términos epistemológicos, en
términos de la epistemología de las ciencias sociales,
lo primero que vamos a encontrar que la relación causa -
efecto así como linealmente la estoy presentando, está
mas relacionada con las ciencias naturales que de las ciencias
sociales, y que en las ciencias sociales más que trabajar con
causa – efecto trabajamos con policausalidades, y en vez de
determinismos trabajamos más con probabilidades, entonces creo
que esto, que no es un tema para mí menor, es un replanteo,
una necesidad de revisión epistemológica si vale la
palabra, de pensar desde dónde estamos interviniendo, porque
lo que más nos atraviesa, incluso desde el sentido común
y desde nuestra práctica cotidiana como seres humanos, es la
relación causa – efecto.
Ahora, frente a los
problemas complejos como los mencionábamos recién que
estamos trabajando, esta relación causa - efecto no nos
alcanza para entender, no nos alcanza para hacer y no nos alcanza
para direccionar la intervención.
No sé si en ejemplos es tan
sencillo pensar esto, sino uno diría causa – efecto, si
todos los chicos o todos los adolescentes que están tatuados y
que viven en los lugares de la exclusión social, si esa
exclusión social es la causa de la delincuencia, serían
todos delincuentes.
Entonces el propio
sentido común cuando revisamos nos demuestra que no. Pero si,
ya que mencionamos la cuestión del cuerpo, me animo a plantear
otro tema, que es el tema del cuerpo, así rápidamente.
Y creo que esto puede ser útil para discutirlo, al menos
presentarlo.
En términos de presentar al menos dos o tres
cosas, que de nuevo nos puede ser útil la filosofía, la
noción de cuerpo que tenemos nosotros es que el cuerpo es el
receptáculo del ser, esa dicotomía cuerpo/alma que
luego se transformó cuerpo/mente en la modernidad, hace que
nosotros seamos más la mente que el cuerpo. Fíjense
esta situación. Yo estoy acá tratando de estar
derechito, todos tratamos de estar, estamos olvidándonos del
cuerpo y estamos haciendo trabajar más nuestra mente, eso es
un poco el esquema moderno, que trae la ilustración, y que
trae sobretodo la modernidad.
Ahora, esta complejidad
del escenario que mencionábamos antes, nos trae nuevas
relaciones con el cuerpo, nos trae por ejemplo que estamos trabajando
con personas que <<son>> el cuerpo. Que esta separación
cuerpo mente se expresa de la actuación de lo corporal y esto
viene ligado al tema del tatuaje por ejemplo. El tatuaje confiere
identidad, no es la identidad en función de lo que digo, y no
es identidad en función de lo que soy, sino la identidad es lo
que marca mi tatuaje.
Fíjense que nuestra civilización
es la única civilización que separa cuerpo y mente de
una manera espectacular, diría yo, incluso separa la noción
de dolor, nuestra cultura es la única cultura donde el dolor
no tiene ninguna connotación simbólica, y si entramos
por esa vía, y eso interpela la intervención y
seguramente ustedes lo ven, hay veces que le padecimiento subjetivo
es tan fuerte que lo hago objetivo, y me corto y me lastimo mi propio
cuerpo, y eso es lo que seguramente ven en los chicos que se tatúan
o chicos que se cortan.
Yo recuerdo imágenes del servicio de
adolescencia del hospital, donde uno se encuentra con brazos
marcados, que no son intentos de suicidios, son cortes que cuando uno
habla pregunta en función del por qué, la cuestión
es la angustia era tan grande que necesitaba ser corporizada, pero si
nosotros pensamos ahora sí, en situaciones de niños que
viven en la exclusión, imaginemos la vida de un chico en un
asentamiento, que vive en un monoambiente, que vive con 8 o 10
personas, esto los trabajadores sociales sabemos que es bastante
terriblemente y lamentablemente es común, imaginémonos
que ese chico no solamente esta viviendo en esas condiciones de
hacinamiento, sino que duerme en esas condiciones de hacinamiento
pasa la noche ahí, con frío, pasa la noche ahí
con hambre, y a la mañana va a la escuela, entonces es muy
difícil que pueda separarse su experiencia corporal y ser la
mente y no el cuerpo, no se si soy claro ahí, entonces se
actúa y esto muchas veces se presenta como problemas de
conducta como problemas de violencia o como problemas de relación,
donde juega la cuestión de la familia, pero también
juega el contexto en términos de no determinantes, porque sino
volveríamos al esquema de las ciencias naturales, pero si esta
condicionando algo donde dicho así, rápidamente, el
cuerpo es una experiencia inevitable, no lo puedo evitar, no puedo
evitar seguir sintiendo hambre y seguir sintiendo frío, y no
me puedo concentrar, no puedo hacer esta separación que en
este momento estamos haciendo nosotros en el esfuerzo de la tarde
después de comer.
Este punto me parece queda como para
trabajarlo, da como para profundizarlo, incluso cuando se habla de
los jóvenes de sectores populares, se habla de jóvenes
que no tienen orden, y generalmente lo que más hay es orden,
porque las peleas donde el cuerpo prevalece son muy regladas, el
sentido de las marcas en el cuerpo también están muy
regladas, y muchas veces se suprime o la falta de un orden simbólico
puesto por la sociedad, se construye otro orden simbólico
puesto por lo que la sociedad no quiere.
Se da mucho en el caso de
las adicciones, por ejemplo. Si mira las cosas al revés y saca
el protagonismo y la sustancia, lo que se va a encontrar y
repreguntando en profundidad, es que el consumidor de drogas o el
adicto, tiene su vida muy ordenada, pues toda su vida gira en función
de las drogas, si hablamos del adicto, pero esto crece cuando caen
los ordenes simbólicos de nuestra sociedad, esto que llamamos
espacios de socialización de los que hablamos antes.
Entonces,
son temas diría yo para trabajar, pero, la mirada al cuerpo me
parece que es un tema que puede ser útil como para pensar la
intervención y que puede servir para develar determinadas
situaciones que a veces se tornan incomprensibles, y diría
ahora sí cambiando de clase social, que esto no es solamente
un tema de los sectores más castigados, expoliados de nuestra
sociedad, esto atraviesa también a toda la sociedad, porque la
persona que se hizo un número considerable de cirugías
estéticas para parecer más joven, <<es el
cuerpo>>, es su cuerpo antes que la mente, entonces la cuestión
del cuerpo no tiene que ver diría yo, en esto de la percepción
que hablamos antes, no solamente de los sectores más
castigados, sino también como lo presentábamos al
principio, atraviesa a toda la sociedad.
Nos encontramos en la
actualidad con una sociedad manejada por adultos disfrazados de
jóvenes, y donde lo que se valora es la actitud juvenil, se
valora más la actitud juvenil que la sabiduría, en una
abuela por ejemplo “que piola la abuela que sabe manejar
internet, pero no se hace cargo del nieto”.
Y en este juego me
parece surgen preguntas para la intervención, porque tal vez
esto se resuelva de una manera de habilitación, porque esta
abuela tal vez piense que lo más correcto, lo mejor para su
nieto, es que su nieto la vea manejar internet, no es una cuestión
que las abuelas se volvieron “malas”. Se trata de ver
donde hay cuestiones de este contexto que dialogan con la
intervención en forma cada vez mas intensa como trabajar lo
que nos separa de la historia, de la sabiduría. Somos sujetos
cada vez más desprendidos de la historia, de la identidad, y
de ese punto de vista la intervención puede ser un dispositivo
que haga ver aquello que cada sujeto tiene, que cada sujeto porta, en
función de historia, de sabiduría, etc., etc.
Por otro lado y para ir
cerrando, hay alguna cosas que me quedaron, pero tal vez las podamos
trabajar en las preguntas, por otro lado la intervención en
este contexto nos permite, nos obliga de alguna manera a pensar lo
singular de la situación, ya no podemos pensar en poblaciones
homogéneas, esta muy dicho ya en el campo de lo social, del
trabajo social, desde hace bastante tiempo, los alumnos son todos
diferentes, yo también soy profesor en la facultad, y también
lo vemos desde esa singularidad, y también en la universidad
parece esta idea y este imaginario, de qué alumno está
preparando la escuela, y qué alumnos estoy llevando, esto de
antes, el sujeto que construyó la escuela no es del todo bien
recibido por la otra institución educativa que es la
universidad. Lo mismo podría pasar con primaria y secundaria
si ustedes quieren.
Es una invitación
a la mirada singular, también es una invitación a la
reconstrucción de ciudadanía, cuando el otro ve, cuando
el otro recupera autonomía, termina recuperando ciudadanía,
y vuelvo a lo que dije antes, no solamente el niño, no estamos
hablando solamente de los jóvenes ni de los adultos, no solo
es sujeto de derecho, sino también sujeto de deseo.
La Intervención
como sentido estratégico creo que es importante ya lo
mencionamos, y un punto más que pondría vinculado con
la intervención que es la cuestión del compromiso
ético, en el sentido de la necesidad de otorgarle a la
intervención una capacidad reflexiva, si queremos salir de la
ética indolora, yo soy enfático en se sentido, tenemos
la necesidad de reflexionar sobre lo que hacemos, reflexionar sobre
lo que hacemos es hacernos cargo de qué fue lo que hicimos y
desde dónde lo hicimos.
Es decir mirarse hacia adentro,
implica deliberar, del latín mirarse pensar lo que
hicimos.
Creo incluso por lo que yo vengo trabajando en distintos
ámbitos, de salud, de acción social de educación,
se está valorando mucho la importancia de que
institucionalmente se recuperen los espacios de reflexión, los
espacios de encuentro, no como catarsis sino como tema concreto
acerca de reflexionar sobre lo que se está haciendo. La
reflexión ética básicamente implica revisar
desde donde se interviene y para qué.
Por otro lado, y con
esto voy cerrando, diría que intervención también
es un lugar de formulación de nuevas preguntas, fíjense
que con lo que estuvimos presentando rápidamente, pueden haber
aparecido algunos interrogantes, y hay un tema que a mi me parece
significativo, que tiene la intervención, que es el lugar de
encuentro entre lo macro y lo micro, es el único lugar donde
lo macro y lo micro se encuentran a partir de un común
denominador que es el padecimiento, es decir cuando estoy frente al
padre de un chico y ese padre es un desempleado, tengo el indicador
de la tasa de desempleo pero estoy viendo el impacto de ese indicador
en lo concreto y en el padecimiento subjetivo de ese otro, que se
traduce en el padecimiento subjetivo y en la angustia de toda esa
familia.
Lo que nos lleva a decir esto, para ir cerrando. Cuando
intervenimos sobre problemas sociales no intervenimos solo sobre
problemas sociales, intervenimos sobre el padecimiento que generan
los problemas sociales, y esto implica diálogo, diálogo
necesario entre las distintas disciplinas que intervienen. La palabra
interdisciplina tal vez es una palabra gastada, debilitada, pero si
creo que es importante retomar el diálogo y tal vez si
pensamos un poco en la historia de lo interdisciplinario, talvez no
haga falta estar todo el tiempo todos juntos sobre la misma persona,
tal vez haya momentos donde si haga falta el diálogo, y
momentos donde cada disciplina puede resolver desde algún
lugar.
Eso es por los menos es mi experiencia recortada de trabajo en
equipo unos cuantos años en una guardia, o en algunas otras
instituciones, donde trabajé sobre todo con equipos de
psicólogos y psiquiatras. Y ese lugar de lo micro que decíamos
recién implica también, un lugar de construcción
de agenda, porque cuando nosotros intervenimos hacemos visible un
problema y ese problema se transforma por lo menos mínimamente
en agenda institucional, aparece como algo que se des-cubre dentro de
la escuela o dentro de la institución donde estemos.
Agregaría también,
<con esto cierro la presentación>, que para mi la
intervención es algo que no debe agregarle ni quitarle nada a
ese otro, sino sencillamente hacer ver lo que tiene contextualizando
la intervención en nuestro país, en un país que
necesita recupera la historia. Un país que fue el país
más inclusivo de América Latina, yo digo tal vez fue el
país más inclusivo de América porque Estados
Unidos nunca mostró claramente las cifras de distribución
de la riqueza, y donde hay una historia de inclusión social,
que implica una posibilidad que esto pueda volver a ser en algún
momento.
Lo digo tal vez más,
en diálogo con la filosofía, un desocupado argentino,
no es lo mismo que un sin tierra brasileño, un sin tierra
brasileño la idea de una sociedad justa y equitativa, es un
sueño, es una utopía que está en el futuro y que
alguien le va a prometer o que alguien le prometió en alguna
campaña electoral. Un desocupado argentino, sabe que su padre,
su abuelo su bisabuelo, trabajó, tuvo cobertura social y
estuvo incluido.
Esto ocurrió, no estamos hablando en el aire,
entonces si ocurrió, podría volver a ocurrir. Entonces
me parece que es importante la cuestión de reconectar al todo
con su historia desde cosas comunes, como puede ser la historia
laboral, por ejemplo.
Agradezco la invitación
y que me hayan escuchado después de esta tarde de calor y sol…
hasta acá llegamos.
Preguntas y Respuestas
Néstor
Artiñano: Si quieren hacer preguntas, pasamos el
micrófono, sino repartimos papelitos y pueden hacer también
preguntas por escrito.
Participante:
Hola, soy Nora Sánchez, soy Inspectora de Psicología de
Carlos Casares y Bragado donde no tenemos COF, los Centros de
Orientación Familiar, pero estamos tratando de crearlos. Una
de mis preguntas es en relación a estas intervenciones, usted
dijo que intervenimos sobre el padecimiento de la gente, y ahí
está uno de mis temores de siempre. Nosotros como equipos
tenemos un límite en la intervención, y donde queremos
coordinar con otros sectores, por ejemplo salud, tenemos muy pocos
recursos para abordar el padecimiento, en el sistema público
de salud, por ejemplo en los distritos donde yo estoy, hay por
ejemplo muchos odontólogos y tres psicólogos, que eso
también indica una mirada acerca de lo que ocurre en nuestra
sociedad, o no querer mirarlo. Mis temores de intervención
están centrados en hasta dónde llegamos en esta
intervención sobre el padecimiento sin hacer daño.
Alfredo
Carballeda: Bien. Yo cuando hacía referencia a la
intervención, y la intervención no solamente al
problema social, sino al problema social y padecimiento, a lo que me
refería que históricamente la intervención se
vinculó con la administración de recursos y no tuvo en
cuenta la cuestión del padecimiento. O sea, es para tener en
cuanta que la persona que tenemos adelante cuando está
reclamando, cuando está demandando o cuando está frente
a alguna situación que aparece en cualquier ámbito, en
este caso sería una escuela, es alguien que padece el problema
social.
Yo creo que es una redundancia, pero vale la pena plantearlo.
Por otro lado aprovecho para plantear algo que no plantee en la
exposición que tal vez responda un poco a tu pregunta.
Que
tendría que ver con la dirección de la intervención,
hacia dónde intervenir, en el contexto éste de crisis
de solidaridad sistémica, esto que vos planteabas recién,
lo que habla de una serie de incongruencias que uno las puede
encontrar, no es un problema de la provincia de Buenos Aires, es un
problema general, pero voy a esto. Tal vez la intervención
también la podamos vincular con algo que es la recuperación
de capacidades y habilidades, porque talvez el problema oculta
capacidades y habilidades.
Entonces esto es un desafío, creo
que en esto nos puede ayudar mucho la formación en pedagogía,
nos puede ayudar mucho el trabajo social, nos puede ayudar mucho la
antropología, nos puede ayudar mucho la psicología,
pero yo me y les transmito la pregunta vinculado con esto, la
pregunta es bastante sencilla, en estos últimos treinta años
¿cuántas capacidades perdimos como país, cuántos
científicos no van a ser científicos por hambre, o
jugadores de fútbol, o trabajadores, o médicos, o
maestros, cuántos perdimos, o cuántos estamos perdiendo
en este momento.
Entonces, eso implica digamos, también diría
yo como desafío, la perspectiva de poder pensar la
intervención también como algo que vaya a buscar la
capacidad y la habilidad.
Yo una de las cosas que estoy haciendo, no
recuerdo si Néstor la mencionó, pero esto es de ahora,
estoy trabajando mucho con la Subsecretaría de Adicciones de
la Provincia con Adicciones con capacitaciones, y una de las cosas
que planteamos es este, el tema de drogas.
Es decir cuántos
chicos que en este momento se están drogando y están en
el fondo de una casilla, consumiendo –lo digo así bien
dramáticamente- paco, podrían ser violinista del Colón
dentro de 10 años, y no lo van a ser.
Entonces esto es fuerte.
Pero no creo que nada se pueda hacer en este aspecto, creo que pensar
desde el padecimiento es pensar desde la otra cara de la moneda en el
sentido de buscar las capacidades y habilidades contextualizando este
tema en las características propias de nuestro país, en
las características propias de la Argentina. Hasta ahí
llego. Es muy complicado.
Lo que vos planteas, reproduce lo que
habíamos hablado, en el sentido de la dificultad, incluso de
la dificultad de relación que debes de tener con los otros
servicios, qué pasa por ejemplo con los CPA, a veces se
relacionan, a veces no se relacionan, pero también tienen que
ver con cómo armo mis contactos, y una ventaja que tiene el
interior de la provincia de Buenos Aires es que se circula por
lugares muy parecidos, y a veces es más fácil en ese
aspecto el interior que el conurbano, en el sentido de la
circulación. Pero a veces puede ser más difícil,
porque de repente te puede aparecer un caso como el de Carmen de
Patagones, y no apareció en el conurbano.
Néstor
Artiñano: (pregunta de participante por escrito) En un
mundo donde la desintegración se globaliza, ¿es posible
la integración social de un país? ¿Se puede en
el contexto actual?
Alfredo
Carballeda: Yo creo que sí, es una cuestión de,
digamos si el mundo se fragmenta va en su propia disolución,
en su propia desintegración. Y agregaría, que después
del 2001, no solamente por nuestra crisis, que fue una lección
para todo el mundo, después de 2001 algunas cuestiones
empiezan a cambiar en términos de la fragmentación
social, era mucho más fácil presentar esta problemática
de la fragmentación hace 5 años que ahora, era mucho
más rápido cuando trabajaba esto, era como que se
entendía más fácil, ahora es como más
difícil de transmitir porque tal vez estén cambiando
algunas cuestiones de contexto, porque no hay mucho escrito sobre
eso, pero sí creo que la fragmentación se puede
resolver y que la intervención tiene mucho que decir en ese
punto.
La fragmentación se resuelve desde lo micro, no desde
lo macro, solamente.
O sea la fragmentación social no se
resuelve con una ley, se resuelve con una mejor distribución
de la riqueza, pero también se resuelve con la reconstrucción
de lo que se fragmentó. Yo me pregunto esto, siguiendo con
esta pregunta, ¿si a partir de mañana mágicamente
volvemos a formas de distribución que tenía Argentina
en 1975, que era de las mejores del mundo, mejoraría la
calidad de vida de todos nosotros, pero no se hasta dónde no
tendríamos que seguir trabajando en función de la
fragmentación del lazo.
Por supuesto que trabajaríamos
mucho mejor, desde todo punto de vista. Entonces, no se si estoy
contestando, creo que se va hacia una resolución, creo que la
intervención tiene mucho que ver ahí, incluso un
capitulo que prácticamente no hablamos que es la intervención
comunitaria, el hecho de salir a trabajar en comunidad implica estar
ahí, implica pensar lo comunitario desde otra perspectiva, no
convocar a la comunidad para que venga, sino ir a la comunidad,
implica la posibilidad que se está viendo de volver al casa
por casa, la posibilidad de donde se puede, donde se puede porque hay
lugares donde son e puede acceder todavía, o la posibilidad de
trabajar con referente o con gente de movimientos sociales, que están
trabajando en los barrios, y que muchas veces dan apoyo, a veces no,
pero que muchas veces dan apoyo en estas circunstancias. Este es un
tema bastante largo que yo trabajé mucho en la provincia de
Río Negro, lo estoy trabajando ahora acá, en la
provincia de Buenos Aires, pero la cuestión si me permiten
decirlo, la comunidad, lo que clásicamente se llamó la
comunidad, el barrio si lo decimos en el lenguaje más
cotidiano, fíjense en los setenta, en la crisis y en el golpe,
en la dictadura, se prohibió, a la gente de los barrios se le
dijo “usted no salga porque desaparece o muere”, se le
aplicó el terrorismo de estado, yo recuerdo en esa época
estudiaba trabajo social, y teníamos prohibido trabajo
comunitario.
Yo al trabajo comunitario lo había aprendido
antes, por cuestiones personales, y lo aprendí después,
cuando empecé a trabajar. Y después cuando vino la
democracia, que se le dijo al barrio? “ustedes no saben,
ustedes quédense en sus casa que el experto va a venir y le va
decir qué es lo que tienen que hacer o el experto hace en la
comunidad, que eran los famosos programas enlatados que se bajaban
desde los organismo internacionales. Hoy creo que tenemos la
posibilidad de habilitar a la comunidad.
Recordarles que pueden,
recordarles que saben y recordarles que es necesaria, y ahí
aparece de nuevo la cuestión de las capacidades y las
potencialidades y, de sencillamente recordar, recordar que esto que
ocurrió puede volver a ocurrir. Nuestro país es uno de
los países que más formas de organización
comunitaria generó en América Latina. Entonces eso está
en la memoria colectiva. Mucha gente desapareció por esto.
Mucha gente sufrió persecuciones por esto, y mucha gente quedó
en la nada, en los noventa por esto, pero esto forma parte de la
memoria.
Bueno, da para trabajar mucho, pero yo diría una
intervención comunitaria que incluso, corto acá porque
da para hablar un rato largo, ya en algunos otros países
europeos se está empezando a trabajar comunitariamente, la
llaman proactiva ellos, los ingleses, por ejemplo, donde el trabajo
se hace en la casa. El equipo trabaja en la casa, por ejemplo en el
campo de la salud mental, creo que vamos hacia eso, y que también
dialoga con la cuestión fragmentación que hablábamos
antes.
Néstor
Artiñano: (pregunta de participante por escrito) Qué
opina sobre el lugar que ha dejado vacío la mujer madre en el
hogar, ¿no cree que afectó directamente a la
funcionalidad familiar y a la salud y bienestar integral de los
hijos?
Alfredo
Carballeda: Yo diría que sí, dentro de lo que son
las pautas culturales, digamos si nosotros volvemos al escenario de
intervención una cosa es que la mujer madre salga a trabajar
porque lo decidió, otra cosa es que la mujer madre salga a
trabajar porque el marido quedó sin trabajo y no lo pudo
decidir.
Lo hizo por obligación. No se si soy claro ahí.
Lo que implica, hay un trabajo que hicimos hace unos años
vinculado con esto, si yo tomo la familia como una institución,
me encuentro con la familia con crisis de legitimidad y crisis de
representación. Las legitimidades se caen. ¿Dónde
está la legitimidad de ese padre que hoy está
desocupado? ¿Dónde está la legitimidad de ese
abuelo que no sabe nada de internet y le estoy reclamando algún
otro tipo de conocimiento? ¿Y dónde está la
legitimidad de esa madre donde la sociedad me está diciendo
que papá trabaja, que mamá va a quedarse en casa y que
los cincos van a la escuela, y que se come en casa y que la escuela
no es un comedor.
Todo eso creo que juega en función de mirar
el escenario y los cambios que se producen en el lugar de la mujer.
Es decir la tercerización, la famosa tercerización de
la economía trajo un cambio en los roles. Hay una psicóloga
que seguramente conocen, que se llama Alicia Stolkiner que trabaja
esto desde una categoría que ella utiliza mucho, que se llama
matrifocalismo, y habla de la cantidad de hogares que tienen cabeza
mujer en el conurbano bonaerense, pero no por decisión, hay es
donde me hace ruido esta cuestión, y golpea y choca
fuertemente con las pautas culturales, por necesidad y en condiciones
precarias y en condiciones de desigualdad. Entonces esa mujer que fue
a trabajar es más desigual que antes, cuando estaba en su casa
y su esposo trabajaba. Creo que incorporar la noción de
autonomía puede ser útil.
Néstor
Artiñano: (pregunta de participante por escrito) Esta es
menos complicada. ¿En qué hospital de Capital Federal
se desempeña?
Alfredo
Carballeda: Hospital de Emergencias Psiquiátricas Torcuato
de Alvear. Es un hospital que está en el barrio de La
Paternal, para los que conozcan la Capital, frente a lo que fue el
Albergue Warnes, así hacemos un poco de historia. Es un
hospital creado en 1910, cerrado por la dictadura militar. Tenía
1400 camas, y reabierto con 60 camas, en el año 1983, en los
últimos meses de la dictadura. Hoy en día tiene 120
aproximadamente y queda solamente la parte de Emergencias
Psiquiátricas.
Pero también queda la historia del
hospital. Y el hospital tiene una cuestión novedosa, ya no tan
novedosa porque tiene como 20 años, que ahora se está
reproduciendo en la ciudad de Buenos Aires, que tiene un trabajador
social de guardia de 24 hs, todos los días, y ahora esto se
reproduce en los hospitales.
Néstor
Artiñano: (pregunta de participante por escrito) Ese es un
comentario, dice: Gracias por su aporte, coincidimos en que los
adultos somos los primeros “adictos”, los que “nos
cortamos” y después señalamos a los jóvenes
como peligrosos. También en reconectarnos con la historia y al
identidad.
Alfredo
Carballeda: Bueno, gracias, la verdad que me voy a guardar el
papelito, dice más sintéticamente que yo, a quién
lo escribió después arreglamos los derechos de autor.
Participante:
Usted habló de constituir sujetos de deseo. Cierto? Nosotros
asistimos en muchas ocasiones a nenes con dificultades en la
constitución subjetiva. A veces hasta fomentado desde dentro
de las instituciones, indicamos la posibilidad de diagnósticos
neurológicos, psiquiátricos, hay muchos con medicación,
muchísimos, alarmante, tapando esto de constituirlos en un
sujeto y mucho más en sujetos de deseo. Cuando vamos a la
familia, nos damos cuenta que la familia no está en
condiciones de poder sostener y de ver a este sujeto como sujeto,
sino lo ve más como objeto. En ese camino tenemos un nene que
está medicado, con un nene en estas condiciones, de qué
manera podríamos abordar para empezar a destapar estas cosas?
Alfredo
Carballeda: Coincidimos en lo que podemos llamar diagnóstico,
medicalizadamente. Coincidimos con el diagnóstico. Yo creo que
es necesario en este punto un abordaje familiar que tenga en cuenta
estas cuestiones, sobre todo con cuestiones vinculadas con lo social,
no con lo social de los indicadores, que los conocemos todos, incluso
están a la mano, se pueden bajar de internet. Cuando decimos
lo social también decimos una sociedad que psiquiatriza el
conflicto, una sociedad que psicologiza la vida cotidiana, entonces
es lógico que la demanda de los gabinetes sea cada vez mayor,
y que la demanda a los servicios de salud mental, sea cada vez mayor.
La sociedad lee el problema en clave psiquiátrica,
psiquiatriza el conflicto, entonces me parece que el tema es
despsiquiatrizar y despsicologizar, porque lo que se genera,
sobretodo esto se ve mucho en el mundo psi, yo pertenezco al mundo de
la salud mental, trabajo allí desde lo social, pero trabajo
allí.
Lo que genera por un lado una total omnipotencia y a los
5 minutos una gran desazón porque no se sabe qué hacer
a partir de la demanda que se generó, entonces creo que es
algo –utilicemos palabras postestructuralistas- a deconstruir
esta idea que la sociedad tiene acerca de los problemas que padece
que no casualmente están sesgados por lo psicológico y
lo psiquiátrico, que impide ver la desigualdad social por
ejemplo.
Pero esto es una cuestión de debate con la sociedad,
por eso a mí me parece más interesante que un centro de
salud, una escuela, en vez de debatir el embarazo adolescente, debata
sobre la desigualdad. O si no quiero hacerlo tan extremo, en vez de
debatir sobre embarazo adolescente, debatamos sobre los derechos de
los jóvenes, o de los derechos de las jóvenes
adolescentes embarazadas. La cuestión es cambiar un poco el
eje de la discusión y del pensamiento, todavía tenemos
muy impregnada la forma de pensar de los ´90, todos, obviamente
me incluyo yo también, lo que implica en términos de
intervención, ya que se nombró lo de las drogas y
comenté que estoy trabajando desde la Secretaría,
nosotros también pensamos por qué no pensar en que un
paciente del C.P.A o un adicto como alfabetizador.
¿Porqué no?
Por qué no penar en los “peores del barrio” como
se decía antes, haciendo teatro, o trabajando como promotores
de salud? Eso ya se está haciendo. Y esta dando, no quiero dar
resultados, está dando muchas satisfacciones, y está
bajando el padecimiento, pero creo que es una cuestión de
cambiar el eje de la discusión, no se hasta dónde,
perdónenme que me extienda, digo hasta dónde haciendo
la prueba, tal vez la convocatoria sobre un tema sea mucho más
amplia que un tema trillado que son medicalizado, psicologizado,
psiquiatrizado, entonces viene el experto que dice “no, según
las estadísticas de los EEUU los chicos entre 6 y 7 años,
son hiperquinéticos, porque ven 7 horas de televisión
por día y comen cereales y van al Mc Donalds, está
bárbaro, pero porqué no hablamos de lo que pasa, en vez
de esto que puede estar pasando hablemos de lo que pasa, y yo creo
que lo que más pasa es la desigualdad y la desigualdad la
padecemos todos, desde los que están del lado de los que
tienen ( ) y de los que están del lado de los que no tienen,
desde distintas vías de comunicación. Quien haya leído
la dialéctica del amo y el esclavo de Hegel, creo que esto se
explica rápidamente.