Periódico de Trabajo Social y Ciencias Sociales
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El Trabajo Social, es una de las disciplinas que en sus Prácticas aborda la problemática del embarazo adolescente, en forma integral, haciendo un importante aporte a los equipos de Salud, en los Centros de Atención Primaria de la Salud, desde una metodología de carácter holístico. Los Trabajadores Sociales tienen un papel fundamental en la intervención con adolescentes embarazadas, problema que día a día cobra mayor relevancia y sobre lo cual existe un gran vacío de conocimientos. La adolescencia es un período de profundos cambios biológicos, psicológicos y sociales donde interactúan múltiples factores que influyen en la vida de l@s adolescente de diferentes maneras, despendiendo éstos del medio en que se desarrolla la vida cotidiana, donde la coyuntura socio económica es un elemento condicionante a la hora de observar las “oportunidades”, las cuales en los medios sub privilegiados o pobres son escasos. En éste contexto, el embarazo adolescente es uno de los factores de mayor vulnerabilidad en los sectores de escasos recursos. El vació de conocimientos sobre el tema en la realidad nacional y local, pone al adolescente en una situación de verdadera desprotección. Un reciente estudio realizado desde el Centro de Salud María Luisa Espinoza, del Barrio Juan Domingo Perón, de la ciudad de Formosa (2002), ha analizado la problemática desde distintas dimensiones: la familia, el estudio, la pareja, el trabajo, la relación con sus pares y la percepción que las mismas adolescentes poseen sobre su realidad y sobre si mismas analizadas desde la “autoestima”. Del citado estudio, surge una propuesta de intervención con adolescentes en alto grado de vulnerabilidad, como es caso del embarazo en edad adolescente (15 y 19 años) desde un “enfoque resiliente”, enfoque poco conocido en Trabajo Social. El enfoque resiliente en Trabajo Social, permite intervenir desde un proceso de construcción social, en donde se consideran los diversos determinantes del proceso de salud (enfermedad desde el ámbito biológico, económico, ecológico, psicosocial, familiar, en su contexto), dirigido al reconocimiento y fortalecimiento del desarrollo de las capacidades individuales y colectivas. Asimismo, es de vital importancia destacar el aporte del enfoque resiliente en la promoción de la salud por medio de acciones que impulsen el desarrollo de la persona adolescente, lo cual significa apoyar y promover, mediante la intervención del Trabajo Social y otras disciplinas, un verdadero Desarrollo Humano Sostenible, el foco de la intervención no consiste en detectar solamente los factores de riesgo, sino también detectar los factores de protección que posee latente la adolescente, su familia y la sociedad. Estudios recientes han demostrado que a menudo las personas, generan recursos que les permiten superara situaciones de adversidad, para emerger de las mismas fortalecidas. Por ello el presente trabajo quiere ser una propuesta instrumental para el trabajador social. En la eclepticidad de métodos, el enfoque resiliente es uno de ellos, es una interesante propuesta de intervención en la búsqueda del desarrollo de las capacidades y potencialidades de los usuarios con quienes día a día nos toca trabajar, este modelo pretende sugerir una alternativa más en la promoción humana integral, a pesar de la crisis estructural en que nos toca desarrollar nuestra tarea, es posible plantearnos un modo diferente de intervenir en situaciones relacionadas a las problemáticas de la adolescencia. El enfoque resiliente en una sociedad en crisis, que repercute en los contextos significativos de l@s adolescentes debe activar otras alternativas de acción para generar estilos de vida acordes a la democracia y al derecho de cada ciudadano.
2.1 Concepto de resiliencia El término resiliencia no es nuevo en la historia, corresponde a un término que surge de la metalurgia y se refiere a la capacidad de los metales de resistir su impacto y recuperar su estructura. En 1978 Michael Rutter, da a conocer a la comunidad científica el significado de la resiliencia, lo que él da a llamar “ la esperanza de una prevención satisfactoria”. El término es usado por otras disciplinas, en medicina, concretamente en la osteología el concepto se utiliza para expresar la capacidad de los huesos de crecer en el sentido correcto después de una fractura (Suárez y Ojeda, 1993). El Webster‘s New Encyclopedic Dictionary/94, define a la resiliencia como ”la capacidad de un organismo o cuerpo para recuperarse, retroceder o reasumir su tamaño y su forma original después de ser comprimido, doblado o estirado, también es la recuperación con facilidad de la situación de fatiga y depresión”. Para las ciencias sociales, la Resiliencia “es la capacidad humana de hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y salir de ellas fortalecida o transformada” (Grotberg, Edith 1996). Las capacidades de las personas se activan frente a situaciones de estrés severo y prolongado, lo que generaría a su vez, una serie de condiciones que provocan mayor resistencia o vulnerabilidad. La capacidad es dinámica, obedece un impulso vital innato del ser humano, que lo lleva a negarse a renunciar. Para Kotliarenco, Cáceres, Álvarez (1996), la resiliencia es “la capacidad universal, que permite a una persona, grupo o comunidad, minimizar o sobreponerse a los efectos nocivos de la adversidad, la resiliencia puede transformar o fortalecer la vida de las personas”. Alejandra García Murillo, propone un concepto operativo de resiliencia, dice que “ la resiliencia es la capacidad de resistir la adversidad y de transformar las situaciones críticas en oportunidades de desarrollo”(CEREMAR, Centro de Resiliencia Mar del Plata. Argentina.2000). Murillo afirma que la resiliencia no es una cualidad, ni un atributo que poseen las personas, sino que las personas se encuentran en una constante situación de serlo(resilientes), es un mecanismo que se activa en determinadas situaciones. Estas situaciones detonan dos características bien definidas de la resiliencia, denominadas capacidades: capacidad de resistencia ante la destrucción en situaciones difíciles y la capacidad de construir una vida positiva a pesar de las circunstancias desfavorables. Características constitutivas de la resiliencia
El
siguiente esquema muestra las siete características del
enfoque resiliente.
Fuente: Puerta Maya: Wolin y Wolin (1999). Los elementos constitutivos de la resiliencia están presentes en todo ser humano y evolucionan a través de las fases del desarrollo o cliclo vital. Perspicacia: entendida como la capacidad para observar y observarse a sí mismo simultáneamente, permite a la persona responderse ante interrogantes de la vida de manera honesta. Independencia: capacidad de mantener distancia física y emocional con respecto a los problemas sin caer en el aislamiento. Relación: capacidad para crear vínculos íntimos y fuertes con otras personas. Iniciativa: capacidad para la auto-regulación y la responsabilidad personal necesarios para lograr autonomía e independencia. Humor y Creatividad: capacidad para encontrar salidas, encontrar humor a las situaciones adversas, crear orden, belleza y objetivos a partir del caos y del desorden. Moralidad: capacidad para desearle a otros el mismo bien que se desea para sí mismo y comprometerse con valores específicos, unida a la capacidad para darle sentido a la propia vida (Puerta Maya: Wolin y Wolin, 1999). Se puede afirmar que la resiliencia tiene dos componentes que la caracterizan: capacidad de resistencia ante la destrucción en situaciones difíciles y la capacidad de construir una vida positiva a pesar de las circunstancias desfavorables. La Resiliencia es un resultado, es por ello que se deben conocer los factores que la constituyen y que pueden ser utilizados en la intervención social. El principal escenario para el desarrollo de la resiliencia se encuentra en la familia y la escuela ( Angélica Quinteros Velásquez. 1996) Estudios de investigación científica realizados con niños y adolescentes por el profesor Loesel Friedrich, de Nuremberg-Erlangen (Alemania,1991), sugiere diez características halladas en la constitución del enfoque resiliente, los cuales se citan a continuación1:
Los Programas de promoción de la Salud y desarrollo integral del niño y el adolescente promueven la metodología con enfoque resiliente como variable que aporta elementos de prevención y optimización de los recursos de las comunidades y grupos para sobreponerse a la adversidad y construir sobre ella para el desarrollo sustentable. El enfoque resiliente en Trabajo Social permite una visión integral de la salud, atiende la unidad de atención integrando todos los aspectos de su vida bio-pisco-social-jurídico-espiritual . A través del trabajo interdisciplinario, el Trabajador Social de Salud aporta a los equipos una visión social de la enfermedad. Los equipos de los Centros de Atención Primaria de la Salud podrían llegar a interpretar las causales que originan las patologías y que las mantienen en el tiempo, ya que podemos estimar que el tejido social de un determinado sector en especial, de los sectores populares, cuentan con una intrincada realidad social donde múltiples factores coadyuvan e influyen en las distintas problemáticas de los individuos, las familias y las comunidades del radio programático (Arce, LM.,1995). El enfoque resiliente, cumple un rol preponderante en la intervención social comunitaria, asimismo la teoría sistémica en familias (Latorre Estrada, 1996), toma como postulados las variables básicas que constituyen una intervención resiliente como la autoestima, el humor, la responsabilidad, la autocrítica, la cooperación y la ayuda mutua, las que son trabajadas desde metodologías que permiten a la unidad de análisis y a sus sistemas, superar los percances y descubrir sus fortalezas para generar estrategias de solución. La intervención en Salud, requiere un posicionamiento integral, interdisciplinario, universal para abordar la complejidad de los dilemas humanos en una sociedad cada vez mas global y dinámica, donde los modelos y saberes tradicionales están cuestionados y no existen verdades absolutas la resiliencia es un verdadero enfoque de convergencia, que permite asumir una visión diferente en la intervención, , a través de la activación de los recursos internos que son las capacidades que poseen las personas, las familias y las comunidades. El siguiente cuadro muestra los elementos constitutivos de la intervención con enfoque resiliente (María Elena Guillén, 2002):
El enfoque potencia acciones concertadas entre las Instituciones, el Trabajador Social y el equipo de salud (interdisciplinariamente) y la unidad de atención (el individuo, la familia, la comunidad). Según Quinteros Velásquez (1999), el paradigma Resiliente, se enriquece con varios saberes en una dimensión multi/interdisciplinaria: la salud (enfermería, odontología, medicina, bacteriología, terapistas ocupacionales, tecnólogos-promotores), la economía cuando enfoca estrategias contra la pobreza en el animo de mejorar los niveles de vida, la antropología recoge las tradiciones ancestrales de las comunidades latina y preserva lo autóctono de la costumbre comunitaria, étnica y regional, la biología aborda las relaciones ecosistémicas, la relación entre el hombre y la naturaleza para enfrentar la adversidad, la sociología asume estructuras y funciones sociales, que generan o coadyuvan en las disfunciones, el derecho reconoce la legislación de los derechos humanos de primer y segundo orden y el trabajo social aborda las problemáticas micro y macrosociales en distintos niveles de intervención para el desarrollo de las potencialidades y capacidades que promuevan a los sectores con que trabaja. Los equipos de Salud de los CAPS, desde la perspectiva del enfoque integral tiene como misión y desafío promover la Calidad de Vida y el Desarrollo Sostenible, que involucran procesos de intervención de corto, mediano y plazo. 2.3.Factores protectores o resilientes Los factores protectores son los recursos humanos y sociales entendidos éstos como capacidades, que permite a la persona, la familia y la comunidad enfrentar situaciones de riesgo (Warner, 1995) y superar las mismas. Los factores protectores facilitan el logro y el mantenimiento de la salud, es imprescindible que los equipos de salud focalicen su intervención teniendo en cuenta las variables que indican los mismos. Se puede decir que las personas, las familias y las comunidades poseen factores protectores interna y externamente, los mismos configuran variables de tipo genético – constitucionales, disposiciones personales, factores psicológicos, situacionales y sociales (Garmezy, 1995). Algunas variables personales y familiares que indican la presencia de factores protectores:
Es conveniente descubrir y fomentar los factores protectores a nivel familiar, asimismo es pertinente que se fortalezcan también el tejido social a través de las políticas sociales, lo cual adquiere dos dimensiones bien definidas:
Rol del Trabajador Social en el equipo de Salud El Trabajador Social de la Salud, en su rol de “potenciador y facilitador” de los procesos de cambio en las distintas etapas de la intervención técnico metodológica, debe superar la visión paternalista, curativas y paliativas que coarta la trascendencia del usuario. Acompaña los procesos a partir del reconocimiento de la situación (diagnóstico), aporta sus herramientas conceptuales y técnicas para la organización y autogestión de las habilidades y destrezas, que permitan al usuario enfrentar las condiciones adversas de su realidad. (Butler, Katy. 1997). La cosmovisión del Trabajador Social tendría que replantear continuamente sus prácticas, con un espíritu que promueva la investigación científica de las problemáticas que aborda para detectar a ciertas, los factores protectores continentes en la sociedad, la comunidad y las familias. El enfoque resiliente sugiere la implementación de estrategias propias del Trabajo Social y las ciencias humanas, como el abordaje familiar, grupal y comunitario a través del rescate de elementos de solidaridad, apoyo y cohesión.
3.1 Marco contextual en que se desarrollo el estudio sobre “adolescentes embarazadas” Recientemente (Marzo de 2002), se concluyó un estudio desde el Centro de Salud María Luisa Espinoza del Barrio Juan Domingo Perón de la ciudad de Formosa, sobre “Factores familiares y psicosociales que influyen en la autoestima de la adolescente embarazada” 2, el universo constituyó un total de 19 adolescentes embarazadas, entre 15 y 19 años de edad que asisten a la consulta prenatal en el CAPS y viven en el radio del Barrio Juan Domingo Perón. Originó el mismo, el alto nivel detectado de demanda de atención a embarazadas adolescentes (23% del total de la población prenatal), otro de los factores que influyó fuertemente en la elección del tema, fue el vacío de conocimientos que existe sobre el mismo, en Formosa y en el país, por último por ser un tema que día a día cobra mayor relevancia en especial en los sectores empobrecidos de la sociedad, ampliando el círculo de la pobreza, cerrando la brecha de posibilidades de mejoramiento de la calidad y el nivel de vida tanto de la familia de la adolescente, de la adolescente y su hijo. El estudio abordó dimensiones familiares y psicosociales (entendido este como el mundo de las relaciones primarias de la adolescente con la pareja, sus pares, su familia), a su vez se analizó la autoestima de las adolescentes embarazadas para conocer la percepción que poseen de sí mismas. El estudio analizó variables cuantitativas y cualitativas a través de la metodología de la triangulación que permitió una aproximación más acabada a la realidad objeto de estudio. 3.2 Características familiares y psicosociales de las “adolescentes embarazadas”del barrio Juan Domingo Peron de la ciudad de Formosa, Argentina. Sabemos que la adolescencia es un periodo de transición, psicosocialmente vulnerable, en especial en los sectores de escasos recursos económicos, donde las posibilidades de realización personal se encuentran determinadas por el contexto socio económico y cultural en donde se desarrolla la vida cotidiana de la adolescente. Breve caracterización familiar de las adolescentes embarazadas del Barrio Juan Dgo. Perón Las familias de procedencia de las adolescentes embarazadas, presentan las siguientes características socio demográficas: predominio de familias de tipo ampliada predominio de jefatura femenina ingreso promedio de $200 composición familiar: entre 7 y 12 personas domicilio de la adolescente, en general viven en casa de sus padres (de la pareja o de la adolescente). un 84% de las familias de las adolescentes embarazadas presentan conflicto en el interior de las mismas (maltrato a la mujer, castigo corporal a los niños y adicciones: alcoholismo).
Breve caracterización psicosocial de la adolescente embarazada estudiada A continuación se describirán algunas de las características de la vida psicosocial de la adolescente en relación a su pareja y sus pares: Nivel de estudio alcanzado por las adolescentes oscila entre el 7° grado de la escuela primaria y el 1° de la escuela secundaria. del total del universo estudiado 17 adolescentes no trabaja ni estudia. la mayoría de las adolescentes se encuentra en pareja actitud de alejamiento de las amigas ante la noticia del embarazo actitud de pérdida por parte de la adolescente de su entorno social.
3.3 Descubriendo factores protectores las adolescentes embarazadas Según el estudio realizado, se pude decir que las adolescentes embarazadas, presentan en general (84%) un elevado nivel de autoestima, pese a las condiciones adversas en las que viven. Esto puede explicarse a través del concepto de resiliencia, que demuestra que las adolescentes embarazadas (en su mayoría) han podido desarrollar factores protectores que elevan la percepción sobre si mismas y su ambiente (familia y red social). Las adolescentes cuentan con recursos internos (capacidades personales) y externos (las instituciones, la familia) como fuente de resiliencia o factor protector.
Fuentes de resiliencia
El siguiente cuadro muestra, los distintos factores protectores hallados en las distintas fuentes de resiliencia de las adolescentes estudiadas :
En relación a los factores protectores asociados a la autoestima de las adolescentes embarazadas pueden citarse los siguientes: aceptación de sí misma (capacidad de aceptarse con sus defectos y virtudes). capacidad para tomar sus propias decisiones. confianza en sí misma. optimismo ante el futuro Como se puede observar, las adolescentes embarazadas, han podido desarrollar cualidades que les permiten abordar la vida desde una perspectiva resiliente y esperanzadora en la asunción del rol de madres pese a las circunstancias difíciles que les toca vivir.
El fortalecimiento de los factores resilientes a través de la intervención del Trabajo Social en problemáticas de los sectores en alto riesgo, como es el caso de las adolescentes embarazadas, es un gran reto, ya que no existen recetas para la intervención, este modesto trabajo quiere ser una sugerencia, que nos permita centrar nuestra atención no en el riesgo, sino en las fortalezas y las capacidades, sobre ellas se propone trabajar, para detectarlas desde la perspectiva de los distintos niveles de intervención. Fortalecer los factores resilientes en l@s adolescentes en general y en particular en las adolescentes desde la prevención temprana, a través de técnicas y métodos propios del Trabajador Social conjuntamente con el equipo de Salud, para que la unidad de análisis se apropie de ellos en el fascinante camino hacia el desarrollo de la capacidades. Sabemos a ciencia cierta, que los factores resilientes “estan”, en la adolescente, en la familia, en la comunidad, en las Instituciones, ahora bien, la decisión de fomentarla debe ser tomada, en especial por las Instituciones, priorizando la metodología resiliente en la intervención. Asimismo las políticas sociales que intentan dar respuestas a los problemas de alto riesgo social, un camino alternativo podría ser, detectar o desarrollar los factores protectores entendidos como capacidades y recursos con que cuentan o se encuentran latentes (susceptibles de ser activados) en el individuo, la familia, la comunidad y la sociedad. La metodología resiliente, permite el desarrollo de las potencialidades del usuario en forma integral, abordado en forma sostenible (como proceso), a partir de una opción Política, Institucional y Profesional se podrá pensar en un verdadero cambio social.
1 Stefan Vanistendael, “Cómo crecer superando los percances”. Secretariado Nacional para la Familia, Comisión Episcopal de Pastoral Familiar. 1996. * Datos sobre la autora: * Lic. María Elena Guillén. Trabajadora social. Formosa Volver al inicio de la Nota |
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