UNA
BREVE EXÉGESIS DE LA SOCIATRIA
La
Sociatría es producto del centenario Servicio Social. Una
postura diferente ante el mismo problema planteado por la sociedad.
La elección de otros caminos para arribar al mismo propósito
social. La atención focalizada en el hecho disocial y seudo
cultural. Desde esta óptica, una nueva cosmovisión de
las ciencias sociales, más operativa y científica,
acorde a las demandas y exigencias que plantea el Siglo XXI. Un
enfoque desde donde se estudia y trata el fenómeno disocial
que afecta el equilibrio de los sistemas sociales humanos, que
incide en el proceso de socialización y por ende, en la
calidad de vida de la población. Una responsabilidad que
convoca para ejercer la profesión de manera interdependiente
desde el ámbito privado. Ella, abre una nueva y mejor
posibilidad para cumplir con las expectativas personales de quienes
han sido llamados por la vocación de servir, educar y
contribuir, desde el servicio social.
Su campo de acción y ejercicio profesional corresponde a
la dimensión sociocultural, es decir, propia del mundo externo
al hombre, a su estado consciente y al espacio interno del
sistema social humano donde se plasman y adquieren sentido:
los vínculos y relaciones entre los personajes, las
unidades sociales y sus interacciones.
Donde los Principios socio
contributivos de; cooperación, responsabilidad, equidad,
deferencia y oportunidad armonizan con sus leyes de propósito,
organización, correspondencia o compensación y de
jerarquía o evolución, las que rigen las relaciones
horizontales y verticales en un ámbito sistémico que
demanda equilibrio y en el cual se manifiestan a diario
infinitos episodios interhumanos.
En dicha dimensión es
imposible no comunicarse o no comportarse, por lo cual todo tiene
sentido y significado; el silencio, lo gestual, lo verbal, lo
simbólico, lo normativo, lo consuetudinario, lo contemporáneo,
lo artificial y lo natural.
Como ámbito convivencial, implica
un salto cualitativo desde lo individual o intraindividual hacia lo
interpersonal o social, creando entre los hombres situaciones de
interdependencia y co-responsabilidad. Todos los habitantes del
planeta somos partes de él y por ello nos cabe obrar en
armonía con la naturaleza o sufrir sus consecuencias adversas.
En
esta dimensión sociocultural y para convivir en concordia,
el hombre no sólo debe saber controlar y dirigir su psiquismo
y biología, ecuanimizar su razón y emoción, sino
también, desarrollar una aptitud sociocultural acorde a
su condición humana y social, capaz de contribuir
efectivamente al equilibrio existencial para que el efecto
disgregativo de la entropía social sea convenientemente
diferido y no atente drásticamente contra la funcionalidad y
armonía del sistema social humano.
El
fenómeno disocial (disfunción, desorganización y
desintegración social) que se nutre de la ignorancia
sociocultural, de la imprudencia personal y de la irresponsabilidad
social, motiva el surgimiento de la sociatría, para quien el
problema de la disolución social es consecuencia de los
desequilibrios generados en torno de una sociedad cada vez más
artificial e individualista. En la cual el concepto de las cosas ha
superado a la imagen de las cosas.
La cultura se ha desvirtuado y
empobrecido. La seudo-sociedad creada, no brinda confianza ni
seguridad. En ella se impone el interés personal por sobre el
bien común. Se parece más a una organización
capitalista que a una organización social. No puede haber
comunidad donde prevalece el individualismo, porque los lazos
sociales y familiares se debilitan y quiebran sin conciencia ni
responsabilidad social.
El hombre del nuevo milenio pasa mayor tiempo
de su vida relacionándose a través de las máquinas
o con gente extraña, que cara a cara con sus familiares y
seres significativos. Se ha instalado, como cultura, una modalidad de
vida operaria propia de ambientes cibernéticos y
se acepta con resignación el desvanecimiento de la cálida
y afectiva influencia hogareña.
Las nuevas generaciones
conocen más de la calle que del comedor de la cocina. Para
muchos, los miembros de su familia son sólo conceptos que se
guardan en la memoria, con alguna vieja imagen, quizá. Las
formas o patrones culturales que aseguraban la comunión entre
las personas han sido modificadas por las variables modas u
ocurrencias mediáticas y con estas prácticas sociales
se ve vulnerado el sistema de expectativas sociales. En
la seudo sociedad, desvanecidos los patrones comunes, impera lo
egocéntrico, el sálvese quien pueda y también la
incertidumbre.
Las
situaciones disociales van aumentando en la sociedad a medida que los
hogares se vacían de momentos auténticamente
familiares. Al hombre le cuesta entender todavía que la
familia es una organización natural y lo que ella brinda no
puede ser sustituido por ninguna otra institución artificial.
A los dirigentes les cuesta admitir que por más sofisticadas y
modernas las instituciones educativas del nuevo milenio, carecen de
alma. Sin embargo, aunque nadie lo quiera aceptar, en las seudo
sociedades, la orfandad de los niños, motiva, que ya desde muy
temprana edad queden a cargo de una institución educativa.
El hogar es un ámbito afectivo socioeducativo y sus graduados
estarán habilitados para la convivencia interhumana. Sin ello,
de qué sirve todo lo demás? Las seudo sociedades
producen seres autómatas o adictos insensibles y hedonistas.
Si
bien el fenómeno disocial tiene varias aristas, no es un
problema de origen psicológico, ni psiquiátrico, ni
biológico, como muchos creen o hacen creer, es un
fenómeno sociocultural que produce en el hombre: Inseguridad,
Incertidumbre y Desconcierto. No se trata de un hombre enfermo sino
de un hombre carente de los conocimientos y las habilidades
apropiadas para responder a las demandas y exigencias de las
situaciones que le toque enfrentar en su vida.
En
sociatría decimos, que el hombre del Siglo XXI carece de
aptitud sociocultural, que es aquella disposición
humana que brinda y desarrolla la educación para fortalecer la
comunión y la comunicación sobre la base de una cultura
original y pura, que emerge de la interacción con la
naturaleza.
Desde
nuestra cosmovisión, algunos de los graves problemas
producidos por la carencia sociocultural que sacuden la estructura
del sistema social humano son: La falta de Conciencia Social.
El desconocimiento generalizado de las particularidades y
generalidades del Sistema Social Humano. El cada vez mayor
vaciamiento y debilitamiento sinérgico del ámbito
hogareño.
Un progresivo compromiso horario bajo
dependencia laboral. La desvirtuación perversa de las nociones
de representatividad política y administración de la
Justicia. El debilitamiento de la estructura educativa pública
contaminada de falsas ideologías y el fortalecimiento de la
educación privada con fines de lucro. Un alarmante incremento
de los índices de; problemas familiares, problemas
criminalísticos y de violencia en la delincuencia infanto
juvenil, problemas de organización urbana, problema de
inseguridad ciudadana.
Grave incidencia en la aculturación,
por parte de los medios de comunicación masiva. El conformismo
y resignación ciudadana ante la corrupción y la
impunidad. El empleo genérico del término normal
para calificar las desvirtuaciones de los valores esenciales, Ej.
proceder mal es normal y ser honesto es anormal, etc..
Ejercemos
la sociatría, con el propósito de contribuir y afianzar
un proceso socio-educativo que permita una mayor calidad de vida en
la población, quienes desde el servicio social realizamos una
actividad esencialmente educativa de carácter promocional,
preventiva y asistencial destinada a la atención de
situaciones de carencia sociocultural, desorganización y
desintegración social que presentan las personas, grupos y
comunidades. Desde esta posición, sociatría es;
inculcar una educación social responsable.
DEFINIENDO
A LA SOCIATRIA
La
Sociatría es el enfoque sociocultural del servicio social y
una nueva cosmovisión de las ciencias sociales, a quien le ha
sido confiada la atención (estudio e intervención) de
las situaciones de carencia, desorganización o desintegración
social que sufren las personas, grupos y comunidades.
En
el nivel de integración humana, a la sociatría le
compete epistemológicamente el nivel de análisis
sociocultural de los problemas sociales, sus causas, efectos y
consecuencias en el sistema social humano.
Etimológicamente sociatría es una palabra
compuesta por los términos socius, de
origen latino, que quiere decir persona asociada con
otras, e iatría, sufijo de
origen griego que significa curación y del cual
adoptamos su significación latina; restablecer.
Literalmente
Sociatría es: El restablecimiento de lo social.
Lo
social, no como adjetivo, sino, como sustantivo, es
decir, sustancia que emerge del concurso humano, con un propósito
y crea una situación social con estructura y dinámica
propia.
Restablecimiento,
como acción negentrópica socioeducativa, premeditada e
intencionada para recuperar, instaurar y/o promover la estabilidad y
funcionalidad intraoperativa del ámbito social, alterado por
situaciones de carencia, desorganización o desintegración
social.
Desde
lo conceptual, la sociatría refiere al tratado y
estudio sociocultural de las situaciones disociales que afectan la
organización e integración social de los sistemas
sociales humanos e inciden en el proceso de socialización.
Desde lo
operacional, la sociatría plantea problemas, explora,
describe, explica y trata los fenómenos socioculturales que
inciden alterando la funcionalidad de los sistemas sociales humanos y
sus ámbitos de influencia.
ACUERDOS
SOBRE LOS QUE SE EDIFICA LA SOCIATRIA.
Comprendemos
al Hombre como a la sustancia espiritual primordial
capaz de múltiples transformaciones y alianzas en procura de
su evolución integral y a la Cultura, como a la
influencia natural donde reside la mayor capacidad de transformación
y desarrollo humano para convivir en armonía con la creación.
Sostenemos
que la estructura de la realidad esta construida sólo
de verdades. Mientras que la estructura de la realidad
del hombre lo está; de verdades, ignorancia y mentiras. La
calidad de la existencia humana dependerá de con qué se
nutra.
Creemos
en la existencia de un Dios que se expresa en la fuerza
creadora y armonizadora del universo. Quien dotó al hombre
de intelecto, libertad y pasión, para que contribuyendo con
su Obra, evolucione espiritualmente. De aquí surgen las ideas
del bien y del mal, según el obrar este orientado en
contribuir o no con El.
Pensamos
que la libertad es una propiedad humana y el
constreñimiento es una exigencia social. La convivencia
demanda un justo equilibrio entre la razón y la emoción
en función de la armonía.
Reconocemos
que el animal humano nace ignorante, imprudente y sin
responsabilidades sociales, es decir, nace carente de cultura, de
verdades, de Dios, de valores, de libertad..., nace individuo y es
la familia y la sociedad, a través de la educación,
quienes debieran convertirlo en persona de bien y en ciudadano
responsable.
sociatria@hotmail.com