Como
neuróticos que presumiblemente somos, pasamos la vida
utilizando diferentes artimañas para velar la castración
del Otro. Pero que nos sucede cuando esta se nos impone
presentificada en un sin techo?
A
veces nos angustia, otras nos shockea, muchas veces la negamos, no
queremos saber nada de eso o con eso. no quiere ser
alojado ... no hay nada por hacer acá ... pero, ¿no
hay nada por hacer?
¿Se
trataría de una elección de vida?, de una
circunstancia?, de un predisponente?, quizá de un determinismo
social? O tal vez psíquico?
¿Qué
lugar para la cura y la reincersiòn en ese caso?
El
hombre que vive desde hace mucho tiempo en situación de calle,
lo que comúnmente llamamos un crónico, ¿elige
cortar sus vínculos afectivos y sociales, para vivir por fuera
del sistema?
Desde
el plano consciente, preconciente, sería posible pensar en
dicha posibilidad, y en algunos casos hasta entendible, pero como
bien sabemos estamos determinados por el sistema inconsciente y
actuamos de una manera, sin saber porque lo hacemos, repetimos
historias que van en contra de nuestro propio bienestar y si bien
estos sujetos pretenden escapar del sistema no pueden hacerlo de su
inconsciente.
El
sujeto se estructura como tal, a partir de Otro, que lo asiste, que
responde en mayor o menor medida a su llamado ( alimentos, salud,
cuidados, aseo etc. ), dada la indefensión e inmadurez con la
que cuenta al nacer, lo que genera un absoluto estado de dependencia.
El
deseo de este Otro, organiza el mundo de los objetos humanos en tanto
objetos de competencia y rivalidad, la rivalidad que establece
con sus semejantes genera una agresión mortífera para
la cual es necesaria la intervención de un tercero que
introduzca un orden simbólico, una ley.
Considerando
que esta respuesta nunca es la adecuada del todo, es como se
constituye el psiquismo humano. Ahora pensemos que sucedería
si además de no ser adecuada, quizá no exista respuesta
o de existir sería a total destiempo?
¿Cómo
se constituiría dicho psiquismo con estas faltas y que efectos
produciría a posteriori?
Ya
habíamos hablado de competencia rivalidad
agresividad, se instaura un nuevo término que tiene que ver
con la hostilidad un afecto del que habla Freud. Marcas,
signos que se inscriben a fuego en el inconsciente. Esta frustración
vivenciada por el sujeto lo remite a una agresión competitiva
produciendo cierta tensión que se descarga en angustia, siendo
la reacción típica ante la falta. Dicha falta se
transforma en pérdida, pérdida que debe ser
rellenada, para ello el sujeto busca distintos objetos
que resultan inadecuados para su necesidad.
Como
hipótesis podemos pensar que algunos objetos utilizados pueden
ser alcohol drogas, cuyo efecto sería el de una
satisfacción sustitutiva y el propósito evitar el dolor
o la angustia, generando cierto placer en el goce autoèrotico
que desencadena.
Cabe
mencionar que algunas veces, el alcohol se convierte en casi
una necesidad de supervivencia, cuando las condiciones climáticas
son adversas (bajas temperaturas) y muchas veces los efectos que
produce la ingesta de alcohol y o drogas pueden ser confundidos con
cuadros psiquiátricos.
A
modo de hipótesis podemos suponer que la intoxicación
por la ingesta de alcohol expresa la angustia que al ser suprimida
(no ligada) la sustituye el objeto droga. De esta manera elude el
dolor producido por la angustia que invade e irrumpe. De este modo se
produce un borramiento del sujeto quedando éste sustituido por
el acto adictivo.
Retomando
la situación traumática establecida, esta se irá
repitiendo como modelo a las posteriores situaciones que al sujeto se
le presenten, revivenciando dichos episodios que provoca displacer en
un sistema, pero placer para el otro en forma simultánea (
conciente inconsciente).
Esto
es posible dado que los procesos psíquicos inconscientes son
atemporales. Por lo tanto vemos a un sujeto ligado sujetado
a ciertos episodios repetitivos que no quiere abandonar
aunque no tenga que ver con su bienestar, sino todo lo contrario.
Hay
una pulsiòn que insiste en encontrar al objeto y
se repite en el intento la misma situación traumática
obligando al aparato psíquico a un trabajo constante y
desadaptativo.
La compulsión a la
repetición evoca deseos inconscientes y experiencias vividas
en el pasado que no provocaron placer, tratándose de una
satisfacción que va más allá del Principio de
Placer (ganancia de la enfermedad, beneficio primario del síntoma),
siendo este el mayor obstáculo para el cambio, no pudiendo ser
ligado, consiste en un real que vuelve siempre al mismo lugar, donde
se busca un imposible de encontrar (imposible por
estructura).
La pregunta consiste en
¿Es factible modificar algo de esto?
Considero
que sólo es posible acotar un poco este goce auto
erótico, produciendo una apertura al deseo, que no es poco, y
en eso consistiría el éxito de nuestro trabajo.
Crearle, construirle, dado que antes no existía la
necesidad de realizar otra cosa diferente. Producir una pregunta en
el sujeto por su padecimiento, puede ser un objetivo demasiado
ambicioso, pero el desafío puede consistir en desculpabilizar
al sujeto con respecto a su situación .
Muchas
veces nos decimos ¿algo habrá hecho, para encontrarse
hoy en esta situación? Y conducirlo por la vía de la
responsabilidad con respecto a su vida, creándole
un compromiso y a la vez brindándole herramientas para que
pueda revertir su presente. (a través de contención,
acompañamiento, orientación), optimizando los recursos
humanos , materiales e institucionales, en contra
posición a hacer asistencialismo, que sería brindarle
un nuevo objeto descartable para su necesidad, que siempre es otra.
Para
ello es necesario implicarse en cada caso a abordar, lo que conlleva
un desafío extra y permanente. Sería enfrentarse a cada
paso con la castración del Otro y la propia no se puede
responder a todas las demandas y no todos están
dispuestos a aceptar nuestra propuesta.
Retomando
la pregunta del inicio. Un sin techo, ¿elige voluntariamente
ser un sin techo?
Por
lo trabajado hasta aquí, considero que existen ciertos
predisponentes psíquicos que sobredeterminan una elección
(no tan voluntaria) y un marco social que atraviesa al sujeto en
cuestión, donde influyen factores tales como la marginalidad y
la vulnerabilidad en la que se encuentra. Cabe señalar que
siempre consiste en la evaluación del caso por caso. Allí
es donde cobra mayor importancia el rol del psicólogo.
En
un comienzo consideraba que mi función podría
desempeñarla con igual idoneidad cualquier persona que contara
con un mínimo de sensibilidad y criterio de la realidad. A lo
largo de mi recorrido por el BAP, y pensándome como
trabajadora de la salud mental entiendo que no es así.
La
intervención y participación del Psicólogo en
cada caso a abordar consiste en utilizar el conjunto de herramientas,
conceptos teóricos y técnicos propios que hacen que
dicha intervención sea diferente.
Mis
expectativas al iniciar la carrera, consistían en ayudar a la
gente desde una mirada altruista y egocéntrica, pensada donde
la gente venga a mi encuentro en busca de ayuda.
La
realidad hoy es diferente, cambió el medio, soy yo quien sale
a la calle en busca, ya no de un paciente sino de una persona que
necesita ayuda, el objetivo podría ser alcanzado, consiste en
un desafío que se impone a diario.