Febrero
de 2003
El
encuentro
Conozco
a Mariela en el mes de julio del 2002. Me la presenta una compañera
de planta para que la atienda durante su licencia. Había
iniciado tratamiento ambulatorio en este hospital días antes,
derivada del Hospital de Clínicas. Se presenta con su madre
(Aída) en el servicio social, siguiendo una sugerencia de su
terapeuta.
Mi colega de planta me pide que durante esta primera
entrevista me limite a observar. Mariela se muestra con una actitud
de desconfianza y hostilidad hacia nosotras. Su relato es
interrumpido permanentemente por su madre, quien emite juicios
descalificantes hacia con su hija.
A partir de ese encuentro puede conocerse que: Mariela tiene 34 años
y en el mes de febrero tuvo un bebé (Juan) en el Hospital de
Clínicas, el cual fue entregado a su tío paterno y su
esposa (Mario y Carmen) ya que no podía cuidarlo ella. Sin
embargo, por motivos desconocidos para Mariela, el matrimonio a su
vez entrega al niño a la hermana de Carmen (Elvira).
Respecto
al paradero del niño, Mariela cuenta con el único dato
de que Elvira vive en la localidad de Morón, ya que su familia
se niega a brindarle más información. Aída
acuerda con su hija afirmando saber tan poco como ella. Mariela vive
con su padre (José) en una vivienda de su propiedad en
Paternal y Aída habita en el Hogar San Martín.
Otro
planteo que efectúa Aída es su disconformidad con la
intención de Mariela de levantar una denuncia por malos tratos
que había abierto contra el padre de su hijo (Sergio). Ante
esto Aída se muestra especialmente agresiva con su hija,
exaltada y presentando un discurso confuso. Hace y se
arrepiente... así es todo el tiempo.
No puede sostener una
denuncia contra ese delincuente que la golpeaba brutalmente. Además
no le importa nada su hermano.... Mi colega pide que sea
más precisa y Aída refiere que su hijo fue víctima
de una denuncia injusta por parte de Sergio y por eso debió
abandonar el país. La respuesta que Mariela recibió del
servicio social se limitó a la orientación de que no
efectúe ninguna acción respecto a la denuncia y que
confíe en su tratamiento.
Considero
que es importante señalar que Mariela fue la primera persona
que seguí al empezar la residencia. Posiblemente esto haya
influenciado en la manera en que me involucré emocionalmente
con la situación. Recuerdo de ese día la sensación
de angustia que experimenté por la situación de
vulnerabilidad en la que se encontraba Mariela, y profundo rechazo
por la actitud de su madre.
La
intervención
Días
después, contacto telefónicamente a la Sra. Carmen
quien se muestra muy amable y accede de buen grado a concertar una
entrevista.
Cuando
concurre al hospital, llama mi atención el modo de
presentación de Carmen. Luego de presentarme y explicar mi
intención de contar con un panorama más amplio sobre la
situación de Mariela, afirma: yo entiendo de estas
cosas porque mi marido es médico, muy buen médico, y mi
hijo también, es un gran neurocirujano del hospital Pirovano
¿lo conoce?. Me muestra una tarjeta personal del
hijo, a quien yo no conocía. No entendía que tenía
que ver todo eso con Mariela ...
A
fin de reflejar lo más fielmente posible el contenido de la
entrevista, transcribiré fragmentos de su crónica ya
que considero que las expresiones que utiliza Carmen son muy
interesantes.
Mariela
y el nene estuvieron viviendo conmigo y mi esposo durante un tiempo
hasta que la echamos ya que no soportábamos que no cuidara al
bebé. Además tenía actitudes raras, por ejemplo,
se encerraba en el baño durante una hora a mirarse, sin saber
que yo la estaba espiando, usaba guantes... Es muy pretensiosa,
pretendía bañarse todos los días y se quedaba un
montón de tiempo en la ducha. Era realmente una situación
insoportable, ella contestaba, no era agradecida a todo lo que
estábamos haciendo por ella. No quería colaborar cuando
en realidad estaba allí de favor (...)Ella no quería
tener a ese hijo, decía que lo quería dar en adopción
y cuando yo escuchaba eso me moría de pena. Al nene yo lo
quiero como si fuera mío y eso que ya tengo nietos (...)
Mariela lloraba cuando la echamos. En ese momento se pactó que
el bebé se quedaba en casa, que nosotros nos ocuparíamos
de él, y que ella a cambio haría tratamiento y no se
escaparía. Bueno, y así fue. Ni le dio un beso cuando
se fue. No volvió a visitarlo nunca más. Llamaba, sí.
Pero por otras cosas.
Trato
de que Carmen reflexione acerca de la particular y difícil
situación que está pasando Mariela en relación a
su salud mental y la conveniencia de mantener el vínculo
madre- hijo a pesar de todo. A lo que me responde:
A
mí me cuesta aceptarlo, porque yo no tengo experiencia en el
absurdo. Pero ojo, no es ninguna tonta. Está mal para lo que
le conviene. Ella estaba cómoda en mi casa. Mariela no quiere
vivir con su padre porque su casa no es fea pero no tiene lujos como
ella quiere; en cambio la de su madre sí está en
condiciones y Aída prefiere usurpar un lugar en el hogar San
Martín.
Yo reconozco que lo ideal sería que el niño
viviera con su madre. Lugar donde vivir tiene. Lo que pasa es que
Aída no quiere recibir a su hija en su casa ya que su hijo que
vive en Brasil se lo ha prohibido mientras Mariela se relacione con
el padre del nene. Yo considero que esa sería la mejor
alternativa, aunque, pensándolo bien, no sé, porque
Aída está en una secta y eso podría ser malo
para el nene.
Pregunto
dónde está el niño actualmente. Como mi
marido está enfermo y empeoró, arregló con el
padre de Mariela que lo iba a cuidar mi hermana que ama a los bebés.
José entrega dinero para eso y sé que fue a AMIA a
buscar un lugar para el nene (...) Realmente desconozco si Mariela
está al tanto de las decisiones de su padre, supongo que sí.
Igual Mariela no puede sostener ninguna decisión (...)
Sinceramente, el bebé antes lloraba y ahora ríe.
Allá
en lo de mi hermana él es un rey. En esa casa la que lo cuida
es mi sobrina (Adriana) que es una licenciada en psicología
muy prestigiosa, soltera de 38 años, íntima amiga de
una jueza de menores. Nuevamente el desconcierto. Era una
amenaza?
Indago
qué posibilidades hay de que Mariela visite a su hijo,
pensando más en conocer la actitud de Carmen que en la
posibilidad concreta de hacerlo (ya que en eso me remitiría al
trabajo en equipo).
Sabemos
que esto es transitorio. Ojalá tarde en curarse Mariela porque
así el nene está más tiempo con mi sobrina que
está embobada. Aunque pensándolo mejor, no, porque se
van a encariñar cada vez mas y va a ser terrible. Pobre mi
hermana!!!
En
la siguiente entrevista con Mariela, luego de consultar con el resto
del equipo, se la pone al tanto sintéticamente de lo
conversado con su tía. Se la alienta para que la llame, ya que
luego de nuestra intervención posiblemente tenga otra
respuesta sabiendo que hay una institución que está al
tanto. Es importante que lo haga cuanto antes entonces-
reconoce Mariela-
El tema es que cuando intento hablar me
pongo nerviosa, me trabo y no sé que hacer. Además
ellos son los poderosos y para ellos yo soy lo peor. No es verdad que
no tengan problemas en que yo vea al bebé. Mariela
expresa que intentará comunicarse con el objetivo de visitarlo
para el día del niño.
Mariela
cuenta que a espaldas de su familia se encuentra con Sergio quien le
propone hacer juntos una denuncia por recuperar al niño Yo
no sé qué quiero pero no quiero que mis parientes
decidan por mí. Se le recuerda que los únicos
que tienen capacidad para decidir sobre el niño son sus padres
y, eventualmente, la instancia legal interviniente, pero no sus
parientes. Se muestra conforme con mi propuesta de entrevistar a
Sergio porque sería bueno saber el otro lado y él
tiene derecho. No sé si levantar la denuncia contra él
o no. Tampoco sé si quisiera volver a estar con él. El
tema es que siempre estuve entre dos fuegos cruzados entre mi familia
y él (...) Siento que todo lo que me rodea es negativo o
me quedo con lo negativo de las cosas. Quizás es porque soy
pretensiosa. Siempre viví bien, me creía rica y
evidentemente no lo soy. A mi me gustaría vivir como antes.
Yo
trabajé en un consultorio psicológico durante siete
años. Ahora no sé si podré volver a trabajar. Yo
no era así. Obvio que este cambio tiene que ver con haber
tenido un bebé. Todo tiene que ver con todo.
El
día 8 de agosto concurre Sergio muy violentado al hospital,
solicitando una ambulancia ya que Mariela está amenazando con
tirarse de la terraza y no sabe cómo contenerla. Así
mismo plantea estar desesperado porque Mariela ha entregado a su
hijo.
Al
día siguiente Mariela viene directamente al servicio social y
me muestra una citación del Juzgado nº 8, a partir de una
denuncia que había hecho Sergio, obligándola a
presentarse con el niño. A Mariela le parece raro esto porque
Sergio sabía que ella no lo veía al niño. Por
otro lado, está muy angustiada porque en el otro juzgado (nº
4), donde hizo la denuncia contra Sergio por malos tratos, había
declarado que era alcohólico y violento.
Mariela se muestra
arrepentida de tal declaración y teme perder para siempre la
relación afectiva que mantenía con él desde hace
siete años. Afirma que lo hizo presionada por sus padres
quienes amenazaron con desheredarla. Aparte, mi familia está
de acuerdo en matar a Sergio. Ellos tienen contactos mafiosos para
hacerlo. Creo que lo pueden hacer realmente. Cuando estábamos
juntos Sergio usaba dinero de mi familia que yo le facilitaba, y
ahora quieren recuperarlo. Mi hermano lo amenazó de muerte,
Sergio lo denunció y él tuvo que irse a Brasil.
Pero
llama diariamente a mis padres para convencerlos que no me reciban en
sus casas mientras me relacione con Sergio, les lee la Biblia y les
dice que es el innombrable. Por eso mi mamá dice que vive en
el hogar pero en realidad sólo va a comer. Yo antes de estar
con mis tíos, vivía con el bebé en lo de mi mamá
y por eso me echó. Ahí empecé a ponerme mal.
Al
rato Mariela vuelve contándome que se está
hablando de internación. Expresa no querer internarse
porque teme que le inicien un juicio por el cual no le dejen tener al
nene. Le explico la diferencia entre internación y juicio de
insania y que la primera no implica la segunda y la segunda puede
iniciarse aún sin internación. Sí, pero
este es un lugar horrible, mirá cómo están esas
personas, me impresionan. Nunca pensé que esto pasaría.
Además mi mamá me dice psicópata danger.
A
las pocas horas es internada en la guardia. Ante su insistente
negativa, el TS de guardia propone hacer una autointernación
para evitar que sea aún más violento. Paso a saludarla
antes de irme y me dice que quiere contarme algo, en voz muy baja
porque su madre andaba por allí. ¿Sabés?
Ese día en el juzgado no sólo hablé contra
Sergio, también hablé contra mi familia y que temo que
se quieran quedar con el bebé, porque ... es hermoso.
Durante
ese fin de semana me quedé pensando en ella.
El
lunes siguiente a primera hora Mariela viene a consultorios externos
diciendo que se quiere ir. Este lugar es horrible, no lo
soporto. Capaz que en la casa de mi padre, si limpio todo y trato de
no pelear con él voy a estar bien. A mi me dijeron que al ser
autointernación podía irme cuando quería. Acá
todos me mienten.
Aclaro
que es cierto que al ser autointernación puede irse cuando lo
desee pero que lo más conveniente era remitirse al criterio de
los profesionales que la estaban atendiendo en la guardia. Mariela
teme que si no respeta la orientación de quedar internada, se
le inicie un juicio de insania. Afirmo que me pondría en
contacto con el TS de la guardia a fin de buscar la mejor
alternativa. En realidad yo estaba absolutamente desorientada.
Entrevisto
conjuntamente con la TS de la guardia a los padres de Mariela. Cabe
señalar que la misma se lleva adelante con mucha dificultad ya
que, José no deja lugar a la palabra de otro y se violenta
cuando el equipo intenta ordenar la comunicación. José
relata lo sucedido con un nivel de agresión y subestimación
a su hija que es muy difícil permanecer indiferente.
Busca
permanentemente envolver en su discurso al equipo buscando
complicidad. José y Aída pronuncian terribles insultos
respecto de Sergio. Lo acusan de culpable de que Mariela esté
internada y de que su apellido se vea enredado en cuestiones
judiciales, ya que eso José lo percibe como una vergüenza
para su familia.
Mariela
pasa rápidamente a la sala de mujeres en donde permanece
durante aproximadamente un mes. En ese período, si bien yo no
sigo trabajando con ella, me mantengo en contacto con la TS de la
sala quien, considerando que yo deseaba seguir atendiendo a Mariela
cuando sea externada, me tiene al tanto de los hechos ocurridos:
Luego
de un proceso de conocimiento de la situación, el Juzgado
Civil nº8 (donde se han centralizado las causas) determina que
Sergio tendrá la tenencia del niño y que Mariela irá
a vivir con ambos al ser externada. Sergio venía a visitarla
durante la internación, tratando de no encontrarse con los
padres de Mariela; al ser entregado el niño a su padre, estos
últimos dejan de venir y Sergio comienza a venir con Juan
quedándose más tiempo.
Mariela
es externada y se muda a la vivienda de Sergio en el barrio de
Saavedra. Retoma el tratamiento por Consultorios Externos y Sergio,
según orientación del equipo, también comienza
tratamiento psicológico, por cierto de muy mala gana.
A
principios de octubre, Mariela se acerca al servicio social
planteando que tiene que hacer una presentación al juzgado ya
que intentará que su padre le entregue las pertenencias que
quedaron en su casa (documentación, certificados de estudios,
libros, etc.).
Sergio entra y sale del servicio diciéndole
cosas a Mariela y pidiéndome que la convenza de que no sea
estúpida. Ellos la volvieron loca y ahora no se anima
a pedirle las cosas por si se enojan. No reconoce el daño que
le han hecho.
Sergio se retira y Mariela cuenta que está
con él porque no le queda otra pero que teme que no sepa
cuidar al niño. Se preocupa por la situación económica
y laboral de Sergio.
Yo no sé con que va a mantener
al nene, él es agrimensor pero no tiene un trabajo estable y
tiene muchas deudas.
Explico que la intervención del
juzgado implica un límite al poder de Sergio sobre el niño
en caso de ser peligroso. Respecto a lo económico trabajamos
acerca de la masividad del fenómeno de la precariedad laboral,
lo cual no es necesariamente inherente a cuestiones individuales.
Relata así mismo, que un nuevo episodio de violencia ocurrió
por parte de Sergio cuando la descubrió intentando llamar a
sus padres. Tengo miedo que Juan corra peligro con Sergio y
yo no me dé cuenta. Al final antes tenía todo y ahora
no. Por favor, no le cuentes a nadie que me levantó la mano
porque si no nos lo van a quitar a Juan.
En
las semanas siguientes Mariela demuestra estar entusiasmada en cuidar
y jugar con su hijo. Refiere que las cosas con Sergio andan un poco
mejor y afirma que a Juan a veces lo cuida mejor que ella, ya que a
ella aún le cuesta que fluya el afecto con él.
Soy yo el problema. Sergio quiere verme bien, como antes. Hasta
me paga un gimnasio.
Cuenta que sus padres siguen pensando
que el niño estaría mejor con los tíos, y que
cuando le dicen que una loca no puede ser buena madre, les corta la
comunicación. Indago en las cosas que le gustan hacer y cuenta
que antes tenía muchas amigas de las que se distanció
cuando lo conoció a Sergio.
Además que le gustaba
cantar, y su madre se lo prohibía. Le doy información
acerca de un centro cultural cercano a su domicilio donde hay clases
de canto y coro gratuitas. Mariela deja de venir durante algunas
semanas, lo que me hacía pensar que, quizás, las cosas
iban encaminándose para esta familia.
A fines de noviembre, la psicóloga de Sergio me comenta
acerca de una TS que, según Sergio, está presionando
para que Juan vuelva a vivir con la familia de origen de Mariela. Me
comunico con el Juzgado, donde me entero que hay un nuevo actor en
escena, el Consejo Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia
(CONNAF). Es desde el Programa de Fortalecimiento de Vínculos
de esa institución que la Lic. V. está realizando las
entrevistas domiciliarias para informar al Juzgado sobre la evolución
de la situación del niño. Tal intervención se
constituye en una medida precautoria con el fin de velar por los
derechos de niños y adolescentes en riesgo.
Me
pongo en contacto telefónicamente con la Lic. V. quien afirma
que el niño no se encuentra en un ambiente saludable y que
desde el CONNAF están pensando en la posibilidad de pedir al
Juzgado la derivación de Mariela y el niño a un hogar.
Les pido una entrevista. En esos días elaboro un informe y
comunico al equipo lo sucedido.
La opinión del equipo, a
partir de varias entrevistas con Mariela, es que no se encuentra en
condiciones de hacerse cargo sola del niño y, descartada la
posibilidad de ir a vivir con cualquiera de sus padres, se considera
que derivarla a un hogar sería una medida contra el
fortalecimiento de los vínculos del niño con sus
padres. Mariela se muestra de total acuerdo con el contenido del
informe aunque reconoce no hay salud en ningún
lugar. Me pide si puedo contactar a la pediatra de Juan
porque tiene interés en que yo escuche su opinión y la
transmita al CONNAF, ya que el niño se encuentra en un
excelente estado de salud.
La
Dra. M. (pediatra del hospital Tornú), opina que no puede
limitar su informe al aspecto clínico de Juan, por cierto muy
bueno, sin remitirse a un análisis más global de su
salud. Si bien reconoce que el vínculo madre- hijo se está
fortaleciendo día a día y que el nene está
perfecto, sin embargo, observa en Sergio juegos bruscos con el niño.
Además afirma preocuparle Mariela ya que Sergio le recuerda
permanentemente que es una enferma. La Dra. M. propuso a Mariela
participar del grupo de madres y no tuvo respuesta. Le presento una
reseña del caso y ofrece su colaboración para lo que
sea necesario.
Me
entrevisto finalmente con la Lic. V y su supervisora presentando el
informe. Otro había sido enviado al Juzgado. Estas
profesionales enfatizan que Sergio es una persona muy violenta. Al
presentar mi postura, ambas TS se muestran de acuerdo en suspender
las líneas de acción que habían planificado,
poniendo como condiciones que Sergio realice el tratamiento
rigurosamente y no beba alcohol.
Mariela
viene una mañana sin cita muy perturbada al hospital para
hablar con su psicóloga y conmigo. Relata que el día
anterior había ido al domicilio de su padre a fin de retirar
sus cosas y José la ha agredido verbalmente y le ha escupido.
Nuevamente reunión de equipo y redacción de una nota
solicitando al Juzgado el cambio de estrategia para que Mariela
recupere sus pertenencias. Se avisa telefónicamente acerca del
envío de la nota y se concerta una entrevista con la Lic. A.
(TS del Juzgado nº 8) para el 30/12.
Concurro
en la fecha acordada al Juzgado y luego de leer el expediente, me
entrevisto con la Lic. A. La pongo al tanto de las entrevistas
mantenidas y en relación a la postura del CONNAF, opina
evidentemente han cambiado de idea ya que antes de la fecha
que vos me decís, habían mandado un informe proponiendo
que Mariela vaya a vivir con alguno de sus padres. Acá
hasta ahora siempre acatamos las indicaciones terapéuticas,
con lo cual estamos de acuerdo con todos los informes que se mandaron
desde el hospital.
Respecto a la nota enviada días
antes, A. me explica que no fueron ellos quienes indicaron esa
estrategia, sino las TS del CONNAF, y que tampoco les compete
intervenir ante tal situación, ya que se trata de una cuestión
particular que nada tiene que ver con el expediente allí
abierto acerca de un padre que no veía a su hijo. Así
mismo refiere que el expediente de Mariela por su internación
(art. 482 Código Civil) ha sido archivado ya que el
diagnóstico no la habilita a un juicio de insania.
Por este
motivo tampoco puede actuar un abogado de oficio. Afirma que esto ya
se lo ha explicado a Mariela y Sergio, así como el
ofrecimiento a que recurran a los servicios de patrocinio jurídico
gratuito que funciona en el Juzgado pero que Sergio se ofendió
ante esa sugerencia.
Pongo
al tanto a Mariela de lo tratado en la entrevista con A. Recién
ahora se están dando cuenta en el Juzgado lo chapita que están
mis padres. Por un tiempo no tengo noticias de ellos.
Durante
el mes de febrero Mariela comienza a llamar muy seguido al servicio
social para hablar conmigo mostrándose muy angustiada y
preocupada. Me cuenta que Sergio ha puesto una abogada para que la
ayude a recuperar sus cosas de las cuales aún no ha tenido
noticias. Esto la tiene muy mal ya que teme la reacción que
puedan tener sus padres.
Afirma además que la Lic. V. no
quiere que contraten la abogada porque dice que luego no van a tener
para comer. Porque me consiguió un subsidio de $200
se cree que tengo que hacer todo lo que ella diga. Sergio cree que
ella está coimeada por mis padres. ¿Quién se va
a creer que mantenemos a un chico con eso? Ella me dice que no sea
estúpida pero no sabe que Sergio además tiene un
ingreso por algunos trabajos que hace en una escribanía. ¿Pero
mirá si se enoja y me hace un informe para sacarnos a Juan?.
Mariela cuenta que la abogada es una persona de confianza de
Sergio y que él dice que no le cobrará. No obstante,
Mariela teme que luego se quiera cobrar con sus cosas.
Sugiero
que la conozca personalmente y si está de acuerdo que le dé
el teléfono del servicio social para que se comunique conmigo.
Me
comunico con la Lic. V. ya que me interesaba saber cual era el motivo
por el cual sugería a Mariela que no acepte a la abogada. Mi
preocupación era que Sergio la pudiera estar engañando
para poner las cosas a su nombre y deseaba saber si V. pensaba lo
mismo. La Lic. V. si bien contempla esta posibilidad, refiere que lo
que más la preocupa es que si gastan en eso luego no van a
tener para la satisfacción de las necesidades básicas.
Le doy mi opinión acerca que es una decisión familiar
cómo administrar ese beneficio (que en realidad no es
beneficio sino derecho no reconocido como tal, bajo la forma de
política compensatoria que implementa el Estado).
Nuevamente
Mariela viene al hospital angustiada. Mi vida es un
desastre. Yo veo que hay gente que es feliz. ¿Cómo
pude llegar tan lejos hasta tener un hijo con Sergio?.
Dado
que Mariela en otra ocasión había planteado que le
gustaría trabajar para no depender tanto de Sergio, le ofrezco
conectarla con el servicio de Bolsa de Trabajo de AMIA que, según
tengo entendido, es bastante eficaz. Sin embargo, Mariela desecha la
idea ya que ella se ha alejado de la colectividad judía. Le
aclaro que el único requisito es tener apellido de origen
hebreo, sin importar otra cuestión. Pero si mi padre
se entera se enfurecerá porque dirá que avergüenzo
al apellido. Yo fui educada en los mejores colegios de la
colectividad y me abrí de ella por Sergio. Pero no
es sólo por esto que Mariela no puede tomar la decisión
Por otra parte, eso me traería traerá
conflictos con Sergio que siempre me ha humillado y atribuye todo lo
malo que nos pasó al hecho de haberse metido con judíos.
Todo
hubiera estado mejor si no me metía con Sergio ... Mis padres
tenían razón.
Esa
fue la última conversación que tuve con Mariela, pocos
días antes de escribir este ateneo. Muchas son las cosas que
sentí y siento en todo el proceso de intervención con
esta familia. Si bien el mismo continúa, en este tiempo fui
aprendiendo que desde ninguna profesión se puede cambiar
radicalmente la vida de las personas. Parece una obviedad pero a
veces nos comportamos como si eso fuera posible. Por todos los medios
el equipo ha intentado que Mariela reconozca que vivir con Sergio es
menos nocivo que hacerlo con sus padres; sin embargo, nadie puede
saber que pasará con esta familia.
Considero
que más bien se trata de acompañar con algunas
herramientas inherentes a cada disciplina, las decisiones que cada
persona pueda ir tomando. Por eso me gustaría reflexionar
acerca de algunas cuestiones teórico- metodológicas que
guiaron mis acciones.
Si bien aparentemente éstas se limitan a
comunicaciones telefónicas y entrevistas a distintos actores,
no se trata de intervenciones aisladas de tipo burocrático,
sino que tienen como fundamento un bagaje específico que
detallaré a continuación.
Enfoque
de red: abre una posibilidad de intervención que involucra a
la mayor parte de personas y organizaciones intervinientes ya que,
cuando hablamos de modelo de abordaje en red, nos referimos a una
forma de percibir toda la trama de relaciones que se han establecido
en una determinada situación.
Construir el mapa de red,
implica identificar el conjunto de vínculos positivos y
negativos que rodean al sujeto. En este enfoque cobra importancia la
noción de articulación, en tanto, acciones orientadas a
la generación de espacios de concertación entre
diversos actores sociales capaces de confluir en el abordaje de una
situación problemática. El trabajo interdisciplinario
es en sí una forma de articulación, ya que posibilita
la comprensión de la realidad compleja y el reconocimiento de
los recursos disponibles.
Se
puede señalar que la familia de Mariela, como tantas otras en
la actualidad, presenta determinadas características que no se
identifican con la población que tradicionalmente se ha
constituido en destinataria de las intervenciones de los trabajadores
sociales. P. Rosanvallon, en relación a las modificaciones
ocurridas en los últimos años, propone a los TS poner
más la mirada en las trayectorias biográficas sin
intentar ubicarlas en categorías.
Esto no significa que se
descuide un análisis macrosocial; ya que la realidad de esta
familia es un ejemplo dentro de la heterogeneidad de situaciones que
se enmarcan en el fenómeno de la nueva pobreza. Lo que se me
presenta como un desafío en esta problemática concreta,
es que no se limita al aspecto económico, lo que permite a mi
práctica salir del mero asistencialismo en el que fácilmente
caemos los TS.
Comparto
la definición de C. Eroles quien afirma que la especificidad
del Trabajo Social, teniendo como ámbito de actuación a
las relaciones sociales concretas, es una intencionalidad ético-
política que apunta a transferir poder de decisión a
quienes ven vulnerados derechos.
Ubicar
a la transferencia de poder como un elemento inherente a mi
profesión, me permite fundamentar la perspectiva estratégica
que fue guiando el seguimiento de este caso, o al menos traté
de hacerlo. Intervenir estratégicamente implica reconocer los
diferentes actores que están presentes en el escenario social
con sus múltiples intereses en juego, muchas veces
encontrados, y los distintos recursos de poder que cada uno de ellos
maneja .
Respecto
a la noción de poder, P. Bourdieu sostiene que el mismo (él
lo llama en términos de capital) interviene en las luchas que
se producen en los distintos ámbitos del espacio social,
revistiendo diversas formas y que el económico es tan sólo
uno de ellos. Las otras dos clases de capital que propone el autor
aparecen con claridad en el caso presentado: el cultural y el social.
Respecto al cultural basta recordar el énfasis que pone Carmen
respecto a los títulos obtenidos por sus familiares. Según
Bourdieu los títulos (en este caso educacionales) brinda
beneficios simbólicos y bienes imposibles de adquirir con
dinero directamente (...)
Dado que los títulos sirven como
capital, quienes tengan mayor cantidad tendrán mayor
posibilidad de definir las reglas del juego de ese campo .
El capital social se relaciona con la existencia de una red duradera
de relaciones con las que cuenta un individuo o grupo y la suma
de los poderes que semejante red permite movilizar .
También esto puede relacionarse con la situación de
vulnerabilidad en la que se encuentra Mariela en tanto cuenta con muy
pocos vínculos favorables.
Si
se tienen en cuenta los momentos metodológicos de la
intervención profesional, se puede observar que, para poder
seleccionar las alternativas más convenientes, las acciones se
orientan especialmente hacia la elaboración de un diagnóstico
situacional adecuado. Es decir, deben conocerse exhaustivamente todas
estas cuestiones a fin de que las intervenciones no partan de un
deber ser preestablecido, sino que se basen en esta
dinámica y conflictiva realidad, reflexionando sobre las
mismas, revisándolas y adecuándolas permanentemente.
Bibliografía
consultada
- Bourdieu,
P. Respuestas. Por una Antropología reflexiva. Ed. Grijalbo.
México.1995.
- Eroles,
C. Familia y Trabajo Social. Espacio Editorial. Bs.As., 1998.
- Foucault,
M. El sujeto y el poder. En Dreyfus, H. y Rabinow, P., Michel
Foucault: Más allá del estructuralismo y la
dialéctica, México, UNAM, 1988.
- Rosanvallon,P.
La cuestión social. Ed. Manantial. Bs. As., 1995.
Junio
de 2003.-
¿¡Alto
el fuego!?... o sobre la posibilidad de un final feliz.
Después
de aproximadamente un mes y medio de no tener noticias sobre Mariela
(dos semanas después de la presentación de su caso
en Ateneo inmediata a mi licencia por vacaciones), me sorprende con
un llamado telefónico al servicio social diciendo con gran
excitación no sabés todo lo que tengo para
contarte; es increíble, está todo re bien, no lo vas a
poder creer porque ni yo creo todo lo que pude hacer.
Estoy cambiando
interiormente. Estoy retomando varias cosas que hacía antes,
sólo que ahora es mejor porque lo tengo a Juanito.
Además me mandé sóla a la casa de mis padres y me agarré
todo lo que era mío. Estuve tres días llena de odio,
pero después me puse bien. Con Sergio también las cosas
están mejor.
Mariela
agrega que es posible que a la brevedad se cierre la causa judicial,
lo cual implica un gran alivio para ella. Relata que hace tiempo que
no concurre al hospital debido a que su terapeuta está de
licencia y si bien le ha ofrecido un profesional reemplazante también
le ha dejado la opción de no hacer uso de tal espacio en caso
de no necesitarlo ya que en las últimas entrevistas la
observaba mucho mejor.
Al final me hace mejor no ir que ir
al hospital. Trato de enfatizar sobre la importancia de la
continuación del tratamiento, más allá de las
mejorías que se vayan logrando, a lo que inmediatamente
responde: Obviamente, si no hubiera sido atendida en el
hospital probablemente me hubiera suicidado.
Recuerda el
día que no deseaba internarse y comenta que lo siente como
algo muy lejano. Al cortar la comunicación me invade una gran
alegría y el deseo que el tiempo se detenga y ya
no ocurran más infortunios en la historia de esta familia. A
pesar de las advertencias de mis compañeros, no puedo evitar
el optimismo.
Me
comunico con la Lic. V., quien afirma que la situación
familiar de Juan ha cambiado notablemente, motivo por
el cual ya no tendría razón de ser la
intervención del CONNAF, aunque por el momento seguirá
vigente el subsidio otorgado.
Casi
sin poder creer lo que estaba sucediendo consulto con la terapeuta
quien opina que hace ya tiempo que Mariela viene sosteniendo cambios
importantes con resultados muy positivos respecto a su salud mental.
Mariela
concurre nuevamente al servicio social; la observo muy alegre.
Detalla la estrategia que ha armado y ejecutado para recuperar sus
pertenencias, sin disimular su asombro por sus propias acciones. La
misma consistió en contratar a un mudador e ir con él
hasta la casa de su madre.
Una vez allí mi madre se
puso loca y yo muy nerviosa pero mientras recogía todo
pensaba: tengo que hacerlo así se termina de una vez y nunca
más vuelvo. Mariela relata que entonces llega su
padre y sin dirigirle la palabra se traslada con el mudador (quien le
comenta que sus padres están re- locos) hasta
la casa de José y también logra tomar las cosas que le
quedaban allí. Desde ese momento no ha hablado más con
ninguno de ellos y se siente muy aliviada por esto.
Respecto
a la relación con Sergio, Mariela refiere que si bien ha
mejorado mucho, a él le cuesta entender su cambio, y esto le
genera desconfianza. No obstante, Mariela expresa que eso es problema
de Sergio, que tendrá que trabajarlo en su terapia y que
bastante tiene ella con sus propias cuestiones. Asímismo
manifiesta que está muy feliz por el vínculo logrado
con su hijo.
Las (TS) del Consejo quieren que lo
lleve al jardín pero no me van a apurar. Yo lo estoy cuidando
y la pediatra dice por ahora está bien así; además
su salud está excelente, recién lo citó para
junio. Refiere que disfruta de los momentos con Juan y
hasta ha establecido lazos amistosos con las mamás de los
niños que juegan con él en la plaza.
Estoy
recuperando un montón de cosas que creía que ya nunca
más viviría. Vos no me vas a creer si yo te contara lo
que era antes de caer acá. Me cuenta acerca de su
trabajo como secretaria en HOLOS (Escuela de Counselling). Me
codeaba con los capos. Me encargaba de contactar a grandes
personalidades para dar charlas. Esto no lo conté acá
porque no me lo iban a creer, pensarían que era un delirio.
También menciona a Andrés, uan persona que conoció
allí quien fue muy importante en su vida; Él
no lo soportó cuando se enteró que estaba internada
acá; ni pudo venir a verme.
Refiere
que en esa época sus padres estaban contentos con ella: Nunca
les importó nada de mi persona pero mientras tuviera plata
estaba todo bien. Relata que deseaba estudiar psicología
pero como sus padres consideraban que ser médica era más
prestigioso, entonces cursó cuatro años de medicina
pensando en ser psiquiatra para luego especializarse en
psicoanálisis. Pero dejé porque no era lo que
yo quería (...) Después lo conocí a Sergio en el
COTO de Cabildo al 500 y fue la primera vez que sentí el amor
verdadero, me entregué toda... por eso todo lo que pasó
después... por eso Juanito.... y eso que él no tenía
un centavo!
Mariela
es consciente de que no se trata de volver a ser lo que antes
ya que su vida ha cambiado y, simultáneamente, el foco de su
atención. Por empezar lo tengo a Juan... vos no sabés
como mira a las nenas. Espero que cuando crezca no me salga la idisch
de adentro. Esa es mi preocupación ahora, sostiene
riendo.
Al
finalizar esa entrevista, de vuelta en el servicio social me dispongo
a hojear una revista que una colega había dejado olvidada
sobre un escritorio.
Se trata de la Revista Campo Grupal
correspondiente al mes de abril del corriente año (2003).
Me
sorprendo sobremanera cuando me encuentro con un artículo
acerca del Counselling en la Argentina firmado por el Lic. Andrés
Sanchez Bodas, creador de la primera escuela en nuestro país.
A partir de esta tremenda casualidad (¿?) no puedo dejar de
hacerme preguntas. ¿Por qué cuando Mariela me lo
contaba no le di demasiada trascendencia y ahora sí? ¿Será
éste Andrés la persona de la que hablaba?
Lo
que se estaba evidenciando en estos momentos del trabajo con Mariela
era la necesidad de un cambio rotundo en la estrategia de
intervención.
Durante la discusión generada a partir
del ateneo y su comentario, mis compañeros residentes me
interpelaron sobre la posibilidad de comenzar a indagar acerca de su
historia de vida sin limitarla a sus vínculos familiares.
Consideré que era un aporte enriquecedor y tan era así
que casi sin planearlo fue Mariela espontáneamente quien
comienza a hablar de tales cuestiones relativas a otros ámbitos
como experiencias laborales, relaciones afectivas, etc. Se inicia
entonces una nueva etapa en la intervención centrada en la
reconstrucción de su historia desde las potencialidades,
revalorizando sus saberes y en última instancia sus aspectos
sanos.
Teniendo en cuenta ese objetivo, me parecía que
trabajar acerca de su inclusión en HOLOS podría ser un
importante punto de partida.
En
el siguiente encuentro con Mariela le cuento acerca de mi sorpresa al
leer el artículo sobre el Counselling y le sugiero, dado mi
desconocimiento sobre el tema, que me explique acerca del mismo. Se
muestra entusiasmada con la propuesta.
Mariela
refiere que el Counselling o Consultoría Psicológica es
una carrera independiente que se nutre de otras disciplinas como la
Psicología y Filosofía. Es también por su
intermedio que tomo conocimiento de algunos postulados básicos
del Enfoque Centrado en la Persona de Carl Rogers tomados por este
modo de abordaje terapéutico(¿?). No sé
si puede decirse que es exactamente una terapia, se trata más
bien de relaciones de ayuda a partir de una actitud humanística
(...) En HOLOS para trabajar se parte de los recursos que trae cada
persona, por eso el terapeuta debe partir de la aceptación
positiva incondicional a lo que la persona tiene.
Al revés de
acá que parten de un marco y te tratan de encasillar en un
diagnóstico y enfocan el tratamiento en una dirección
determinada por ese diagnóstico unilateralmente. Por suerte yo
contaba con esas herramientas para no tomar a los terapeutas como
dioses, salvadores. Pero por otro lado es evidente que el abordaje
preventivo mucho no me sirvió...
Así
mismo, sostiene que la relación con Andrés Sanchez fue
muy significativo en su historia; no brinda detalles ni se los pido.
No
obstante, no era el enfoque en sí lo que más llamaba mi
atención. No podía dejar de pensar ¿Cuántos
saberes manejará Mariela respecto a los procesos de salud-
enfermedad mental desconocidos (¿subestimados?) desde el
tratamiento aquí? ¿Cómo habrá incidido el
hecho de haber tenido contacto con tales postulados al atravesar una
situación de internación psiquiátrica?
Cuando me internaron estaba muy confundida, me habían
lavado el cerebro por todos lados y s,í me hubiera matado, sin
duda lo hubiera hecho. Ahora te puedo decir que sería una gran
equivocación. Antes yo no quería saber nada con el
tratamiento, ni hablar con la internación, y ahora veo que
todo eso era necesario. Con los principios del Counselling no hubiera
zafado. ¿Sabés lo lindo que es poder disfrutar de tu
hijo y sin juzgados de por medio!
Estas
palabras fueron muy movilizantes para mí, generando un
cuestionamiento a mis propias convicciones. Hasta el momento,
sostenía firmemente que el suicidio es en última
instancia un derecho de cada ser humano y que, como inalienable, debe
ser respetado. Si bien no cambié radicalmente mi mirada al
respecto, aprendí que en tales cuestiones complejas no sirven
los dogmatismos y que es preferible cierta actitud de cautela
permitiendo que se instale la duda, y por ende la posibilidad de
reestructuración de nuestros saberes, a partir de la
singularidad de cada situación y del diálogo
interdisciplinario.
Ahora lo que mejor me está haciendo es la psicoterapia.
Estoy viendo montones de cosas. Yo me creía ventajera cuando
en realidad siempre fui aventajada (...) me pregunto quien es más
incapaz! Recién ahora siento que ante cualquier dificultad
económica pedirles a mis padres no es ni siquiera una opción.
Con Sergio se está empezando a arreglar el vínculo
entre nosotros. Ya no hay más hechos de violencia y hasta está
resurgiendo el afecto. El otro día hicimos una salida a Mc
Donald´s como familia. Entre él y Juanito el vínculo
es excelente; ¿viste?, es lo único que no cambió
nunca.
A
diferencia de los primeros encuentros de esta segunda
etapa, Mariela ya no manifiesta su alegría a partir de la
excitación sino de la serenidad... pero su buen ánimo
se mantiene para sorpresa de todo el equipo. ¿Será que
nos habíamos acostumbrado a la labilidad emocional de Mariela,
atribuyéndola a características patológicas
personales?
En
otro encuentro con ella le recuerdo sobre la existencia de talleres
de canto gratuitos, y ofrezco el listado de grupos que funcionan en
el hospital Pirovano haciendo especial hincapié en Autoestima
I y II y Conociendo amigos. Me pregunto qué
fue lo que me llevó a ofrecerle estos espacios ya que tal
intervención no surge de una demanda de Mariela. Me doy cuenta
que en las últimas reuniones tenía la sensación
de no saber sobre qué trabajar.
El
miércoles previo a semana santa Mariela viene a buscarme.
Estaba vestida elegante y su aspecto era muy diferente al de
aquella chica desalineada que se acercó por primera vez al
servicio social con desconfianza. Estoy apurada porque tengo
que ir hacer varios trámites. Aceptame esto, es importante
para mí agradecerte todo lo que hiciste. Casi
automáticamente iba a responderle, como en otras ocasiones,
que se trataba de mi trabajo, pero no lo hice, acepté su
paquetito y le di un abrazo.
Que
la luz y la calidez de esta velita ilumine una partecita de tu tiempo
en estas Pascuas. Vaya una porcioncita de mi afecto a tu personita.
La vida te puso en mi camino durante un trance... prefiero no
mencionar-. Me alegra haberte conocido y saber que estás. Te
acerco también el cariño de Juan y Sergio. Mariela,
leo emocionada en la nota junto a la velita. ¿Se estaba
despidiendo? Posiblemente reconociendo -y haciéndome
reconocer- que mi trabajo no tenía por el momento razón
de ser.
Me
parece importante detenerme a evaluar cómo fue cambiando mi
posición subjetiva respecto al trabajo con Mariela. De la
angustia más paralizante (tema de varias supervisiones), y
luego de una etapa de acompañamiento a tientas
lleno de inseguridades, fui experimentando un pasaje hacia un genuino
sentimiento de gratificación en torno a la tarea. El mismo que
siento cuando la veo sentada en la sala de espera, o cuando me saluda
al cruzarnos por algún pasillo del hospital.
Muy
grande es la tentación de darle a este proceso de intervención
profesional el estatuto de historia con final feliz.
Pero ni colorín, ni colorado, el cuento no se ha
acabado, diría M. Benedetti. Porque afortunadamente,
la riqueza y amplitud de la vida de las personas se resiste a ser
atrapada por las disciplinas que pretenden abordarla. Por este motivo
no puede hablarse de historia, y mucho menos de finales.
NOTAS