La palabra diálogo viene del griego y en su origen se relaciona con la noción de conversación. Así la conversación es, en definitiva una discusión organizada a través de diferentes personas interesadas en una misma cuestión que se intenta precisar, y respecto de la cual se pueden mantener puntos de vista distintos.
Dado que el diálogo implica la comunicación de varios, este será concebido en la antigüedad como el medio propio de expresión del "logos" (legein), que originariamente significaba hablar, decir, narrar, dar sentido, recoger o reunir , siendo común a todos los seres racionales.
De esta manera, si bien en la tradición escrita, el diálogo surge con Platón, en cuanto método propio de la filosofía se remonta a Sócrates, para quien el diálogo permitía la crítica (opinión) y tenía la ventaja de la persuasión racional, en contra del lenguaje de la imposición propio de los sofistas. De allí surge la mayéutica como arte de dar a luz, es decir de concebir, encontrar conocimiento sobre algo que se presenta a develar.
Retomar estas enseñanzas en el presente puede ser sugestivo, en el sentido que tal vez la historia nos muestre las ataduras que los discursos construyeron a través del tiempo. De allí que muchas veces la interdisciplina es presentada desde una visión aséptica, que intenta ampliar definiciones o multiplicar miradas, a veces, sin un sentido claramente definido. Pero en definitiva, la interdisciplina no es ni más ni menos que la confrontación en el diálogo de distintas visiones de mundo traducidas en conocimiento.
Quizás, estas visiones de lo interdisciplinario sean útiles para recapacitar alrededor del concepto en la actualidad.
Pensar la interdisciplina en un escenario atravesado por la incertidumbre , el incremento de las desigualdades y el crecimiento de la exclusión social, implica, de alguna forma revisar una serie de aspectos. Los mismos, pueden ser útiles en función de, si se permite una indefectiblemente exploración del concepto de interdisciplina, que implica, así también la necesidad de nuevas formas de diálogo entre diferentes campos de saber, dadas las características de los escenarios actuales. Diálogo que en definitiva se traduce en Intervención en Lo Social.
Así, la interdisciplina, se puede presentar como un escollo u oportunidad en función de desarrollar estrategias de intervención en una sociedad fragmentada, con una fuerte tendencia a la individuación, donde la "competencia" individual desvaloriza el trabajo en equipo , o el mismo se encuentra atravesado por la lógica de la empresa en tanto "costo- beneficio".
Por otra parte, la interdisciplina se enfrenta a la complejidad que traen las nuevas demandas hacia los servicios de salud, en tanto la expresión de una serie de cuestiones que en muchos casos superan los marcos de conocimiento de cada campo de saber que conforman los equipos de salud.
De esta forma la denominada "nueva cuestión social", genera nuevos interrogantes hacia la Intervención.
En un escenario turbulento, cambiante, el acceso a la singularidad de quien demanda asistencia en un servicio de salud , implica la necesidad de interrogarse acerca de los nuevos padecimientos sociales. Estos, se relacionan con la precariedad de la vida cotidiana, transformada en falta de trabajo, hambre, pero también incertidumbre, crisis identitaria, sensación de no pertenencia a un todo, sumada a una impresión de fin de una época, pero con una fuerte discontinuidad con lo que lo sigue, en términos de un vacío ignoto, desconocido.
En síntesis, la interdisciplina se encuentra interpelada por una serie de acontecimientos que se pueden englobar dentro de los padecimientos del presente.