Para
abordar la problemática de los sin techo hay que tener en
cuenta una serie de variables, el objetivo de este trabajo es
delimitar teóricamente la metapsicologia que caracteriza a
esta población.
En
primer lugar, debemos excluir de esta clasificación a los
individuos con características psicóticas, ya que, si
la seguridad médica estatal tuviera un buen funcionamiento en
nuestro país, junto con un rápido accionar de los
mecanismos judiciales, deberían ser albergados, a pesar de su
voluntad, en instituciones apropiadas para el caso, dejando de formar
parte del cuadro urbano con el que nos encontramos día tras
día.
Es
decir, solo llamaremos Sin Techo, al sujeto que elige,
teniendo otras alternativas, vivir en la calle a pesar de la oferta
de ayuda gubernamental a la que es posible acceder al estar en esas
condiciones.
Para
anclarnos teóricamente, decidimos recurrir a la obra del
psicoanalista ingles D. Winnicott en la cual desarrolla el concepto
de sujeto con tendencia antisocial, en este trabajo veremos
que útil es este término para nuestro interés.
Winnicott
sitúa, en estos sujetos, trastornos en el desarrollo
emocional temprano, lo que determina en la edad adulta una conducta
antisocial, que no es una categoría psicopatológica,
según dice, la tendencia puede existir tanto en el sujeto
normal como en el neurótico, equiparando este concepto al
termino freudiano de rasgo de carácter, siempre ubicado como
núcleo no analizable del sujeto.
Según
Winnicot, un sujeto se convierte en antisocial cuando en su niñez
temprana (primeros dos años de vida) se ve privado de ciertos
rasgos esenciales de la vida hogareña, esto es lo que se
llama, complejo de desposesión.
Señala
que cuando existe una tendencia antisocial ha habido una verdadera
desposesión, es decir, se ha perdido algo bueno que ha sido
positivo en la experiencia del niño hasta cierta etapa de su
desarrollo y luego ha sido retirado, el retiro se ha extendido en un
periodo de tiempo mayor al que el niño puede tramitar y el
recuerdo de lo que alguna vez fue bueno, se desvanece. La conducta
antisocial seria un intento de curación, el sujeto intenta a
partir de ésta recuperar lo perdido. En términos
freudianos, habría algo de repetición implícita
en ella, como un intento de recuperar ese objeto primario perdido.
Winnicott
sitúa dos características principales dentro de la
conducta antisocial. Una de ellas es el robo, en la que dice que lo
que se intenta recuperar es a la madre "suficientemente buena"
que en algún momento del desarrollo estuvo presente y la otra
está representada por la destructividad. Nada más
grafico que estos conceptos si se recorre alguno de los hogares que
el gobierno tiene disponible. Allí se ve, el poco cuidado que
la mayoría de esta población tiene tanto con lo
edilicio como con los restantes recursos que le son brindados.
El
autor puntúa que el factor común que interesa a los
efectos de la descripción de la tendencia antisocial es el
valor de molestia de los síntomas y esto, es
explotado por el sujeto.
Que
importante es esta última característica si la
relacionamos a la situación de los sin techo en nuestro casco
urbano, donde la mayoría de las demandas de alojamiento o de
ayuda aparecen del lado de los vecinos y no de los propios
interesados. El sin techo saca provecho de su condición y eso
tiene efectos a su alrededor. Él lo SABE.
Otro
concepto interesante en Winnicott presente en la tendencia antisocial
es el de gula. Todo de lo que el sujeto pueda proveerse - ya sea por
parte de organismos estatales como por otros medios - no alcanza,
nunca es suficiente; el sujeto siempre pide más, y cree tener
derechos sobre esto.
Esto
lo vemos en gran parte de nuestra población sin techo, que
critica la calidad de los hogares de transito en los cuales son
asistidos. Ellos prefieren quedarse en la calle, sitio en el que
obtienen mayor ganancia, tanto primaria como secundaria, del síntoma.
Para
resumir, a nuestro entender, decimos que la patología del sin
techo seria compatible con lo que Winnicott describe como "sujetos
con tendencia antisocial", se trata de una patología con
déficit en etapas tempranas del desarrollo emocional (primeros
dos años de vida). Déficit que en la edad adulta, el
sujeto intenta revertir mediante su constante denuncia y reclamo a su
medio, no pudiendo (o no SABIENDO) aprovechar lo que este le brinda.