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Edición electrónica

Edición N° 28 - verano 2003

América Latina:
De ensayos sociales y utopías comunitarias al Desarrollo de la Comunidad.

Por:
Alberto José Diéguez.
*
(Datos sobre el autor)


1. Algunos antecedentes comunitarios en América Latina.

América fue históricamente un lugar donde se realizaron los más diversos experimentos en materia comunitaria; un lugar de utopías, de ensayos sociales y comunitarios, algunos de ellos que opacan los más ambiciosos programas de desarrollo de comunitario que se pretenden realizar hoy día.

A partir de 1609 los jesuitas, orden que pudo albergar en su seno una multiplicidad étnica y profesional, comenzaron a construir en el corazón de América del Sur, las misiones del Alto Paraná, un proyecto que constituyó la concreción en la práctica de un estado dentro de otro estado, sobre la base de lo que el jesuita italiano Peramas llamó “el neoplatonismo en acción”. El primer pueblo San Ignacio Guazú fue fundado en ese año y le siguieron otros a lo largo de los ríos Paraná y Uruguay. Según Peramas, Yapeyú alcanzaba a tener 7974 habitantes, Ytapua 4780, Santa Ana 4334 y la mayoría de los treinta pueblos fundados sobre el río Paraná contaban con una población entre 1500 y 3000 personas.

En líneas generales los pueblos respondían a un patrón de asentamiento y constructivo similar. La iglesia, al lado de la cual se encontraba el cementerio y al otro lado la casa parroquial, el colegio, los talleres y las oficinas del pueblo; En el ángulo opuesto el cotiguazú (coty: casa, guazú: grande, en guaraní) destinado a las viudas y a niñas huérfanas, que en realidad es uno de losprimeros servicios asistenciales americanos. Delante de la iglesia una gran plaza, alrededor de la cual se levantaban las casas todas iguales, agrupadas en manzanas. Mas allá del pueblo, los sembrados, el ganado.

Efectivamente si Platón no pudo implementar su propuesta en Sicilia y sus diversos intentos de hacerlo, le valieron el desagrado de Dionisio el viejo tirano de Siracusa y que fuese vendido como esclavo, los jesuitas intentaron realizar un modelo muy cercano a las ideas de Platón. Ruiz de Montoya en Paraguay, Vasco de Quiroga en México, fueron figuras que llevaron junto a otros jesuítas, estos proyectos adelante.

Las misiones jesuíticas del Alto Paraná adoptaron en muchos aspectos el modelo de República. Ni riquezas, ni pobreza excesivas; aislamiento geográfico, en este caso de las zonas colonizadas por los europeos; la educación en las artes, la música, las artesanías; el gobierno para el bien de los súbditos; comunidad de bienes, intercambio entre los diversos pueblos jesuíticos.

1767 marcó el fin de este proyecto con la expulsión de la orden del rey Carlos III. La medida se sitúa en razones económicas y políticas. Por una parte en la necesidad de asegurar el suministro de indios esclavos para el estado y los colonos, por la otra en el recelo que causaba la expansión del proyecto jesuítico y la constitución de un estado dentro de otro estado. Esta expulsión contaba con antecedentes ya que en 1750 estos habían sido expulsados de Portugal y en 1764 se suprime la orden en Francia. La abolición de la orden tuvo lugar en 1773, y fue dictada por el Papa Clemente XIV.

Otro interesante antecedente comunitario que lo encontramos en el actual territorio de Brasil, son los Quilombos, que fueron “repúblicas” en algunos casos, reductos en otros, que constituyeron las primeras comunidades libertarias americanas, que reunieron a nativos, esclavos negros y europeos que huían de las condiciones de vida y de trabajo de las plantaciones e ingenios costeros.

Los esclavos africanos fueron traídos al Brasil, a partir de la autorización que les otorgaba a los colonos la Carta Regia de 1672. La esclavitud se alentó y extendió y a partir del principio de Derecho “partus sequitur ventrem”, se consagró la perpetuidad y heredidad del esclavo, que afecta indefinidamente a toda la descendencia de mujer esclava y los cruzamientos con indios y blancos.

En un comienzo los quilombos eran comunidades de esclavos, que escapaban juntos y que prosperaban en virtud de que los portugueses se encontraban luchando con los holandeses por el control de Pernambuco. En general los quilombos existieron en Bahía (Jacobina, Río Vermelho, Gameleira, Río de Peixe, Papagalo e Tucano), en Orobo, Babula, Nossa Señora dos Mares, Cachoeira, Santo Amaro. En el Matto Grosso encontramos el quilombo de Pindaituba y también se registra su existencia en Recife.

Estos se multiplicaron entre los siglos XVII y XVIII. Uno de ellos, el Quilombo dos Palmares, fue el que más importancia y extensión tuvo y sobrevivió así un siglo, antes de ser destruido por los colonos. El mismo sobrevivió en la imaginación popular, en especial la de los sectores oprimidos, al punto que hoy en Alagoas se recuerda en la fecha de los Quilombos, la lucha sustentada a fines del siglo XVII, contra los reductos de esclavos negros.

En la plaza pública se representa una escenificación, en la cual un cortejo de negros atraviesa la ciudad al son de batucadas 1 y el rey y la reina ocupan su trono. Por otro lado, también en cortejo, aparecen los caboclos 2, armados de arcos y flechas, teniendo al frente a su rey y su reina. La teatralización al compás de instrumentos, simula un ataque de los indios a los negros y a su vez un contraataque, pese a que según los historiadores, nunca había existido animosidad entre indios y negros y la lucha se realizaba contra los colonos portugueses.

La república de Palmares comenzó a ser creada en la segunda mitad del siglo XVI. Luego ganó el respaldo de indios y blancos pobres, también víctimas de la dominación europea, animada por el espíritu combativo y solidario resistiendo durante un siglo.

Los fundadores de esta nación crearon una nueva lengua, una nueva cultura, una nueva religión, costumbres y relaciones sociales originales; sus gobernantes eran elegidos por la población y la tierra era colectiva.

Estas comunidades constituyeron grupos con organizaciones, lengua, normas propias. La pregunta es si pueden estas experiencias asociarse en algo al desarrollo de comunidades o no ? Si al desarrollo de la comunidad, lo asociamos con democratización de la sociedad, con participación, con autogestión, con tomas de decisión autónomas, con crecimiento económico y social, parecieran que los presupuestos del desarrollo de la comunidad se cumplen en algún grado.

Más tarde hacia mediados del siglo XIX aparecieron una serie de proyectos originados en las ideas de los socialistas utópicos franceses (Considerand, Fourier, Tandonet, Saint Simón, Pecquer, Owen, Cabet, Leroux, Prodohm). Estos se implementaron desde México hasta Brasil y Argentina.

Elaboraron doctrinas de la comunidad, doctrinas de critica social e intentan hacer realidad la utopía, aplicar principios y doctrinas en la organización y dirección de comunas favorecer una vida completamente comunitaria; conformar comunidades de bienes, pequeñas comunidades modelo, falansterios, microsociedades bajo el modelo del fourismo o procurar un cambio en el régimen de propiedad, en las relaciones humanas, en las relaciones de trabajo, en la familia, o reconstruir la sociedad.

Se cree en el papel de la educación y en la perfectibilidad el ser humano. En América estas utopías mas que sueños lejanos, pudieron concretizarse en proyectos de realización inmediata. La mayoría tropezaron con su fracaso, su vida efímera, no pudieron ir mas allá de los planteos reformistas que sostenían, pero quién puede negar que no contribuyeron con esfuerzos diversos....

Los modelos fueron diversos y variaron desde el comunismo anárquico del italiano Giovanni Rossi (Cardias) en Brasil, hasta el proyecto pangermánico y antisemita de La Nueva Germania, fundada en 1886 en la región de Campo Cassacia en Paraguay, por Elisabeth Nietzsche hermana menor del filósofo alemán Friedrich Nietzsch.

Canudos en el sertón de Bahia fue otro ensayo popular que mereció un trabajo de Vargas Llosa, La guerra del fin del mundo y un tratamiento por parte de Euclides da Cunha, historiador oficial del ejercito brasilero, en Los Sertones (Os Sertões) obra escrita en 1902.

Son o no estas, experiencias democráticas, populares, modelos alternativos al orden vigente en ese momento, búsquedas creativas, elecciones conscientes de un mundo ideal ?

Como vimos muy escuetamente, América fue el lugar en donde más se ha intentado historicamente realizar el sueño del “verdadero y justo orden de vida”. Pero todos estos proyectos tropezaron con la escasa comprensión de su propia condicionalidad histórica y social.

La protesta social se expresa en formas ingenuas como lo expusiera en su momento Marx, con la falta de adecuación a la realidad existente. Con el desarrollo de la forma de producción capitalista y de la sociedad en general, esas maneras ingenuas fueron sustituidas por una visión específica del hombre, de la sociedad, del mundo dadas por una teoría científica de la sociedad y del cambio social.

En todos estos casos puede verse el contenido crítico hacia la sociedad, así como la idea de algo mejor, “lo otro” que se anticipa en la espera (esperanza) por alcanzar ese futuro mejor. El método utópico forma parte de una determinada representación de la realidad t construye esa misma realidad.

Cada época posibilita o no la realización de acciones y propuestas comunitarias. Poco importa el título que reciban, mas es necesario ver la importancia de estas experiencias en el contexto latinoamericano.

Participación, autogestión, cogestión, cooperativismo, con modalidades diferentes según los países, son experiencias que modifican las relaciones de poder de la sociedad y constituyen parte del proceso de democratización de la sociedad. Muchos de ellos conllevan la idea de planificación democrática, de una praxis participativa cuestionadora y redefinen tanto el modelo de desarrollo, con la transformación de la producción, la distribución y el consumo.

Caben mencionar alguno ejemplos. El proyecto de ley de cogestión del año 1973 en Argentina, así como las experiencias participativas realizadas entre 1973 y 1976 en el Frigorífico Lisandro de la Torre, en la Junta Nacional de Carnes, en el Banco de la Nación Argentina, en YPF – Yacimientos Petrolíferos Fiscales, Encontel, Empresa Winco, Opalinas Hurlingham, Siam.

En Bolivia, la participación obrera en las minas a partir del año 1952. En Nicaragua durante el gobierno sandinista. La participación obrera en Chile en las empresas de propiedad social (1964-1973), en la empresa Minera “El Teniente”, en la acería de Huachipato. La experiencia peruana de propiedad social implementada por el gobierno nacionalista de Velazco Alvarado entre 1974 y 1978. Todas estas experiencias de un pasa reciente, aparecen como distantes a raíz de los profundos cambios societarios habidos en los últimos treinta años.

Estas experiencias eclipsaron con la puesta en marcha de la doctrina de la seguridad nacional implementada por los Estados Unidos y los gobiernos militares en la década del 70. La fragilidad de los gobiernos democráticos y las políticas económicas que se implementaron en esa época llevaron a una paulatina pauperización de la sociedad. Las recetas recesivas de los organismos internacionales, consolidaron el desempleo, la pobreza de la población, frente a las ganancias de los monopolios, la concentración del ingreso y el pago de la deuda externa. Estas son demostrativas de que no hay democracia política, sin democracia económica.

El desarrollo de la comunidad no es mas que una nueva rotulación a propuestas que los seres humanos han buscado a lo largo de su historia. El desarrollo de la comunidad tiene mucho de la intencionalidad utópica, en el sentido dado por Horkheimer.

Si las experiencias utópicas fueron proyectos fundamentados en una sociedad cerrada, frente a ella surge la idea de una sociedad abierta. Tema este analizado por Popper y Dahrendorf, identificándola el primero con los sistemas totalitarios, mientras que el segundo hacía referencia a sociedades en las que estaba ausente el cambio social.

El desarrollo de la comunidad fue de alguna manera también una utopía, al querer hacer menos injusta la vida, resolver los problemas sociales acuciantes, dar a todos los ciudadanos el derecho de disponer de su vida por sí mismos, así como intentar democratiza la sociedad. La idea fuerza sobre la que se sustentó fue la del desarrollo, la de crecimiento económico, en la creencia de poder alcanzar los niveles de los países mas desarrollados. Escapaba al análisis las relaciones de dependencia entre los estados, el colonialismo, el poder de las multinacionales ....

2. El desarrollo de la comunidad.

El concepto de desarrollo de la comunidad, apareció después de la Segunda Guerra Mundial en 1947, en una publicación de la sección de Extensión de la Universidad de Virginia, EE.UU. y en 1948 en el informe de la Conferencia de Verano, organizada por el Ministerio de Colonias en Cambridge, Inglaterra. En ambas ocasiones el concepto fue empleado como posible sustituto de educación de masas.

El informe de Cambridge 3señala que:

“el desarrollo de la comunidad consiste en enseñar a la gente a procurar por sí su propio adelanto, y no en mejorar las condiciones de vida mediante una acción directa exterior. No aceptamos la opinión de que la mejora de las condiciones de vida debe crear mejores ciudadanos; lo que deseamos es ver a mejores ciudadanos trabajar por conseguir mejores condiciones de vida.” Pág. 7.
En otras fuentes, como el relatorio del grupo de trabajo de la Pre-Conferencia a la XIa. Conferencia Internacional de Servicio Social sobre el tema Desarrollo de la Comunidad Urbana y Rural, realizado en Recife, Pernambuco (Brasil) en agosto de 1962, señala que el término “desarrollo de la comunidad” fue “utilizado por primera vez por el Gobierno Británico en 1942 con la finalidad de auxiliar a los países para preparar su independencia”.

La definición adoptada en ese entonces decía que el desarrollo de la comunidad es:

“Un movimiento con el fin de promover la mejoría de vida de toda la comunidad, con su participación activa y, si es posible, por iniciativa de la propia comunidad. Si acaso dicha iniciativa no aparece de manera espontánea, se emplearán técnicas que la hagan surgir y la estimulen con el objeto de asegurar respuestas activas y entusiastas al movimiento.
El desarrollo de la comunidad se ciñe a todas las formas de mejoría. Incluye por lo tanto un conjunto de actividades que se desarrollan en un distrito bien sea las que promueven el gobierno o las organizaciones no oficiales. En lo que respecta a la agricultura se desea la utilización de mejores métodos de conservación de la tierra, mejores métodos agrícolas y mejor tratamiento en la cría de ganado; en el campo de la salud, se promueve mejores condiciones sanitarias y de administración de agua, medidas ajustadas de higiene, protección a la infancia y a la maternidad; en el campo de la educación alfabetizando y educando adultos, así como, extendiendo y mejorando las escuelas de primera enseñanza.El desarrollo de la comunidad debe utilizar el movimiento cooperativo que será puesto en práctica, en íntima asociación con los órganos gubernamentales locales.” p.7.

Los primeros trabajos experimentales con esta orientación fueron iniciados en 1939 por Ongs y algunos gobiernos (Egipto 1939; Marruecos, 1941, India 1946, Togo 1948, Madagascar 1950) 4 que comenzaron a iniciar programas educativos de esta naturaleza.
Fue entre los años 1946 y 1954 que apareció la tendencia a transformar proyectos locales en programas de alcance y dirección nacional. En este sentido en Argentina y en algunos países latinoamericanos, esta tendencia a regionalizar y/o nacionalizar los programas se realiza alrededor de 1964-66.

En 1956 las Naciones Unidas y sus organismos especializados lograron un acuerdo para establecer una definición provisional que facilitara la labor de los gobiernos.

“La expresión “desarrollo de la comunidad” se ha incorporado al uso internacional para designar aquellos procesos en cuya virtud los esfuerzos de una población se suman a los de su gobierno para mejorar las condiciones económicas, sociales y culturales de las comunidades, integrar a éstas en la vida del país y permitirles contribuir plenamente al progreso nacional.

En este complejo de procesos intervienen, por lo menos dos elementos esenciales: la participación de la población misma en los esfuerzos por mejorar su nivel de vida, dependiendo todo lo posible de su propia iniciativa; y el suministro de servicios técnicos y de otro carácter en formas que estimulen la iniciativa, el esfuerzo propio y la ayuda mutua, y aumenten su eficacia. El desarrollo de la comunidad encuentra su expresión en programas encaminados a lograr una variedad de mejoras concretas.” 5


La comunidad local, constituía una unidad (local), cuyos problemas eran abordados en

forma unificada y coordinada. En el plano administrativo y técnico ello implica la cooperación de una variedad de servicios técnicos y la adopción de un enfoque común, que se denominó en el seno del Consejo Económico Social como “acción práctica concertada”. En el plano nacional ello implicaba la colaboración de los diversos ministerios y servicios, la cooperación de organismos internacionales y la participación de diversas disciplinas de intervención socio-educativa como la educación escolar y extraescolar, la extensión agrícola, la educación para la salud, la asistencia social o trabajo social y las ramas especializadas de las ciencias sociales, en especial la antropología y la sociología.

3. El desarrollo de la comunidad en América Latina:

El tiempo social se interrumpe con las sangrientas dictaduras militares que imponen un modelo diferente caracterizado por la desaparición del Estado de Bienestar, la implantación del modelo liberal-capitalista, la privatización de la política social, el incremento exponencial de la deuda externa que sume en la miseria a las poblaciones; la reducción y el estancamiento de los ingresos de las poblaciones, la inestabilidad política y social, la falta de participación ciudadana, el incremento de la brecha entre los que más tienen y el resto de la población, el estancamiento de las inversiones y el deterioro de la empresa. Con referencia a esto ultimo, la destrucción de la pequeña y mediana empresa en Argentina es un ejemplo por demás elocuente.

En este modelo se realiza el desarrollo de la comunidad tanto desde lo estatal como de lo privado con principios y acciones que se dirigen a la acción asistencial y al control social. Pero el fracaso deviene también del incremento de la insolidaridad y del exacerbado e irresponsable individualismo.

El desarrollo de la comunidad exige un mínimo para su realización, como por ejemplo una firme vocación por democratizar la sociedad o para generar espacios para la participación popular.. Cuando estos mínimos no se encuentran, las tareas de desarrollo comunitario son sustituidas bajo ese mismo rótulo, por acciones que deberían tener otras denominaciones y que son más aproximadas a la educación y promoción comunitaria o a la prevención comunitaria en salud, acciones estas importantes, que contribuyen pero que no constituyen procesos de desarrollo de la comunidad.

El desarrollo de la comunidad no es mas que una nueva rotulación a propuestas viejas, como ya lo hemos visto. El desarrollo de la comunidad se gestó bajo la postguerra con las necesidades de desarrollar al mundo subdesarrollado, coadyuvar a los procesos de descolonización e incorporarlos a las políticas de modernización de la sociedad; procurar crecimiento socio-económico.

En América Latina, durante la década de los 60, se constituyeron mediante el asesoramiento de organismos internacionales, organizaciones burocráticas y tecnológicas de desarrollo comunitario y los gobiernos implementaron bajo ese rótulo importantes planes y programas de desarrollo de comunidades.

Durante el Estado de Bienestar el desarrollo de la comunidad fue aplicado como una política de modernización tecnológica frente al desarrollo industrial por el que atravesaban nuestras sociedades latinoamericanas. Mas el propósito fundamental ha sido el de servir de control social frente a los desafíos provocados por la revolución cubana (1959) y la expansión de la ideología marxista en el continente. En esa época el desarrollo de la comunidad y las diversas formas de participación, también eran sostenidas por la Iglesia Católica, con encíclicas como Mater e Magistra.

El cuestionamiento al modelo de desarrollo económico, social y civilizatorio, y a un progreso uniforme y universal, trajo posteriormente la necesidad de poner énfasis en las diferencias, especificidades y singularidades; buscar nuevas formulas, junto a la aspiración de crear mejores condiciones de producción y de riqueza y una mayor conciencia ecológica, para lo que sería necesario abrir el sistema de decisiones para liberar el potencial organizativo y productivo a nivel local.

La desaparición del Estado de Bienestar, el surgimiento del “nuevo orden internacional” se encuentra caracterizado por el papel central del sector privado y por una nueva división del trabajo que reestructura mercados, reorganiza espacios territoriales, relocaliza poblaciones, adecua legislaciones y flexibiliza sus normas.

Comienza a hablarse de desarrollo sustentable, de desarrollo a escala humana, desarrollo de base, de desarrollo autosostenido, de desarrollo autocentrado, de ecodesarrollo, de democracia ambiental participativa. Se pretende restaurar con nostalgia ciertos ideales utópicos, relacionados con la “comunidad perdida”, etc. Todos estos son paradigmas diferentes, propuestas y esfuerzos por plantear desarrollos alternativos. Así comienza también a hablarse de “desarrollo local” asociado a las ideas de descentralización y desconcentración de las políticas de desarrollo.

La internacionalización del capital y del aparato productivo, introducen profundas modificaciones en la lógica territorial (espacial). En este sentido muchas decisiones “locales” expresan intereses impuestos por flujos financieros externos y por el comercio exterior tal como se evidencia con el turismo y el desarrollo de infraestructuras y equipamientos en algunas regiones del planeta o con el impacto que sufren las comunidades de pescadores y rurales en muchas regiones o los procesos de recalificación del suelo urbano para la construcción habitacional o la instalación industrial.

Un viejo concepto asociado al desarrollo de la comunidad en la década del 40, aparece vigente y actualizado en estos últimos tiempos. Es el concepto desarrollo local. Si el desarrollo de la comunidad, aspiraba a una integración de lo local, a lo nacional y a un ejercicio de la planificación global y centralizada, el desarrollo local alienta un control decisivo por parte de los actores sociales locales, en especial los económicos, y a otorgar más poder, atribuciones, representatividad y diversificación de los centros de decisión centrales al ámbito local.

Se hace la crítica al Estado “autoritario, no participativo”, “paternalista y autocrático”, al Estado “controlador” y se propugna un Estado “facilitador” y “estimulador de decisiones”, impulsor de las iniciativas a nivel local. Pero por otro lado diversos autores insisten en la debilidad de lo local y en que este modelo local anula las barreras a la entrada de las multinacionales, que buscan ventajas competitivas a nivel regional y local.

Este modelo local no escapa a la necesidad de la existencia de una cultura participativa por parte de la población; a una mayor democratización de la sociedad; a generar estructuras de participación a nivel regional y local, a una modernización del Municipio que le permita abordar nuevas funciones y nuevas tareas, por sobre las acciones clientelisticas y efectistas que lo han caracterizado.

El desarrollo local, contribuye dentro de un marco de identidad histórica y cultural, a dar especificidad al desarrollo, pero a la vez parece estar limitado a las posibilidades, potencialida-des y necesidades que tiene la región y las comunidades en las cuales se implementa, sean estas rurales, urbanas o de pescadores.

Por otra parte la realidad muestra las limitaciones propias del municipio en cuanto entidad político-administrativa, sujeta a las pugnas por el poder, a las políticas clientelisticas; la falta de experiencia en planificación; la falta de cuadros técnicos, así como la psicologia social de la población o la falta de organización por parte de las comunidades o el funcionamiento del esquema “pueblo-demandante/gobierno donante”.

La inclusión social, la generación de empleos, la distribución de la renta, la preservación de la vida y del ambiente, la constitución de estados soberanos, la satisfacción de las necesidades de nuestras poblaciones, la construcción de una sociedad más igualitaria y justa parece estar muy alejada de las posibilidades locales. La debilidad de lo local; las relaciones de poder; las carencias presupuestarias, no posibilitan negociaciones y transacciones igualitarias.

La identidad colectiva de sus miembros o la iniciativa social, no parecen ser condición suficiente para alcanzar un desarrollo mas justo e igualitario.

En América Latina las diferencias entre el desarrollo de la comunidad realizado en la década del 60-70 y el desarrollo local del 90 a la actualidad radica en los siguientes aspectos:


Desarrollo de la comunidad Desarrollo Local
Contexto histórico donde aparece: Desarrollismo de la década del 60. Desaparición del estado de bienestar. Consolidación del neo-liberalismo.
Papel del estado: El gobierno es responsable por el bienestar general. El bienestar se delega en grupos empresariales, ONGs y grupos civiles.
Escala: Desarrollo Nacional/regional planificado. El desarrollo queda librado solamente a las orientaciones generales del Estado o al libre mercado.
Nivel de implementación: Los planes de desarrollo parten del Estado y se coordinan entre los diversos servicios estatales (Nivel Ministerial) Los planes quedan librados a los actores sociales, en especial ONGs y Gobiernos Locales.
Orientación: El propósito es integrar las comunidades a nivel nacional. Fortalecimiento de lo local.
Relaciones establecidas: Gobierno-Bases Burguesias Locales-Bases.
Financiación: Estado Nacional. Movilización de recursos gubernamentales centrales. Organismos supranacionales y fundaciones privadas. Mínima movilización de recursos por parte del estado nacional.

El desarrollo de la comunidad se inscribe hoy día en la reducción de la pobreza, la creación de empleo, la democratización de la sociedad y la incorporación de las comunidades a la innovación tecnológica y el cambio social.

Las ventajas de los sistemas de descentralización (económica, de servicios, administrativa) son sin lugar a dudas importantes, más también parecen utópicos, cuando se carece de recursos materiales o de una elite sensible y formada a nivel local.. Los partidos políticos pueden obstaculizar estos procesos, cuando las luchas políticas por su intensidad atentan contra la voluntad de promover el desarrollo o cuando los servicios del gobierno local, son utilizados partidariamente en vez de concentrarse en el bienestar general de la comunidad.

Autoridades egocéntricas, autoritarias, nepotismo, grupos de parentesco, grupos económicos, pautas administrativas conservadoras, pueden obstaculizar el proceso democrático. El desarrollo de la comunidad busca el crecimiento socio-económico, el desarrollo integral de la persona y el aporte a la paz, la intensificación del control popular, el aumento de los mecanismos de participación ciudadana y comunitaria. Las metas con las cuales el desarrollo de la comunidad persigue estos objetivos, están ligadas a la eficacia del trabajo, para lo cual se necesitan de recursos calificados, de funcionarios (administradores, técnicos o profesionales) con conocimientos y capacidad técnica; la coordinación de programas en todos los niveles y el desarrollo de un espíritu de servicio público junto con la consolidación del dialogo y el debate, como medios de construir un espacio de convivencia y tolerancia.

Pero también es de descreer en las simples “soluciones profesionales” tan en boga en los tiempos actuales. El desarrollo de la comunidad no se hace entre bambalinas universitarias, ni tampoco se hace investigando en eterno, el desarrollo de la comunidad se hace con la gente, generando condiciones para que la gente pueda aportar sus ideales, sus puntos de vista, sus conocimientos y su energía. No es un proceso unilateral, aunque se necesite contar con una definida vocación democrática. El dueño y beneficiario de esta empresa es siempre el pueblo, guiado por una orientación pragmática, alejado de las especulaciones cientificistas o teórico-políticas.

España, octubre de 2002.

NOTAS

1 Batucas: Folc. Danza de negros y de gente del pueblo, acompañada de batugue es decir de sapateados, palmas y toque de tambores.

2 Caboclos: mestizos de blancos con indios.

3 Reino Unido. Colonial Office, Social Development in the British Colonial Territories: Report of the Ashridge Confereence on Social Development, 3-12 August 1954. (Miscellaneous No. 523)

4 Naciones Unidas. Methos of Social Welfare Administration. 1950.IV.10. Developpement des centres sociaux des

territories français d’outre-mer. 1953.IV.3; Report of the Mission on Community Organization and Development in South and Southeast Asia, 1953.IV.24.

5 Naciones Unidas. 20º Informe del Comité Administrativo de Coordinación al Consejo Económico y Social. E/2931, anexo III, párrs. 1 y 2.



* Datos sobre el autor:
* Alberto José Diéguez.
Licenciado en Servicio Social y Doctor en Psicología Social. Escribió numerosos artículos y libros sobre la especialidad.

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