n Entregó los Premios de Investigación
Científica 1998
La Jornada, México, 30 de setiembre de 1999
El conflicto universitario
es político, y como tal debe resolverse: Zedillo
n Quienes piden aplicar la ley no admiten
que está implícita la represión
Rosa Elvira Vargas y Juan
Antonio Zúñiga n El conflicto de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM) es político, y como tal debe resolverse, pues en una
sociedad democrática, plural y tolerante, la ley no puede aplicarse --como
sugieren algunos--de manera ciega ni con criterios autoritarios como los que se
utilizaron en el pasado, afirmó el presidente Ernesto Zedillo. Al abordar la
conflictiva etapa que atraviesa la institución, indicó que "todos deben ser
capaces de ceder'' y flexibilizar sus posturas. Las posibles salidas, añadió, no
pueden significar que la máxima casa de estudios vuelva a quedar exactamente
como antes de que estallara el paro estudiantil.
Desde una posición totalmente
constrastante con la expresada en agosto, cuando él mismo sugirió que podría
recurrirse al uso de "medios legítimos del Estado'' para poner fin a la
"intransigencia de los huelguistas'', el jefe del Ejecutivo fustigó ayer a
quienes sugieren que con la sola aplicación de la ley se resolvería el problema,
pues "no reconocen que implícitamente están abogando por una salida que
incluiría la represión''.
Quienes así piensan, "deben
reconocer que el uso de la fuerza en realidad agravaría el problema, haciendo
mucho más difícil su resolución", enfatizó entonces. Enseguida, rechazó el uso
autoritario de la ley, "especialmente cuando se trata de resolver conflictos de
orden político''. Lo que el gobierno quiere, precisó, es que el problema se
resuelva "y que de esta circunstancia tan difícil surja una universidad
fortalecida''.
Ahí mismo apeló a la tolerancia
y a la disposición al acuerdo como vía para una salida, siempre bajo la premisa
de que "la solución a este conflicto no puede darse desde afuera de la propia
universidad''.
Zedillo se mostró también
estimulado por las recientes acciones que se han delineado a partir de los
órganos constituidos de la UNAM para abrir el diálogo y llegar a acuerdos, y
consideró importante también que algunos jóvenes que han defendido y luchado
--"quiero suponer con buena fe''--por ideales en los que creen, "estén buscando
recientemente abrir posibilidades de diálogo constructivo''.
Debe confiarse en que de esa
manera --apuntó-- se logren reanudar las actividades normales de la UNAM, en
condiciones que además permitan a los universitarios decidir por sí mismos, y en
el marco de la ley que los rige, "con métodos verdaderamente democráticos y sin
injerencia de intereses y grupos ajenos, los caminos para la transformación'' de
la máxima casa de estudios.
Para ello, precisó enseguida,
será necesario encontrar los mecanismos que permitan tomar en cuenta las
opiniones de todos los universitarios'' y no sólo de unos cuantos''. Es toda la
colectividad la que debe decidir qué institución desea para el siglo XXI,
señaló.
Debe ser, convino enseguida,
una universidad que siga abriendo oportunidades ciertas de progreso para sus
estudiantes, profesores e investigadores; que esté a la altura de los retos que
enfrenta el desarrollo nacional y que siga generando investigación de la más
alta calidad.
La amplia intervención
presidencial sobre el tema de la UNAM se produjo en el contexto de la ceremonia
de entrega de los Premios de Investigación Científica 1998, que se conceden a
estudiosos de menos de 40 años, cuatro de cuyos siete ganadores son egresados de
la máxima casa de estudios. Ese hecho dio pie al mandatario para resaltar lo
paradójico de que en un año especialmente difícil para la institución, miembros
de su comunidad reciban una serie de distinciones a escala nacional.
Zedillo señaló entonces que uno
de los efectos más tristes y lamentables del conflicto en la UNAM es el daño que
se provoca al desarrollo de la investigación científica y tecnológica en
diversos campos del conocimiento. Con la suspensión de las labores, dijo, se
obstaculiza y retrasa la formación de los recursos humanos de alto nivel que
requiere la investigación.
El pueblo de México, "y yo por
supuesto'', agregó, "esperamos que los universitarios encuentren, a la mayor
brevedad posible, una solución a este conflicto que todos sabemos que ya se ha
prolongado por demasiado tiempo en perjuicio de la educación superior
nacional'', y que amenaza con causar daños irreparables en una institución que
es y será siempre del pueblo y motivo de su orgullo.
Luego de insistir en que la
salida al paro universitario debe darse en el seno de la institución, y que
desde fuera sólo debe llegar ayuda, para la cual el gobierno de la República ha
procurado ser coadyuvante allanando obstáculos al diálogo y al acuerdo, el Jefe
del Ejecutivo subrayó entonces que esa labor, "la hemos hecho con prudencia y
sin protagonismos''.
Entonces, dijo que mantiene la
convicción, "afianzada con el paso del tiempo'', de que la única solución
posible "es la solución política'', y más adelante llamó a las "posiciones
intransigentes'' con las que se ha abanderado el movimiento que tiene paralizada
a la institución, a flexibilizarse, pero al mismo tiempo advirtió que "debe
comprenderse que las soluciones posibles no pueden significar que la máxima casa
de estudios vuelva automáticamente a quedar exactamente como antes de que
estallara el conflicto''.
En la parte introductoria de su
mensaje, el Presidente había destacado en otro orden de ideas, que para este año
el gasto federal en ciencia y tecnología ascenderá a 21 mil 73 millones de
pesos, monto 27 por ciento superior en términos reales al registrado en 1994.
Además, dijo que mediante el Sistema Nacional de Investigadores, en 1999 se
apoyan las tareas de más de 7 mil científicos y que el Programa de Repatriación
y Cátedras del Conacyt ha logrado traer al país 290 investigadores y se han
otorgado 305 cátedras patrimoniales. De igual modo, informó que se están
destinando 9 mil 558 millones de pesos al apoyo de 25 mil 700 proyectos de
investigación científica y desarrollo tecnológico.
Zedillo ponderó también la
aprobación de la nueva ley de Investigación Científica y Tecnológica, y ofreció
que su contenido no quedará sólo en buenos deseos. Anunció que se creará un
gabinete especializado en ciencia y tecnología, cuya primera reunión será a más
tardar en noviembre.
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