1. Introducción
Presentamos
aquí una síntesis de los resultados obtenidos en la
primera etapa de un estudio crítico de los supuestos a partir
de los cuales se elaboran las "Campañas de Prevención"
de las adicciones. El estudio forma parte de un programa del
Departamento de Prevención del CENARESO y se propone la
elaboración de acciones estratégicas en este campo.
Etapas
del proyecto:
1)
La descripción de aspectos temáticos, formales y
estilísticos de los discursos dominantes en la construcción
del imaginario "adictivo", expresados en el discurso de un
grupo de sujetos entrevistados:
2)
El trazado de una cartografía del consumo de sustancias:
inicio, ritos de consumo, desencadenante de pedidos de asistencia,
experiencias de tratamiento, etc.
3)
La discusión en grupos conformados por los mismos sujetos
entrevistados, de spots televisivos incluidos en Campañas de
Prevención de las Adicciones, principalmente las implementadas
en la Argentina (medios televisivos y gráficos) durante las
décadas del 80 y 90.
El
presente trabajo, como ya lo mencionamos, es una síntesis de
los resultados obtenidos en la primera etapa.
Marco
teórico: algunas hipótesis de trabajo:
1-
La subjetividad adictiva se construye en el entrecruzamiento de
distintos discursos "ajenos" (principalmente discursos
médico-terapéuticos, jurídicos,
represivos-policiales y de sentido común) tendientes a
normativizar (a dar un sentido particular) a las adicciones.
2-
La pluralidad de discursos sobre las adicciones supone sustituir una
concepción monológica de la identidad adictiva por una
concepción dialógica de la alteridad, cuyos
componentes (enunciados, palabras, etc del Otro) permanecerían
siempre separados, diferentes, inasimilables (aunque, como veremos
más adelante, este proceso sea independiente de la conciencia
del autor del discurso respecto de la ajenidad de los enunciados que
pronuncia)..
Es posible entonces descontruir este entramado discursivo en las
producciones del sentido común de nuestros entrevistados
3-
El discurso de nuestros sujetos ya no se entendería como una
descripción sintética e imaginaria del Yo (adicto)
sino más bien como un entramado de voces y valoraciones éticas
del Otro, en relación dialógica, polifónica.
Estas voces luchan por imponer su sentido, y la subjetividad adictiva
es el resultado de una negociación
entre dichas voces.
4-De
la serie de discursos que conforman el imaginario de la adicción,
el discurso massmediático, soporte de las campañas de
prevención, se caracteriza por incorporar enunciados
provenientes de saberes disciplinares (médicos, psicológicos,
sociológicos, y también jurídicos, policiales,
etc), y transformarlos (por la operación misma de su
apropiación y recontextualización) en discurso de la
doxa u opinión.
Conserva
la representación temática del discurso de las
disciplinas pero se estructura como discurso acerca del discurso de
las disciplinas, como "el tema del tema del discurso del
otro". En esta operación, el discurso massmediático
transfiere la garantía del saber científico al saber
popular, legitimando dicho saber.
2.
Metodología:
Registros
textuales de entrevistas en profundidad, a jóvenes entre 17 y
26 años que asisten al Servicio de Centro de Día de la
Institución
(segmento crítico de consulta según resultados
obtenidos en el Proyecto Caracterización y análisis
del perfil de la población admitida y tendencias en el uso de
drogas CENARESO, 1999. Raiden Marcela y Battaglia Carina).
Registros
textuales de entrevistas en profundidad, a jóvenes entre 17 y
26 años que no se encuentran en tratamiento por uso de
sustancias.
Segmentos
de edad
|
Pacientes
del servicio Centro de día CENARESO
|
Jóvenes
que no se encuentran en tratamiento
|
Hombres
17- 26
|
4
|
4
|
Mujeres
17-26
|
2
|
2
|
3.
Desarrollo de resultados
La
imagen de sí en los pacientes del Centro de Día del
Cenareso: el discurso "ajeno" y su enunciación
La
imagen del sujeto adicto se conforma a partir de una serie de
enunciados provenientes del "discurso ajeno" (D.A.) (en
nuestro caso, lo que llamamos el "discurso psi" o también
el "discurso sociológico") que se mezclan y
confunden en distinto grado con el discurso autorial.,
pero de forma tal que el enunciado ajeno aún conserva su
unidad temática y por momentos estilística a pesar de
las normas sintácticas elaboradas por el autor del discurso a
los fines de integrarlo en el discurso autorial. El "discurso
ajeno" aparece como enunciado del otro sujeto pero
transferido al discurso autorial, al modo de una "traducción"
que permite entrever la posición del autor, su valoración
de la palabra ajena.
En
lengua castellana, se distinguen tres procedimientos de reproducción
de un discurso: el Estilo Directo (ED), el Estilo Indirecto (EI) y el
Estilo Indirecto Libre (EIL). Este último es típico de
los géneros literarios y por ende de la palabra escrita. Los
dos anteriores en cambio, aparecen en el discurso oral. Cada uno de
estos estilos tiene características gramaticales específicas
y da cuenta de una forma particular de representación de la
palabra ajena.
En
el ED la reconstrucción o reformulación de un discurso
conserva los deícticos de ambas voces: la del hablante o
narrador original, y la del "otro" discurso. Sus voces no
se confunden sino que aparecen claramente diferenciadas.
El
EI es una suerte de "paráfrasis" del discurso ajeno:
el sistema deíctico sólo pertenece en este caso al
hablante, y su enunciación implica ante todo una reformulación
del discurso principalmente atenta al contenido del discurso
reproducido. En el EI las palabras del otro son interpretadas por el
autor del discurso e implican una readaptación
fundamentalmente estilística del discurso reproducido.
En
el discurso oral, emplea una forma específica del EI, el
Estilo cuasi-indirecto
Consideremos
por ejemplo estos fragmentos, extraídos de las entrevistas con
nuestros pacientes:
"En
una gira, eh...se que al otro día voy a estar deprimido,
acostado en una cama sin ganas de levantarme, sin ganas de ver a
nadie, sin ganas de hablar con nadie, sin ganas de que me moleste
nadie...eso quiere decir que uno es masoquista".
"Si
porque pensar, no pienso, va el que se droga no piensa, siente y
actúa, no piensa, no piensa en consecuencias, nada, quiere
droga y bue, hace cualquier cosa para conseguir la droga"
En
estos enunciados, el autor del discurso parece hacer aserciones, pero
en realidad no las hace del todo, sino que más bien expresa en
su discurso el punto de vista de otras personas. Las marcas de la
ajenidad se perciben en la sustitución de la primera persona
del enunciado por el pronombre indefinido (uno es...) en el primer
caso, y por el impersonal (se...) en el segundo. Por lo demás,
carecen de marcas gramaticales propias de la cita (que sí
aparecen en otras variedades del EI)
El
uso del pronombre indefinido o del impersonal (no piensa...es
masoquista...) da al enunciado un fuerte carácter ideológico.
Esto es así en la medida en que ambos usos gramaticales
suponen la existencia de un saber compartido por un conjunto
indeterminado de sujetos (el "uno" como parte de un
conjunto, el "se"...como característica universal),
lo que le da un fuerte carácter normativo al enunciado.
Incluye en el conjunto de los sujetos implicados no sólo al
emisor sino también al receptor del mensaje, en tanto se
expresa como saber cosensuado. Supone, como bien señala
Passolini,
la existencia de todo un "coro" de destinatarios escuchando
y reconociendo unánimemente la experiencia relatada.
El
valor de verdad del enunciado reposa enteramente en su carácter
plural, casi diríamos universal. El enunciado es verdadero
porque es reconocido por toda una comunidad. En este caso, el
autor vuelve ajena su propia palabra para darle un estatuto de
verdad. Subordina su propia palabra a la palabra ajena. El discurso
autorial se diluye en un discurso universal objetivante.
Pero
también observamos otra posición respecto de la palabra
ajena:
"Y
bueno, es parte de los nervios
que tengo
algunos
en
serio estoy hablando con vos y se me corta el... No se, yo que sé,
yo soy una persona entradora y
eh, le caigo bien a todo el
mundo, pero
.paso del amor al odio, muchas veces me lo
dijeron
hasta unos psicólogos"
"Porque,
debe ser que es ,como me dijo una psicóloga, quizás,
¿no?. Estee, que bueno, el subconsciente guarda los primeros
momentos de la cocaína cuando yo consumí, que me sentía
muy bien me sentía re bien, que ya después no me pegaba
igual cuando me perseguía. Pero al guardar ese recuerdo, busca
ee no se decirlo exactamente con la misma palabra que me lo dijo
ella, no... Este, es como que siempre, buscaba ese momento de placer,
de estar bien, inconscientemente. Si, algo así me explicó,
yo no se si soy clara"
"
Y ahora estoy mucho mejor. A pesar que todavía este bueno,
todavía es como que yo no tengo los psicólogos todavía
me dicen que no empecé el tratamiento que... o sea, no esta
intocable, yo me empecé a drogar por una razón, y esa
razón, esta intocable. O sea, todavía no pudieron dar,
sobre eso".
Estos
enunciados son ejemplos de un discurso de tipo indirecto con función
evidencial: el autor tambien asume lo que dicen otros como si fuera
propio,pero haciendo notar que lo dicen otros. Se percibe aquí
una cierta restricción sobre el valor de verdad de lo que se
dice. Lo que "se dice" parece ostentar un carácter
menos normativo que en el caso anterior.
La
palabra del autor se separa de la palabra ajena a través de la
referencia a su ajenidad en el discurso mismo. La palabra ajena ("me
lo dijeron...") opera como garante de un saber sobre sí
mismo del autor, y viene a reemplazar en su lugar a un enunciado
autorial suspendido.
Pero
ahora observemos lo que sucede en estos otros fragmentos:
"Yo
no creo que todos los drogadictos piensen de la misma manera, porque
somos todos individuos diferentes, pero a todos no pasa lo mismo, a
todos más o menos nos pasa lo mismo, con todos los que hablo,
las cosas viste, hay sensaciones que son muy parecidas en muchos
aspectos"
"yo
veo gente que está en pareja o que tienen hijos y se drogan y
eso no lo entiendo....es como que no los enternece nada ya están
re..no tienen corazón, yo a pesar que me drogue siento
bastante no es que.."
En
estos enunciados aparecen distintas distintas voces que expresan
posiciones subjetivas diferenciadas, aislables en las vacilaciones
del discurso, en las dudas o comentarios respecto de la palabra
ajena. Los enunciados hegemónicos entran en conflicto con
percepciones del autor del discurso debilitando el carácter
compacto del discurso ajeno.
Estas
distintas modalidades de relación con la palabra ajena
expresan tres posiciones subjetivas bien diferenciadas. La diferencia
esta dada fundamentalmente por el grado de distanciamiento del autor
respecto de los enunciados provenientes del otro.
En
el primer caso, la distancia es nula. Autor y personaje (el adicto)
se confunden en un enunciado que los contiene en tanto condición
pretendidamente "universal" El autor reformula los lugares
comunes, las creencias de una colectividad fusionando su voz con la
de de todos, asumiendo el punto de vista de los otros.
En
el segundo caso, el distanciamiento respecto de la palabra ajena
parecería ser mayor en la medida en que, si bien aún se
intenta extraer de ella el valor de verdad del discurso autorial, los
enunciados se reconocen como provenientes de otro, y por lo tanto
como más relativizados en su valor de verdad.
En
el tercer caso, la duda o el comentario implican un distanciamiento
aún mayor respecto de la palabra ajena, el punto de vista
oscila, la voz del qautor se separa de la voz ajena, la pluralidad de
voces transforma el discurso monológico de los primeros
fragmentos en una polilogía.
En
el plano del contenido, observamos que cuanto mayor es la distancia
de la palabra del autor respecto de la palabra ajena, las
caracteristicas que trazan el "perfil" del adicto
proliferan, de modo tal que a las características "psi"
(causas endógenas) atribuidas a la subjetividad adictiva se le
suman una serie de argumentos de tipo "sociológico"
.
Estas
características son las siguientes:
En
el campo "psi":
El
alejamiento del mundo de la representación (y de la palabra)
en favor de un mundo de impulsiones "corporales"
"el que se droga no piensa, siente".
La dependencia como rasgo dominante (no sólo respecto de una
sustancia sino del mundo en general, a la manera de la dependencia
infantil). no sabemos lo que somos, yo que se, somos
muy dependientes .
La ausencia de responsabilidad respecto de los propios
pensamientos y acciones soy muy chiquilín,
tengo un costado adulto y uno muy infantil, que es el que está
más presente
La existencia de un núcleo traumático responsable del
padecimiento " son las bases las que estan flojas"
En
el campo "sociológico":
1.
Una etiología "social" de las adicciones
a
mi me pasó que, la gente con la que estaba yo, no se si la
creía así o me quedó así de tanto que me
la metieron en la cabeza mis viejos, que yo siempre elegí
juntarme con la gente que tenía muchos más quilombos
que yo, yo de repente tenía mi familia que estaba bien
construída, mis viejos no estaban separados, no había
problemas de plata, una pareja normal con problemas normales y yo
siempre me juntaba con pibes que el viejo estaba loco, que le pegaba
a la madre que entre los hijos se mataban, que se yo, yo me sentía
iguales a ellos, pero en el fondo no lo era.
2.
El grupo de pertenencia como determinante del grado y tipo de
consumo
si,
yo no tengo, no me quede con muchas juntas que se sigan
drogando..tendí a dejar de ver a esa gente, o sea me quedé
con dos personas nada más que siguen consumiendo, una tiene un
consumo muy controlado, se controlaba mucho siempre, porque es un
pibe que labura, siempre cuidó su laburo, que se cuida en su
laburo asi que, de el no te puedo decir nada, porque no está
muy metido en eso, el otro chico que es ladrón, el si que esta
metido, yo lo único que te puedo decir es que a mi me parece
que
al menos este pibe tiene como un sentimiento que no tiene
nada que perder que ya lo que le interesaba que podía perder,
o ya lo perdió o no lo tuvo nunca y no le interesa ya, le
interesa seguir pudiendo jugar el juego que está jugando
ahora, y a veces, necesitás una ayudita porque no te sentís
convencido de hacer cosas , yo pienso que por eso está muy
golpeado.
En
este punto, cabe señalar la correspondencia de estos
predicados con los de los jóvenes de nuestro grupo control.
Estos últimos coinciden en describir la subjetividad adictiva
en los mismos términos que los pacientes del Cenareso.
Lo
que pasa es que, es difícil, porque... consumidor, puede ser
un consumidor, alguien que consume, cada tanto, alguna vez y alguien
que es adicto, digamos, este... alguien que consume, algunas
veces, supongo que es una persona, digamos, entre comillas, normal;
que, que puede... trabajar, puede... desempeñar su vida,
como la vida de de todos, digamos, este... normalmente; en cambio,
un adicto, digamos, no, no puede desarrollar la vida que, que
hacen todos; que sé yo, no, no... no podría...
trabajar, no podría estudiar porque, digamos, ya, ya
tiene una enfermedad... ... .No sé, supongo que, que un
adicto sería; si tuviese que, que... que describirlo que,
que... supongo, que sería una persona más, tal vez,
más vulnerable, no es cierto, más... como más
fácilmente... influenciable, como... alguien con, no sé,
con x problema o... o con x personalidad, que la hace ser, más
proclive a... a caer en una adicción, por ejemplo.
Y
yo, supongo que, debe tener que ver con, con cuestiones, más
bien, psicológicas, más bien, de personalidad...
que bueno, si uno busca; supongo que, puede tener infinidad de
causas, es decir... capaz, una persona que tuvo problemas graves,
no sé, de chico; es decir, tiene, tiene que ver con lo,
con lo psicológico, me, me imagino yo porque... no sé,
para mí, siempre tuvo que ver con eso, la diferencia entre
la persona que, que cae en una adicción, es como que... esta,
esta como más, como con menos defensas, tal vez
"la
causa de la adicción, no sería... quizás no
sería la nece... eh, sería una cuestión de...
como de, de... de estar dentro de ciertos círculos o de
parecerse o de... compartir... poder este... compartir con,
con gente de la edad o de, o de, que tienen otros gustos
parecidos... este, y no sentirse como externo a... a ese juego,
también, que podría ser lo de la droga, o de...como esa
cuestión de probar a ver que... que es esto, que se siente,
que produce en el cuerpo y... eso podría ser una causa, que me
podría; me parece que podría ser la que se daría
más en... en jóvenes de una clase no... clase media o
clase alta"
"Y
bueno, acá, la marihuana, la cocaína. Supongo que esas
dos son las más... las más habituales, este... pero
también, es decir, yo veo una diferencia, por ejemplo... yo
voy a, no sé, yo soy de ir mucho a recitales, y en los
recitales hay un nivel socioeconómico, digamos, más o
menos bajo, en general, o los lugares donde ahora ya no tanto, pero
a los lugares a donde iba yo que era medio antros así, y ahí
se ve mucho, mucha marihuana; en cambio yo, las pocas veces que he
ido a boliches así más, más, este donde va
otro nivel de gente, vi mucha más cocaína. Capaz fue,
es decir, es algo muy aislado; pero a mi me pareció como
que, como que marcaba una diferencia social, es decir, este... los
chicos de, de, de clase mas bajas, no sé, fuman o más
que nada, no sé, toman vino; en cambio, los otros era como
otra cosa".
Si
bien los entrevistados del grupo control tienden a considerar a la
adicción como una enfermedad con determinantes endógenos
del tipo psi, los argumentos de tipo "sociológico"
adquieren un lugar relevante. Así junto a los determinantes
sociales enumerados más arriba, aparece muy fuertemente la
idea de una suerte de "contagio" social de la adicción,
no sólo respecto al tipo de sustancia elegida, sino de la
adicción per se.
La
relación con las sustancias
Para
la mayoría de nuestros entrevistados, hablar de drogas es
hablar en primer lugar de sustancias de venta ilegal, y sólo
secundariamente se asocia el término a sustancias de venta
legal (psicofármacos, alcohol, tabaco).
En
las sustancias de venta legal, ser "droga" es una
posibilidad, más que una característica propia de la
sustancia. Emerge para designar el tipo de relación del
sujeto con la sustancia, y no una propiedad de la sustancia misma,
como sí ocurre en el caso de sustancias de venta ilegal. Estas
últimas son consideradas en sí, y por sí mismas
adictivas, "atrapan" al sujeto privándolo de
conciencia y voluntad.
Así,
las sustancias de venta legal admitirían un uso controlado,
ligado al placer o al bienestar, e incluso a la salud, opinión
prácticamente consensuada entre los jóvenes
entrevistados que no han estado en tratamiento por uso de sustancias.
Como ejemplo están los psicofármacos que "son
remedios, no son drogas, tienen el aval de un laboratorio...",
"son médicos los que los crean", o el del
alcohol, que "se bebe por el placer que da su sabor",
"en dosis normales te pone alegre, risueño" .
Se
asemejan a otros objetos de consumo como la televisión, la
computadora, los dulces o incluso el trabajo, que pueden tornarse
"adictivos" pero que en sí mismos admitirían
usos controlados. Es sabido que los medicamentos psicotrópicos
no portan el imaginario de decadencia que producen las drogas
ilícitas. Por el contrario, se promueven como facilitadores
del las relaciones sociales, que exige el mundo contemporáneo.
Las
sustancias de venta ilegal, "actúan en el cuerpo"
de modo tal que "el cuerpo las necesita" "te las
pide" , se "imponen" a la voluntad del sujeto y
por lo tanto no admiten un consumo controlado.
.
"a veces, hay otras cuestiones, que sé yo,
como... uno puede caer en el... no sé... en, en... comer mucho
o...deprimirse o, no sé, en otras, en otras cuestiones que...
que bueno que tiende, que digamos que, que son, lo que se, se cae en
eso, digamos, puede ser por los mismos motivos pero... no hay
detrás de eso todo un, un mercado o un... digamos, también,
un fomento de, de que eso, sea así; como me parece que hay
con la droga, que es mucho más complejo, también, todo
lo que hay detrás, en cuanto a la, al... a los que la proveen,
los que la venden y todo... todo ese marollo que, que también,
digamos, es como que pervierte toda la cuestión..."
La
venta legal supone la existencia de un sujeto "libre" de
elegir aquello que se le ofrece. En este movimiento, oculta los
mecanismos por los cuales el mercado incentiva, promueve y condiciona
el consumo de objetos (sean estos mass mediáticos, terpéuticos
o alimentarios), y desplaza la determinación ideológica
del cosummo por una determinación psicológica.
Mediante
una operación inversa, la prohibicion del consumo de
determinadas sustancias hace recaer la "culpa" de la
transgresión en la sustancia misma. La responsabilidad del
consumo, negada en el sujeto, se desplaza a la sustancia.
De
este modo, las drogas ilegales son consideradas responsables de
actitudes y de conductas "involuntarias" o no deseadas:
"haces
algo que no queres hacer", "como que perdés armas
para manejarte en la vida, te va quitando cosas, yo algo que sentí
hace poco es, yo no tengo la misma, estee.. facilidad para hacerme
entender con la gente que tenía antes", "se pierden
cosas, yo perdí la confianza de mi viejo, lo más
importante no
.aparte la droga es mala, te lleva a hacer cosas
que vos no hacés
", "con la droga no pensás
nada.. "
"La
droga me complicó la vida, hice un montón de cosas, me
mandé un montón de macanas, desparecer y... aparecer un
día después en mi casa, gastarme la plata en falopa,
meterle los cuernos a mi mujer, que me descubra encima...".
Esto
se expresa claramente en el imaginario que los pacientes del CENARESO
despliegan respecto de la cocaína: personificada en una suerte
de demonio del sexo opuesto, impone su poder pasivizando al sujeto.
En los varones la dimensión de goce que implica esta posición
esta muy presente "es una puta de esas sadomasoquistas, te
da placer pero también sufrimiento" "te domina, te
maneja con nada","te pide todo, podes hacer todo" "
es una medusa que te agarra con sus ojos"
Por
cierto que no estamos proponiendo aquí una legalización
sin más de las sustancias, pues esta no haría más
que incluir a las sustancias de venta ilegal en la serie de los
objetos de consumo propuestos por el mercado. La legalización
de las sustancias sólo sería eficaz en un sistema que
denunciara la ilusión del "libertad" que nos vende
el mercado. De todos modos, a nuestro entender, en la prohibición
de determinadas sustancias la apuesta del mercado se duplica: por un
lado, reprime el uso de sustancias que considera ilegales. Por otra
parte, apuesta a la dominación del sujeto por parte de dichas
sustancias.
Lo
que sí queda claro en estos argumentos, es la insistencia de
una lógica discursiva muy similar a la que desarrollamos en el
apartado anterior.
El
discurso de nuestros entrevistados acerca de las sustancias
propiamente dichas da cuenta de la identificación de la
palabra propia y la ajena. La oposición legalidad vs
ilegalidad reproduce esta identificación pero desde
posiciones opuestas.
Frente
a las sustancias legales, la palabra ajena es tomada como propia,
(desconozco así su ajenidad y por lo tanto su determinación)
frente a las ilegales, la palabra propia se vuelve ajena (y estoy
totalmente determinado por ella).
En
cualquiera de los dos casos se impone un discurso monológico
que impide el distanciamiento necesario para una crítica y
discusión de los supuestos que conforman el mundo de las
adicciones.
El
síntoma que ocupa el lugar de esta imposibilidad es lo que
actualmente se conoce como politoxicomanía. Lo que la
politoxicomanía denuncia es la lógica fetichista con la
que se aborda el tema de las adicciones. En el mismo movimiento en el
que elude la determinación de la sustancia ("cuando
uno quiere drogarse se droga con cualquier cosa, marihuana, cocaína,
lo importante es darse con algo", "si tengo porro fumo
porro, si tengo cocaína, cocaína, si no alcohol, LSD,
lo que venga") pone el acento en la relación del
sujeto con dichas sustancias (no importa lo que consuma, lo
importante es consumir). En este sentido, la politoxicomanía
muestra lo que el mercado intenta ocultar: la promoción del
consumo como valor en sí mismo, lo ilusorio de la necesareidad
de una sustancia en particular.
Por
último, cabe señalar que sólo parcialmente en el
discurso de los entrevistados que no han pasado por la asistencia
terapéutica se manifiesta el placer ligado al consumo de
sustancias: usadas esporádica y lúdicamente,
pueden incentivar la creatividad y acompañar momentos de
esparcimiento y diversión "yo me fumaría un
porro en la plaza, viendo el atardecer un domingo", "para
tocar o componer música". En nuestros
pacientes por el contrario, el placer aparece ligado únicamente
y en forma parcial a las primeras experiencias de consumo.
Algunas
conclusiones
En
el habla de nuestros entrevistados hemos distinguido tres tipos de
relación con el discurso ajeno, basandonos en las
"estilizaciones" que los sujetos hacen de dicho discurso.
Así, hemos identificado diferentes posiciones subjetivas
respecto de la palabra ajena :
Una
posición "monológica", en la cual el
discurso autorial se funde con el ajeno, del cual extrae su valor de
verdad.
Una
posición más dialogizada, en la cual, si bien el valor
de verdad sigue dependiendo de la ajenidad del discurso, ësta
se reconoce como tal.
Una
posición plenamente dialógica, en la cual la palabra
del autor entra en diferentes grados de conflicto con la palabra
ajena.
Por
supuesto estas posiciones son "ideales", en el sentido de
que cada una refleja un "tipo" determinado y específico
que no siempre aparece como tal en el hecho mismo del discurso. Por
el contrario, no es raro que se presenten combinados a lo largo de
una misma entrevista, aunque respetando ciertos patrones. Por
ejemplo, en las entrevistas en donde la tercera posicición es
la predominante, es raro encontrar enunciados del primer tipo, pero
no tanto del segundo; la primera posición excluye
practicamente a la tercera pero no a la segunda.
Nuestro
trabajo no intenta explicar las causas o los determinantes del uso de
uno u otro tipo de estilización sino más bien observar
la "permeabilidad" que ofrecen los discursos instituidos de
la adicción, con el fin de repensar estrategias de prevención.
Es
claro que en lo que respecta a nuestra tipología, la
estrategia a emplear difiere para cada uno de los casos.
De
hecho, en las entrevistas en donde predomina la tercera posición,
observamos, a nivel del contenido, la proliferación de "puntos
de vista" expresados en enunciados provenientes de campos
diversos, como si la posibilidad de distanciamiento del autor
respecto de la palabra ajena estuviera acompañada de un mayor
grado de heterogeneidad de los discursos.
La
división de los objetos de consumo en legales o ilegales
promueve una lógica de apropiación de la palabra ajena
susceptible de ser analizada bajo la óptica de nuestra
tipificación.
La
lógica del consumo se sostiene en la ilusión de la
libre elección del consumidor, característica que se
enuncia claramente en la percepción que tiene los
entrevistados de las sustancias "legales" que admiten un
uso abusivo. La legalidad pone la "reponsabilidad" del lado
del consumidor, escamoteando los condicionamientos de mercado que
limitan las elecciones. La legalización de las sustancias no
haría más que incorporar en este sentido, un elemento
más al consumo idealizadamente selectivo y responsable que
propone el mercado.
La
ilegalidad pone el "valor" ya no del lado del consumidor
sino del de la sustancia, sometiendo al sujeto a una doble represión:
la que resulta de la transgresión de la norma (el sujeto
penalizado) y la de la sustancia propiamente dicha, que impone su ley
a quien captura.
En
el discurso sobre las sustancias "legales", el sujeto hace
suya la palabra ajena. En el discurso sobre las ilegales, la palabra
propia se vuelve ajena. Ambas se inscriben en un discurso de tipo
monológico, en línea con la primera de nuestras
posiciones caracterizadas anteriormente.
De
esto deducimos que no se deben esperar saldos positivos de ninguna
propuesta preventiva que apunte a la estigmatización de las
sustancias.
La
primera lleva hasta sus últimas consecuencias el paradigma del
consumo: el sujeto se imagina libre hasta de transgredir la ley,
cuando no hace más que respetarla : consume hasta lo que se
prohibe. En la segunda, la ley de la sustancia viene a apaciguar la
angustia de la transgresión.
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de Gialdino Irene Métodos cualitativos I
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"El marxismo y la filosofía del lenguaje", Alianza
Editorial, Madrid, 1992.
NOTAS