Mientras se continúa consumando el saqueo de Nuestra América, los economistas neoliberales prosiguen proponiendo nuevas etapas de la rapiña cambiando el lenguaje, tratando de explicar lo económico como una catástrofe natural.
A su vez no sólo nos acosan desde la economía. Pareciera que cuando no pueden hacerlo por las "buenas", generan "movimientos populares" creados muchas veces en las oficinas de Washington que intentan desestabilizar gobiernos elegidos por el pueblo, invocando a la libertad y a la democracia.
Los latinoamericanos conocemos mucho de proclamas redactadas en inglés y mal traducidas al español que derribaron gobiernos generando años de injusticias, miseria y represión.
También se aplica la inmunidad en nombre de la libertad y se acepta que se deberán comprar periodistas para mejorar la imagen de ese país.
En el mundo del mercado todo es vendible desde las plumas hasta las ideas, inclusive la historia o la versión que intentan que quede de ella.
Desde una América saqueada podemos aún seguir pensando, diciendo y especialmente haciendo.
Es la propia historia la que nos lleva, nos determina y especialmente nos impulsa a seguir.
En definitiva podrán seguir robándonos, pero no es posible que se nos apropien del deseo, más aún cuando éste, silenciosamente se transforma a pesar de los esfuerzos de quienes nos dominan, irremediablemente vuelve a convertirse en colectivo.
Por un 2003 de posibilidades dentro de la crisis.