La última etapa de este milenio trae aparejado múltiples, complejos y profundos debates, que generan hoy un estado de incertidumbre y replanteos en las bases mismas del pensamiento científico y epistemológico.

La tan mentada globalización, presente en ámbitos diversos de la organización mundial (económicos, informáticos, comunicacionales, etc), tambien empapa el espacio de la Salud desde conceptos aparentemente consolidados, que marcarían tendencias y procesos.

Las reformas presentes en el Sector Salud de muchos países, no pueden dejar de incluir desde el discurso y desde la mención de sus principios fundamentales, conceptos claves como ser la consolidación de una visión integral ( llamado tambien desde otras corrientes abordaje holístico ). En este proceso se intenta integrar la pluricausalidad de los fenómenos, la interrelación compleja de las condiciones laborales, políticas, económicas, ambientales, etc. de una comunidad.

Es así que parece recobrar importancia el énfasis en la prevención y en la Estrategia de Atención Primaria de la Salud basada en diagnósticos comunitarios (locales), generado desde múltiples visiones disciplinarias, que revelen las características propias del lugar a trabajar, es así como tambien se revaloriza la articulación intersectorial como armado de red social de contención, y a través de este proceso se fortalece la idea de gobierno local.

Acompañando este proceso y directamente articulado con él, con énfasis en Costa Rica, desde la Cumbre de la Tierra-Eco '92-Brasil, la idea de progreso, cuestionada y ¨malherida¨es reemplazada por el concepto rector de Desarrollo Sostenible, que refuerza el enfoque holístico, tomando la unidad hombre-ambiente como básica e inseparable. De esta manera, infraestructura de servicios, condiciones de vivienda, el grado de vulnerabilidad de algunos sectores ante desastres naturales, estado y uso del agua y del suelo, etc. estará estrechamente ligado a los procesos de salud-enfermedad de las comunidades.

Pero la globalización trae aparejadas paradojas que actualmente pugnan por intentar encontrar puntos de integración o bien por la superación de la otra posición. Es así como este concepto de integralidad encuentra un fuerte ¨freno¨en un poder, sí globalizado, el mercado y la cultura del consumo.

En salud el desarrollo vertiginoso de la tecnología y la farmacología ocupa en muchos países los mayores gastos de los presupuestos destinados a este área y no es difícil advertir que la formación del recurso humano (médico básicamente), se encuentra muchas veces, dependiente y apoyado en esos recursos, frecuentemente mercantilizado. El mercado, sobre-estimulado, cuestiona a fondo, en algunos lugares, el concepto de la salud como derecho básico del hombre, para transformarlo en un engranaje mas dentro del juego de la oferta y la demanda.

Pero la actualidad también presenta otros elementos paradójicos. El debilitamiento de los paradigmas de análisis clásicos, y el cuestionamiento a la razón como base epistemológica desde el quiebre del iluminismo, ha dado lugar a la aparición de elementos explicativos basados en el resurgimiento de lo individual, lo que algunos autores han dado en llamar el ¨estallido de lo social¨ -1-, el post-modernismo y su expresión mas consolidada en la fragmentación de la totalidad.

En este complejo mosaico en formación aún, los responsables de planificar y ejecutar políticas de salud, tendrán la ardua tarea de conjugar los componentes para obtener estructuras dinámicas y capaces de dar las respuestas necesarias, echar a andar procesos que permitan el cumplimiento de metas establecidas, en función de la obtención de resultados que necesariamente deberán estar guiados por las necesidades de salud, posibilidad de acceso justo e igualitario, y el bienestar general de la población.

-1- CASTEL, R.: De la integración social al estallido de lo social. En Revista Internacional de Acción Comunitaria 20-60. París. 1988.