Margen N° 78
Edición primavera 2015
"La Bestia" (o el Tren de la Muerte)
Arte de tapa: Miguel Parra.
Tiempo de violencia [Por José Luis Parra]
Los movimientos migratorios son parte de la historia de la humanidad.
Sin hacer un relato histórico profundo, podemos señalar que las oleadas migratorias se han producido ante condiciones desiguales de recursos y oportunidades entre dos espacios, como por ejemplo las ciudades neolíticas agrarias y los pueblos de cazadores nómadas abrumados por el aumento de la población y la escasez de alimento.
Otro ejemplo de oleadas migratorias en la antigüedad lo encontramos en la Roma imperial conformada y enriquecida a partir de la dominación y control económico sobre otros pueblos. Los germanos cruzaban las límites y se establecían en las márgenes del Imperio huyendo de la violencia y el hambre. Roma los integraba a sus ejércitos para defender sus fronteras de nuevas incursiones de otros pueblos germanos. Al paso de los años y a partir de su inclusión en el ejército, los descendientes de migrantes llegaron a ocupar altos cargos e incluso llegaron a ser emperadores. Este proceso se extendió durante varios siglos, pero al fin produjo la caída del Imperio Romano y el inicio de un nuevo modelo político y económico.
El genocidio que fue determinante para la conquista de América produjo otro gran cambio en el Orden Mundial. A la llegada e instalación de los conquistadores se sumó luego la de millones de africanos esclavizados, utilizados como mano de obra en minas y plantaciones.
Luego de la cruenta guerra por la independencia, los nuevos Estados conformados en América durante el siglo XIX se entregaron al sistema económico mundial y se consolidó así un modelo imperialista en el que los países americanos se convirtieron en productores de materias primas y consumidores de productos elaborados.
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En este número:
* "Recorridos de Arte en la ciudad de Manta". La ciudad como escenario artístico. El arte como estrategia para el desarrollo
* Los adultos mayores en un mundo fragmentado. Una perspectiva desde la Intervención Social
* Elementos para el diagnóstico y la orientación de políticas públicas. Hacia un enfoque relacional del bienestar
* Sarmiento. El maestro de la falsedad
* Confiabilidad y validez de un instrumento que mide el desarrollo local: vulnerabilidad hídrica, precariedad laboral, intensidad migratoria e identidad resiliente
* Encrucijadas, preguntas y reflexiones sobre el sentido de educar. La escuela entre el mandato moderno y las realidades sociales complejas
* A cuatro años de la sanción de la Ley Nacional de Salud Mental N° 26.657. Sistematización de una experiencia de gestión en la Práctica de Salud Mental
* Vivir en el hospital. Aportes para analizar la situación de las personas con internaciones prolongadas en hospitales públicos de la Ciudad de Buenos Aires
* Una perspectiva de género en consonancia con los aportes del giro decolonial en Ciencias Sociales
* Educación en contextos de privación de libertad Pensar la adversidad en la diversidad en educación en contexto de encierro
* Acerca de las representaciones sociales de la Intervención del Trabajo Social. Así como nos miran, ¿nosotros nos miramos?
* Sujetos silenciados en el ámbito hospitalario. Propuesta desde un enfoque narrativo
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La producción de esas materias requería -para los detentadores del poder- mano de obra barata. La miseria generada en Europa por el mismo sistema económico, junto a la falta de libertad y las persecuciones políticas, determinaron la masiva movilización de millones de personas en busca de trabajo y un futuro mejor en América.
Al respecto de su suerte y específicamente a lo que sucedió en Argentina, el historiador Ernesto Palacio (Historia de la Argentina) afirmó que “En los treinta años transcurridos desde el 80 [1880] se había producido también otro fenómeno que contribuía en gran parte a la transformación del país. Ya actuaba en profusión y empezaba a intervenir en la vida pública las generaciones de hijos de los inmigrantes llegados en masa, en sucesivas oleadas, desde poco antes del 60….
Pero tanto ellos como sus padres sentían, en el choque con la realidad, que ésta no era tan cordial como lo proclamara el optimismo dominante. Algunos triunfaban, sin duda; pero la mayor parte debía ir a engrosar la cohorte cada vez mayor de los vencidos, la masa del proletariado urbano y rural, con bajos salarios y frecuente desocupación. Tras la fachada esplendorosa de la joven Argentina, en la que había teóricamente porvenir para todos, se ocultaba tanta opresión y miseria como en cualquier país del Viejo Mundo”.
Resulta evidente que, en la actualidad, las cosas no son iguales que en otros momentos de la Historia. Pero el sistema que consolidó el Imperio Romano mantiene intactos sus principios y valores. Se trata de imponerse y dominar recursos naturales y pueblos utilizando todos los medios, todos...
A pesar del paso del tiempo, la violencia se mantiene constante: de un lado las disputas territoriales, las guerras de conquista, el dominio de los poderosos; del otro, los pobres explotados, los pobres utilizados como soldados, los pobres emigrados...
Recientemente, luego del movimiento masivo de migrantes de Medio Oriente hacia Europa, Pablo Ceriani Cernadas (del Comité de Naciones Unidas para la Protección de los Derechos Humanos de los Trabajadores Migrantes y sus Familias), afirmó que la existencia de trabajadores extranjeros es funcional a las economías de los países miembros de la Unión Europea (UE), el modelo neoliberal supone, en el contexto europeo, la reducción progresiva del Estado de Bienestar y de los derechos laborales. Al compás de esto, hay un incremento permanente de las áreas más informales y desprotegidas del mercado de trabajo.
Hay dos fenómenos que se complementan. Por un lado, la permanente baja de la tasas de natalidad en Europa, lo que supone un desafío en tanto la cantidad necesaria de trabajadores para poder asegurar los mínimos básicos de seguridad social. Por el otro, hay un rol cada vez más central de los trabajadores migrantes, que en muchos casos se encuentran desprotegidos y en situaciones irregulares. La actividad laboral de los migrantes no se restringe a un solo sector, sino que se encuentra diversificada; suelen trabajar limpiando casas, en los campos recogiendo cosechas, en la construcción de vivienda y autopistas, en talleres textiles. En algunos países también, dependiendo el caso, algunos hombres se desempeñan en el sector minero y las mujeres incluso como trabajadoras sexuales.
Las migraciones también son parte de la historia americana, pero desde hace algunas décadas la frontera entre México y Estados Unidos de Norteamérica ha sido escenario de un aumento creciente de tráfico de personas, violencia y corrupción.
La imposición del modelo capitalista en nuestro continente aumentó las desigualdades, la expoliación de los recursos naturales, la falta de infraestructura productiva y de servicios, el acceso a los sistemas de salud y educación, etc. En correspondencia, se institucionalizó la corrupción que se extiende entre funcionarios públicos, órganos de gobierno, fuerzas policiales y ejércitos, relacionándose en forma íntima con bandas o grupos, tanto parapoliciales como independientes o parte del crimen organizado, el narcotráfico, etc.
Miles de mexicanos intentan cruzar la frontera para alcanzar el “sueño americano”. Y miles de migrantes centroamericanos atraviesan México escapando de la pobreza y la violencia, tratando a su vez de ingresar a Estados Unidos.
Deben enfrentar las durísimas condiciones del viaje (mayoritariamente realizado sobre el techo de los vagones de ferrocarril de carga). En el derrotero son víctimas de estafas, asaltos, violencia de los controles estatales, entre otras pesadillas.
Durante el gobierno del Presidente Felipe Calderón (2006-2012), se registraron más de 10.000 desapariciones de migrantes sólo en México. Este año se alertó en Estados Unidos acerca de la convocatoria pública realizada por varios grupos paramilitares para reclutar voluntarios con el fin de “proteger la frontera”, especialmente por la oleada de niños migrantes sin compañía adulta verificada en el Estado de Texas. Sin embargo, los movimientos migratorios continúan creciendo.
Los controles en la frontera y la política antimigrante del gobierno estadounidense, sumado al rol de gendarme de México, impiden el paso de migrantes centroamericanos a Estados Unidos. Muchos deben asentarse en México. Llegan desde Guatemala, Honduras, Salvador y Nicaragua.
En otros países los movimientos migratorios son internos. Se producen entre las zonas rurales y las ciudades, en las que han crecido en forma notable los asentamientos, barriadas pobres en las que faltan los servicios más elementales (agua potable, cloacas, luz, etc.). El origen de estas migraciones se encuentra en el desarrollo de sistemas de monoproducción (en latifundios), como el caso de la extensión de la superficie sembrada con soja transgénica en Argentina, Uruguay, Brasil.
La violencia y la corrupción son los signos de la época, lo que puede revelar quizás que estamos frente al fin del sistema neoliberal capitalista. Los excluidos se movilizan en todo el mundo. Buscan mejores condiciones de vida.
Y esa búsqueda debe encontrar a quienes intervienen ante situaciones de injusticia, de pie y dispuestos a actuar y luchar en forma solidaria a favor de los Derechos Humanos, no sólo ofreciendo ayuda humanitaria, comida y albergue, sino atacando las causas profundas de la desigualdad y la explotación.
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