¿Desde
dónde miro esta práctica? ... Desde nuestra posición
de sujetos en la misma. ... Desde el impacto en los otros y en
nosotros que esta práctica tiene. ... Desde la convicción
acerca de que conocernos mejor como profesión, en su historia,
en su génesis, nos permite tomar decisiones, desechar
prejuicios, recuperar saberes, con mayor autonomía.
El
trabajo de indagación y analítico que presento se ha
basado en los siguientes APORTES TEÓRICOS, que me permiten
cruzar las categorías de espacio y tiempo, centrales para
quien concibe la profesión como una construcción
histórico- social.
Por un lado, el análisis
institucional, permite pensar las profesiones como instituciones en
tanto formaciones socioculturales que surge en los distintos
contextos y que van generando modelos de funcionamiento, tipificando
recíprocamente acciones, habitualizadas por cierto tipo de
actores ( Berger y Luckamn). A partir de aquí, la
institución y sus normativas aparecen marcando las prácticas
de los sujetos.
Desde
esta perspectiva teórica, dar cuenta del proceso de
historización de la institución, nos permite recuperar
tanto las condiciones estructurales- materiales; las dimensiones
subjetivas, lo simbólico y lo imaginario; y el complejo
proceso de tensiones entre lo instituído y lo instituyente.
En
segundo lugar, desde los autores que fundamentan la importancia del
sujeto y lo subjetivo en la explicación de lo social, Baczko
( 1991, pag.13) dice que La imaginación está
en el poder desde siempre.(...) En contraposición a una
visión realista que querría
separar en la trama de la historia, en las acciones y comportamientos
de los agentes sociales, lo verdadero y lo real
de lo ilusorio y quimérico. ... Buscaban los
agentes sociales más allá de los imaginarios, desnudos,
por así decirlo, desvestidos de sus máscaras, ropas,
sueños, representaciones, etc.... ahora bien, la gestión
cientificista no podía encontrar a esos agentes sociales, de
modo que los construía.
Finalmente, desde un
enfoque sociológico, las categorías analíticas
de Bourdieu, permiten encarar el estudio de las profesiones como un
campo, con posiciones y tomas de posición en la lucha y
disputa de los capitales que se juegan en el campo; disposiciones que
se constituyen y se vuelven actuantes en los distintos momentos de la
lucha.
En
particular, para el análisis del campo intelectual, Bourdieu
(Campo de Poder y Campo Intelectual, 1983, pags. 20,21,22),
para el análisis de los hechos intelectuales y artísticos,
tres momentos necesarios y estrechamente relacionados, que
captan igual número de niveles de la realidad social
símilmente conectados.
En
primer lugar, un análisis de la posición de los
intelectuales en la clase dirigente ( respecto de ella cuando no
pertenece a la clase dominante ni por origen ni por condición).
En
segundo lugar, un análisis de las relaciones objetivas que los
grupos en competencia por la obtención de la legitimidad
intelectual y artístico ocupan en un momento dado en la
estructura del campo intelectual.
Para
poder pasar al tercer y último pasaje, es decir, construir el
habitus como sistema de disposiciones socialmente constituídas
que, en cuanto estructuras estructuradas y estructurantes, son el
principio generador y unificador del conjunto de las prácticas
y de las ideologías características de un grupo de
agentes.
Podemos
afirmar sin lugar a dudas que el trabajo social es una profesión.
Pero desde las categorías y concepciones teóricas en
las que me sustento, esta afirmación abre una serie de
INTERROGANTES, que me propongo responder con este trabajo.
¿Cuál
ha sido el proceso de constitución de las profesiones? ¿Qué
diferencia la práctica profesional de otras prácticas
sociales? ¿Qué rasgos están habitualizados hoy
en la práctica profesional cotidiana del Trabajo Social?
¿Qué relación tienen con los significados y
configuraciones de la cuestión social a lo largo
de la historia?
Comenzando por algunas
precisiones acerca de QUE ES UNA PROFESION, si vamos
al significado etimológico nos encontramos con que Profesar
es ejercer una ciencia, oficio, habilidad; enseñar una
facultad o arte; obligarse para siempre en una orden religiosa;
creer, confesar.
Recién
cuando llegamos al término Profesional o Profesionalismo,
se le agrega la idea de lucro.
Nos
encontramos entonces con un concepto que se refiere al hacer
/acción sobre un objeto/problema a partir de que se
conoce, se sabe, se cultiva, se siente, se lo domina. También
está presente en el concepto la idea de creencia /fe y
la de lucro.
El objetotiene
unaexistencia concreta; la formade su expresión
real es significada como un problema, ya que alguien se pregunta por
él y por lo tanto hay alguna respuesta posible. Si así
no lo fuera no estaríamos frente a un problema, sino frente a
un misterio, a una incógnita, etc. ...
En
la medida en que se van formulando estas preguntas y se van
encontrando las respuestas y se formulan nuevas preguntas.... la
demanda social en permanente movimiento...
Según
Estruch y Guell, profesión es aquella
ocupación (no manual) que exige una prologanda preparación
y una competencia en un campo específico, queda sancionada por
un título y es considerada como exclusiva del cuerpo
profesional.
De
esta definición se derivan los siguientes elementos
esenciales: habilidad fundada sobre conocimientos teóricos que
requieren una preparación sistemática y superación
de pruebas de aptitud; respeto por un código de ética
profesional; la constitución de un ente colectivo organizado;
el reconocimiento de la utilidad social del servicio prestado por el
profesional (demanda social)
Preguntándonos
acerca del PORQUE DE LAS PROFESIONES... ¿Qué
hace que una sociedad sostenga un conjunto de sujetos que ejercen,
enseñan, creen y conocen sobre algo? ¿Qué hace
que estos sujetos tengan tal nivel de legitimidad que obtengan una
retribución por ese ejercicio? ¿Qué hace que
para contar con ellos se inviertan recursos en su formación?
Que
exista una demanda social; que aquello sobre lo cual la profesión
sabe, ejerce y actúa sea considerado un problema y que se
considere que es posible una respuesta.
García Salord,
la define demanda social como una representación de
la dinámica económica, política y social.
Una vez configurado un campo de problemas, el incesante ir y venir de
preguntas y respuestas sobre el mismo marcan y configuran esta
demanda.
Cada
sociedad se organiza de un modo particular para producir y
reproducirse; y de acuerdo a las tendencias del desarrollo de la
sociedad en su conjunto se estructura un campo de problemas que
potencialmente requieren de la intervención de un tipo de
especialistas.
Puede
ser que la demanda esté en estado potencial, en tanto que el
problema existe (hay alguienes que se están preguntando por
él) pero puede que:
- no esté configurada la organización institucional para
su tratamiento,
- que no exista la voluntad política de atenderlo o de atenderlo
en determinados términos de definición del problema-
- que el colectivo profesional no reconozca dichos problemas como
potables para la atención profesional.
Esta
posibilidad de estado potencial de la demanda, nos muestra claramente
que no se puede analizar la demanda social como algo que está
o no está; no se puede describir como una situación
estática, sino como un momentodel movimiento de
tensiones, luchas y juego entre los actores sociales y sus
representacionesen el marco de un modo particular de
organización de la sociedad.
Adentrándome en el
análisis del PROCESO DE CONSTITUCIÓN de las prácticas
profesionales, me interesa contextualizar el momento histórico
los rasgos y representaciones que rodearon a las mismas.
Esto nos remite a la
Modernidad, porque es el momento fundante (de las profesiones y de
lo social como problema, como cuestión ) y como toda
fundación, es posteriormente resignificada, incorpora
elementos distintos, hasta opuestos, etc. pero vuelve a aparecer, a
expresarse.
Estruch
y Guell, ubican al surgimiento de las profesiones como uno de los
hechos más importantes que afectan a la sociedad del SIGLO XX.
Puntualizan que los rasgos que caracterizarían al sujeto que
encarna la profesión y al ideal profesional están
relacionados con la noción de servicio e interés por
la comunidad, al juicio profesionalbasado en conocimientos
específicos, a la creencia en la libertad profesional, laautonomía en el trabajo y autocontrol.
¿En qué
contexto se construyeron estos rasgos de identidad, estos mandatos
sociales? Saber, conocimiento, razón, dominio sobre un objeto,
nos remiten a la Modernidad.
En
la sociedad preindustrial, el status más elevado lo
tenían quienes no se dedicaban a ocupaciones con un valor
directo en el mercado para obtener ingresos económicos. El intelectual/profesional de este período es un
individuo que no trabaja para ser pagado sino que es pagado para que
pueda trabajar, lo que da origen a la creencia en el principio del
trabajo profesional como afición más que como medio de
vida y en la superioridad del principio de servicio ( Estruch y
Guell). Esto encaja con la imagen del altruísmo caballeresco contrapuesto al mundo de los negocios y los
intereses materiales.
Uno
de los primeros significados de la palabra profesión coincide
con el de profesar en una orden religiosa, o sea implica una práctica
apoyada en nociones mágicas, en la fe, en las creencias, en
los misterios.
A
partir del Renacimiento, en la medida en que se desarrolla la
producción libre para el mercado, el artista / intelectual no
depende más de las corporaciones ni del mecenas y el interés
se desplaza desde la obra del artista/ intelectual a su persona y a
su poder creativo, se realza el individuo y su capital basado en el
conocimiento y dominio.
La
lógica del mercado y del modo de producción capitalista
modifica las reglas del juego. En el marco de una sociedad
capitalista, industrial, urbana, la racionalización y división
del trabajo genera posibilidades y demandas que progresivamente van
cubriendo los distintos grupos ocupacionales.
En el marco de este proceso histórico, cada grupo ocupacional, dedicado a un
conjunto de problemas particulares, sienten la necesidad de demostrar
que su labor no puede ser ejercida por cualquiera. Surge la necesidad de la distinción.... Surge la necesidad de diferenciarse de otros grupos, de otras prácticas...
¿Cuál es el rasgo más importante que marca la
diferencia?
Ya
no es una cuestión de fe (práctica religiosa); de
creencia (práctica política);
de
voluntad ( voluntariado ). Es una práctica fundada en un saber
sobre algo que permite dominarlo, malearlo, modificarlo. Se
constituye un campo profesional. Se instituyó una
profesión.
A partir de aquí
nos encontramos con sujetos portadores de un capital de conocimientos
que otros no tienen y necesitan... el mercado está para el
intercambio... el individuo y su poder creativo se cotizan en el
mercado... si instala la idea de lucro, pero al lado de la de
servicio e interés por la comunidad.
Esta
tensión lucro/servicio a la comunidad, tendrá un
desarrollo distinto según el saber y el hacer que se porta. Si
está ligado a las necesidades existenciales de otros seres
humanos tendrá un desarrollo conflictivo para quien ejerce la
profesión.
Si
está ligado a la producción, se definirá por el
eje del lucro.
Este proceso común
a todas las profesiones, tienen contenidos particulares cuando nos
adentramos en cada una de ellas.
El
Trabajo Social interviene en el campo de problemas sociales que
se estructuran en el desarrollo del modo de producción
capitalista, y que encuentra su especificidad en la intermediación
entre recursos y satisfactores que se movilizan y ponen en juego en
situaciones particulares y concretas.
Esta
intermediación no es una y única, sino que va
adquiriendo distintas significaciones a medida que se resignifica en
los distintos momentos históricos la cuestión
social.
En el caso del Trabajo
Social, la cuestión social es parte
constitutiva. Por esta razón no podemos historizar nuestra
profesión sin hacerlo de la mano de la historización de
la cuestión social.
Al
respecto, el análisis socio histórico de la Cuestión
Social que hace Rosanvallon en El Estado en Francia, de 1789
a nuestros días y Castel en La Metamorfosis de la
Cuestión Social han sido las fuentes de información
para esta indagación e intento de reconstrucción
histórica del Trabajo Social; y los momentos de análisis
propuestos por Bourdieu, la estructura conceptual que me ha permitido
ordenar la información.
Con respecto a la
posición del grupo intelectual/profesional/ocupacional en
relación a la clase dirigente (o respecto de ella cuando no
pertenece a la clase dominante ni por origen ni por condición),
se puede afirmar la existencia de una relación de
subordinación con respecto a las clases dominantes:
- por abordar e intervenir en la resolución de un problema
generado en modelo de organización dominante.
- modelo sustentado por las clases dirigentes que reconocen los efectos
del modelo pero que son sus gestores.
- son estas clases las que reconocen el peligro desintegrador de las
consecuencias del modelo, por lo que buscan soluciones en el marco
del modelo.
Con respecto a las
relaciones entre los grupos en competencia dentro de la estructura
del campo intelectual, la hipótesis aquí también
se liga a una posición de subordinación:
- en el marco de los involucrados en la cuestión social, el
Trabajo Social se ubica en un lugar de subordinación en tanto
se trata de hacer, de poner el cuerpo, de tocar la
miseria, para poner en marcha las estrategias diseñadas
porotros, también ligados a la cuestión social
pero mucho más cerca de las clases dirigentes. ( Socios,
miembros de las Organizaciones de la Caridad, funcionarios,
intelectuales, burguesía ilustrada.)
Finalmente y desde mi
mayor interés, ¿Cuáles son los rasgos
profesionales habitualizados, presentes hoy en la práctica
profesional del trabajo social, y que tienen origen en momentos
fundantes de la trayectoria de la cuestión social
y de la trayectoria de las profesiones?
Los
rasgos habitualizados que he ido detectando, más
significativos en tanto están presentes hoy tienen que ver con
un aspecto definitorio de nuestra profesión cual es la
relación con el sujeto destinatario de nuestra
intervención;relación que hay que mirarla como
práctica y como discurso.
....La asistencia a la pobreza en la Edad Media, (antecedente de
la modernidad) se delimita en la intersección de dos ejes: la
relación de proximidad que debe existir entre el beneficiario
del socorro y la instancia que lo dispensa( parroquia---parroquiano:
del lugar); y el criterio de ineptitud para el trabajo(ser merecedor
o no ), lo que significa que son objeto
de la ayuda quienes no pueden resolver sus propias necesidades porque
son incapaces de trabajar.
Estos
dos ejes son definidos y valorados de distinto modo en distintos
momentos, pero ambos son siempre considerados en las distintas
estrategias de atención de la pobreza. Por ej. Castel plantea
una evolución en las leyes de pobres inglesas, que en el
curso del siglo XVI, parte de la condena al mendigo, que será
azotado y perseguido, pero se eleva a la ambición de hacerse
cargo del conjunto de sus indigentes, incluso de los válidos.
También en Francia en el mismo siglo, se verifica la
importancia asignada al domicilio: los que son arrestados a
menos de media legua de su domicilio no son considerados mendigos de
profesión, sino miembros de la comunidad y dignos de socorro.
...
en el marco de la Modernidad Liberal... en el siglo XVIII
encontramos dos mundos que se oponen: los partidarios del progreso
y los defensores de privilegios arcaicos. Pero se incorpora un tercer
actor que no encontraba lugar en esta oposición: la masa
que constituía la base de la pirámide social y que
vivían de su trabajo.
¿Cómo
se concebía el trabajo que definía la condición
popular en oposición a las situaciones privilegiadas?
Si
bien se reconocía el valor económico del trabajo (desde
la iglesia del siglo XII), estaba inscrita en un complejo
indisociablemente religioso, moral, social y económico) que
definía la condición popular en su oposición las
situaciones privilegiadas.
El
trabajo era la suerte de los pobres, era necesidad económica
y una obligación moral para quienes no tenían nada: el
antídoto a la ociosidad, el correctivo de los vicios del
pueblo; estaba rodeado de la idea de disciplina, de necesidad de
disciplinamiento.
...El
proceso de industrialización engendró un
monstruo, el pauperismo. ( primera mitad del siglo XIX)
Se
concebía como un fenómeno nuevo, una condición
moderna de la gente del pueblo, ya no relacionada con la
pobreza integrada ni con la primitiva indigencia.
El
pauperismo fue una inmensadecepción, que sancionaba el
fracaso del optimismo liberal a la manera del siglo XVIII.
A
partir de la década de 1820, se desarrrollan numerosas
investigaciones sobre los modos de vida populares, sacudidos o
destruidos por la industrialización, estos conocimientos
constituyeron el núcleo original de las ciencias sociales.
Coexistía
una concienciade
que la miseria nueva era un fenómeno de masas, un efecto de la
industrialización, irreductible a una suma de
debilidades individuales, con laconvicción
y la creencia en tratar esa miseria mediante técnicas que
derivaban de la moral institucionalizada.
Así, el
liberalismo inventó una política social sin
Estado. Distinto a la caridad, porque no estaba Dios en el centro,
estaba el Hombre; pero sí recogía y se apoyaba en
antecedentes de ese modo de hacer las cosas (frente a la crisis surge
lo nuevo de las cenizas de lo viejo).
El
patronato, filantrópico o patronal, no sólo impuso
modos de dependencia personal, también representaba un plan
de gobernabilidad política, que apuntaba a estructurar el
mundo del trabajo a partir de un sistema de obligaciones morales.
Estas
estrategias debían recrear redes de interdependencia entre
superiores y inferiores que suponían la adhesión de
aquellos a quienes se moralizaba, debía por lo tanto perpetuar
la situación de minoridad social de los sometidos.
En
palabras del Barón de Gerando, en 1829, citado por Castel, La pobreza es a la riqueza, lo que la infancia a la edad madura .
De esta afirmación, surge una pregunta ineludible: ¿porqué seríamos las mujeres las llamadas a las tareas
que tienen por destinatarios a los pobres?
Estas estrategias de
moralizaciónconstituían un estilo que operaba
en distintos niveles: la asistencia a los indigentes mediante
técnicas que anticipaban el trabajo social profesional; el
desarrollo de instituciones de ahorro y previsión voluntaria
que generaron los primeros frutos de una sociedad aseguradora
(Mutuales, Seguro Social); la institución del patrocinio
patronal, garante a la vez de la organización racional del
trabajo y de la paz social. ( Seguridad Social ligada a la situación
laboral y a las corporaciones).
La
primera de estas estrategias, tenía como protagonista al
visitador de pobres. Su tarea explícita
(Baron de Gerando, citado por Castel) lo no era dispensar socorro a
los indigentes ya que la distribución de bienes
materiales a los pobres era considerado peligrosa a menos que se
controlara estrictamente el empleo que harían de tales recurso
ya que la caridad ciega mantiene al asistido en su condición y
multiplica el número de menesterosos.
Por el contrario un
plan de socorro comienza por el examen minucioso de las necesidades,
su clasificación (permanentes, provisorias, o debidas a la
mala constitución moral y la imprevisión de los
indigentes), a cada una corresponde su propio remedio.
Especialmente
había que condicionar el otorgamiento del socorro a la buena
conducta de beneficiario.
En
síntesis, evaluación de necesidades, control del
empleo del socorro, intercambio personalizado con el cliente.
¿Qué estaba
implícito en esta tarea? ¿ Qué vínculo
se generaba?
El
servicio acordado debía ser una herramienta de rehabilitación
moral; instituir una relación permanente entre los
protagonistas del intercambio. La relaciónde ayuda,
desigual,ubicaba al benefactor como modelo de
socialización. El vínculo moral era un lazo social: se
suprimía la indignidad del miserable, y se lo volvía a
incluir en el universo de los valores comunes.
Sólo
había malos pobres porque había malos ricos. Se llama a
los ricos a una tutela libre, a elección, pero real y
activa. La virtud de los ricos debía actuar como un
aglutinante social que reafiliara a estos nuevos bárbaros, que
eran los indigentes de los tiempos modernos, desmoralizados por sus
condiciones de existencia.
En
síntesis: apostar a los sentimientos, esperar la gratitud a
cambio de las buenas obras, disolver la diferencia de roles y los
conflictos de interés en una dependencia personalizada.
Cien
años después, nos encontramos con el siguiente discurso
de apertura del ciclo lectivo, en 1930, en la Escuela de
Servicio Social Maidagán de Ugarte en Chile, el
objetivo es formar visitadoras sociales que cuiden no sólo el
aspecto material de los asistidos sino también sus almas... se
concibe al trabajo social como una vocación, más que
una simple profesión, para lo cual son tan necesarios los
aspectos técnicos como el amor que se da...; se apunta a
formar visitadoras que donde vayan lleven paz, alegría, den
seguridad y confianza, inclinando su corazón hacia todos los
que necesiten ser ayudados y reclamen una mano que los guíe;...
ellas han de ser las más alegres, las más amplias y
comprensivas, las más amables y las más inteligentes de
todas las mujeres que se dedican al trabajo; han de ser sanas de alma
y cuerpo puesto que deben comunicar esta salud y esta fuerza a
quienes nunca la tuvieron o a los que están privados de ellas
por las vicisitudes de la vida" (Citado en Manrique
Castro, 1982)
Pero esta estrategia no
era suficiente ante la magnitud de los problemas planteados por el
pauperismo.... se desarrollan las otras dos estrategias nombradas.
Ahora
bien, todas ellas, si bien en el marco de la modernidad, de los
valores de la libertad, del individuo, de la razón, del
progreso, etc. se esforzaban en sostener un modelo de relación
tutelar evocativo de lo que Marx y Engels llamaban el mundo
encantado de las relaciones feudales
La
tutela y el patronazgo ... la palabra patrón se aplicaba a los
jefes que aseguraran a sus subordinados paz y seguridad. Cuando este
papel ya no se cumple, el patrón cae en la categoría de
amo.
Rosanvallon, en su obra
citada, confirma un determinado modo de construírse y
concebirse la idea de igualdad y derechos de un grupo
particular: los pobres.
Durante
dos siglos se construye la idea de derecho a la asistencia ante una
situación particular. En efecto, el derecho a la asistencia se
concreta ante la comprobación de acreencia que por ser tal,
alguien tienen que analizar, caracterizar, clasificar y a partir de
allí dictaminar y otorgar. No es un derecho universal, no es
un derecho que me iguala a otros, si no que me diferencia de otros.
Si ubicamos esta
construcción social en el marco de un ideario que da estatuto
de individuo (sujeto de la Modernidad) a aquel que es autónomo
y libre, dueño de sus actos y del fruto de su trabajo; y esto
es justamente lo que no se verifica en las situaciones particulares
que dan origen al derecho a la asistencia que gozan los pobres.
Entonces, este lugar -el de pobre- ha estado marcado por el fracaso
y por la carencia, por la no realización del individuo desde
esta concepción de sujeto propio de la modernidad.
Estas representaciones
tienen un impacto directo en la identidad que construye aquel que
trabaja con los pobres. La imagen que se recoge de aquel con el que
se trabaja devuelve una imagen de sí mismo: el trabajo social
y su propia imagen de profesión pobre, inválida,
carente, que tiene que acreditar para estar, que no tiene un rango
de igualdad con otras disciplinas.
Por
otra parte, el pobre ha estado ubicado - a la hora de hacerse
acreedor de un derecho- en una relación que requiere que otro
mire, evalúe y decida acerca de la ayuda, apoyo, derecho que
se merece, o sea en una relación intrínsecamente
asimétrica.
Aquí
me parece importante ubicar el tema del clientelismo, como una relación particular entre quien
se hace acreedor del derecho de asistencia y el que evalúa y
decide acerca de ese derecho. Este carácter del vínculo
que, por supuesto no es exclusivo del Trabajo Social, también
está presente en nosotros y coexiste con el discurso del
protagonismo.
La
génesis del lazo clientelar es un lazo de amor que se
transforma en lazo de dominación y este lazo de amor y amistad
es perpetuado como un imaginario
(Auyero, 1996).
Después
de este recorrido, a modo de cierre, me parecen significativas
algunas afirmaciones y nuevos interrogantes.
En la relación
descripta, ambos actores (trabajadores sociales, usuarios) incorporan
una historia, un juego, una estrategia.
...Sobre
estas prácticas, significados, símbolos e imaginarios
se constituyó nuestro trabajo social...
...Claro
que después hubo otros momentos, con otras prácticas,
significados, símbolos e imaginarios ... Estuvo y está
este siglo XX , estuvieron los 70 y lo 80... ..
Pero
... ¿Esta novela es pasado archivado? ¿No la vemos
presentizada en muchos aspectos de nuestra relación con el
sistema cliente, marginales, marginados, dominados, explotados,
usuarios, excluídos?
En este cierre, rescato
las palabras de Nora Aquín acerca de que posicionarnos como
intervención fundada implica, además de
hacer y saber lo que hacemos, saber lo que pensamos. Y yo le
agregaría que también saber porqué
pensamos lo que pensamos.
Porque
es condición para la autonomía, y ésta es
necesaria para posicionarnos como disciplina científica, como
profesión y como sujetos políticos.
Posicionamiento
que se juega:
...ante
acontecimientos con mayor o menor presencia pública... como
colectivo profesional sentando posiciones frente a situaciones que nos afectan como sociedad .... ...en el ejercicio cotidiano de nuestro trabajo, en los micro espacios donde sí diseñamos
nuestras estrategias de intervención profesional( teóricas,
metodológicas y políticas)
Finalmente, después
de este rápido recorrido, se me abren algunas preguntas...
¿
Porqué nos resulta difícil construir Teoría
sobre la Intervención ?
Constatamos que hemos avanzado en la lectura sobre el objeto, sobre los sujetos,
en la revalorizar la investigación, pero a la hora de
profundizar en la intervención, en los procesos
mediadores encontramos dificultades...
¿
Subyace algo allí que entra en tensión profunda con
nuestros discursos?
¿
Está implícito algo que no queremos ver?
¿
Profundizar en esto nos implicaría una tensión mayor
con el grupo de poder con el que siempre estamos en relación?
¿ La posición de dependencia de un otro
que define y diseña las estrategias, es condición para
no pensar/ pensarnos?
Aquí
vuelvo al tema de la autonomía... que permite pensar y diseñar
nuestras propias estrategias en el marco del espacio de tensiones y
lucha que es la vida.
Para
cerrar y reabrir... Sí, sí, por más
lastimado y jodido que uno esté, siempre puede uno encontrar
contemporáneos en cualquier lugar del tiempo y compatriotas en
cualquier lugar del mundo. Y cada vez que eso ocurre, y mientras eso
dura, uno tiene la suerte de sentir que es algo menos que la
infinita soledad del universo: algo más que una ridícula
mota de polvo, algo más que un fugaz momentito.
Eduardo Galeano.