INTRODUCCION:
El presente trabajo se propone transmitir un proyecto de salud
reproductiva con abordaje comunitario en la villa del Bajo Flores
desde los centros de salud N° 19 y N° 20 (CeSAC). El mismo se
viene llevando a cabo desde agosto de 2000. Su fundamento se basa en
razones de índole epidemiológico, sanitario y
sociocultural. La metodología diseñada e implementada
tiene un doble valor estratégico ya que por un lado se propone
facilitar el acceso de la población a los efectores de salud
en pos de disminuir la morbimortalidad de las mujeres en edad fértil
del área programática de los CeSAC y por otro
fortalecer y potenciar prácticas enriquecedoras para la vida
comunitaria.
Se exponen algunos de los resultados obtenidos hasta el
momento, obstáculos visualizados y conclusiones.
FUNDAMENTACIÓN:
El
presente proyecto surge como consecuencia de las necesidades
planteadas por un grupo de mujeres de un comedor comunitario y
vecinos que concurren al mismo.
La
división social y cultural de roles en base a los géneros
deja a la mujer a cargo de todo lo que se refiera al hogar y a los
hijos (en el mundo privado), mientras que los hombres asumen el rol
de productores que se desenvuelven en el ámbito laboral y el
mundo público. La unidad doméstica, en tanto está
a cargo de las tareas cotidianas de mantenimiento y reproducción,
se integra a redes más amplias de ayuda mutua (de parentesco o
vecindad).
Especialmente en los sectores populares esta inserción
cobra importancia en la resolución de necesidades cotidianas.
Son redes activadas y mantenidas por mujeres, aún cuando
sirven a las necesidades de todos los miembros de la familia o la
comunidad. Se trata de un fenómeno estable en la
estructuración de las relaciones sociales urbanas cotidianas,
cuya importancia crece en la medida que escasean los recursos
institucionales estatales, tales como guarderías, jardines
maternales, comedores comunitarios, etc.
La crisis de los servicios
públicos y del Estado recae fundamentalmente sobre las
mujeres a cargo de las tareas reproductivas. Las esperas en
hospitales para la atención médica o aun la
inaccesibilidad de estos servicios, el deterioro o ausencia de
servicios habitacionales y barriales, deben ser suplidos por un
incremento de la actividad doméstica y una intensificación
de las ayudas informales a cargo de las mujeres.
En
abril de 2000 se realizó en el Comedor Niños Felices
una reunión a la que asistieron más de 50 personas en
las que se pusieron de manifiesto las necesidades que sirvieron como
disparador para la planificación y ejecución de este
proyecto. En aquella oportunidad surgieron las siguientes demandas:
-
Necesidad de contar con mayor información:
Es
bueno que explique todo esto porque por ejemplo el preservativo hay
gente que lo usa medio mal lo usan después de penetrar, lo
sacan y ahí se lo ponen y eso esta mal no?.
Taller
en comedor Los Payasitos 21/02/0;
- Necesidad de contar con servicios más accesibles en cuanto a
turnos y a distancia puesto que aun contando con efectores de salud
cercanos es una realidad que los episodios de violencia urbana
(robos mayormente) obstaculizan la concurrencia a los Centros de
Salud:
No
seguí yendo porque me dan miedo los chorros. Esta zona es muy
peligrosa.
(Participante
de la reunión mencionada).
Asimismo, la
sobrevivencia cotidiana hace que el ir a buscar un anticonceptivo se
vea postergado o bien que en algunos casos el varón no permita
ir a la mujer en busca del mismo:
Vino y nos dijo: ¿Ustedes son un Comedor o un hospital?,
yo no le di permiso a mi esposa para ver a un médico(en
relación a la participación de su esposa en los
talleres de salud reproductiva en ese comedor). Después la
encerró y no la dejo ir a la consulta médica.
Taller
en comedor La chispa 28/02/01
A
esta situación se suma la escasez de recursos humanos y de
insumos necesarios para la atención de la mujer en edad
fértil. Como también el hecho de que, en numerosas
ocasiones, los discursos y prácticas del equipo de salud no
contemplan las creencias y prácticas de las mujeres y varones
en relación a los procesos de salud reproductiva y sexualidad.
De
más está aclarar las razones de índole
sanitarias, de prevenir la morbimortalidad materno-infantil a través
de un adecuado control de salud reproductiva.
En
este sentido, Argentina presenta todavía una relativamente
alta tasa de mortalidad materna en relación a la
disponibilidad de servicios de atención de la salud y a nivel
promedio de desarrollo alcanzado.
En
el año 1998 morían 38 mamás cada 100 mil nacidos
vivos; en 1999, 41 mamás. Asimismo, según cifras del
Ministerio de Salud, se practican alrededor de 500 mil abortos por
año, y sólo un 29 por ciento de las argentinas en edad
fértil entre los 14 y 45 años aproximadamente
usan métodos anticonceptivos seguros. (Datos extraidos de
Publimetro, del 9-5-01, Ministerio de Salud. Centro Latinoamericano
de Salud y Mujer.)
En
lo que refiere a la legislación existente en relación a
esta problemática cabe mencionar que en el año 2000 en
el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, se sancionó la
ley nº 418, cuyo objeto es garantizar las políticas
orientadas a la promoción y desarrollo de la Salud
Reproductiva y la Procreación Responsable.
En
el marco de este objetivo y teniendo en cuenta las necesidades
planteadas por los vecinos, es que surge como primordial elaborar
estrategias que posibiliten el acceso a la información, a los
servicios y a la distribución de anticonceptivos de manera más
cómoda y eficaz respetando las creencias, percepciones y
temores como también el contexto socio económico
de los mismos. Estrategias estas, que acompañen y fortalezcan
modalidades propias de organización participación
y los lazos solidarios y de confianza existentes entre los vecinos.
Se
coincide con Eduardo Menéndez cuando plantea que es casi un
lugar común reconocer que el proceso salud-enfermedad-atención
constituye parte de la vida práctica e imaginaria de los
conjuntos sociales, que éstos crean representaciones y
prácticas para convivir, modificar y de ser posible erradicar
algunos de sus padecimientos. Además se ha reconocido que es a
nivel del grupo doméstico y de otros microgrupos, que se
realiza el mayor número de actividades incluidas las
participativas- referidas al proceso de s/e/a, y que dichas
actividades están centradas en la mujer en su rol de esposa/
madre.
Es
la familia quien se moviliza en la búsqueda y satisfacción
de la atención de la salud familiar; y las organizaciones
comunitarias, que además de cubrir necesidades básicas
como la alimentación, realizan tareas promocionales y se
preocupan por la prevención de temas como la salud
reproductiva. Tareas que responden también, a instancias en
las que se interpela y se exige a los servicios de salud pública
que hagan efectivo el derecho a la salud.
Se
coincide nuevamente con Menéndez cuando plantea el tipo de
participación social que se expresa en distintas unidades y
actores sociales. Los autores del presente trabajo toman dos de los
tres actores sociales que él distingue, a saber:
-
Personas y microgrupos espontáneos: (especialmente en el
grupo doméstico, la P.S. opera en términos de curación,
prevención, ayuda mutua, etc.). A partir de actividades
producidas espontáneamente, que suponen la construcción
y desempeño de roles específicos. Forman parte del
proceso de autoatención, al que se considera como una
estructura básica para el proceso de reproducción
biosocial.
- Microgrupos y mesogrupos construidos: incluye grupos organizados
intencionalmente para la realización de acciones inmediatas o
a mediano plazo que suponen una organización formal momentánea
o permanente. En este se ubicarían las mencionadas
organizaciones comunitarias. (Menéndez: 1998).
CARACTERIZACIÓN
DE LA POBLACION.
En
este contexto, el área del CESAC Nº19 comprende los
barrios Rivadavia I y II, los cuales cuentan aproximadamente con 5000
y 2000 familias respectivamente;
y parte de la Villa 1-11-14 cuya población esta estimada en
5000 familias.
Esta última es también el área de cobertura del
CESAC Nº20, los mismos tienen bajo su área de cobertura
poblaciones cuyos derechos a la salud, la vivienda, y la educación
entre otros, son seriamente vulnerados.
Cabe
aclarar que, en lo que refiere al CESAC Nº19 si bien su área
de cobertura es la mencionada, su área de influencia se reduce
a la Villa 1- 11-14 ya que de ese barrio provienen el 85% de las
personas que utilizan las prestaciones del Centro de Salud.
Se
trata de una población de alrededor de 20.000 habitantes; de
los cuales; según datos de la Comisión Municipal de la
Vivienda, un 56,10% de la población es nacida en otro país
(73 % Bolivia; 17 % Paraguay; 9% Perú; 0,76 % Chile); y el
40,2 % es argentina. Son familias con un alto índice de
desocupación y trabajo informal. El índice de
analfabetismo y escolaridad incompleta es alto; las instituciones
educativas de la zona tanto en inicial como en primaria y media no
alcanzan a dar una mínima respuesta a las necesidades y
demandas de la población. En lo que refiere al aspecto
habitacional, este se caracteriza por viviendas sumamente precarias y
por la carencia o insuficiencia de los servicios básicos
(cloacas, recolección de basura, luz; agua). Los servicios
sanitarios también atraviesan por la misma situación.
En cuanto a la cantidad de mujeres en edad fértil
(14 a 49 años) encontramos 5136.
Los
cambios producidos en el mercado de trabajo (desempleo, subocupación,
precarización, etc.) provocaron un aumento en la inserción
de las mujeres de los sectores populares al ámbito laboral,
por lo que algunas pasaron a ser el soporte económico del
hogar. Esto se debe a que en las actuales condiciones del mercado de
trabajo la alternativa más factible sea conseguir un empleo
doméstico. Pero la transformación va mucho más
allá del mercado de trabajo, ya que implica un cambio en la
organización de la vida cotidiana. Aunque en la división
intradoméstica del trabajo siguen siendo las mujeres las
responsables de las tareas domésticas, más allá
de su condición laboral.
La
población está inserta en la compleja trama de
relaciones urbanas en la que se incluyen la explotación del
trabajo y las relaciones de poder. Las mismas restringen las
posibilidades de acceso a los bienes y servicios producidos
socialmente. Este acceso diferencial produce una condición de
desigualdad y subordinación de este sector en el marco de la
compleja trama de relaciones sociales.
METODOLOGIA DE TRABAJO.
La
metodología de trabajo tendrá como eje la participación
de organizaciones y vecinos en el diagnóstico, la
planificación, ejecución y evaluación del
proyecto; el cual como ha sido mencionado en la fundamentación
surge de una demanda de la gente del barrio. El equipo de
profesionales intervinientes se propone un acompañamiento
interdisciplinario del proyecto.
La
estrategia de trabajo diseñada estuvo orientada a facilitar el
acceso tanto a la información sobre métodos
anticonceptivos (MAC) como a las prestaciones del CESAC.
La
intervención profesional, en este contexto, se desarrolló
en torno a tres ejes que se apoyaron en la participación
comunitaria, entendida como el proceso social a través del
cual los distintos actores de la comunidad, en función de sus
problemas y necesidades, asumen un rol protagónico en torno a
la reivindicación y resolución de los mismos.
Dichos
ejes fueron:
Este
eje se trabajó a través de la pedagogía de
taller la temática con los vecinos, lo cual supone partir de
los conocimientos y saberes que cada persona porta, produciendo
así un proceso de enseñanza- aprendizaje que surge como
producto social de un grupo.
La
realización de los talleres se efectuó en
organizaciones barriales que tienen arraigo y convocatoria en el
barrio; de esta forma, teniendo en cuenta la situación de
crisis actual, las organizaciones por excelencia fueron los comedores
comunitarios. Quienes a su vez propiciaron que algunos de los
talleres se efectuaran en casas de vecinas del barrio.
Entendiendo
que la comunidad debe ser sujeto de sus procesos de salud-enfermedad
atención; esta estrategia se oriento a la conformación
de una red integrada por las organizaciones barriales y aquellas
vecinas sensibilizados por la temática.
La
finalidad que se perseguía con la misma, era que luego de
efectuado los talleres, cada uno de esos lugares se constituyera en
un centro de referencia al cual los vecinos pudieran acudir en busca
de algunos métodos anticonceptivos (anovulatorios orales y
preservativos); y turnos programados para el control de salud de la
mujer.
Para
ello paralelamente, junto con los demás integrantes del equipo
de salud (médicos generalistas y psicólogo); se
realizaba la capacitación de referentes barriales en relación
al uso de los diferentes MAC; como así también a las
principales dudas que podían surgir en torno a la utilización
de los mismos y que eran susceptibles de ser abordadas por ellos.
En
lo que refiere a las prestaciones del CESAC N º19 y N º 20;
se planteó la implementación de turnos programados e
insumos a través de los referentes de manera de facilitar el
acceso (administrativo, geográfico, etc.).
Asimismo,
se acordó con los demás efectores de salud de la zona
(Unidad de Servicios del Barrio Illia; Centro de salud del Barrio
Charrúa); criterios de derivación que posibilitaran un
mejor acceso a estos servicios.
Dichas
acciones comenzaron a implementarse a mediados del año 2000.
Hasta el momento, se implementaron 10 talleres, con una asistencia
de más de 140 mujeres, y unos pocos hombres.
Además,
se realizaron tres reuniones con referentes barriales, para acordar
criterios, evaluar la marcha de los talleres y el acceso de las
mujeres a los efectores de salud.
En
8 oportunidades los talleres se efectuaron en comedores comunitarios
mientras que en 2 caso se realizaron en casas de vecinas del barrio.
Constituyéndose dos centros de referencia.
ALGUNOS
RESULTADOS:
Cuantitativos:
Cantidad
de talleres realizados: 10
Número
de participantes en los talleres: 172
Turnos
efectivizados en relación a turnos solicitados:
En el CeSAC 19 de 30 turnos solicitados se efectivizaron 9
(30%).
En el CeSAC 20 de 39 turnos solicitados se efectivizaron 15
(38%).
Lo que da un total de 35% de turnos efectivizados.
Cualitativos:
1.-Extraídos
de lo verbalizado por 10 mujeres que solicitaron un turno pero no lo
concretaron
Sobre un total de 10 mujeres encuestadas 8 expresaron su intención
de cuidarse para no quedar embarazada, de las cuales tres
manifestaron querer adoptar un método definido y por último
otras dos plantearon haber solicitado el turno para poder
controlarse.
De las diez mujeres encuestadas 5 refirieron motivos que tienen
que ver con problemas de comunicación (falta de aviso por
parte de su referente o persona que le tomó el turno) o por
dificultades administrativas en el CeSAC. Se detectaron malos
entendidos en la recepción de algunas mujeres en los
efectores de salud que ocasionaron la perdida de algunas consultas (
información confusa respecto a cambio de turnos; días
de atención; y servicios encargados de la atención)
4 personas expresaron razones relacionadas a la organización
familiar (enfermedad y cuidado de los niños básicamente).
1 no concurrió por un problema de salud.
Las
mujeres priorizan las obligaciones de la organización familiar
por sobre su salud y el cuidado de sí mismas. Desde las
percepciones femeninas de salud los hijos son los únicos que
pueden enfermarse. La enfermedad en las mujeres es vivida como la
causa que rompe el ritmo de lo cotidiano. La mujer, responsable de la
reproducción doméstica, no solamente siente que su
cuerpo debe soportar el peso de la cotidianeidad sino que además
debe ser olvidado, negado en función de todas las tareas
diarias
5 de las mujeres comentaron que sus parejas están de
acuerdo con que ellas utilicen MAC. 1 de ellos usa preservativo,
los demás dejarían esa responsabilidad en manos de la
mujer. Otras 2 expresaron que para sus parejas el empleo de MAC es
peligroso para la salud. 2 no tenían compañero y una no
fue interrogada al respecto.
Dos de ellas tuvieron 6 hijos, dos 7 hijos, dos 8, dos 9, una
11.
2- Extraídos de los talleres.
Se
visualizo como una experiencia de maltrato institucional de una mujer
influyó negativamente en el acceso al servicio, de las vecinas
cercanas a ella, perdiéndose una oportunidad, a veces única,
de acercamiento a los efectores de salud.
Los
talleres están muy bien pero no sirven si después vas a
la salita y el médico que te va a atender no es el que te dio
la charla y además te trata mal y aunque tengas turno no
quiere atenderte porque se quiere ir antes
Referente
comunitaria Mz13 20/03/01
En
cuanto discursos y prácticas médicas instituidas
respecto de algunos métodos anticonceptivos, en particular se
pudo observar que en el caso del DIU una vez que las mujeres
han sorteado el escollo de los mitos y temores en relación al
mismo y deciden su colocación se encuentran con el obstáculo
en el que se convierten las prácticas diagnósticas
previas (cultivo de flujo, PAP y ecografía). Ya que existen
muy pocas probabilidades que las mismas, que son sumamente
necesarias, se efectúen con celeridad.
Tengo entendido que el DIU se suele expulsar además me
dijeron que es doloroso
Taller
en comedor Niños Felices. 03/01/01
Tengo
miedo que te pueda traer cáncer de matriz.
Taller
en comedor Menari 24/01/01
Se
hace difícil porque cuando conseguís el turno para
hacerte un estudio se te vence el otro que te hiciste y tenés
que esperar treinta días o a veces más
Taller
en casa de una vecina Mz 13. 17/01/01
De
esta forma, desde el momento que las mujeres toman la decisión
hasta que logran su colocación pasan meses y muchas refieren
haber desistido de la idea de utilizar este método.
Sobre
los anovulatorios especiales par el período de lactancia
se vio que existen discursos médicos contradictorios mientras
unos plantean que son efectivas solo hasta los seis meses de vida
del bebé; otros plantean que si bien su efectividad disminuye
(de un 99% a un 88%)a medida que el bebe va creciendo siguen siendo
efectivas mientras dure el período de lactancia.
Me
quede embarazada mientras amamantaba a mi primer hijo, no sabía
que había que cambiar de pastillas después de un
tiempo...
Taller
en comedor La chispa 14/03/01
Conclusiones:
De
los datos aportados por algunas mujeres y de lo surgido en los
talleres, podría inferirse que la apropiación de
métodos anticonceptivos por parte de las mujeres populares se
ve inhibida por una diversidad de creencias y prácticas.
Por
otra parte, si se parte de considerar que las decisiones en torno a
la sexualidad y la reproducción son parte del ejercicio de los
derechos humanos básicos, lo expuesto con antelación
permite vislumbrar que las desigualdades de género existentes
hacen que no todas las personas tengan la posibilidad de decidir de
igual modo sobre esta cuestión.
En
un contexto en el cual el Estado ha dejado de garantizar servicios
(que históricamente habían sido producidos por él),
es la mujer quien asume un papel protagónico, en tanto no sólo
debe afrontar las responsabilidades que devienen del ámbito
doméstico (en el cual se la ha ubicado históricamente);
sino que en la actualidad debe afrontar además las exigencias
el ámbito público (que históricamente estuvieron
vinculadas al hombre). Es decir, la mujer debe ocuparse de la crianza
de los hijos, de las tareas domésticas y en muchos casos ser
el sostén económico de la familia. De esta forma en el
caso de las mujeres pobres urbanas el ingreso al ámbito de lo
público está lejos de suponer un reconocimiento de sus
derechos y una mayor igualdad; por el contrario la sumerge en un
estado de mayor vulnerabilidad.
Esta
construcción cultural sobre el rol preponderante de la mujer
en la regulación de la fecundidad y en aquellos aspectos que
atañen a la reproducción familiar, está tan
internalizada por ellas que orienta sus prácticas. Desde las
instituciones y los medios de comunicación se fortalece este
mandato a través de mensajes que dejan de lado al hombre en
cuestiones que tienen que ver con la maternidad y el cuidado de los
hijos. Es por eso que el protagonismo femenino en las familias
populares es más que la reiteración de una pauta
cultural. Es también resultado práctico de mensajes
contradictorios entre sí que se originan en las instancias de
saber poder legítimas.
En
este marco entonces, es fundamental comenzar por discutir y ampliar
las concepciones que restringen la reproducción a eventos
biológicos y responsabilizan a las mujeres como agentes
exclusivos de decisiones y cuidados. Es decir, es necesario hacer
visible la presencia de los varones en los procesos de salud
reproductiva y sexualidad. Ya que, tomando al género como
construcción social, debemos entender a los procesos de salud
reproductiva y sexualidad como el resultado de un construcción
relacional de las identidades de género.
En
cuanto a la efectividad cuantitativa del proyecto hasta el momento
podemos decir que 172 (mujeres y varones) vecinos participantes en 10
talleres es un nivel de participación satisfactorio ya que
representa un promedio de 17 personas por taller teniendo en cuenta
que la asistencia es voluntaria y esto se atribuye entre otras cosas
a que son vecinas referentes las que realizan la convocatoria.
La
cantidad de turnos solicitados también se considera aceptable
ya que representa un 40 % del total de los participantes del taller
(cabe tener en cuenta que algunos eran varones y que algunas mujeres
estaban utilizando ya algún MAC)
Estos
datos, sumados a la información brindada por algunas vecinas
estarían indicando y verificando que un proyecto de salud
reproductiva responde a una necesidad planteada por la población
y que el acceso a un servicio de salud se ve favorecido por ser los
referentes barriales los que lo vehiculizan.
En
cuanto a los turnos efectivizados un 35%, si bien representa sólo
algo más de la tercera parte de los turnos solicitados,
contamos ya con algunas hipótesis sobre las razones que
influyen en la concreción de los turnos y en consecuencia,
sobre cuáles de ellas podría incidirse mediante la
intervención profesional para lograr resultados más
óptimos - como por ejemplo trabajar el aspecto de la
comunicación en lo referido a los turnos entre las vecinas,
los referentes comunitarios y las instituciones de salud -.
La
organización familiar como obstáculo para el acceso a
los servicios de salud vendría a verificar una de las
hipótesis de la fundamentación del proyecto y
reafirmar la necesidad del mismo en cuanto a facilitar los
mecanismos de acceso a los efectores de salud.
Por
eso es necesario revisar la propuesta institucional, evaluando la
oferta, su calidad y la forma de satisfacer las necesidades; ya que
como ha quedado de manifiesto las dificultades que se presentan para
la realización de las prácticas diagnosticas previas y
en algunos casos el maltrato institucional se convierten en un
obstáculo para el efectivo acceso a los métodos
anticonceptivos.
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NOTAS