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Edición N° 27 - primavera 2002

Tres modelos de Intervención Comunitária: K. Lewin, S. Alinsky, O. Fals Borda.

Por:
Alberto José Diéguez
*
(Datos sobre el autor)


Existen múltiples metodologías destinadas a la acción comunitaria orientada hacia los procesos socioeducativos, originadas en diferentes tradiciones y contextos sociales y políticos.

Algunas de ellas provienen de la antropologia, la sociología y el trabajo social ( Naciones Unidas a partir del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, Unión Panamericana, J.L.Lebret y Economía y Humanismo, CELATS – Centro Latinoamericano de Trabajo Social, CEPAL, T.R.Batten, M.Ross, E. Witte, C. Ware, C. Campos Jiménez, R. Pozas Arciniegas, P. Young, L. Wirth, H. Adams, E.C. Lindeman, C.M.Cooley, R.Perlman, P. Phillips, E. Greenwood, R. Hill, T. Porzecanski, N. Kisnerman, E. Ander Egg, J. Kelleg, R.Escalante Fortón, P. Lazarsfeld). Otras propuestas de la educación provienen de (CREFAL –Centro Regional de Educación de Adultos y Alfabetización Funcional para América Latina, UNESCO, CEEAL, Consejo de Educación de Adultos de América Latina, CINEP, INODEP, P. Freire). Resulta importante señalar la contribución de lo que en latinoamericana se ha llamado genéricamente educación popular, así como las metodologías dialécticas para la acción educativa (C. Rodríguez Brandão, J. Bosco Pinto, F.T.Rivaños, J. Osorio, A. De Schutter, D.Palma, C. Nuñes, M.T. Sirvent, F. Vio Grossi, M. Gadotti, M.R. Mejia).

Otros aportes se han originado en la psicología social (K.Lewin, R. Bastide, E. Morin, G. Lapassade, M. y R. Pagès, S. Moscovici, ) y en especial en los últimos tiempos de la psicologia social comunitaria (I. Martín-Baro, A. Martín Gonzalez, . M. Montero, I. Serrano-Garcia, E. Wiesenfeld, G. Perfecto, B. Sawaia, J. Rappaport, J.R.Newbrough, E. Sánchez, K. Cronick). No se puede dejar de mencionar los aportes de la Psiquiatría Social y de la Psiquatría Comunitaria (M. Jones, V.W.Bernard, E. Rolla, H. Wilmer, J. Maxwell, E. Pichón Riviere, W. Arrington).

En este trabajo se abordarán tres aportes metodológicos, dentro de lo que podríamos enmarcar como metodologías de intervención comunitaria que se orientan al cambio, la reforma o la transformación social o de los denominados enfoques radicales (cientificistas y políticos). 1
En primer lugar se aborda la investigación-acción del psicólogo social Kurt Lewin (1946); luego el método de organización comunitaria de S. Alinsky (1971), continuando con el estudio-acción de O. Fals Borda (1972).

1. LA INVESTIGACIÓN-ACCIÓN. KURT LEWIN 2 (1890-1947)

La propuesta de acercarse teórica y metodológicamente a los problemas significativos de la vida cotidiana e involucrar al investigador como agente de cambio social, parte de la investigación-acción de K. Lewin que antecede a la investigación acción participativa de la década del 70, fundamentada en la teoría de la dependencia, la teología de la liberación, la militancia y el rechazo crítico al positivismo. La investigación lewiniana se realizó en forma experimental, en el campo educativo y en su época fue considerada como un enfoque radical e inadecuado. 3

No obstante no puede negarse la tradición existente en la investigación en acción social,. desde los trabajos de John Howard (1726-1790), pasando por los estudios de Charles Booth (1840-1916), las investigaciones de M. Blenkner y E. Jeter (1937) hasta la constitución de la sección de la NASW, Social Work Research Group, en 1949 entre muchos otros. 4

La teoría de campo y del espacio vital (life space).

En su teoría topológica de la personalidad (Lewin, 1936) utilizó un modelo matemático para explicar el campo psicológico de la persona y utilizó el concepto de campo, extraído de la física, para analizar y comprender la conducta humana. El campo psicológico lo constituye la totalidad de hechos coexistentes e interdependientes. Los individuos existen en un campo psicológico de fuerzas que determina su conducta.

Este componente psicológico circunda a cada individuo y se llama espacio vital, que es un espacio subjetivo, diferenciado, que está referido a la forma en como cada individuo percibe el mundo, sus metas, sus esperanzas, sus miedos, sus experiencias pasadas. Pero además de tener el campo componentes subjetivos, tiene también aspectos objetivos como las condiciones ambientales físicas y sociales, que actúan limitando el campo psicológico. La percepción social (manera particular como el individuo interpreta las acciones, los atributos o intenciones de los otros individuos; la atmósfera social o determinadas situaciones de la vida) encauzan el comportamiento (Lewin, 1948).

Personas que viajan en un tren, tienen objetivos diferentes, destinos diferentes y el paisaje tiene diferentes significaciones para ellos.

Si no hay cambios en el campo psicológico, no habrá cambios en la conducta de las personas y viceversa. El comportamiento humano debe ser visto en su totalidad y no puede ser analizado por partes. El fundamento del dinamismo conductual se encuentra en las necesidades y la relación existente entre el individuo y los objetos, es el punto de partida dinámico de la conducta.

A partir de Lewin se sabe que la asociación como tal no tiene efecto de activación o fuerza motivante. Una iniciativa es apropiada por un individuo, cuando la persona se ha comprometido en ella (ego-involvement). Para los sujetos alcanzar el fin que se han propuesto, adquiere una importancia personal, ya sea por prestigio o incentivo personal. Existe una tendencia en los individuos a no abandonar lo que le interesa personalmente y en lo que está comprometida su propia iniciativa, su compromiso personal, su tendencia al autodesarrollo.

La fijación de metas, de objetivos, depende en gran medida de las normas de grupo. De las experiencias realizadas en la reeducación de alcohólicos y delincuentes (Lewin y Grabbe, 1945) encontraron que resultaba más simple y fácil modificar hábitos sociales en un pequeño grupo tratado como un todo, que haciéndolo con individuos aislados. La conducta es para Lewin el resultado de los procesos que se dan en la vida de los grupos. Asimismo un liderazgo autoritario, democrático o laissez-faire, determina el desempeño del grupo.

Lewin distingue tres variedades de conflicto conductual que generan frustración. El conflicto acercamiento-evitación, el acercamiento-acercamiento y evitación-evitación. El primero ocurre cuando el objetivo es deseado e indeseado al mismo tiempo. En el conflicto acercamiento-acercamiento se desean realizar dos objetivos que son mutuamente incompatibles. El conflicto evitación-evitación, se presenta cuando las consecuencias previstas, son ambas indeseables y llevan a la tentativa de abandonar el campo.

Las tensiones o necesidades, proceden de conflictos internos y de frustraciones sufridas al perseguir objetivos que actúan como fuerzas motivadoras. Estas fuerzas orientan a la persona hacia acciones que alivien o reduzcan necesidades.

A nivel de necesidades de funcionamiento y de autodesarrollo surgen fenómenos de saturación de una actividad que tienden a producir traslaciones a actividades similares. (cuasi-necesidades), (Lewin, 1935). Las motivaciones presentes pueden influir en el presente, por lo que se hace necesario analizar como se dan en el momento presente, en relación con la persona y con el contexto social.

De estas teorías surgen elementos prácticos a tener en cuenta para la acción comunitaria, por ejemplo: el de mantener objetivos al alcance de las personas, con el propósito de reducir la frustración, es decir mantener un nivel realista de aspiraciones evitando las soluciones fantasiosas e imaginarias o ayudando a las personas a alcanzar objetivos que razonablemente se encuentren a su alcance. Ampliar el espacio vital de las personas para estos tengan una mayor flexibilidad y reduzcan o eliminen la rigidez de las barreras que impiden alcanzar metas, por ejemplo el logro de pericias sociales en el trabajo grupal podrían ser otras de las tareas a realizar.

La investigación-acción en K.Lewin parte de la teoría de personalidad y de la teoría de campo, articulada en una relación teoría-práctica que conduce a la acción social sobre determinados hechos. Lo que interesa es analizar cuál es la situación presente, cuales son los problemas urgentes y que es lo que debe hacerse.

Los pasos a seguir son lº) insatisfacción con el actual estado de cosas; 2º) identificación del área problema; 3ª) determinación del problema específico a ser resuelto mediante la acción; 4º) formulación de hipótesis varias; 5º) selección de hipótesis; 6º)diseño de la acción para comprobar e implementar la hipótesis; 7º) evaluación de los efectos de la acción; 8º) generalizaciones (B. Jiménez-Dominguez,1994). 5

Bibliografía sugerida sobre el tema:

  1. LEWIN, K. (1935). A dynamic theory o personality. New York: McGraw-Hill.

  2. LEWIN, K. (1936). Principles of topological psychology. New York: McGraw-Hill

  3. LEWIN, K. (1946). Actión research and minority problems. Journal of Social Issues, 2.

  4. LEWIN, K. (1948). Resolving social conflicts; selected papers on group dynamics. Gertrude W. Lewin (Ed.)New York: Harper & Row.

  5. LEWIN, K. (1951). Field Theory in Social Science; selected theoretical papers. D. Cartwright (Ed.), New York: Harper & Row.

  6. HALL, C.S. and LINDZEY G. (1978). Theories of Personality. 3 rd. New York: John Wiley & Sons

2. LA ORGANIZACIÓN DE LA COMUNIDAD. SAUL ALINSKY 6 (1909-1972)

Alinsky reconoció el poder de los ciudadanos, unidos alrededor de una causa. Basó la organización de la comunidad en los siguientes aspectos, 1º la detección del interés propio de la gente (necesidades), 2º en la valoración realista del poder estructural, 3º la organización y movilización de la población..

El método propuesto por Alinsky parte de las siguientes premisas: 1º) Los pobres (negros, marginados) mantienen una actitud de apatía y dependencia, que significa una represión de sentimientos como efecto de un sentimiento de impotencia, de inermidad. Por ello es necesario movilizar esos resentimientos, exacerbarlos, más nunca suavizarlos. 2º) El proceso de exacerbar los resentimientos se realiza en base a intereses propios y a la determinación de necesidades sentidas. 3º) Hay que organizar a la gente para que adquieran poder para cambiar su situación. Alinsky define el poder, como “la capacidad de actuar a favor de metas” 4º) El conflicto y la controversia son inevitables. 5º) El poder se logra por medio de la acción directa (demostraciones “sit-ins”, ocupación de lugares públicos vedados para la gente de color; huelgas; campañas de empadronamiento de votantes, manifestaciones, boicoteo. 6º) Si no hay controversia los problemas no son candentes y entonces no vale la pena trabajar para organizarse. 7º) Este criterio está referido al uso de las estadísticas. Alinsky dice “algunas personas utilizan las estadísticas como el borracho emplea el poste de alumbrado, para apoyarse y no para recibir la luz que viene de arriba”. 8º) Es fundamental conocer a los líderes y la forma de ejercer el liderazgo. 9º) Importa saber el número de miembros de las organizaciones, si hay una base popular o si se trata de una estructura integrada por pocas personas. 10º) No se moviliza a cantidades de personas por simple voluntarismo o altruismo. Es necesario que la organización y el programa se realice en base a intereses reales y concretos. (Chartier R. 1972).

El proceso metodológico de organización comunitaria parte de la invitación formulada por una comunidad a la Fundación, para intervenir en esa realidad. La primer tarea consiste en identificar las necesidades y las pautas de interacción de la comunidad. La observación fue el método utilizado en sus trabajos del barrio Back-of-the-Yards de Chicago. El segundo paso es la movilización de personas y grupos, el reclutamiento de líderes y la formación de una organización propia de la comunidad y con raíces en ella. La experiencia de Chicago muestra a Alinsky reclutando líderes de grupos étnicos hostiles entre sí: servios y croatas, checos y eslovenos, polacos y lituanos, convocándolos en base a intereses y necesidades comunes y conformando una “organización de organizaciones” constituidas por todos los sectores de la comunidad.

Como herramienta para lograr el poder local, Alinsky dice que: “La organización debe ser utilizada, en todas las formas posibles, como instrumento educativo; pero la educación no significa propaganda. La verdadera educación es el medio por el cual los miembros de una comunidad descubren el sentido de sus relaciones como individuos con su organización y con el mundo que ocupan (...). Cuando no media un proceso de aprendizaje, la construcción de una organización se convierte en el simple reemplazo de un grupo de poder por otro”. 7 (Alinsky, 1971:124-125)

En una tercera etapa se realiza un nuevo análisis de situación, de comprensión de los problemas y de los recursos disponibles para enfrentarlos. En una cuarta etapa se planifican los objetivos y se determinan los blancos a alcanzar.

En resumen el método de organización comunitaria de Alinsky se orienta a realizar un análisis realista de situación, formación de líderes y participantes por igual, creación de una organización autóctona y planificación de objetivos a alcanzar. Las tácticas de acción directa son siempre acompañadas de negociación (aplicación de fuerza-negociación tendiente a llegar a acuerdos). La IAF pone en marcha un proceso y se retira, lo que hoy llamamos sustentabilidad del proyecto.

En Reglas para Radicales (1971) dice:
“Las tácticas significan hacer lo que tú puedas con lo que tú tienes. Las tácticas son aquellos actos conscientes y deliberados por los cuales el ser humano vive con los otros y se ocupa del mundo que lo rodea. En el mundo de “dar y tomar”, las tácticas son el arte de cómo tomar y cómo dar. Aquí nuestra preocupación es con la táctica de tomar; cómo los que no tienen pueden quitar el poder a los que tienen”.

Las reglas que elabora, se orientan a la acción política y a ganar poder en la comunidad. Reglas cómo “Nunca pongas en práctica una experiencia que no conoce la gente, pues el resultado es confusión, miedo y retirada” o “El ridículo es el arma más potente del hombre” muestran orientaciones prácticas para la labor organizativa.

Otro tanto se desprende de las “máximas de la política digna”, “Nunca des a un burócrata la oportunidad de decir no”; “Un movimiento exitoso se cuida a sí mismo” o “En momentos de crisis, la iniciativa es realizada por aquellos que están mejor preparados”.

Bibliografía sugerida sobre el tema:

  1. ALINSKY, S. (1971). Rules for Radicals. New York: Vintage Press.

  2. ALINSKY, S. (1941). Community Analysis and Organization. American Journal of Sociology, Vol. 46, May 1941, pp.797-808.

  3. ALINSKY, S. (1976). Manuel de l’animateur social une action directe non violente, Paris: Editions du Seuil.

  4. ALINSKY, S. (1946). Reveille for Radicals. Chicago, Illinois: University of Chicago Press. Existe tambien una edición de 1991, de Reissue Edition.

  5. HORWITT, S. (1989). Let Them Call Me Rebel: Saúl Alinsky, His Life and Legacy. New York: Vintage Press.

  6. LEVINE, C.F. (1973). Understanding Alinsky: Conservative Wine in Radical Bottles. American Behavioral Scientist, Vol. 17 (November/December 1973).

  7. BARREIX, J.B. (1972). Saúl Alinsky: el conflicto y la controversia en la Organización de la Comunidad. Reportaje a Ricardo Chartier.En Revista Hoy en el Servicio Social, No 10, Buenos Aires: Editorial ECRO, 29-48.

Film:

  1. The Democratic Promisee: Saul Alinsky & His Legacy. USA, 1999, Bet, 56:40 min. Directors: Bob Hercules & Bruce. Chicago Video Project.Documentary.

3. EL METODO DE ESTUDIO-ACCIÓN DE O. FALS BORDA 8 (1972)

Compromiso político 9 y teoría e investigación sociológica se unen para conformar la “ciencia comprometida” a favor de los denominados “sectores populares” (en el enfoque del autor y de la realidad colombiana, el campesinado y proletariado rural). Este compromiso lleva a replantear el método de investigación y a orientar el producto del conocimiento científico.

Fals Borda postula el método del estudio-acción, el que mas tarde se denominará investigación acción participativa (IAP), como praxis frente a los problemas derivados de la dependencia, la acción imperialista y la explotación oligárquica.

Los años 60 son una época de reorientación intelectual en las ciencias sociales. Fals Borda postula el empleo de técnicas de observación participante y de observación por experimentación (Participación-Intervención) que conllevan la implicación del investigador en la realidad y en los procesos sociales.

“Inicialmente, la inserción se concibió como un paso que implicaba no sólo combinar las dos técnicas clásicas de observación ya mencionadas, “sino ir más allá para ganar una visión interior completa de las situaciones y procesos estudiados, y con miras a la acción presente y futura. Esto implica que el científico se involucre como agente dentro del proceso que estudia porque ha tomado una posición a favor de determinadas alternativas, aprendiendo así no sólo de la observación que hace, sino del trabajo mismo que ejecuta con las personas con quienes se identifica” (2) 58.

“En otras palabras la inserción se concibe como una técnica de observación y análisis de los procesos y factores que incluye, dentro de su diseño la militancia dirigida a alcanzar determinadas metas sociales, políticas y económicas.... Al mismo tiempo la inserción incorpora a los grupos de base como “sujetos” activos – que no “objetos” explotables – de la investigación, que aportan información e interpretación en pié de igualdad con los investigadores de fuera. Así, el compromiso viene a ser total y franco entre estos grupos.” (1)

En Reflexiones sobre la aplicación del método de estudio-acción en Colombia (1972) Fals Borda distingue dos dimensiones del método. Una primera dimensión en que:

  1. Se produce ciencia como hecho natural de la conciencia social.

  2. Se eligen temas y enfoques adecuados a nuestra conciencia de los problemas.

  3. Se determinan los grupos claves de referencia.

  4. Se actúa en consecuencia.

Las técnicas de inserción profesional son la participación-intervención (Inserción cercana a como lo concibe la antropología tradicional); la activación (Inserción estratégica); la incentivación o agitación táctica (Observadores militantes) y la recuperación critica.

En una segunda dimensión del método, desaparece la inserción profesional, para dar lugar a la conformación de equipos políticos-científicos.

En un apartado del mencionado documento Fals Borda dice que “Los fundamentos de la escuela del conflicto, como se sabe, parten de Heráclito y Polibio, van al mundo árabe con Ibn Khaldun, vuelven al occidente con Hobbes, Hegel y Marx, y pasan últimamente al oriente con Mao y Giap, entre otros.” Encuentra útil la lectura de Simmel, Coser y Schaull. La sociología marxista del conflicto, así como la naturaleza de la dependencia (Teoría de la dependencia y de la organización popular que enfrenta esa situación) son utilizadas y analizadas en términos de la realidad colombiana y latinoamericana. O. Fals Borda refiriéndose a estos marcos teóricos menciona las obras de Ernesto “Che” Guevara, Régis Debray, Hugo Blanco, Maringhela, Pablo Gonzalez Casanova, Aníbal Quijano, Rodolfo Stavenhagen, Fernando Enrique Cardoso, Theotonio dos Santos, André Gunder Frank, Enzo Faletto, Francisco Weffort, Octavio Ianni, Florestan Fernández, Camilo Torres, Juan Friede, Germán Guzmán. (1) 11.

Bibliografía sugerida sobre el tema:

  1. FALS BORDA, O. (1972). Reflexiones sobre la aplicación del método de estudio-acción en Colombia. Simposio sobre Política de Enseñanza e Investigación en Ciencias Sociales. Documento No. 8. Marzo, 19-24, 1972, Rosca de Investigación y Accción Social. Pontifica Universidad Católica del Perú. Lima, Perú: UNESCO-FLACSO.

  2. FALS BORDA, O. (1980). La ciencia y el pueblo. Bogotá, Colombia: Punta de Lanza.

  3. FALS BORDA, O. (1971). Ciencia propia y colonialismo intelectual. México: Nuestro Tiempo.

  4. FALS BORDA, O. (1961). Campesinos de los Andes. Bogotá: Punta de Lanza. Primera edición en inglés. Peasant Society in the Colombian Andes. A sociological study of Saucio, University of Florida Press, Gainesville, 1955.

  5. FALS BORDA, O. (1996). Paradigma y Utopía: Un balance posmoderno. Discursos Inagurales y conferencias magistrales. VIII Simposio de Educación Cátedra “Paulo Freire”. “Educar para construir el sueño: Ética y Conocimiento en la Transformación Social”.

  6. FALS BORDA, O. (1978). Por la praxis: el problema de cómo investigar la realidad para transformarla. En Simposio Internacional de Cartagena , Vol I, 209-249. También puede encontrarse este trabajo en Revista Serviço Social & Sociedade. Año IV, Nº 11, Abril de 1983, San Pablo, Brasil, Cortez Editora, 29-62.

  7. FALS BORDA, O. (1976). El reformismo por dentro en América Latina. Orlando Fals Borda. Cooperatives and rural development in Latin America. Colombia: Siglo XXI.

  8. CATANEO, G. y otros (1987). Ciencia y compromiso. En torno a la obra de Orlando Fals Borda. Bogotá: Asociación Colombiana de Sociología.

Bibliografía recomendada sobre el tema:

  1. DE SCHUTTER, A. (1983). Investigación Participativa: Una opción metodológica para la educación de adultos, Pátzcuaro, Michoacán, México: CREFAL.

  2. DE SCHUTTER, A. (1980). La teoría y los procesos de la investigación participativa, Pátzcuaro, Michoacán, México: CREFAL. También en: Investigación Participativa y Praxis Rural, Lima, Perú: Mosca Azul Ed.

  3. MARTÍN–BARÓ, I. (1988). Hacia una psicología política Latinoamérica. En Jiménez, B. y Pacheco, G. (1990). Comps. Ignacio Martín-Baró (1942-1989) Psicología de la liberación para América Latina. Guadalajara: Universidad de Guadalajara e ITESO.

  4. MARTÍN-BARÓ, I. (1991). El método en psicología política. En Maritza Montero (coord..) Acción y discurso. Problemas de psicología política en América Latina, Caracas: Eduven, 39-58.

  5. MONTERO, M. (1994). Psicología Social Comunitaria. Teoría, método y experiencia. Guadalajara, Jalisco, México: Universidad de Guadalajara.

  6. MONTERO, M. (1991). La sicología Política en América Latina: 1956-1986. En M. Montero (coord..) Acción y Discurso – Problemas de Psicología Política en América Latina. Venezuela: Eduven, 15-65.

  7. MARTÍN, A. (1988). Psicologia Humanística, Animación Sociocultural y Problemas Sociales. Madrid: Popular.

  8. MARTÍN, A., MARTINEZ, y CHACÓN (1994) Psicología Comunitaria. Madrid: Visor.

  9. MARTÍN GONZALEZ A. (1998) Psicología Comunitaria. Fundamentos y aplicaciones. Madrid: Ediciones Síntesis.

CONCLUSIONES:

Las metodologías estudiadas ponen énfasis en la necesidad de partir del estudio y análisis de las necesidades e intereses sentidos por la gente. Se alejan de los marcos lógico-positivistas, para poner énfasis en la combinación racionalidad-intuición, conocimiento científico-conocimiento popular.

El conflicto asume una función positiva en la resolución de los problemas, alejándose así de los paradigmas que procuran minimizarlo o evitarlo.

La teoría científica resulta importante y es una excelente herramienta para lograr cambios sociales. La conocida frase de Kurt Lewin “No hay nada tan práctico como una buena teoría” parece fundamental a la hora de realizar la intervención. En ese sentido los modelos analizados muestran sustentarse en marcos teóricos diversos. Más la intervención social que se realiza se centra en la pericia del trabajador social, en el “arte”, en la comunicación y dialogicidad con la gente.

La observación en su tradición antropológica y sociológica es una técnica que se privilegia frente a otras, como la encuesta, la estadística, que tienen un papel secundario o se consideran contraproducentes.

El papel del investigador es el de ser un agente activo y participante. En la investigación participativa existe siempre un involucramiento de la comunidad, en cada una de las etapas del proceso de investigación. La investigación tiene una doble función, por un lado es una técnica de investigación, pero a su vez es una práctica política. Lo que interesa en sí es el proceso socioeducativo de las personas, el grado de autonomía que adquiere la gente, su nivel de conciencia y la posibilidad de integrar el potencial de conocimiento y creatividad de la cultura popular, junto al hecho de que la comunidad se organice y se movilice para alcanzar nuevas metas.

Me parece importante una última reflexión. La intervención comunitaria, puede orientarse hacia la autonomía y desarrollo de las personas; puede orientarse a fortalecer la democracia, como puede servir para manipular, disciplinar y/o ejercer control social, cohesión, coerción. Las prácticas clientelísticas, cientificistas son también algunas de las modalidades que asumen hoy los proyectos de intervención comunitaria que se realizan desde diferentes ámbitos institucionales y desde las diferentes disciplinas. Sí se puede afirmar que la intervención social comunitaria, sólo puede sustentarse en regímenes democráticos, que deseen superar procesos psicosociales y culturales que instalan o activan formas autoritarias.

Paper escrito para la Revista Margen de Argentina. Portugal, Septiembre de 2002.

NOTAS

1 Whittington y Holland (1985) y más tarde D. Howe (1987) desarrollaron una clasificación que ésta basada en los trabajos sociológicos de Burrell y Morgan. Clasifican a las teorías del trabajo social según las posiciones filosóficas acerca de la naturaleza de la sociedad, que van de lo subjetivo a lo objetivo. Estas posiciones entienden a la sociedad como algo cambiante en un sentido radical o como un sistema regulado por interacciones sociales. (Enfoques de educación de la conciencia o revolucionarias). Sobre este análisis ver Malcom Payne (1995). Teorías contemporáneas de Trabajo Social. Una introducción crítica. Barcelona, España: Ediciones Paidos.

2 Kurt Lewin nació en Prusia. Realizó estudios de biología y de medicina en Freiburgo, Munich y Berlin. Se doctoró en 1914 con Carl Stumpf, psicólogo de la llamada “escuela austriaca”. En 1933 perseguido por el nazismo se radicó en los Estados Unidos, donde dictó clases como profesor visitante en la Universidad de Stanford y luego en la de Cornell. Pasó luego a trabajar en el Departamento de Bienestar Infantil de la Universidad Estadual de Iowa. En 1944 como director del Centro de Investigaciones de Dinámica de Grupo del MIT – Instituto de Tecnología de Massachussets realizó esfuerzos experimentales para modificar la conducta en situaciones reales y desarrollar la teoría de la conducta en grupos y organizaciones. . Tuvo una especial preocupación por mejorar la condición humana, por las minorías y los judíos, así como por la democracia. Tuvo influencias de Cassirer y de la psicología de la Gestalt (Koffka, Köhler, Wertheimer)


3 J. Bernardo Jiménez-Dominguez, (1991) Investigación Ante Acción Participante: Una dimensión desconocida. En: Maritza Montero (1994) coord. Psicología Social Comunitaria. Teoría, método y experiencia. Guadalajara, Jalisco, México: Universidad de Guadalajara. p 127. Ponencia presentada en el Simposio Construcción y Crítica de la Psicología Social, durante el XXIII Congreso de la SIP, San José de Costa Rica, 7-12 de julio de 1991.


4 Sobre este aspecto se sugiere leer Norman A. Polansky (1966). Metodología de la investigación del Trabajo Social. Madrid: Euramérica. Título del original: Social Work Research. New York: University of Chicago Press. 15-70.

5 Jiménez Domínguez, J.B. Ob.cit. 127-129.


6 Saúl Alinsky fue un organizador comunitario norteamericano, egresado de la Escuela de Sociología de Chicago como criminalista, lideró el movimiento para que las comunidades consigan poder a través de la acción colectiva, anticipándose a teorías contemporáneas de participación y democratización ciudadana, como el Empowerment-Methode. Alinsky se encuadra en la tradición del “radicalismo” de izquierda norteamericano y del pensamiento sindical de la década del 30-40. De origen judío, participa de las luchas por los derechos sindicales de la época. Director Ejecutivo de Industrial Áreas Foundation (IAF) en el año 1938 organizó en Back of the Yards Council al vecindario y trabajó luchando por mejores casas, empleo y seguridad. Su trabajo de organización se centra en los problemas urbanos, cómo la vivienda, el transporte, la segregación racial de la población negra, la lucha por los derechos civiles. En 1940 con la IAF, comenzó a organizar a poblaciones en las principales ciudades de Estados Unidos, desde los getthos negros de Rochester hasta los barrios mexicanos de California.

Elaboró protestas teatrales imaginativas que ridiculizaban el poder y que forzaron a los políticos de muchas ciudades a negociar con los pobres y con los grupos minoritarios, cuyas protestas habían previamente sido desatendidas. En 1946 trabajó con los líderes laboristas, sindicalistas y con la iglesia católica en una huelga realizada en Chicago. Escribió numerosos artículos sobre protesta social y organización comunitaria. Se toma del reportaje realizado a R. Chartier (1972) su mejor definición acerca de quién es él: “Cuál es el significado de la vida ? No sé. Sé una sola cosa: Voy a morir... Una vez que se acepta eso uno está libre para vivir. Como decía San Francisco “al morir nacemos a la vida”. No me preocupo por el “status” o “prestigio”. La vida me interesa profundamente; estoy impulsado por el sentimiento de la injusticia, estoy convencido de mi propia muerte... y es precisamente por esto que estoy libre para luchar, libre para vivir”. Y en el prólogo de su libro Reglas para radicales (1971) dice: “La actual generación quiere lo que todas las generaciones han querido siempre – un significado, un sentido de lo que el mundo y la vida son – una oportunidad para esforzarse por conseguir alguna clase de orden.”

7 Cita tomada del trabajo de Gustavo Wilches-Chaux, El sentido de la participación. Memorias del Tercer Seminario Internacional HABINET sobre Participación Comunitaria, que fuera organizado por el Centro de Estudios del Hábitat Popular (CEHAP), Medellín, Colombia, 18-22 de noviembre de 1991.

8 Orlando Fals Borda, realizó estudios de sociología, alcanzando el grado de Doctor en Sociología, Ph. D en la Universidad de Florida (Estados Unidos) en el año 1955. Realizó el conocido estudio de la Vereda de Saucio (Colombia) entre los años 1950-52, reproducido en el libro Campesinos de los Andes. Realizó trabajos en el CINVA – Centro Interamericano de Vivienda (Colombia) y en el IICA – Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas, de Turrialba (Costa Rica). Fundador y Decano de la Facultad de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia (1959). Fue Director de la Rosca de Investigación y Acción Social de Colombia entre los años 1970 y 1975, entidad fundada por él conjuntamente con dos intelectuales colombianos Castillo y Libreros, los tres presbiterianos. En el Simposium sobre Política de Enseñanza e Investigaciones en Ciencias Sociales, realizado en marzo 19-24, 1972 en Lima, Perú, organizado por la UNESCO y la FLACSO – Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, presentó una comunicación sobre el tema Reflexiones sobre la aplicación del método estudio-acción en Colombia. En el año 1986 fue Director Encargado del Programa de Participación Popular, de la Oficina Internacional del Trabajo – OIT. Coordinador de Congresos Mundiales de Investigación Acción Participativa entre 1996-1997. Fue Presidente de la Asociación Colombiana de Sociología (1965-1966), Vicepresidente de la Asociación Latinoamericana de Sociología, 1961-64; Presidente del Consejo Latinoamericano de Adultos, Santiago de Chile, 1988-1990. Actualmente es consultor en Programas de Ordenamiento Territorial.


9 El tema del compromiso político y de las responsabilidades de los profesionales en ciencias sociales, había sido analizado anteriormente por sociólogos y psicólogos sociales franceses. La revista Arguments, dirigida por Edgar Morin, en su número 25-26, Paris, 1º y 2º trimestre de 1962, publica en Vers une psycho-sociologie politique, una serie de trabajos sobre el tema. De estos textos existe en castellano, la publicación Psicologia Social y compromiso político. Responsabilidades actuales del profesional de la psicología. S.Moscovici, M. Pagès y otros, Buenos Aires, 1971, Rodolfo Alonso Editores.



* Datos sobre el autor:
* Alberto José Diéguez
Licenciado en Servicio Social y Doctor en Psicología Social. Se desempeña como profesor universitario y ha publicado diversos libros y artículos sobre la especialidad.

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