Mire la calle.
¿Cómo
puede usted ser indiferente
a ese gran río
de huesos, a ese gran río
de sueños, a ese gran río
de sangre, a ese gran río?
Nicolás Guillen.
Desde
hace un tiempo se ha intensificado el uso repetitivo y en muchos
casos errado de terminología, en el ámbito de las
noticias. La palabra principal de estos discursos es sin duda
Globalización. Las que siguen podrían ser inmigración
y multiculturalidad.
Se
lee y se escucha que Europa es ya una sociedad multiétnica, y
parte de la población participa activamente en asociasiones
cuya preocupación es la integración socio-cultural de
la llamada población en movimiento.
Los
gobiernos claro, no son ajenos al rumor mundial que provoca tanta
gente trasladandose. Y todo parece indicar que a los gobernantes les
provoca mal humor, despertarse con ruidos.
Cerrar
la ventana es un método tradicional para evitar que entren a
casa ruidos molestos
e intrusos.
El
gobierno Berlusconi, conciente de tan sencilla estrategia, trabaja
duramente para salvar al pueblo italiano del odioso
rumor.
En la primer semana de
agosto, cuando se cumplían los 50 primeros días del
Gobierno Berlusconi, durante la obviamente hiper-positiva evaluación
de su titular,
fueron enumeradas además de milagros cumplidos-
algunas cuestiones que aún deben ponerse a punto. Entre ellas
la Ley sobre la Inmigración, cuya sanción reformará
aquella inspirada por el ex Ministro de Justicia, Martelli, vigente
en esta materia desde de 1990, y modificada en el 98 por la llamada
Ley Turco-Napolitano.
Con la
nueva ley, Italia es el último país de Europa que funda
la ciudadanía sobre el derecho de sangre, con lo cual es
claramente imposible para un extranjero acceder al status de
ciudadano.
No
debiera ser una sorpresa, ya que el Ministro Bossi ha declarado
siempre estar contra la construcción de una sociedad
multietnica.
Las
modificaciones a la ley se centran en lo que podemos llamar la
relación entre el permiso de estadía y el trabajo. En
este sentido el permiso será dado solo a quien tiene un
trabajo y solo por la duración del contrato de trabajo.
Luego de
vencido el plazo del contrato si el extranjero, permanece en
territorio italiano, será considerado Clandestino
automaticamente, expulsado y sancionado con la reclusión de 1
a 4 años.
Reclusión???
Si, esta es la innovación mas pesada -en el caso de que las
bestialidades permitieran jerarquización- que introduce la
nueva ley en materia de inmigración. El extranjero es acusado
de reato de permanencia clandestina, esto hace aparecer
por primera vez en el ordenamiento jurídico italiano, la
permanencia, como reato.
Por otra
parte y a modo de genial complemento, la por un lado tan reclamada
integración del inmigrante con la cultura
hospitante, se dificultara aún mas desde lo formal, ya que por
ejemplo el tiempo para obtener el permiso de estadía
permanente, que hasta el momento exigía 5 años de
permanencia legal, se alarga a 8!!!
Algo
mas?
Si!
El
permiso que contempla la posibilidad de que el migrante pueda
re-encontrarse en el pais hospitante, con su familia, se reduce a
sólo el conyugue y los hijos menores (los otros miembros, no
formarían parte de la familia?). Este desconocimiento del
concepto de familia alargada, se sustenta en la sospecha,
de que haya sido usado por parte de los extracomunitarios, como
estrategia para inserir nuevos componentes familiares al mercado de
trabajo.
Por si
esto no bastase, la ley entiende la necesidad de terminar con el
sistema de sponsor por el cual un ciudadano italiano o
bien un residente en regla, podía ser garante de un
extracomunitario, permitiéndole ciero tiempo de permanencia.
La
llamada ley Fini-Bossi (Vicepresidente del Consejo y Ministro,
respectivamente), fue elaborada por los adeptos a la llamada Casa
de las libertades (la derecha no tiene limites en su cinismo),
algo asi como la alianza que sostiene y reúne las corrientes
derechistas de Italia, que llevaron a la victoria al actual
presidente, y dieron la mayoría a su partido: Forza Italia.
Lo
que queda ausente de toda reflexión en el ámbito
público-político y plantearlo aquí puede
sonar hasta pretensioso- son las causas por la cuales no sólo
Italia, sino toda Europa, está convieritiéndose en un
área de fuerte inmigración. Como plantea S.Sassen,
las migraciones internacionales no representan un fenómeno
autónomo, y entre los principales responsables de estas
migraciones, no pueden obviarse las sociedades multinacionales
-que a través de su rol en la internacionalización de
la producción, sustituyen a los pequeños prodcutores
locales, limitándoles las perspectivas de supervivencia en
las economías tradicionales y creando una mano de obra móbil;-
ni las medidas de austeridad impuestas por el FMI- que obligan
a los pobres a considerar la emigración (interna e
internacional) como estrategia de supervivencia- ni los acuerdos
de libre comercio, que reforzando los flujos de capitales, de
servicios y de informacion trans-frontera, determinan la circulación
de trabajadores.
Con el
objeto de acercarnos a la problemática mas cotidiana y de
alejarnos del marco jurídico, parece importante conocer, de
quiénes hablamos cuando decimos inmigrantes.
Italia
es el cuarto país de la Unión Europea, en cuanto al
número de inmigrantes que ha estado y está recibiendo.
Según el Dossier de Caritas del 2000,
durante ese año se registraron 1.338.000 trámites de
estadía para extranjeros. Desde hace varios años la
composición según origen, se mantiene: Un 40 % de
europeos, 30% de africanos, 20% de asiáticos y 10% de
americanos. Los primeros 5 puestos de presencia extranjera los
detentan Marroquíes, Albaneses, Rumenos, Filipinos y Chinos
(con sus correspondientes /as, ya que los últimos
datos confirman que las entradas masculinas crecieron a un ritmo del
7.3%,mientras la llegada de mujeres lo ha hecho a un 10.8%).
Se ha escrito y se
seguirá discutiendo en torno a los efectos de la
globalización, lo que es innegable, es que lo que para unos es
una libre elección, para otros cae como un destino cruel.
Estamos viviendo un proceso global de estratificación, que
determina una nueva jerarquía socio-cultural a escala
mundial. Las tecnologías, como es comprobado, transforman los
capitales en entes globales, y a la vez constringen a quienes no
pueden seguir las nuevas tendencias al nomadismo del capital, a
mirar impotentes la desaparición de su proprio modo de vida y
de sus medios de sustento.
Aboliciones
de vistos de ingreso y una mayor rigidez de los controles a la
inmigración, constituyen una combinación con un
profundo significado. Podrían ser considerados una metáfora
de la nueva emergente estratificación. Se podría
tambien pensar que en estos días, el acceso a la mobilidad
(legal) sea uno de los primeros, entre los factores determinantes de
la posición en tal estratificación.
Ahora
bien, volviendo al actual gobierno nacional italiano, la presente
actitud en torno a los migrantes, no es aislada ni debiera
sorprendernos. Como afirma Bauman-si
bien refiriéndose a la globalización como proceso- el
rechazo y la exclusión son humillantes, y se pretende que así
lo sean.