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Edición N° 30 - invierno 2003

HOSPITAL DE EMERGENCIAS PSIQUIATRICAS "TORCUATO DE ALVEAR"
RESIDENCIA DE TRABAJO SOCIAL EN SALUD MENTAL

Ateneo Clínico

Presenta:
Lic. Carlos Grittini
Comenta:
Lic. Roxana Arias.


INTRODUCCION:

Este fue el primer caso que atendí en consultorios externos. La intervención con Carlos y su familia me transmitió (en especial en los primeros meses) la sensación de que en cualquier momento algo grave podía ocurrirle a esa familia. Los problemas de salud de su madre, Dora (64 años, hipertensión, problemas en la vista), los suyos (30 años, esquizofrenia, cuatro internaciones), su hijo, de 6 años, a cargo de ambos. La posibilidad constante de un desalojo que los dejase en la calle, la falta de trabajo y de ingresos, así como el tema de la alimentación que no estaba cubierto, causaban la impresión de una constante incertidumbre respecto al futuro de esta familia. Esta misma incertidumbre generaba en Carlos mucho malestar.

El DESALOJO:

"¿ Sabes lo que es no tener donde dormir, que te puedas quedar en la calle? Porque una cosa es que te lo digan y otra que te pase a vos..."

En las primeras entrevistas con Carlos surgía su miedo a que fuese desalojado junto a su familia de la pensión donde vivían hacia 8 años. Carlos se encontraba muy angustiado y preocupado por "quedarse en la calle".

Yo trataba de tranquilizarlo, haciendo hincapié en que existía la posibilidad de gestionar algún subsidio habitacional o de encontrar algún hotel a donde pudieran ir. Al mismo tiempo, comencé a comunicarme telefónicamente con Dora, la cuál manifestaba que en la pensión ya no los aguantaban más... "la semana que viene nos ponen el candado... no se que hacer..." A su vez acordábamos entrevistas con ella en el Servicio Social a las cuáles no concurría. Aunque luego concurría, sin previo aviso, muy angustiada solicitando ayuda. Sin embargo Dora me resultaba confusa y angustiante.

Cuando se desbordaba, acudía al Servicio Social, entonces hablaba de su hijo "enfermo", de que no podía más, que no tenían para comer y no lograba conseguir trabajo. También insistía sobre la extrema urgencia de su situación habitacional pidiendo que la ayudemos, lo cuál nos llevaba a buscar algún recurso. Esto se intercalaba con una postura más tranquila, cuando surgía su intención de conseguir una "habitación por 50 $", posibilidad que siempre se frustraba. De esta forma empecé a conocer a Dora y a percibir de que manera transmitía una constante incertidumbre, dificultándose el poder planificar acciones con ella o prevenir junto a ella una posible situación de calle. Mientras tanto Carlos continuaba muy nervioso por su futuro y el de su familia. "Si vas caminando ves mucha gente que duerme en la calle, y yo no quiero eso" Y su preocupación tenía fundamento: varios meses de deuda en la pensión, sin trabajo, con un hijo de 6 años. Parecía que era él quién mejor lograba visualizar la situación de riesgo de la familia, o por lo menos el que más la estaba padeciendo.

Luego de frustrarse la posibilidad de alquilar una pieza por 50 $ pesos Dora plantea en el Servicio Social que acepta ir a Promoción Social.

Es así que se comienza a gestionar en la Secretaría de Promoción Social, por medio del Programa para Familias Sin Techo, la obtención de alguna tipo de ayuda. Telefónicamente nos informan que quienes pretendan solicitar ese tipo de ayuda deben concurrir con una orden de desalojo, o luego de haber sido desalojados. Aparecía con claridad que no trabajaban en la prevención de la situación de calle. La respuesta era la posibilidad de (una vez desalojada la familia) llamar al 0-800 de "Buenos Aires Presente" para que un móvil de la Secretaría los pase a recoger sin poder garantizar que todos vayan al mismo lugar. Se enviaron varios informes sociales (por fax), haciendo referencia a la situación familiar, a la vez que Dora comenzó a acudir (con el impedimento de no contar con la plata para los viáticos) al lugar con nuestro informe, buscando algún tipo de respuesta. Aunque la situación parecía complicarse más, ya que la devolución que obtuvimos fue una nota (firmada por una trabajadora social del programa) donde se nos pedía algún certificado médico donde constase que Carlos no necesitaba estar internado y que podía convivir con otras personas en un hotel. Telefónicamente ya había recibido la negativa a recibir en los hoteles personas "enfermas psiquiátricas", esto obviamente sin importar que se tratase de un programa del Gobierno de la Ciudad y de que según la Ley de Salud Mental de la Ciudad de Buenos Aires (LEY 448, art. 15 "rehabilitación y reinserción) es esta Secretaría de Promoción Social quien debe proveer de algún establecimiento para las personas que luego de ser externadas no cuenten con recursos o con un grupo familiar continente. Pese a esto el certificado médico fue enviado por fax y pese a esto Dora fue enviada nuevamente por los profesionales del Programa de los Sin Techo hacia el hospital solicitando lo mismo que ya habíamos informado por Fax. Luego de varios días de espera y de que Dora concurra a Prom. Social le ofrecen dos alternativas: ir a un hotel en la Boca o un subsidio de 2 cuotas de 200$. El hotel en la Boca no es aceptado debido a la intención familiar de permanecer dentro del barrio, donde por medio de organizaciones barriales (Centro de Jubilados, Comedor comunitario) y los vecinos de la pensión podían satisfacer en parte sus necesidades básicas. Esta opción también es desestimada a favor de la escolarización de Carlitos quien asiste a primer grado de la escuela del barrio. Aceptan entonces la alternativa de cobrar el subsidio, el futuro cobro de este subsidio favorece que Dora negocie con el dueño de la pensión más tiempo. Este subsidio, luego de 4 meses, aún no había sido cobrado por la familia. Probablemente para el Programa de los Sin Techo el no aceptar el Hotel en la Boca fuese un indicador de que la situación de riesgo social no era tan grave.

LA COMIDA: "Me da vergüenza preguntarlo...¿Me prestás 5 pesos para comprarle comida a Carlitos?"

Pese a que accedían a un comedor del barrio y a un bolsón de comida, la falta de ingresos familiares determinaba que la cuestión alimenticia no pudiese ser resuelta por la familia. Surgía, de tanto en tanto esta demanda concreta. Por ejemplo luego de alguna entrevista Carlos o su madre manifestaban que no comían hacía 2 días. Esto generaba desde el Servicio Social diferentes respuestas como ser el acompañarlos a pedir una bianda al comedor; "prestar" algunos pesos, darles direcciones de comedores, así como la confección de un informe social para que la parroquia les volviese a dar el bolsón de comida que ya no les entregaban más debido a que ya hacía mucho tiempo que lo recibían. Este tema concreto de la falta de comida me permitió reflexionar acerca de cuáles serían para esta familia, y en ese momento particular de su historia, las prioridades, las urgencias que había que resolver.

Sin atender estas problemática resultaba difícil e incluso irrisorio por parte nuestra el pretender trabajar tanto con Dora como con Carlos otras temas vinculados a la salud de Carlos, como su independencia e inserción laboral, con la organización familiar, o con la gestión de otros recursos.

Veía una familia empobrecida, que ya no podía resolver cuestiones básicas que en otros momentos tenían aseguradas, frente a esto, el tema de un tratamiento, la concurrencia al hospital y la salud podían quedar en un segundo plano.

El TRABAJO: " "Yo me vine abajo desde que perdí el trabajo" "Ahora cuesta mucho lograr la independencia."

Acompañar a Carlos fuera del Hospital en diferentes actividades como gestionar el certificado de discapacidad u otras entrevistas me permitió conversar con él y conocer acerca de su historia, de sus intereses y de su forma de ver la vida.

Desde su adolescencia (14 años) Carlos fue el sostén económico de su familia. De su historia de vida se desprende que el trabajo fue el gran organizador de su vida, el tener un sueldo estable les daba seguridad y un nivel de vida y status social vinculado a lo que sería la "clase media". De esta manera el trabajo le otorgó una identidad, vinculada a ocupar un rol social, el de "proveedor", responsable del sostén económico de la familia. Carlos trabajó como repositor en Sancor durante 10 años. Luego pierde este trabajo y comienza a realizar trabajos temporarios vinculados a la carpintería. Es importante destacar que Carlos no solo recuerda con añoranza los años en que trabajaba en Sancor sino que también reconoce que el haber perdido este trabajo, sumado a la separación de su mujer (que hace abandono del hogar y no vuelve nunca más a ver a Carlos ni a su hijo) fueron los hechos que desencadenaron su enfermedad. "Yo me enferme después de que perdí el trabajo y me separé". De hecho las 5 internaciones que Carlos tuvo se vinculan con la incertidumbre económica y con la pérdida de trabajo que a su vez volvían incierta la situación habitacional. Su primera internación se produce un mes después de ser desalojados del departamento donde vivían, debiendo mudarse a una pensión. En la segunda y cuarta internación se descompensa ya que su jefe (hacía trabajos con un carpintero) acostumbraba a no pagarle lo convenido y esto, según sus palabras, llevaba a "enloquecerlo". En la tercer internación la madre había perdido el trabajo, y él se fuga del Hospital ya que "no podía dejar de trabajar". En la cuarta también se fuga debido a su preocupación por el desalojo, las dificultades económicas y los problemas de salud de su madre.

Talleres Protegidos de Rehabilitación Psiquiátrica del Borda:

La recomendación médica de no trabajar (con quién le pagaba a destiempo y menos que lo prometido) era para Carlos difícil de cumplir. Esto debido también a la necesidad económica. "Tuve que ir a la carpintería de Santiago porque necesitaba la plata. No le digas nada al médico." Desde el Servicio Social se comienza a intervenir (se recibe la interconsulta del médico) para que Carlos ingrese a los Talleres Protegidos del Borda. Esta estrategia era pensada en relación a que Carlos pudiese recuperar algo del estilo de vida organizado, con normas y horarios (por ej. el horario de entrada era 7:30), con "responsabilidades laborales", y en condiciones favorables a su salud. Además le permitían obtener un pecunio (de 70 pesos).

Al comentarle a Carlos sobre este lugar se hace hincapié en la similitud con respecto a un trabajo, sobre todo en tener que cumplir con el presentismo, con el horario de llegada, le descontaban si faltaba, etc.

Luego de varios desencuentros y entrevistas de admisión, a las cuáles lo acompañé ( todo esto llevó varios meses) Carlos ingresa finalmente a lo Talleres. Al comienzo las cosas parecen andar bien. Según Dora Carlos estaba "Diez puntos, una joyita". Luego Carlos dice que estuvo faltando algunos días, sin avisar, por tener que hacer changas. Le remarco que estaba en un período de prueba ( que consistía en 3 meses, rotando por los diferentes talleres productivos), que debía informar en el lugar si no podía concurrir si tenía algún inconveniente o si le surgía otro (?) trabajo. Al día siguiente recibo una llamada telefónica de la Lic. A de los T.P.B quien me plantea que Carlos había concurrido solamente 2 días (hacía cerca de un mes que había ingresado) y que esa semana, de no concurrir, le darían la baja. Esto me generó bastante desconcierto y sorpresa. Incluso algo de bronca. Por teléfono de transmito a Carlos lo comunicado por la Lic. A de los talleres. Lo escucho dubitativo, me dice que no pudo ir, que va a ir. Pero no va. Finalmente me informan de los Talleres que le dieron de baja.

La internación en guardia:

En esos mismos días ( ) Carlos se interna por quinta vez en la guardia del Hospital. Hacía varios viernes que no concurría al Hospital. Luego de dejar de ir a los T.P.B había comenzado a trabajar con un carpintero que había conocido recientemente en el barrio.

"No pude venir por tres viernes, estaba trabajando... tenía medicación pero se me acabó...no la estaba tomando...estaba trabajando sólo en un galpón y empecé a escuchar voces y a sentir miedo...

El que Carlos estuviese internado me resultaba desalentador. Me parecía que se había quedado sin alternativas con respecto a lo laboral ya que había abandonado los Talleres y además trabajar por su cuenta volvía a aperecer como algo "incompatible" con su tratamiento y su salud.

Pese a esto, luego de ser dado de alta y con la misma recomendación médica de no trabajar temporariamente, surge nuevamente su demanda respecto a lo laboral preguntándome si no conozco algún trabajo para él, aclarando que no le diga al médico. Trato de presentarle la posibilidad de que participe de algún taller para capacitarse. Sin embargo él me deja bien en claro que no le interesa ningún tipo de curso ni de taller, haciendo hincapie en que la verdadera capacitación se la da la experiencia.

Por suerte, Carlos volvió a conseguir trabajo con Pedro, con el cuál estableció una relación muy importante, ya que esta persona se preocupa no solo de enseñarle y que se capacite, fomentando en él el interés en la carpintería sino que además lo aconseja para que realice correctamente su tratamiento.

"... un cliente le preguntó si yo era el hijo y él le dijo que si..." "... me dice que me cuide, que no deje de venir al Hospital..." "... el me dijo que tengo que aprender para poder trabajar de forma independiente y ganar más plata..."

El vínculo con Pedro es ilustrativo de la importancia de la existencia de una red social para el bienestar de las personas. En este caso creo que se relaciona con poder satisfacer una necesidad económica y también de establecer lazos sociales partiendo de la preocupación expresada por Carlos en varias oportunidades acerca de estar solo y de no tener amigos.


"El soporte social que ejerce la red favorece la estabilidad psicológica de los individuos, y genera dos tipos de apoyos: sostenimiento emocional y ayuda instrumental"
1 .

De hecho Carlos hace hincapié en que Pedro podría haber empleado a otras personas con mas experiencia que él pero que pese a eso lo eligió a él. Puede verse entonces como la inserción social se vincula con estos lazos solidarios de la red informal que desdibujan la diferencia entre sano y enfermo, actuando por fuera de los parámetros sociales de eficiencia y productividad. Creo que es importante pensar si es posible que exista un acercamiento institucional que permita la inclusión de estos referentes en el tratamiento de las personas con enfermedades mentales.

Quisiera retomar lo que sucedió con los Talleres Protegidos del Borda. Creo que fue erróneo el haberle creado a Carlos falsas expectativas respecto a este "como un trabajo". También considero que fue errónea una lectura de tipo culpabilizadora según la cuál el abandono los talleres sin decirnos nada (a pesar de todo nuestro esfuerzo...) En cierta forma entiendo que fue algo principalmente sano de su parte el no haber tomado esta alternativa que le propusimos. Esta no solo no le convenía económicamente sino que además no le despertó ningún interés. "Era muy lento, no había nada para hacer... no era como un trabajo, estaba lleno de médicos, había gente que estaba hace 20 años..." Quizás otra persona se hubiese acostumbrado o hubiese elegido asegurarse los 70 pesos. A mi entender. su elección se puede vincular fuertemente con una necesidad no solo material sino simbólica, relacionada con su identidad, con poder ser jefe de familia y trabajar. Y esto también habla de nuestra cultura, donde "el trabajo es salud" aunque ya sea por falta o por las condiciones en que se realiza generalmente parezcan contradecir dicha frase.

LA INSANIA: "¿O sea que si yo en cinco años me quiero comprar un auto no voy a poder? ¿Por qué no me dijeron nada?

Otro de los propósito que se buscaron desde el Servicio Social fue articular nuestra intervención con el Juzgado en el cuál se tramita el juicio de insania de Carlos. Para eso fue necesario ponerlos al tanto de la situación social de la familia, la cuál no es considerada al inciarse el tramite de insania. Para esto se les envió un informe social y se les solicito que por medio de su accionar y via oficio judicial se acelerara la obtención de la pensión por invalidez así como del subsidio habitacional (prometido por Promoción Social hacía varios meses). Con respecto al oficio enviado por el Juzgado a la Comisión Nacional de Pensiones Asistenciales permitió que disminuyese considerablemente el tiempo de tramitación de la pensión. Con respecto al enviado a Promoción Social fue de utilidad para que Dora llevase fotocopia del mismo, adjuntada al informe social y médico y consiguiese luego de haber concurrido cerca de 5 veces a Prom. Social el subsidio.

Otro de los temas importantes trabajados con el Juzgado fue el juicio de insania. Este trámite fue iniciado por Carlos luego de que desde la C.N.P.A. se lo indicaran como requisito para poder gestionar su pensión. Y esto pese a que no existe ninguna apoyatura legal para que desde un organismo público (C.N.P.A.) se plantee como requisito para obtener un recurso asistencial el iniciar un proceso de insania.

De esta forma Carlos inició su propio juicio de insania, sin tener conciencia de ello, como un "trámite más" para cobrar la pensión. De hecho, no se le explicó ni a él ni a su madre lo que implica una insania, ni sus consecuencias legales o civiles. Esto fue trabajado con Dora, haciendo hincapié en la no necesariedad de que Carlos sea declarado insano para tener derecho a cobrar una pensión. "Ah bueno, entonces insano no, porque él es muy activo...". Con Carlos se conversó acerca de esto, explicándole los beneficios y los posibles perjuicios y limitaciones que puede significar ser declarado insano. El entendió a lo que me refería cuando le hice hincapié en que le significaría no poder comprar ni vender bienes a su nombre y en que le podría jugar en contra en caso de que la madre de su hijo le reclamase la tenencia (preocupación traída por él en otras circunstancias). "¿Si algún día yo me quiero comprar una casa no puedo? Sin embargo Carlos me dejó claro que su prioridad era cobrar la pensión..: "No sea que digas en el Juzgado que no soy insano y ellos les digan que no me den la pensión". Pese a que le remarqué la diferencia entre cobrar la pensión que le correspondía por su enfermedad y ser declarado insano, insistió: "Deja pasar un mes, después de que cobre la pensión arreglame eso en el Juzgado..."

También es importante destacar que al momento de iniciar las conversaciones con el Juzgado, el trabajador social me aclaró que el trámite de insania estaba a prueba, no habiéndo sido dictada la sentencia. Generalmente es un proceso, que se inicia con el diagnóstico psiquiátrico del médico forense, y si no se recibe alguna interconsulta u otra información profesional se dicta la sentencia. Por eso, se acuerda con él que enviemos un informe socio-familiar y otro médico para brindar más información del caso y que se revea el proceso iniciado. Además de remarcar la ilegalidad del requisito de la C.N.P.A., en nuestro informe hacemos hincapié en la no conveniencia de que sea declarado insano, considerando sus posibilidades de vida independiente y su capacidad de inserción laboral autónoma y responsable.

Es de remarcar que este proceso casi "inevitable" de insania termina, según las propias palabras del t. s. del Juzgado, con la "muerte civil, que significa no poder hacer nada por si solo, sin capacidad de administrar bienes o cobrarlos". Pienso que esto influiría negativamente en la vida cotidiana de Carlos, ya que para él el poder hacer cosas solo y de forma independiente se vincula directamente con su salud.

"¿A los enfermos mentales se los declara insanos?

Depende. ¿A que enfermos mentales?

Si, a los que tienen una enfermedad mental severa."

No puedo dejar de lado la importancia a nivel subjetivo que para Carlos puede asumir el que socialmente se lo clasifique junto a otras personas que para él son enfermos severos.

Además, a nivel familiar, el tipo de vinculo que tiene con su madre, que constantemente lo posiciona en un lugar de "hijo enfermo," de no permitirle ser padre, podría verse reforzado por una declaración de insania.

Con respecto a este tema de la insania, me permitió visualizar sobre lo perverso que puede resultar, pese a las "buenas intenciones" el funcionamiento de las distintas instituciones que se vinculan con una persona con un padecimiento mental. Ya sea el médico que para ayudarlo y que le den la pensión remarca su incapacidad. "La Dra. me puso que tenía 90% de esquizofrenia, para que me den la pensión... ¿Qué es esquizofrenia?". Así como desde Pensiones Asistenciales que lo envían al Juzgado, igualando implícitamente persona con enfermedad con muerte civil. Desde el Juzgado, que no se considera el contexto social, ni los recursos y potenciales de las personas limitándose a dictar una sentencia que influye decisivamente en la cotidianidad del as personas, basándose sólo en el criterio psiquiátrico. También desde el Servicio Social, y con el objetivo de obtener algún recurso, en varios informes se remarca la incapacidad y la imposibilidad de la persona, resultando en muchas ocasiones la forma de intervenir más efectiva.

A.M.I.A.:

Debido a su apellido paterno de origen judío (el padre lo abandonó cuando el tenía 2 años) se pudo gestionar, en la AMIA, la obtención de diferentes ayudas como ser la obtención de tickets para comprar alimentos, así como un subsidio habitacional (dinero en 6 cuotas), permitiéndoseles también tanto a Carlos como a Dora inscribirse en la Bolsa de Trabajo de ese lugar.

Carlos me cuenta que fueron citados por una trabajadora social para una entrevista a la cuál concurrió junto con Dora. De esa entrevista me comenta que le preguntaron si él estaba en condiciones de trabajar a lo cuál Dora contestó que no. "Dijo que no porque yo era un paciente psiquiátrico y mostró el certificado de discapacidad, donde dice eso de la esquizo...esquizo... (le digo esquizofrenia) Eso, es una tonta..." Aparece nuevamente Dora, la cuál excluyéndolo y estigmatizándolo como un enfermo mental (aunque se por conveniencia económica) le cierra una alternativa vinculada a lo laboral.

Charlando sobre esto, arreglamos en la próxima entrevista se anote en la bolsa de trabajo, y luego telefónicamente le insisto a Dora sobre la conveniencia de que se anoten ambos. El recibir estos beneficios por su apellido permitió el remarcarle que eran una responsabilidad suya, que iban a estar a su nombre y que debía ser él quien los administre.

Considero que a nivel de políticas sociales y de la atención a familias en riesgo social, la gestión de la AMIA es representativa de la actual situación del entramado social en el cuál el otorgamiento de beneficios "especiales" no se corresponden con un derecho social, sino que se mantienen dentro de la lógica de la beneficencia privada (incluso con capitales extranjeros) o relacionada a pequeñas ayudas otorgadas por certificados de pobreza o de locura.

La Mudanza:

Luego de 8 meses de haber conocido a Carlos y a su familia, y de haber escuchado sobre el desalojo y la intención de irse de la pensión, se lleva a cabo la mudanza.

Los subsidios obtenido en la AMIA, la pensión de Carlos, próxima a cobrarse y su trabajo, permitió el que pudiesen llevar a cabo este movimiento. Considero que este es un momento familiar muy importante, de pequeños cambios que favorecen el bienestar de toda la familia, así como cierta estabilidad y organización, aunque sean temporarias. Esto se puede visualizar, además de la mudanza en que: a Carlitos lo anotaron finalmente en doble escolaridad, Mirta, la hermana de Carlos consiguió trabajo, Dora se anotó en las bolsa de trabajo de Amia.

El entusiasmo con el que hablan tanto Carlos como Dora de su nueva casa me permiten pensar que no se trata solo de haberse mudado a un lugar más grande sino de haber logrado en parte algo de su estilo de vida anterior, vinculado a su historia y expectativas familiares.

Creo que este momento familiar de estabilidad puede tener carácter temporario ya que se vincula a la obtención de ayudas que son provisorias y la intervención de las distintas instituciones no promueven un verdadero cambio de la situación de vulnerabilidad de la familia. A pesar de esto, puede pensarse que la tranquilidad obtenida al satisfacer en cierta medidas las necesidades básicas podría facilitar el trabajar con ellos en lo vinculado a la salud y tratamiento de Carlos.

Algunas reflexiones sobre la intervención familiar:

Una parte importante de nuestra estrategia de intervención familiar fue trabajar con Dora, conteniéndola en ciertas ocasiones y orientándola en otras. Se buscó brindarle un espacio donde pudiese plantear sus incertidumbres y demandas, favoreciendo el que ella misma se pudiese ordenar respecto a ellas y distinguir entre posibilidades reales y ficticias. También consideramos que incluir a Dora en el Hospital favorecería de manera indirecta la tranquilidad de Carlos. Algunas de nuestras intervenciones, ya sea personales o telefónicas se vincularon con :

- Indicaciones a Dora respecto a que "supervise" el tema de la medicación de Carlos. También escuchar sus reclamos e ideas respecto a esto. "Decile a Damián que Carlos está muy nervioso, que no está tomando bien la medicación... que le aumente el Trapax para que duerma bien..."

- Orientarla para que realice tratamiento de sus problemas de salud y adhiera al grupo familiar al Plan Médicos de Cabecera.

- Tratar cuestiones vinculadas a la escolaridad del hijo de Carlos, como por ejemplo fomentar que lo inscribiesen doble escolaridad. En una ocasión Dora plantea que Carlitos hace varios días que no concurre a la escuela ya que la maestra le había indicado que no lo mande más porque "no se quedaba quieto y estaba muy nervioso". Se les sugirió que fuesen a hablar con la Directora del establecimiento.

- Acompañar a Dora en su búsqueda laboral y de otros recursos: Se le brindaron direcciones de bolsas de trabajo. En varias ocasiones acudió al S. Social para llamar telefónicamente a posibles empleadoras. Se conversó en lo vinculado a la conveniencia o no de que trabajase como empleada doméstica de tiempo completo. "Yo con cama consigo...pienso que ahora yo podría... cuando yo estaba con cama fue que Carlos se tomó las pastillas... ahora él me dice que está bien que agarre algún trabajo con cama". Incluso llegó a concurrir al Servicio con los teléfonos que le habían dado de "Chiche Duhalde", diciéndonos que no se animaba a llamar.

- Responder interrogantes acerca de la cuestión habitacional. "¿Vos no sabés de alguna pensión por 100 pesos? Generalmente se trató de remarcar la importancia de mantener la cercanía del Hospital y de la escuela. En otro momento me preguntó "¿No conoces alguna casa abandonada donde nos podamos meter?" Respecto a esto se trabajó sobre los posibles riesgos de tomar tal decisión.

- Trabajar sobre la estigmatización familiar, buscando favorecer que Dora visualice a Carlos como una persona con capacidades y a la vez con una enfermedad cuyo tratamiento debe favorecer. "(Dora) A mi me habían dicho que mi hijo no iba a poder mejorar, que no iba a poder trabajar más:" Se intentó aclarar ciertos aspectos vinculados al pronóstico de Carlos, por ejemplo conversando con Gabriela (hermana mayor de Carlos) plantea que ella se había enojado con el Hospital porque le habían dicho que no iba a volver a trabajar.

Luego de haber trabajado con Dora en el Espacio Social pude ver que un objetivo dificultoso era que ella pudiera adoptar una posición diferente en lo referente al tratamiento de Carlos, vinculada a la prevención y a promover su estabilidad.

Esto lo puedo ejemplificar con lo ocurrido en una entrevista familiar cuando C. estaba internado en la guardia

"(Dora, angustiada) ¿No era que se iba a curar? ¿Hasta cuando va a pasar esto? Carlos estaba tan bien."

"Me dicen que yo no me ocupo, que a él no le hace bien lo que yo hago, pero yo si me ocupo, yo quiero lo mejor para él"

Considero que es importante poder reflexionar desde el ámbito hospitalario, sobre la necesariedad de articular al ámbito terapéutico los diferentes marcos culturales y maneras de percibir los problemas de salud de las personas.

También cabe preguntarse para el Trabajo Social en Salud Mental qué implicaría el trabajar con las necesidades sentidas de la población, o de qué forma poder favorecer, por medio de la atención de estas necesidades sentidas, el trabajo preventivo.

Consideraciones Finales:

Haber trabajado en este caso me llevó a encontrarme con aspectos problemáticos vinculados directamente a la enfermedad mental y también con otros más relacionados a "síntomas sociales" como ser la preocupación por el futuro o el aislamiento social. El tema de la desocupación expresa con claridad en este caso la articulación existente entre ambas cuestiones.

"La pérdida de empleo implica la pérdida de importantes espacios de socialización. Esta cuestión a la que es posible acceder desde una mirada cualitativa de la comunidad y su impacto en la salud mental de la población, muestra la necesidad de analizarla desde una perspectiva que va desde el orden de lo real al orden de lo simbólico....La "Nueva Cuestión Social" nos pone en posición de reformularnos nuevos interrogantes con respecto a los dispositivos clásicos de la intervención en Salud Mental". 2

Desde el comienzo mi intervención tuvo por objetivo favorecer la externación y tratamiento ambulatorio de Carlos atendiendo la situación de vulnerabilidad en la que estaba. A su vez al ir estableciendo con el un vínculo interpersonal, se fue articulando otro objetivo de intervención que se orientó a que Carlos pudiera repensar o hacerse preguntas acerca de su autonomía, o de su identidad sobre todo en lo que hace a su enfermedad y al vínculo con su familia.

Para abordar las necesidades que hacían de esta una situación de riesgo fue necesario convocar a otras instituciones. El trabajo interinstitucional se dirigió a articular los diferentes ámbitos institucionales que afectaban a la familia. Esto me permitió ir conociendo el tipo de respuesta concreta que se ofrece a estas "familias de riesgo" y además con un integrante con un padecimiento mental. En realidad creo que lo que más dificulta el trabajo entre las instituciones no es la falta de articulación sino que es que éstas pareciesen promover lo opuesto a lo que son sus supuestas funciones sociales como las de inserción social, promoción o protección de los derechos de las personas.

Por último, este tema de las funciones que cumplen las instituciones me llevó a repensar mi accionar profesional en el marco de una institución psiquiátrica en el actual contexto social e histórico. Considero útil transcribir el siguiente párrafo que me permite a nivel teórico comprender algo sobre dicho marco: "Esta red diversificada de actividades periciales, de evaluaciones, de asignaciones y de distribución de las poblaciones que representa una nueva forma de gestión de lo social, está todavía por describir. Asistimos a la aparición de estrategias inéditas de tratamiento de los problemas sociales a partir de la gestión de las particularidades del individuo. En un extremo de este abanico encontraremos la administración autoritaria, aún directamente orquestada por el Estado, de poblaciones con "nivel de riesgo" a partir del establecimiento de un perfil que ordena para ellas los trámites sociales que se verán obligadas a realizar. Es la gestión de los riesgos sociales. En el otro polo aparecen innovaciones de carácter casi lúdico: ejercicios de intensificación del "potencial humano", técnicas de desarrollo del capital relacional, producción de una cultura psicológica de masas cuyos consumidores ingurgitan como sucedáneos de formas de sociabilidad perdidas se trata de la gestión de las fragilidades individuales." "Existen sectores cada vez más amplios de la vida social para los cuáles el problema a afrontar es más bien el de la existencia y el uso de una especie de libertad vacía, en el sentido de que no conecta para nada con los procesos de decisión reales de una vida colectiva que no produce más que proyectos irrisorios. Existen también nuevas formas de gestión de los riesgos y de las poblaciones con nivel de riesgo en las cuáles la conjura del peligro no se hace mediante el enfrentamiento directo o la segregación brutal, sino por una marginación de los individuos que pasa por la negación de su calidad de sujeto y por la destrucción de su historia." 3

Nuestras intervenciones profesionales en el Hospital, tanto las que tienen como finalidad gestionar recursos como las que apuntan a trabajar a nivel individual y familiar con la identidad de la persona y con su potenciales pueden enmarcarse, desde una perspectiva macrosocial con el tratamiento de la locura que sigue excluyendo a los "enfermos mentales" ya no principalmente en un manicomio sino por medio de las instituciones y discursos sociales en relación a conformarles una subjetividad vinculada a la no pertenencia a la sociedad. Frente a esto el trabajo a nivel individual que apunta en un sentido contrario se presenta con una fuerte ambigüedad, de hecho ¿Cómo buscar deconstruir a nivel individual una identidad negativa que se fomenta desde la misma institución y desde sus mecanismos que también utilizamos? Al pensar acerca de lo ocurrido en este caso pude ver como la exclusión no se lleva a cabo solo con la intervención de Instituciones coercitivas, como ser un Juzgado, sino que también se vincula a la marginación social de la persona como tal, de su historia, de sus intereses y de la posibilidas de realizar un proyecto de vida propio pudiendo evitar "un proyecto pre-programado de una existencia paralela en la que una diferencia individual se inscribe como un carácter que determina las grandes opciones de la vida". 4

NOTAS

1 Salcedo, Pinilla, Guimon "La red social de las personas psicológicamente afectadas"

2 Carballeda, Alfredo. "Las problemáticas emergentes en salud y la intervención del Trabajo Social. El caso de la Salud Mental."

3 Castels, Robert "La gestión de los riesgos". Pg. 13.

4 Castels, Robert "La gestión de los riesgos". Pg. 140


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