¤Tomarían
rectoría
La Jornada, México, 16 de febrero de 2000
Emplaza el CGH a las autoridades para reiniciar el
diálogo
Roberto Garduño ¤ El Consejo General de Huelga (CGH) determinó emplazar a las autoridades
universitarias a reiniciar el diálogo para discutir los seis puntos de su pliego
petitorio. Asimismo, también resolvió impulsar el paro nacional educativo
convocado para mañana.
Reunido en el auditorio de la Facultad de Ciencias, el CGH -20
comités de 40 que conforman el movimiento estudiantil- advirtió que en caso de
no ser respondida su demanda para recomenzar el diálogo tomará de nuevo
la torre de rectoría.
Alrededor de 150 integrantes del consejo estudiantil sesionaron
en la Facultad de Ciencias y acordaron realizar un mitin en el Consejo Tutelar,
con el fin de lograr la liberación de dos menores acusados del robo de una
computadora perteneciente al patrimonio universitario.
Por cierto, durante la reunión corrió el rumor de que se
iniciaría una denuncia tumultuaria contra los alumnos participantes en esa
sesión y que no abandonaran el foro antes de las 21 horas.
Al término de la misma, unos 40 estudiantes decidieron que el
viernes próximo realizarán una asamblea plenaria en el auditorio de esa facultad
a las 10 horas.
¤ Se obligó a huelguistas a firmar
compromiso para desocupar el plantel
Efímero, el paro en Ciencias; revés al CGH
Roberto Garduño ¤
La huelga en la Facultad de Ciencias duró apenas unas horas. El rechazo al
resultado de la asamblea del CGH, efectuada la víspera y en la que se votó por
el cierre del plantel, fue creciendo entre los alumnos de licenciatura y de
posgrado, investigadores, personal administrativo y el director Luis Fernando
Magaña, quienes se presentaron desde las siete de la mañana en la escuela sin
atender el anuncio de los paristas.
Desde el reinicio de las clases en Ciudad Universitaria, la
Facultad de Ciencias pasó a ser punta de lanza de la recomposición del
consejo estudiantil. Anteayer se realizó la asamblea que condujo a los
huelguistas a cerrar de nuevo la escuela. También, el mismo lunes el CGH decidió
convocar a una asamblea plenaria en la que participarían sus comités de
huelga... pero el saldo fue distinto al de otras jornadas: el movimiento que
paró durante más de nueve meses la máxima casa de estudios fue obligado a firmar
un compromiso para abandonar ayer mismo el plantel, una vez concluido su
acto.
El escenario para reagrupar al movimiento estudiantil estaba
listo, pero el llamado de las autoridades convocó a cientos de estudiantes, a
sus mentores, investigadores y directivos que se oponen a la huelga. Antes de la
ocho de la mañana ese grupo se colocó al frente de los accesos de la facultad y
presionó hasta que los huelguistas abrieron las puertas.
Los que se adentraban en la escuela superaban en número a los
estudiantes del CGH. En la zona conocida como el lagartijero comenzó una
desordenada asamblea entre huelguistas y no huelguistas. Los ánimos oscilaban
entre el enojo, la molestía y el reproche. Un grupo de maestras de la carrera de
biología reclamaban a los alumnos y maestros que decidieron reiniciar su huelga:
"Nosotros desconocemos su asamblea porque es ilegítima, ¡no es válida!".
Acusaciones al director
Entre incipientes propuestas de conciliación surgió la idea de
realizar un referendo en la comunidad para definir si la huelga se mantenía o
no. Incluso, mientras decenas de antihuelguistas se dispersaban en los edificios
del plantel para romper las cadenas que impedían la apertura de los cubículos,
aulas, laboratorios y oficinas, el director, Luis Fernando Magaña, ocupó su
oficina, y desde ahí, rodeado de personal afín y profesores que le apoyaban,
demandó conciliación y respeto a los integrantes de la comunidad que deseaban
trabajar y tomar clases.
Aquello propició que un reducido grupo de huelguistas lo
impugnaran: "Tú formas parte de la elite de la universidad, tú no sabes nada de
lo que sienten los presos, tú estás rompiendo la huelga...". Magaña respondió
que la UNAM no puede consentir que haya estudiantes prisioneros por la libre
expresión de sus ideas. Pero la respuesta de los alumnos que le gritaban fue
fulminante: "¡Eres un fascista, reaccionario, salte de la facultad con todo y
tus incondicionales!" El físico dio media vuelta e ingresó a su despacho.
Al
paso del tiempo lo único que prosperaba eran dos posiciones divergentes: la
realización de un plebiscito -así le llamaron al principio- y la organización de
las asambleas. Los antiparistas abogaban por lo primero y los integrantes del
CGH por lo segundo. Al final se estableció que unos se manifestaran en referendo
y otros en su asamblea.
Mientras, continuaba la reapertura de aulas, oficinas y
laboratorios. De esa forma actuaban los inconformes con el cierre de la
facultad. Y les dio resultado, pues los huelguistas, en inferioridad numérica,
nada hacían por impedir aquello. Pero además, otra vez, los medios de
información fueron echados del plantel. Ahora la reportera de Televisa Paola
Figueroa aguantó el embate de los huelguistas, pero éstos la sacaron del
inmueble en vilo.
En el lagartijero se multiplicaban los reproches y las
discusiones en corto. Pero la mayoría de los llamados antiparistas mantenían la
presión: "¡Que se abra! ¡Que se abra! ¡Que se abra! Entonces la apertura era un
hecho. La oficina editorial, que otrora funcionó como eje de las actividades de
prensa y propaganda del CGH, fue retomada por los empleados de la
facultad. Cuando esto sucedía, los antihuelguistas encontraron a dos jóvenes
escondidos y los echaron.
El debate al aire libre continuaba. Una maestra que pretendía
dar clases se enfrascó en discusión con un alumno que resguardaba la
escuela:
-Ustedes han utilizado la fuerza, ustedes han sido excluyentes,
ustedes son los 238 que votaron cuando en la facultad somos cuatro mil -dijo la
maestra.
-Ustedes organicen su plebiscito y nosotros nuestras
asambleas... y ya después sumamos -le devolvió el alumno.
-¿A qué le tienen miedo?, ¿a qué? ¿A pasar por el escrutinio de
la mayoría? -preguntó la profesora.
-No, no, no es eso... ¡no!
-A ustedes los utilizó el gobierno a su antojo, ustedes son unos
manipulados -acusó al parista.
-¡Ustedes nos quieren imponer... nosotros no vamos a abrir
-refutó el joven.
En ese momento, el profesor Javier Fernández, señalado por sus
compañeros, junto a Guadalupe Carrasco, como los responsables de lo que sucedía,
declaró con su habitual prestancia: "En la medida en que se generalice el
movimiento en la facultad se generalizará en las demás escuelas. La clave está
en que se esto se generalice, si no es así va a ser difícil".
El director de la facultad también responsabilizó de todo
aquello a dos profesores: "Javier Fernández y Guadalupe Carrasco han estado
incrustados en la universidad por muchos años, en especial en la Facultad de
Ciencias, y toda la comunidad, aun la del subsistema de investigación, está
harta de ellos, definitivamente han hecho mucho daño".
Mientras, en la dirección de la facultad una profesora avisó a
un grupo de académicos que estaban por llegar tres camiones de huelguistas de
los CCH Oriente y Naucalpan para ocupar el auditorio de la escuela, donde
pretendían sesionar. De pronto, los maestros se organizaron y en su mayoría las
mujeres formaron un cordón frente al acceso del foro para no dejar pasar a
nadie.
Y también allí se dio la disputa. Una profesora se impuso a un
alumno que intentó trasponer la valla: "No van a entrar", advirtió. "Sí voy a
pasar porque soy universitario y este auditorio es mío", replicó el joven. "No,
ustedes no van a pasar, porque están manipulados por grupos anarquistas.
¡Ustedes impusieron como norma la violencia en la UNAM, y ya no lo vamos a
permitir!", respondió otro maestro.
La desventaja
Después de una larga deliberación, los académicos que ingresaron
a la facultad determinaron conceder el espacio del auditorio de Ciencias al CGH,
a condición de que éste presentara una solicitud a la comunidad, y sumado el
compromiso para abandonar aquel espacio una vez concluida la asamblea.
La decisión fue difundida más tarde por la Dirección General de
Información: "Al regresarse a la normalidad, fueron reabiertas por los
estudiantes la dirección, el área administrativa, los salones y laboratorios y,
posteriormente, a través del diálogo, se suscribió un acuerdo con los paristas,
a quienes se les prestó el auditorio, con el compromiso de que lo entregarán a
las 21:00 horas de este día y se retirarán de las instalaciones".
Eso representó un golpe que, empero, los huelguistas aceptaron.
Erick Castañeda, de la Preparatoria Popular Tacuba, adujo: "Si se mantiene la
huelga en Ciencias, podría haber una fractura". Julio Goitia, de Arquitectura,
también tomó posición: "El problema es que nos estamos aventando más para abajo.
Era el momento del repliegue". Y Joel Cimbrón remató: "No tenemos que confrontar
a la comunidad, tiene que ganar la credibilidad. Algunos sectores de la
comunidad no han entendido que la huelga ya acabó".
Sin embargo, más tarde la asamblea del CGH -a la que se
presentaron 20 comités de huelga, y de ellos, once dieron a conocer resolutivos
pero con la impugnación porque no se alcanzaba la mayoría- discutió el cierre de
la rectoría, el reinicio del diálogo, una marcha, las acciones para conseguir la
liberación de los presos y el paro nacional del sector educativo nacional de
mañana.
Entre los integrantes del CGH el sentir apuntaba a la pérdida de
fuerza, y para recuperarla, la mejor fórmula se daría con una solución
precisamente de fuerza, como la toma de la rectoría y el paro nacional en
el sector educativo.
En el lagartijero, mientras los huelguistas discutían si
retomaban las instalaciones de Ciencias o si se organizaba una asamblea
general para "sacar" un acuerdo el jueves próximo, a fin de volver a colocar las
mantas rojinegras, Javier Fernández aseguró que el paro continúa: "Observa, esto
es un movimiento estudiantil, no hay más argumento... los que llegaron fueron
maestros afines al rector". Pero el daño ya estaba hecho.
¤ Insiste el subprocurador de la
PGR en que los jóvenes no son presos políticos
No hay persecución contra el CGH: Everardo Moreno
Gustavo Castillo García ¤ El subprocurador A de Asuntos Penales de la Procuraduría General de la
República, Everardo Moreno Cruz, afirmó que no existe lincha- miento ni
persecución contra integrantes del Consejo General de Huelga (CGH), como tampoco
los 262 presos en el Reclusorio Norte deben ser considerados presos políticos
porque "cometieron conductas delic- tivas", e informó que se estudia cuáles de
las más de 390 órdenes de aprehensión pendientes de ejecutar podrían ser
canceladas.
Aseguró a un noticiero televisivo que "las versiones de personas
que dicen haber sido torturadas son totalmente falsas", ya que por órdenes del
procurador Jorge Madrazo Cuéllar se filmó "todo el tiempo que la gente estuvo
detenida" y "fueron tratadas como debe ser, aunque sean indiciadas".
Moreno Cruz dijo que el argumento para considerar "socialmente
peligrosos" a los estudiantes detenidos es porque "se corre el riesgo" de que
las instalaciones sean tomadas nuevamente y que es ostensible el riesgo que
tiene la UNAM "si vuelve a sufrir un atentado de esa naturaleza".
Refirió que "no hay ni linchamiento ni persecución ni presos
políticos, sólo la aplicación de la ley. No son presos políticos, no están
detenidos por sus ideas políticas, sino porque cometieron conductas delictivas;
porque despojaron a la universidad de sus instalaciones para que pudieran
cumplir con sus fines; porque privaron de la libertad a las personas cuando
muchas veces llegaban y tomaban una instalación y no dejaban salir a quienes de
encontraban adentro".
Agregó que los 262 indiciados están presos porque cometieron
lesiones y mencionó que en la Preparatoria 3 "con verdadera saña golpeaban a las
personas". Desde su perspectiva, "no son presos políticos, tampoco presos de
conciencia y no hay persecución alguna".
Mencionó que "si los mexicanos queremos que el estado de derecho
se afirme y que vivamos en un país de leyes, necesitamos que se aplique la ley
sin distingos, sin partidismos, sin orientación política".
Al referirse a la supuesta peligrosidad social que el Ministerio
Público federal les imputó a los estudiantes, dijo que "el argumento es
precisamente que se corre el riesgo de que las instalaciones pudieran volver a
ser tomadas", y añadió que lo acontecido el 6 de febrero en Ciudad Universitaria
fue rescatar el campus "para que cumpliera sus fines de docencia e
investigación".
Luego apuntó: "Si contemplamos el estado en el que quedó la
universidad y los daños que se causaron, el panorama es realmente deprimente,
triste, y creemos que es ostensible el riesgo que puede tener la universidad si
volviera a sufrir un atentado de esta naturaleza".
Aseguró que el Ministerio Público "es una institución de buena
fe", para luego mencionar que existen más de 390 órdenes de aprehensión
pendientes de ejecutarse.
Moreno Cruz puntualizó que "por instrucciones del procurador
hemos platicado con el abogado general de la UNAM, Fernando Serrano Migallón,
con el propósito de buscar en los casos en que proceda las cancelaciones de las
órdenes", y que será una vez que analice dicha solicitud el procurador Madrazo
Cuéllar cuando "se estudie la posibilidad de cancelar algunas de esas órdenes
que están pendientes".
Por lo que se refiere a los derechos humanos, refirió: "Hemos
visto versiones de personas que dicen haber sido torturadas, lo que es
absolutamente falso. En su declaración simplemente no declara nada, dice que se
reserva el derecho. Si hubiera sido torturado habría declarado lo que nosotros
quisiéramos, pero al no haber tortura simplemente no declaró. Los derechos
humanos se han respetado de manera irrestricta ya que por órdenes del procurador
todas las declaraciones están firmadas, y se filmó todo el tiempo que la gente
estuvo detenida".
Finalmente aseguró que el cambio de apariencia física de Mario
Flavio Benítez, Alejandro Echevarría y otros integrantes del CGH obedeció a que
sabían que tenían orden de aprehensión, y "con el propósito de no ser fácilmente
identificados" cambiaron todo su aspecto.
¤ Somos presos de Zedillo y
Labastida, dice
La huelga sigue, afirma El Mosh detrás de las
rejas
¤ Acusaciones de infiltrado, parte
de la campaña de desprestigio
Karina Avilés ¤
Alejandro Echevarría, El Mosh, tiene ahora el pelo más corto y su voz es
casi un susurro. Está tras las rejas. Desde ahí, advierte que el camino del
movimiento no es la guerrilla urbana: ''Yo pensaría que la lógica está más en
una lucha de masas pacífica, a pesar de esta política represiva''.
Aunque apunta que en su futuro inmediato se ve como participante
del congreso universitario, también pide que cuando él y sus compañeros sean
sentenciados no se le aparte.
Escondido en su uniforme beige que viste desde el primer
día que llegó a la cárcel, El Mosh expresa que las acusaciones que lo
señalan como un infiltrado en el movimiento son parte de una campaña de
desprestigio contra su persona. Dice que el único órgano en el que ha militado
es en el Consejo General de Huelga (CGH).
También, apunta que ni él ni el resto de sus compañeros son
delincuentes, asaltantes o terroristas. Echevarría se considera un estudiante
que lucha por la defensa de la educación pública y gratuita. ''Soy un compañero
más que tengo incidencia moral en mi asamblea y ésta tiene incidencia en la
plenaria del CGH''.
Afirma que ''la huelga sigue'', entre otras razones, porque ''es
evidente que Zedillo no va a dar marcha atrás a su proyecto y que su
representante de dedazo en la universidad, Juan Ramón de la Fuente, hará
lo mismo''.
Para esta nueva etapa del movimiento considera que se tienen que
restructurar los comités de huelga, es decir, ''que sigamos funcionando con las
40 asambleas o con las que quieran estar, tal vez el CUEC y la ENEO ya aventaron
la toalla, pero creo que no es así porque antes de que entrara la policía,
compañeros de esas escuelas fueron a decirnos que estaban de acuerdo con
nosotros''.
El Mosh llega sonriente a la sala de visitas, donde
también se ve a Alberto Pacheco, El Diablo, y a Higinio Muñoz. Detrás de
las rejas afirma que él y el resto de alumnos encarcelados ''son presos de
conciencia, presos por nuestras ideas... somos presos de Ernesto Zedillo y de
Francisco Labastida''.
Sueños de augestión académica
Por otra parte, señala que sus sueños de ''autogestión
académica'' continúan. ''Estamos convencidos de eso, de que las decisiones se
tomen de manera colectiva, con los tres sectores empleados en la institución
universitaria... Y mucho de ese proyecto se contempla en el congreso que
nosotros veníamos construyendo, no en el que nos quiere invitar De la Fuente
para que perdamos todo... En nuestro proyecto de congreso, ahí estaban muchos de
los gérmenes de la autogestión''.
Aprovecha la presencia momentánea de la coordinadora de
Comunicación Social de la Dirección General de Reclusorios, Soila Martínez, para
''denunciar'' que en la cárcel ''estamos aislados. No siempre llegan los
periódicos y si llegan, vienen de un día pasado, pero a veces no nos permiten ni
hacer una llamada telefónica''. Perdón, le dice Martínez, ''pero existen firmas
de los paristas de que sí están recibiendo periódicos''.
--No todos... Bueno, creo que la incomunicación se da, responde
El Mosh, con un tono bajo.
La entrevista continúa:
--¿Cómo analizas la última etapa del CGH en las
instalaciones?
--Fue la política de Estado, así como los famosos acuerdos de
San Andrés se interrumpieron por el Presidente, de nueva cuenta es una situación
análoga.
--¿Desde qué momento crees que la intervención de la fuerza
pública ya es una decisión?
--Aproximadamente una semana antes del ultimátum, más o menos
por ahí se veía que el diálogo ya era imposible, digamos desde el plebiscito,
días antes del plebiscito fuimos al programa del Canal 40 y ahí anunciamos que
esto que se preparando eran esos datos cuantificables que pidió Zedillo desde
octubre, y que ahorita ya se estaba realizando eso para reprimirnos. Entonces,
desde ahí vimos que el diálogo ya no lo pensaba retomar rectoría y que se veía
una salida de fuerza.
--¿Desde qué momento te enteras que la policía ya entró?
--No, no, pues de nuestro análisis...
--¿En qué momento te enteras tú?
--Pues desde que entran. Los rumores existían pero nadie tenía
garantizado 'van a entrar hoy o a cualquier hora'. Desde el momento en que se
rompieron esas conversaciones en el ultimátum, el viernes cuatro, a partir de
ahí ya estábamos en tiempos rojos, en tiempos en que podría venir la
intervención en cualquier momento, era cuestión de días u horas y los que
estuvimos decidimos quedarnos.
El segundo momento
--¿Dónde se ubica Alejandro Echevarría en un futuro?
--Al salir de aquí viene ese segundo momento, el congreso, la
discusión político-ideológica contra la derecha universitaria en el congreso. Yo
me ubico ahí... tal vez espectador activo, dando ideas, preparando documentos,
tal vez como delegado, eso no puedo ahorita predecirlo.
''Y lo que sigue en el movimiento es regresar inmediatamente a
la mesa del diálogo y discutir los seis puntos del pliego petitorio, que ahí nos
quedamos''.
--Algunos huelguistas hablan de una mala conducción de
liderazgo, a tí se te ha ubicado como un líder, ¿qué puedes decir?
--Siempre lo he dicho, que yo jamás me reivindicaré como un
líder, siempre he enfatizado eso. Soy un compañero normal de lucha, que tengo la
incidencia normal en mi asamblea y mi asamblea incide como las demás en la
plenaria del CGH. Entonces, lo que conduce la verdadera dirigencia es
precisamente eso: las asambleas. Respecto a la conducción del movimiento es
claro que algunos compañeros, utilizando un oportunismo político, se han
dedicado al juego del desprestigio del movimiento en su conjunto.
--Este movimiento ha estado lleno de sospechas, ¿qué piensas de
las que te señalan como una persona del gobierno, de Gobernación?
--Eso de decir que si yo era de Labastida o de equis persona fue
una campaña montada como parte del desprestigio contra mi persona, jamás
presentaron una prueba fehaciente de que yo era tal persona, que participaba con
tal partido u organización, jamás. Tuvieron 10 meses para que quienes decían
esto llevaran sus pruebas y me denunciaran y jamás las tuvieron porque no las
hay. Yo soy una persona honesta, mi única militancia ha sido en el CGH. Jamás he
estado en ningún partido político, jamás. Y yo esperaría que mi estancia aquí
con las vejaciones que tenemos todos nosotros, ya hubiera limpiado o ya hubiera
resuelto muchas dudas de algunos compañeros...
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