* Rechaza el anuncio de disidentes
para formar un organismo paralelo
La Jornada, México, 27 de enero de 2000
Somos los únicos interlocutores ante rectoría: CGH
* Invita a todos los estudiantes
para que asistan hoy a sus escuelas a debatir la solución al paro
Roberto Garduño, Karina Avilés y Gustavo Castillo
* No existe otro interlocutor de las
autoridades universitarias más que el CGH. En respuesta al anuncio de un grupo
de estudiantes disidentes en el sentido de formar una organización paralela, la
postura de los paristas fue el rechazo total.
Carlos Serrato, vocero del movimiento estudiantil, invitó a
todos los estudiantes a que este jueves acudan a sus escuelas y participen en
las asambleas para debatir la solución al conflicto.
La postura del consejo estudiantil en torno a los sucesos de
ayer fue de rechazo, porque sólo ''se permitirá la realización de asambleas
dentro de las escuelas y facultades hasta que el CGH sea quien convoque a
ellas''.
Serrato aceptó que todo estudiante que desee ingresar hoy a su
plantel podrá hacerlo ''para cerrarle el paso al acarreo y a otras cosas
que son perjudiciales, porque ello generaría una situación en la que el
conflicto en lugar de solucionarse únicamente se postergaría, quedaría latente y
en cualquier momento resurgiría''.
Por otra parte, el CGH dio a conocer la versión de las
escaramuzas que se suscitaron ayer en el campus universitario y en las escuelas
periféricas:
"10:45, se presenta un grupo de porros encabezado por
Luis Javier Guerrero Guerra (el lanzapetardos) en la entrada principal. Al menos
dos de estos sujetos traían armas de fuego. Los acompañaba José Manuel
Covarrubias (funcionario universitario). De inmediato comenzaron a insultar para
luego pretender romper las vallas. Simultáneamente nuestros compañeros de
Derecho dialogaban con otros estudiantes explicando la situación actual del
movimiento, llegando a acuerdos para la realización de un foro de discusión. A
unos 20 metros, vehículos de judiciales merodeaban en los alrededores...
''A las 10:30 de la mañana, afuera del edificio B de la Facultad
de Química se concentraron cerca de 250 personas, entre personal de confianza,
investigadores, profesores y estudiantes. Estaban presentes algunas autoridades
de la facultad y aprovechando la presencia de universitarios los incitaban a
realizar una asamblea para retomar las instalaciones, promoviendo el
enfrentamiento. El comité de huelga los persuadió de que así no se iba a
resolver nada y sólo se caía en el juego de Gobernación de promover el
enfrentamiento entre universitarios...
''Condenamos al rector y a quien le ordenó
Zedillo-Labastida convocar a los universitarios a retomar las
instalaciones, en un claro acto de provocación que a todas luces desembocaría en
una confrontación directa entre universitarios, que si no pasó a mayores fue
gracias a la prudencia con que se condujo el Consejo General de Huelga. A ellos
los responsabilizamos de cualquier confrontación.
''Este dispositivo fue orquestado desde Gobernación, en un claro
pacto con estudiantes miembros del PRD para realizar asambleas simultáneas para
levantar la huelga'', concluye.
* Unos 4 mil moderados
respondieron a la convocatoria y llegaron a CU
Antiparistas y cegehacheros celebrarán asambleas
abiertas
* Tras varios momentos críticos de
insultos y forcejeos, acordaron empezar hoy los debates
Roberto Garduño, Karina Avilés, Georgina Saldierna y José
Antonio Román * Las acusaciones y
advertencias entre estudiantes de la UNAM arrinconaron en un callejón sin salida
los exhortos a la conciliación y el entendimiento para acabar con el conflicto
más oneroso en la máxima casa de estudios. En los accesos a Ciudad Universitaria
se dibujó un escenario que nadie deseaba: colocar frente a frente a los
integrantes del Consejo General de Huelga (CGH) y antiparistas. Pero fueron los
mismos alumnos quienes desactivaron aquellos indicios de confrontación.
Separados por montones de tierra, cascajo y alambradas, los
estudiantes de ambas tendencias se enfrascaron en un interminable intercambio de
agravios que llegaron a los empujones, descalabrados e incursiones a las
facultades de Química y Medicina.
Aquel maremágnum respondió a una convocatoria que se convirtió
en el centro de la polémica, elaborada el domingo pasado por estudiantes de los
moderados para que la comunidad universitaria que permanece sin
intervenir en el conflicto se presentara en sus planteles a discutir el futuro
de la huelga.
Desde ese día, el CGH rechazó ese llamado pues, adujo, fue
elaborado por la Secretaría de Gobernación, y por esa razón no permitiría el
ingreso al campus universitario, pues sólo las asambleas de cada escuela
tienen el mandato para citar a sus plenos.
Febril movilización de paristas
Fuera de esos pronunciamientos, ayer ocurrió un hecho sin
precedentes en nueve meses de huelga. Desde las 10 horas, en los accesos de
Insurgentes, avenida Universidad y Cerro del Agua, cientos de alumnos --4 mil
según los moderados de la red-- se dirigieron allí desde sus domicilios,
de las sedes de las clases extramuros, de sus trabajos y hospitales donde
realizan el servicio social. Mientras se concentraban en esos lugares, al
interior de la UNAM se vivió un clima de tensión y febril movilización de mil
500 huelguistas. Colocaban en las barricadas cuanto material hallaban a su paso.
Reforzaban las alambradas. Hacían vallas humanas. ''¡No pasarán!, ¡No nos
moverán!'', entonaban a coro.
Antes de las 11 horas, por el Paseo de las Facultades --al lado
de la colonia Copilco-- un grupo de alumnos de la Facultad de Química saltó la
barda, otros pasaban por un orificio en la puerta que comunica con Odontología.
En cuestión de minutos estos alumnos se reagruparon y corrieron hacia su
plantel: ''ya entramos y no nos sacarán'', gritaban, mientras cruzaban la
explanada de la Facultad de Medicina.
En medio de la excitación llegaron hasta Química, ahí demandaron
a sus compañeros huelguistas --que no sobrepasaban la docena-- que les abrieran
la puerta, pero no accedieron. Los gritos y las amenazas comenzaron. La mayoría
de los antiparistas obligó a los del CGH a abrir el portón. Y comenzó una
asamblea de los que demandan la reapertura de la máxima casa de estudios y los
que mantienen la huelga, pero no encontraron una salida.
Aquella incursión se conoció en cuestión de minutos. Grupos de
huelguistas que resguardaban las principales entradas a la universidad se
movilizaron hacia Química; también aquello se dio a conocer en la facultad:
''compañeros, ya vienen los del CGH, y nos van a sacar a madrazos''. Los
antiparistas se reagruparon y corrieron de nuevo hacia el Paseo de las
Facultades. Al llegar a la barda que divide a la colonia Copilco con el
campus, formaron una hilera y caminaron hacia el acceso de avenida
Universidad, donde lograron salir.
Todo quedó en descalificaciones
Para entonces, en ese lugar la concentración de estudiantes
antiparistas de las facultades de Derecho, Economía, Odontología y Filosofía
había crecido y en cualquier momento, se temía, podían ingresar a Ciudad
Universitaria. Pero del otro lado, sólo divididos por la barricada, los
huelguistas enfrentaban el tumulto... afortunadamente no se dio un paso al
frente... sólo descalificaciones:
--¡Aquí no hay más que una, o ellos o nosotros! --gritó un
antiparista.
--Yo estoy en contra de ustedes que quieren entrar a
huevo, ¡y así no van a pasar! --replicó un huelguista.
--Si pasa algo, nosotros te responsabilizamos --adujo el
antiparista.
--¿De qué nos responsabilizan...?; nosotros también queremos la
universidad abierta, pero con dignidad--respondió el mismo huelguista.
Ahí se dio el primer signo de la conciliación que parecía
lejana. Los integrantes del CGH acordaron dejar pasar a una comisión de los
antiparistas para discutir y llegar a un acuerdo. Los estudiantes que antes se
acusaban, minutos después estudiaban una solución, que a pesar de las
diferencias y percepciones sobre lo que sucede en la UNAM sobrevino con un
compromiso para reunirse en sus asambleas abiertas mañana, debatir el futuro de
la huelga. Ese fue el primer punto crítico que se desactivó.
Pero en Cerro del Agua, el otro acceso que da a las facultades
de Medicina, Química y Veterinaria, ocurrió la mayor tensión. Cientos de alumnos
--ellos calculaban en 2 mil la asistencia-- se congregaron en demanda de la
apertura de sus escuelas y de participar en sus asambleas.
Vestidos con batas blancas, la mayoría se acercó a la puerta y
ahí comenzó la batahola. Empujones, pedradas que descalabraron a dos estudiantes
y los reclamos: ''Queremos entrar, la universidad también es de nosotros'',
insistía una joven. ''No van a entrar, porque no los convocó la asamblea en
huelga'', era la respuesta de otra alumna.
Entre el tumulto, José Narro Robles exigía calma, demandaba a
los dos bandos que se condujeran con serenidad y mediante el diálogo. Pero los
ánimos se caldeaban. La presencia de Alejandro Cravioto y Luis Alberto Zarco,
directores de las facultades de Medicina y Veterinaria, era rechazada por los
huelguistas, pero también aplaudida por los antiparistas. Los prospectos de
médicos y veterinarios permanecieron allí hasta entrada la tarde. Finalmente se
acordó de palabra que la asamblea de mañana en ambas escuelas será
abierta.
En el otro extremo de la universidad, sobre la avenida
Insurgentes, los sucesos se repetían. Entre colonos, integrantes de
organizaciones sociales, padres de familia, los alumnos en huelga bloquearon la
entrada. No permitieron el paso a nadie más que sus compañeros. A los medios de
comunicación que siguen día a día las acciones del CGH también les fue impedido
el acceso. ''¿Fue acuerdo de asamblea?'', se les cuestionó, pero respondían sin
cesar: ''nadie pasa, nadie, no fue acuerdo de asamblea, pero nadie
pasa...''.
Hora de catarsis
También, los huelguistas y antiparistas de las facultades de
Ingeniería, Arquitectura, Química y Psicología se reconocieron, discutieron y
acordaron que mañana regresarán a sus asambleas a puerta abierta, para decidir
sobre el conflicto. Pero a escasos metros de ahí el debate seguía, con posturas
radicales:
--¡Queremos entrar! Nadie quiere que entre la fuerza pública!
--advirtió otro antiparista.
--Compañeros, si sale uno solo herido vamos a dar motivos para
que entre la policía, ya vieron lo que pasó en el CUEC --contestó otro alumno
del CGH.
--¡Nosotros queremos entrar a las asambleas!, pero si es
preciso, también queremos que Zedillo meta manos --replicó otro
antiparista.
--No, no, no, no, compañeros. No podemos demandar la violencia
del gobierno, discutamos y acordemos --intervino una muchacha
antiparista.
Higinio Muñoz, integrante del CEM, permanecía lívido, demacrado
y con signos de preocupación. Más tarde comentó que mañana se realizará una
asamblea abierta a la comunidad de la Facultad de Ciencias.
Aquello que pasó fue la catarsis, el desborde de nueve meses de
huelga que ha cambiado la vida de esos jóvenes. Pero también, a ese clima se
sumaron rumores incesantes: que la ENEP-Iztacala, la ENEP-Acatlán y el
CCH-Azcapotzalco habían decidido entregar las instalaciones a las
autoridades.
A ese panorama se sumó el ir y venir de los huelguistas
coordinados por el Llanero solitito, Enrique Cisneros, quien ordenaba a
los jóvenes que resguardaban los accesos, pues en la entrada a la Facultad de
Economía, por el Paseo de las Facultades, estudiantes antiparistas de Derecho
derribaron la puerta metálica, pero cuando intentaban ingresar al campus,
un grupo de huelguistas la bloquearon con un automóvil Volkswagen de
Auxilio-UNAM, que fue volteado para hacer de su toldo la barricada.
De aquello, que presagiaba una confrontación entre
universitarios, resultó entre forcejeos y reclamos un acuerdo para reencontrarse
mañana en sus asambleas abiertas, y decidir qué hacer con el futuro de la
Universidad Nacional.
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