INTRODUCCION GENERAL
Una
lectura de los caóticos hechos sociales acontecidos desde el
reciente traspaso de siglo, sacude la vieja estructura de las
ciencias sociales y destaca la cronicidad de algunos problemas
sociales similares a los que otrora dieran origen al servicio social,
más otros singulares al actual momento histórico del
Género Humano. Por ello, el Siglo XXI reclama y exige a las
ciencias que revean sus teorías y prácticas, a la luz
del estado de la humanidad. Luego de mas de cien años de
existencia (1893 -Anna L.Dawes EE.UU.), el servicio social no
escapa a ésta demanda y es más, ella se puede presentar
como la oportunidad histórica para renovarse como disciplina
científica, expresar y difundir sus nuevas teorías e
interactuar de manera más efectiva con la comunidad.
Por este motivo consideramos que es tiempo más que
apropiado para evaluar la contribución de nuestra profesión
a la sociedad. Replantearnos con objetividad, su estructura
tradicional y sus concepciones teórico-prácticas, a la
luz de los resultados concretos obtenidos.
En Argentina en 1930 se
inaugura la primera escuela de servicio social en Buenos Aires, y su
objetivo era proporcionar
enseñanza técnica y administrativa a los jóvenes
que aspiren a ocupar puestos en obras de asistencia y previsión
social. Dar a las enfermeras, visitadoras y empleadas en obras
sociales, una educación que complemente la ya recibida...
Ofrecer a todos un Centro de Estudios Práctico de la Realidad
Argentina en materia de Asistencia y Solidaridad Social.
Desde entonces han pasado setenta y tres años, y... ¿en
qué situación esta el servicio social argentino? o
¿cuáles son sus aportes y contribuciones a la sociedad
argentina?, son preguntas que en principio quedarán abiertas y
latentes porque, no son motivo principal ni directo del presente
trabajo, sino que son algunas de las cuestiones que motivan al
presente trabajo.
En esta ocasión nos estamos proponiendo un
análisis más contemporáneo y a partir de un
hecho histórico importante para la profesión, porque en
octubre del año 1986, se sancionó con fuerza de ley
nacional, en la la Capital Federal, la Ley Nº 23.377, que rige
el ejercicio de la profesión del servicio social o trabajo
social.
Luego en 1988 se logra su reglamentación por Decreto
del Poder Ejecutivo Nº1568. Lo grave de esta situación
es que; ni en la literatura contemporánea, ni en los eventos
auspiciados por las universidades y.., ni en los discursos de las
personalidades del T.S o S.S. argentino figura su
atención y tratamiento. Lo que nos da la impresión, que
para muchos colegas la ley es un caso superado que quedó
en archivo luego de su sanción.
Para avanzar con responsabilidad en este tema, necesitamos
resolver primero algunos asuntos básicos.
Las Ciencias Sociales y el Servicio Social:
Para explorar, describir, explicar y conocer nuestro mundo
requerimos precisión y claridad, orden y consistencia, lógica
y sistema, es decir, requerimos de la ciencia. Adquieren
caracterización genérica de sociales, todas aquellas
ciencias que de una u otra manera tienen por objeto de estudio el
sistema social y sus componentes. ¿El servicio social es
una ciencia?
Si bien es abundante la literatura donde se discute
todavía sobre la legitimidad científica del servicio
social, en nuestro país y a nivel universitario, su escuela
integra las facultades de ciencias sociales, y estoy convencido que
es porque reune todos los requisitos formales para serlo, salvo sus
recursos humanos que no proceden acordes a su status científico.
En tal sentido, opino que el científico merece tal
denominación no sólo porque conoce los principios y
leyes de la ciencia, sino por su actitud lógica, que le lleva
a comportarse de una manera racional y sistemática. En otras
palabras, no es sólo el campo de estudio sino la actitud y la
conducta, las que definen al ser científico.
La
sociedad argentina le ha designado al servicio social un objeto de
estudio y un propósito social que requieren una formación
y actuación científica, cuestión que no
todas nuestras universidades lo tienen asimilado, aún. Creo
yo, que esto se debe a que todavía esta fortalecida en sus
estamentos directivos una concepción tradicional muy
arraigada e intransigente que ofrece resistencia a cualquier
innovación que se presente, coartando las iniciativas con las
cuales disienten y obstaculizando su tratamiento Me pregunto,
dicha actitud les brindará algún tipo de satisfacción
cuando la evaluación social que se hace de la profesión
no alcanza los altos promedios?.
Entonces, éste es el punto de análisis que vamos a
realizar y compartir con el grupo de colegas interesados y
fundamentalmente, con el grupo de estudiantes que han elegido
ésta profesión. Cuál será el
principal propósito de este trabajo?
Responder:
a la demanda que plantea el nuevo milenio.
a la demanda instituida por la sociedad, desde 1986.
a la demanda implícita en la esencia del servicio
social.
La Demanda Instituida por la Sociedad desde 1986.
El tratamiento de este asunto nos posibilitará abarcar y dar respuesta integral a las tres cuestiones planteadas. Tomaremos
como fuente, marco teórico y legal para el procedimiento
analítico, al artículo 2º) de la Ley
Profesional Nº 23.377/86. Justificamos su empleo, porque la
ley es el instrumento por el cual se manifiesta y expresa una
sociedad. Y porque sólo la ley, como en este caso, define a la
profesión, determina sus alcances y por ende, también
es quien pone límites a su ejercicio. Pero fundamentalmente,
porque esta ley expresa la demanda que la sociedad argentina le
plantea a nuestro servicio social, distinguiéndolo así,
en un marco contextual regional autóctono, de cualquier otra
concepción foránea.
- ¿A qué considera la sociedad argentina, ejercicio
del servicio social?
Para la sociedad, el ejecicio profesional del servicio social o
trabajo social, es la actividad esencialmente educativa,
de carácter promocional, preventivo y asistencial, destinada a
la atención de situaciones de carencia, desorganización
o desintegración social, que presentan personas, grupos y
comunidades, así como la de aquellas situaciones cuyos
involucrados requieran sólo asesoramiento o estimulación
para lograr un uso más racional de sus recursos potenciales. Y
complementando a la actividad esencial, tambien le reconoce, aquellas
de supervisión, asesoramiento, investigación,
planificación y programación en materia de su
específica competencia.
La sociedad también determina
que; la actividad profesional en sí (libre ejercicio
profesional) o en el marco de servicios institucionales y programas
integrados de desarrollo social, debe tender al logro, en los
aspectos que le competen, de una mejor calidad de vida de la
población, contribuyendo a afianzar en la sociedad un
proceso socio-educativo.
De ésta primera lectura surgen varias determinaciones que
es necesario destacar e interpretar en favor de consensuar una nueva
concepción del servicio social a partir de la definición
que hace la sociedad de nuestra profesión, por la cual la
distingue de cualquier otra profesión o actividad. A
continuación haremos una breve revisión sobre esos
determinantes, a los cuales clasificamos en:
Objeto de Estudio e Intervención Profesional.
El hombre, componente del sistema social humano, convive en un
contexto de fenómenos socioculturales que tienen lugar en la
sociedad.
Muchos de éstos fenómenos resultan adversos y
perjudiciales para el equilibrado funcionamiento social. Del dinámico
y complejo esquema de situaciones sociales que constituyen esos
fenómenos y que la sociedad argentina considera problemáticas,
ésta ha seleccionado como objeto de atención (estudio e
intervención) de los profesionales de servicio social a: las
situaciones de carencia, desorganización o desintegración
social, que presentan las personas, los grupos o las comunidades,
así como aquellas situaciones cuyos involucrados requieran
sólo asesoramiento o estimulación para lograr un uso
más racional de sus recursos potenciales.
De esta manera y a partir de 1986, la sociedad ha delimitado un
campo de acción profesional y desde aquel instante pasa a ser
responsabilidad del colectivo profesional (de todos y de cada uno)
diseñar y construir un cuerpo metodológico que entienda
y atienda las peculiaridades de la demanda social expresada y no de
cualquier otra.
La Función y el Rol Profesional.
Definimos por función: la capacidad de acción o
acción propia, en este caso, de una profesión y en tal
sentido nos remitimos a la lectura del Art. 2) de la ley de marras,
para interpretar cuál es la función asignada por la
sociedad al servicio social.
De nuestro análisis se desprende que la función
es socioeducativa, porque el servicio social es una
actividad esencialmente educativa que debe contribuir a
afianzar en la sociedad un proceso socio-educativo. Para distinguir
la función educativa del servicio social de aquella otra
función reconocida a la pedagogía, la nuestra tiene
carácter promocional, preventivo y asistencial en relación
directa al objeto de estudio e intervención, que son en orden
de relevancia, las situaciones de carencia, desorganización o
desintegración social. Por lo tanto podemos inferir de lo que
se desprende de la ley, que el rol asignado al profesional de
servicio social es el de Socioeducador y no otro.
Reflexión sobre los alcances de la función profesional.
La sociedad entiende que las personas, principales componentes del
sistema social humano, al carecer de conocimiento e
instrucción sociocultural (desconocer la concepción
del sistema social humano, su funcionamiento integral, ignorar sus
requerimientos esenciales y por tal motivo convertirse en los
vehículos conductores de la entropía social)
adquieren comportamientos y prácticas sociales adversas y
perjudiciales que atentan contra el equilibrio social (promueven
situaciones de desorganización o desintegración
social). Por esta razón le asigna al servicio social, en
primer orden, la atención de las situaciones de carencia.
Por lo cual para entendimiento de este servidor, se trata entonces de
carencia sociocultural y no otro tipo o cualquier tipo de
carencia. De esta manera se observa una relación contributiva
directa entre la función socioeducativa y la carencia
sociocultural.
Otra cuestión relevante es advertir el efecto cascada que
se produce a partir de la carencia sociocultural, por ello, en
segundo orden de atención, la sociedad le presenta las
situaciones de desorganización social, como
consecuencia directa de quienes han adquirido hábitos
negentrópicos y a su paso van generando alteraciones al orden
establecido.
Hacemos una breve aclaración respecto al orden
establecido; nos referimos al orden cósmico y no al
establecido por factores de poder y para beneficio de unos pocos. En
esta instancia, adquiere mayor complejidad la función
educativa porque debe ser asistencial y preventiva para impedir la
desintegración del sistema.
Finalmente y en tercer orden de atención, le son asignadas
las situaciones de desintegración social, es decir,
cuando se cumple la acción finalista de la entropía
social y los sistemas se disuelven. En este punto es elemental
aclarar lo siguiente; un sistema social (pareja, familia, empresa,
comunidad, etc.) se desintegra sólo cuando su núcleo
magnético sinérgico se ha debilitado totalmente porque
sus componentes han dejado de contribuir con su energía
personal; por desinterés, pérdida de la motivación
o por la intensidad de la discordia interna que supera amplia e
intransigentemente a la concordia entre sus componentes. En estos
casos extremos es cuando la función socioeducativa requiere la
integralidad de sus caracteres (prevención, asistencia,
promoción) en función de restablecer el
equilibrio personal, convivencial y social.
Características del Rol Profesional.
Luego de este breve análisis sobre la función
principal de los graduados en servicio social, podemos concluir, que
el rol de socioeducadores es operacionalmente; el de
decodificadores del hecho cultural, el terapéutico
(del gr. Therapeuein, servir, asistir) y el catalítico,
en cuanto se debe ejercer ciertas acciones negentrópicas
sobre la composición disfuncional de otros sistemas sin sufrir
(ellos mismos) modificación o alteración.
El rol le exige al graduado, aptitudes que orienten la
acción social para diferir los efectos caóticos de la
entropía social (que afectan inexorablemente al sistema
social humano) en los diferentes grados en que esta se presenta sobre
la vitalidad de los sistemas. La única manera de controlar la
gradualidad entrópica es ir adquiriendo y con regular
constancia, contribuyendo con medidas de orden o medidas
negentrópicas; que son aquellas acciones antónimas
a las entrópicas, tendientes a restablecer el orden social y
la organización en los sistemas humanos.
Interesante punto para evaluar si la formación
universitaria que estamos brindando o recibiendo responde a este
perfil profesional o ¿todavía impera implícito
el objetivo de 1930?
Propósito Social de la Profesión.
Tenemos que tener presente dos aspectos; el primero indica
que el propósito social surge de una necesidad que la
sociedad pretende dar solución con la creación de una
disciplina o profesión, es decir; toda profesión debe
contribuir al equilibrio social. Y el segundo, que todo
propósito social (abstracto) requiere de medidas de orden
(acciones negentrópicas concretas).
El sistema social humano que la sociedad es, requiere mantener
estable su equilibrio. Son diversos los factores naturales y
artificiales que intervienen en su dinámica procesal y que
juegan un papel preponderante en la cuestión. Las situaciones
de carencia, desorganización o desintegración social
comprometen seriamente el equilibrio social. Por lo tanto hay que
instruir, enseñar y capacitar (medidas de orden) a los
componentes del sistema para que contribuyan a disminuir toda
situación entrópica. En este sentido, la aptitud
sociocultural contribuye a afianzar en la sociedad ese proceso
socio-educativo que le garantiza estabilidad.
Es por ello que la ley establece como Propósito Social del
ejercicio del servicio social, tender, en los aspectos que le
competen, al logro de una mejor calidad de vida de la población.
La calidad de vida trata de las condiciones en que se desenvuelve
la existencia del hombre actual y de la suma de proyectos
socioevolutivos que procuran la promoción humana. El término
calidad de vida denota una dimensión múltiple
de variables en equilibrio que, en su conjunto hacen al bienestar
básico del ser humano. El aspecto que nos compete a los
asistentes sociales es contribuir a afianzar en la sociedad un
proceso socio-educativo que efectivamente promocione su calidad de
vida.
Desde nuestra cosmovisión sociocultural, tres variables
negentrópicas y sus antónimos entrópicos,
determinan los diferentes grados con que se puede medir la calida de
vida de una sociedad:
Variables Negentrópicas | |
Variables Entrópicas |
Conocimiento sociocultural (+Cs) | « ------- » |
(-Is) Ignorancia sociocultural |
Prudencia personal (+Pp) | « ------- » |
(-Ip) Imprudencia personal |
Responsabilidad Social (+Rs) | « ------- » |
(-Ir) Irresponsabilidad Social |
Absolutamente toda actividad humana requiere conocimiento
y si se trata de actividades sociales, o sea, que implican la
interacción interpersonal e interdependencia, requiere un
conocimiento sociocultural, como así tambien el empleo
prudente y responsable del mismo, porque las consecuencias de los
actos sociales afectan al sistema y a su entorno.
La verificación de impacto del grado de estas variables en
un sistema social humano, comprueban la diferencia entre civilización
y barbarie, es decir, entre una comunidad instruida y organizada, de
otra carente y desorganizada.
La (-Is)(-Ip)(-Ir) son propiedades naturales del animal humano
inmaduro o inculto (periódo de la infancia). En la medida en
que el individuo crece y se desarrolla en ámbitos
sociocultores, estos estados propios de la inmadurez debieran ir
siendo superados. Cuando no sucede así, nos encontramos casos
de mala práxis social protagonizados por
ciudadanos (jóvenes-adultos) insertos en diferentes planos del
sistema social, ocupando posiciones directivas o ejecutivas varias,
que socioculturalmente operan como conductores entrópicos, es
decir, generadores de alteraciones y disfunciones sociales.
El término madurez social implica poseer la visión
y comprensión integral y totalizadora del sistema social del
cual se es parte y valorar la contribución personal, o sea,
tener conciencia social. A ella se llega a través del
desarrollo de la aptitud sociocultural. La madurez o evolución
social humana es un requisito esencial para convivir en una comunidad
civilizada. En este sentido afirmamos que, de la estabilidad o
inestabilidad del sistema social, todos y cada uno de sus
constituyentes somos CO-RESPONSABLES.
De lo interpretado hasta aquí, para nuestra sociedad,
entonces -¿Cuál es la materia de específica
competencia del servicio social?
Según nuestro entendimiento, no es una materia simple sino
triversal; por un lado la detección del grupo de
fenómenos socioculturales que inciden en la creación de
situaciones de carencia, desorganización o desintegracion
social y afectan al sistema social humano. En segundo orden, la
captación de esos fenómenos, su decodificación
y codificación apropiada para poder ser
transmitidos (exploración, descripción y explicación)
y en tercer lugar la aplicación de las medidas de orden
que permitan el restablecimiento social y promocione una mayor
calidad de vida de la población.
En procura de simplificarlo, diremos que nos compete atender la
problemática sociocultural y el restablecimiento social a
través de una terapéutica socioeducativa.
CONSIDERACION Y CONCLUSION.
Por lo precedentemente tratado, analizado y expuesto, considero
que la vigencia del servicio social consuetudinario (el que
mayoritariamente se viene ejerciendo) esta en riesgo, que su
actualización y adecuación a la realidad le requieren
mayor acción e interacción académica en función
de lo que la Sociedad Argentina le demanda. Actuar por debajo o
desconociendo las exigencias que le impone la sociedad desmerece al
servicio social en todos los planos de su existencia; como ciencia,
como profesión y como alternativa terapéutica. Son
muchos los colegas que todavía no se han apropiado del espacio
cedido o conferido por la sociedad para desarrollar plenamente su
ejercicio profesional.
Si hacemos un breve autoanálisis, la obra clásica de
Mary Richmond Social Diagnosis en 1917, fue el primer
intento por posicionar a la profesión en un status científico
y a posteriori, no hubo continuidad en el nivel requerido, los nuevos
aportes fueron tan escasos y otros sin relevancia que los
resultados son evidentes. Podría concluir, que en lo que
va de la historia de la humanidad y de la ciencia, los computos
evidencian mayor tiempo de ausencia y silencio profesional que el de
alguna contribución específica. Es como que el trabajo
social posee demasiada vida intrauterina, y ya fuera hora de romper
el huevo de concepciones tradicionales infructíferas, tomar
respetuosa distancia del patrocinio eclesiático y la tutela
institucional, refundando una profesión más
sólida e independiente.
Desde la SOCIATRIA estamos abocados, hace mas o menos una década
en interactuar con la comunidad, como un nuevo enfoque del
servicio social. Enfoque que obviamente responde a una nueva
concepción, según hemos tenido oportunidad hoy de
compartir. La empresa es desafiante porque incluye desactivar
paulatinamente las denominaciones de trabajo social o
servicio social de trabajador social o asistente
social, las cuales consideramos incoherentes e incompatibles
con una disciplina científica y status universitario.
Independientemente de que estamos convencidos, que se trata de
denominaciones impersonales; trabajador social son todos
aquellos que realizan una actividad con sentido social. Ej, un
médico, un barrendero municipal, el policia, el colectivero y
tantos otros. La nuestra es la única profesión que
puede ser denominada de una manera o de otra, y como
todo tiene que ver con todo, así nos va en la
carrera profesional. Nuestro nuevo enfoque pretende la denominacion
de sociátras, porque la sociatría
estudia y trata las alteraciones y disfunciones que afectan al
sistema social humano (situaciones de carencia, desorganización
o desintegración social).
Creemos que el nuevo milenio es una
buena oportunidad para lograrlo! Contamos con gente, tiempo y mucha
pasión!
Si estas interesado en integrar este nuevo Movimiento
Profesional Siglo XXI, capacitarte en sociatría,
realizar una lectura diferente de la realidad y tener vivencias
profesionales verdaderamente enriquecedoras para crear nuestra propia
teoría de las cosas y actuar en consecuencia, te invito a
conectarte con nuestro equipo: