El
presente trabajo se centra en la temática de los derechos humanos, abordada
desde la cuestión de las condiciones de trabajo, articuladas a
la calidad de vida en el contexto que las hegemónicas políticas
neoliberales han determinado a través de la precarización laboral,
fuertemente
articulada a las altas tasas de decocupación- como pasos previos
a la exclusión social.
Las
profundas transformaciones económicas,políticas y sociales vividas
en nuestros países en las últimas décadas, con la acentuación de
las desigualdades sociales, han tenido fuertes consecuencias sobre
los conceptos de ciudadanía, de los derechos sociales vigentes y
desde allí se observa el peso que tiene la vigencia del horror
dictatorial sobre toda una sociedad.
La
ponencia aborda, desde la órbita del Equipo Interdisciplinario
de Salud Comunitaria de una ONG , que desde hace unos años viene
desarrollando su práctica en torno a los efectos de quienes en
nuestras sociedades contemporáneas aparecen más expuestos a situaciones
de vulnerabilidad social y sufrimiento subjetivo como lo es la falta
de trabajo.
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¿Quién
se salva del terror a la desocupación?
¿Quién
no teme ser un náufrago de las nuevas tecnologías,
o
de la globalización, o de cualquier otro de los muchos
mares
picados del mundo actual?
Los
oleajes,furiosos ,golpean ....
Eduardo Galeano (Patas arriba) |
Introducción
El
presente trabajo aborda la cuestión de las condiciones de vida
emergentes en nuestras sociedades a partir de la implantación de
las políticas neoliberales y los cambios operados en el mundo del
trabajo, a partir de la precarización laboral, junto a la situación
de desempleo y ambas, estrechamente ligadas a la condición de exclusión
social
Las
transformaciones económicas,políticas y sociales vividas en nuestros
países en las últimas décadas, con la acentuación de las inequidades
sociales,han tenido graves consecuencias sobre el conjunto de la
ciudadanía, con un alto impacto en los sectores más populares.
Entiendo que los derechos humanos,además de ser el sostén de los
derechos civiles y políticos, se constituyen desde la posibilidad
de ejercer los económicos, los culturales, los sociales.
Derechos
en fin, que acompañan y ensanchan a los otros,y que se tornan tan
imprescindibles como los anteriores para practicar una ciudadanía
plena, pero cuyo ejercicio se encuentra particularmente dificultado
por la descomunal y desigual acumulación capitalista.
Este
trabajo intentará dar cuenta de la práctica interdiscursiva con
la que se fue conformando desde una Organización No Gubernamental, un Programa de Promoción y Prevención en Salud Mental Comunitaria,
trabajando sobre los efectos en la subjetividad de la Precarización
Laboral y el Desempleo
A
partir de 1997,un grupo de trabajadores de la Salud Mental nucleados
alrededor del CEDIS (Centro de
Estudios y Desarrollos para la Inclusión Social) comenzamos a reunirnos
para retrabajar lo que por separado advertíamos en nuestros diferentes
ámbitos, esto es, que la precarización de las relaciones de empleo
y/o su falta, se traducía en una precarización de las relaciones
sociales, deteriorando el sentido de ciudadanía de los sectores más
vulnerables y exponiéndolos cada vez más a conflictivas situaciones
en nuestros campos de intervenciones.
Decidimos
así, comenzar a operar a través de espacios gratuitos de carácter
preventivo y comunitario dirigido a Jefes/Jefas de Hogar sin empleo, en el marco de una situación sanitaria donde predomina un fuerte
incremento en demandas hacia los servicios de Salud Mental estatales,
debido a la emergencia de situaciones de crisis y a la creciente
pauperización social
Así
estuvimos más de dos años con un dispositivo de atención semanal
en la sede de la Central de Trabajadores Argentinos, en el gremio
de los Docentes Universitarios, en Vecinales,en el Distrito Descentralizado
Municipal de Villa Hortensia, y en diversas vecinales y centros
de salud de nuestra ciudad.
Plantea
Alicia Stolkiner que toda práctica en Salud Mental tiene que tender
de alguna manera a antagonizar con la tendencia a la fragmentación
social y a la ruptura de los vínculos sociales. Apunta a procurar
la transformación en sujetos activos de aquellos que pasivamente
están situados en un lugar de sometimiento a las circunstancias
y esto,naturalmente,debe empezar por nosotros mismos.
Desde
allí nos convocamos.
Algunos recorridos...
Para
dar cuenta de complejas situaciones articuladas alrededor del tema
de la precarización laboral y el desempleo daré un rodeo que empieza
sobre la cuestión del trabajo en relación al sujeto y a lo social.
El
trabajo es para el hombre una necesidad profundamente social,que
lo nombra como trabajador, adquiriendo un rol con el que se identifica
y por el cual obtiene reconocimientos y retribuciones de diversa
índole, constituyendo un marco referencial en el entramado psíquico, desde donde se posiciona, tanto hacia adentro como hacia fuera, insertándose
y participando activamente en las posibilidades de producción y
reproducción social.
Freudianamente
podemos decir que la relación del sujeto con el trabajo es una relación
libidinal, con una importancia central en la constitución subjetiva, donde interviene en la producción y regulación de la economía psíquica, incorporando al sujeto a la realidad y a la comunidad humana.
Si
la cuestión del trabajo,en el universo cultural,no remite sólo a
la producción de bienes,sino que también habla de un espacio de
relaciones,de constitución y afirmación de identidades,de comunicación, de campo de conflicto y de cultura...
Si el trabajo es la práctica que pone en juego al lugar de pertenencia,
de autoestima y de reconocimiento social ...
¿ Qué se pierde del sujeto,entonces,cuando es despojado del trabajo?
Cuando
el trabajador sin empleo, queda atrapado por un presente apremiante, se enfrenta al no lugar para sus proyectos existenciales, a la dificultad de imaginar, a la degradación de un futuro desocupado.
La
flexibilización de la Organización del Trabajo, de sus relaciones
contractuales y salariales,articulado al desempleo estructural y
al proceso de exclusión social, con sus omnipresencias extorsivas, constituyen
sin duda situaciones experienciales plenas de incertidumbre,angustia
y sensación de pérdida para el trabajador, ese ser humano que a
la vez enfrenta la presión de un discurso hegemónico para que descarte
antiguos valores y saberes que han sido declarados obsoletos y en
desuso y se adapte rápidamente a los nuevos modelos de producción
subjetivos.
Desde
todos lados le llegan verdaderos "manuales" de cómo deben ser sus
nuevas relaciones con el trabajo, con la familia, con el placer,con
los compañeros, en fin, con la sociedad, siguiendo una lógica "natural"
de la competencia, bajo el peso de la culpabilizante amenaza, que
señala que de no cumplirlo, deberá hacerse cargo individualmente
de la responsabilidad por el fracaso.
"No
podemos perder el tren" decían algunos hace unos años, mientras a
oscuras entregaban los ferrocarriles ....
De
no lograr las metas de la "reconversión" exitosa el único escenario
posible será el de los desechos,de los descartables, de hombres
y mujeres que desde el vacío mismo llegan a la consulta con profundas
dificultades, aún para pedir ayuda, producto de la humillación, del
dolor, de la sensación de "ya no ser"
Condenados
al no lugar, habitarán espacios de anonimato y soledad que los hunden
aún más hacia adentro, cada vez más lejos de su derecho a la integración
social.
Con
el derrumbamiento del ciclo expansionista del Capital, que llega
hasta mediados de los setenta, con la crisis del modelo fordista
de producción, se abre una nueva fase de acumulación, con la mundialización
de capitales, con la retirada del estado de bienestar y el predominio
del mercado en la regulación de las relaciones sociales y que a
partir de la implementación del desempleo estructural y la precarización
hacen sentir sus efectos en los modos de subjetivación de esta época.
No
son necesariamente los síntomas de patologías clásicas los que se
presentan, sino expresiones que implican una fuerte articulación
con lo social y que constituyen nuevas demandas en salud mental,
nuevas formas en que se manifiesta el sufrimiento subjetivo.
Asistimos
a situaciones plenas de desesperación, tristeza, dolor interno, soledades, desbordes
de angustia junto a otras expresiones en las que siempre están
presentes las rupturas con los lazos sociales.
Por ello cada vez más estamos frente a verdaderas catástrofes narcisísticas, donde la devastación de la autoestima y la autoimagen empujan
por la cornisa a un yo fragmentado y a la deriva que peligrosamente
puede querer aferrarse a diversas soluciones mágicas o a la identificación
con figuras fuertes que de distintos modos respondan a lo inmediato, sin
lugar para procesar el pasado y el presente,para analizar el proceso
histórico e imaginar un futuro.
Aparecen
alrededor del tema del desempleo, por supuesto, problemáticas
vinculadas a la violencia familiar, a la xenofobia, a la explotación
infantil, a la segregación, al alcoholismo, adicciones,etc
Es
necesario asimismo, examinar las condiciones en la que se produce
la situación de desempleo, para desmitificar esta versión acerca
de su inevitabilidad y que en todos lados es igual.
Obviamente
que su implantación no va a ser igual en un territorio ya devastado,que
en uno con fuerte cultura solidaria,con memoria o con su falta y
todo ello se va a expresar en las diferentes estrategias subjetivas-individuales
o grupales que puedan trazarse para resistir.
Y
diciendo esto, ya estamos hablando de los efectos del Terrorismo
de Estado y la fundamental importancia
que el trabajo por los derechos humanos tiene por delante.
La
realidad del trabajo cotidiano, hoy está construído, desde ese soporte
de disciplinamiento social que constituye el desempleo y la exclusión
social.
De
los abordajes que llevamos a cabo se desprende con claridad que
a través de la ruptura de los espacios colectivos, la fragmentación
y el sometimiento se busca lograr sujetos que pasivamente acepten
los dictados del Pensamiento Unico, transformando la vida cotidiana
de los colectivos trabajadores, creando mutaciones a partir de la
continua desvalorización, de la puesta en duda sobre la historia
del trabajador, de sus conocimientos, de la cultura del trabajo en
sí.
Quiero
señalar desde este aspecto que a la toma de ganancias efectuada
por el Capital, se le suma diariamente una enorme expropiación simbólica, que está intentando desarticular una manera de vivir, de ubicarse, de
proyectar la vida porque en definitiva, apunta a crear un modelo
de trabajador más dócil, más adaptado a sus requerimientos
El
desempleo, como la exclusión involucran a la sociedad de manera global
y se constituyen en analizadores desde donde repensar las profundas
desigualdades de las actuales transformaciones, donde sólo importan
los logros de la adaptación a los requerimientos del modelo imperante.
Obviamente, no
hay sociedad que posea un 40% de su población apenas subsistiendo
y además sin brújula identitaria que se mantenga, sin que implosione, dando expresión a otras formas del malestar cultural
Retornos
He
dejado para el final un tema que atraviesa permanentemente esta
cuestión de la precarización y el desempleo y es la presencia permanente
de indicios del Terror, de aquello no metabolizado, que reaparece
en el cuerpo social.
Pasados
25 años de la implementación del siniestro y sistemático Plan
de la Dictadura, al Terror de Estado Genocida le siguió el Terror
Económico que aquél pudo implantar, y cuyas manifestaciones, de
profundo efecto subjetivo, hemos ido encontrando a lo largo de esta
práctica y que ligan las siniestras sombras de las "Fuerzas de tarea"
con los hechos de la hiperinflación y la posterior hiperdesocupación
como la continuación del genocidio por otros medios y que requirió
de la perversa base de sustentación alcanzada a través de la
sistemática desaparición forzada de personas .
Y todo ello permanece
oculto, tras la naturalización del desempleo. Es que la operatoria
del terror tiene un alcance mucho más vasto que el del tiempo de
su aplicación y cubierto con la fachada de la indiferencia o de
la aceptación acrítica opera siniestramente en las subjetividades
y en diversos dispositivos institucionales.
De allí la necesidad de rescatar aquello que hace al proceso histórico, tanto
individual como social, y que ha quedado tapado por el terror y
la fragmentación y que parecen hechos aislados, inconexos pero que
sin embargo tienen tanta fuerza como para actuar sobre el aparato
psíquico,desbordándolo traumáticamente.
Estos
trabajadores sin empleo,los desaparecidos sociales de hoy, son como
sufrientes exiliados que deambulan erráticamente en sus propios
territorios sin poder ser reconocidos y portan como ayer la condena
del miedo. Los "y algo habrán hecho", "por algo será" se han transformado
hoy en "no se capacitó", en "nunca le gustó el trabajo" o
peor
aún en " él se lo buscó" que se constituyen en verdaderos recursos
discursivos que sirven para escaparse de un espejo que refleja una
imagen siniestra que nadie quiere ver.
Los genocidas practicaban la tortura también cuando recluían
prolongadamente a los secuestrados y para desestructuralos psíquicamente
se les impedía de la posibilidad de la mirada y la escucha de otro
en el que sostenerse.
Verdadera demolición psíquica que también hoy sufren los trabajadores
sin trabajo, cuando no son vistos ni escuchados socialmente, sin
posibilidad entonces de establecer lazos libidinales.
Fernando
Ulloa con su amplia práctica en el campo grupal, nos aporta claridad, cuando
dice "la encerrona
trágica es un concepto que extraje de mi quehacer en el campo de
los derechos humanos, principalmente referido a la tortura como situación
límite. En ella la víctima está a merced de algo que rechaza con
todas sus fuerzas, circunstancia que se da cada vez que alguien depende
para vivir de algo o alguien que lo maltrata o simplemente lo "distrata", negándolo
como sujeto. No hay allí sino dos lugares, dominado y dominador, marginado
y marginador sin tercero que represente la ley"
Conceptos
de Ulloa, que parecerían haber estado presentes cuando un asistente
a nuestros talleres explicaba que con sus cuarenta años de edad
y sus veinte de ferroviario le habían hecho "saber"
que ya no tenía edad para otro trabajo,que lo que conocía
no servía y que estaba "fuera de todo."
El
terror a la exclusión social emerge
como malestar presente en las
nuevas demandas instaladas en la cultura actual, formando parte de
las dinámicas subjetivas
de esta cotidianeidad.
Sobre
esto es válido recorrer la cita de León
Rozitchner "parecería que el terror sólo
está presente,cuando está presente la amenaza
delpoder represivo. Pero el terror tiene una vida subterránea
mucho más honda y duradera. Permanece profundamente en la
sociedad,aún mucho años despuñes de ser ejercido,sólo
que no se nota. El efecto fundamental del terror consiste en que
no accede a la conciencia. La angustia que produce al aterrarnos
nos escinde,penetra en la profundidad del cuerpo y la conciencia
queda anulada en su capacidad de crítica y de pensamiento"
Hoy, desde la problemática del desempleo y otras formas de desvalimiento,
continuamos asistiendo a efectos de la demolición subjetiva que
posibilitan la destrucción yoica y su entramado simbólico reeditando
antiguos mecanismos de culpabilización de la víctima, que dirigiéndose
al sí mismo lo impotentizan y le hacen cargar una sanción punitiva, dirigida al sujeto, pero que a la vez es sanción disciplinaria, que
se muestra al conjunto de la sociedad .
Las
situaciones límites desbordan el aparato psíquico, lo desorganizan
ante la imposibilidad de elaborar las situaciones traumáticas. Por
ello, como equipo interdisciplinario de salud, propusimos un espacio
grupal donde asistir e intervenir ante el efecto y las transformaciones
de todo tipo que desde el desempleo y la precarización laboral impactan
sobre las condiciones subjetivas, familiares y sociales de los trabajadores
asistentes y también nos ubicamos a nosotros mismos desde nuestras
propias prácticas precarizadas y devaluadas, en el marco de un país
periférico y en las condiciones de la actual globalización imperante.
Enfrentamos
así diferentes trastornos de las actividades y funciones ligadas
al narcisismo, agigantadas por el vacío y la soledad, paso previo
a la ruptura de todos los lazos sociales y quedando en lugar de
los perdidos proyectos de vida, sólo la urgencia por sobrevivir, a
veces a cualquier costo.
Señalaba
Freud que las catástrofes naturales solidarizan
el cuerpo social,en tanto que las catástrofes sociales lo desagregan
y dividen.
Estas
últimas situaciones empujan a quien las padece a estados de angustia,a
veces incontrolable,que lo retrotraen a experiencias pretéritas
de desamparo y desvalimiento, cuando desde su prematurez infantil
requería de los cuidados de otro que pueda protegerlo.
Y
cuando esto no ocurre se resiente cada vez más la convivencia en
la trama social.
Volviendo
a otro concepto de Ulloa "en el empobrecimiento subjetivo,que constituye
el rasgo mayor de la Cultura de la Mortificación
la valentía deja paso a la resignación acobardada y se produce una
merma del accionar crítico.La queja no se recibe de protesta y la
infracción nunca llega a cobrar valor de transgresión y además la
referencia a la muerte y lo mortecino afecta al cuerpo,que se muestra
agobiado por la fatiga."
Ante toda esta dura realidad,de la historia de la lucha por cambiar
la misma surgen nuevos sujetos sociales que nos mencionan otras
inscripciones en la construcción de subjetividad. Como la lucha
organizativa que surgida desde los barrios más carecientes,al calor
del fuego se eleva y se extiende por todo el mapa, escribiendo
con humo negro por todo el territorio de nuestro país las señales
que hacen legible la injusticia social y que corporizan a quienes
se pretendía invisibilizar. Coincidimos con Pablo Bergel
cuando señala que "el piquete es el punto ciego,final,del
sistema capitalista realmente existente en la Argentina
y es el punto luminoso de inicio de otra historia
posible. Fuera del sistema productivo,en vez de huelga, se interrumpe
la circulación de mercancías, en lugar de ocupar
la fábrica,se ocupa el espacio público,por fuera
de las empresas y en lugar de verticalidad institucional, se organiza
horizontal y autónomamente en los territorios"
Y acá, en este otro parto de la historia, el piquetero-trabajador
desempleado- realiza la acción de trabajar para transformar
la realidad, operación con la que tambiés se transforma subjetivamente
Dicho
todo esto ¿es posible un trabajo comunitario sobre este tema?
No sólamente lo considero como posible, sino que constituye un desafío
necesario para la construcción de ámbitos de reflexión, que a su
vez promuevan redes solidarias, participativas y creativas, generando
la interpelación crítica de lo cotidiano y lo acontecido y como
espacios de elaboración donde se posibilite la reconstrucción de
nuevas identidades individuales y colectivas descentrando las posiciones
de desecho
Por
supuesto que no desconozco las dificultades que se enfrentan.
La
implementación de políticas neoliberales ya tiene una larga historia
de arrasar territorios y desbaratar horizontes, pero justamente porque
hoy el discurso de la imposibilidad es tan aplastante es que hay
que buscar los instersticios por donde transcurra la resistencia.
Y
si entre muchos valores que ha aportado el campo de la lucha por
los derechos humanos, hay uno que se destaca es ése de que aún en
los momentos más negros de la historia, se puede resistir a través
de revisar lo hecho e inventar nuevas experiencias sociales, otras
alternativas.
Y
por ello esta práctica,como muchas otras que están llevando a cabo
desde diversos movimientos que apuntan a reivindicaciones sociales, con chicos de la calle, con la lucha de las mujeres de los barrios,
con el tema del gatillo fácil,con jubilados, con temas de seguridad
comunitaria, etc.; nos interpelan continuamente con relación al sentido
de nuestras prácticas y a su lugar social
¿Desde dónde ubicamos el ejercicio de nuestras prácticas y alrededor
de qué ejes?
Este
Programa como como decía antes forma parte de un esquema de Promoción
y Prevención en Salud Comunitaria
y cuando remarcamos la Promoción es porque ésta se relaciona
plenamente con el campo de los determinantes en Salud, quiero decir
lo que hace a las condiciones de vida y de trabajo, al ejercicio
y desarrollo de las habilidades y hábitos de vida personales, a los
entornos físicos donde viven las personas, a todo aquello referido
al material biológico, cultural y social que dota a un ser humano
de mejores posibilidades de vida plena.
Es
decir a promover situaciones, elementos, contextos, leyes
y formas organizacionales que favorezcan la salud y por lo tanto
está plenamente consustanciado con la cuestión de los derechos humanos.
Finalmente
remarco que ante tanta fragmentación,tanto desmembramiento y exclusión, los movimientos sociales, entre los que tienen un sitio especial, los de derechos humanos, ofrecen un marco: el de la complejidad, el
de operar buscando los anudamientos de las diversidades que
atraviesan, entrecruzan
y traspasan los sectores que los componen y que ya no pueden ser
contenidos en los límites de las cuestiones sectoriales.
Los movimientos sociales tienen una gran tarea en el horizonte que
es la de articularse con otros actores sociales, con agrupamientos
de trabajadores, de desocupados, de estudiantes, con las universidades, con representaciones políticas y con todos aquellos sectores dispuestos a concebir nuevas formas solidarias que posibiliten otras
luchas más inclusivas, más participativas y por supuesto más aceptadoras
de las diferencias