Periódico de Trabajo Social y Ciencias Sociales Edición digital |
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INTRODUCCIÓN:
Hace
un año un alumno mató a un compañero en el aula
de la Escuela de Educación Media de Villa Gesell.
Esas líneas dirigidas al colectivo docente intentaban describir el piso emocional desde el que se elaboró el dispositivo de trabajo; quiero compartir con Uds la experiencia realizada y algunas líneas de pensamiento para abordar la cuestión de las violencias en las escuelas. BREVE DESCRIPCIÓN DE LA SITUACIÓN DE VIOLENCIA: El
día jueves 27 de 2008 en la E.E.M. Nº1 de Villa Gesell en
el curso de 1ro 4ta del Turno Noche Jonathan de 18 años se
pelea verbalmente con Nazareno de 17 años, porque éste
le tiraba papelitos a su mesa de trabajo durante la clase de
Matemática.
La
escena de la pelea se inicia a las 22:55hs; cinco minutos antes del
término del turno noche.
Jonathan
se levanta a insultar a Nazareno, el profesor lo contiene, procura
que ambos alumnos se tranquilicen y que Jonathan se siente en su
banco.
El
profesor escribe unos ejercicios en el pizarrón y le pide a la
clase que los resuelva, mientras sale a buscar ayuda a los
integrantes del Equipo de Orientación Escolar (E.O.E -
recurso técnicopedagógico dependiente de la Dirección
de Psicología) que se encontraban en el turno.
Al
salir del salón se encuentra con la Orientadora Social, le
comienza a relatar su preocupación y en ese instante observan
que un alumno se avalanza sobre otro en el aula de 1ro 4ta.
De
inmediato entran al salón y se encuentran a Jonathan en el
suelo en una mancha de sangre, y a Nazareno con una navaja en la
mano.
Piden
ayuda, llaman a la ambulancia y llevan a Jonathan al Hospital
Municipal, donde fallece a la 1:30hs de la madrugada del viernes 28.
El
alumno Nazareno huye a su casa, donde su madre lo acompaña a
la comisaría para que se entregue.
Está
detenido en Batán, Partido de Gral Pueyrredón, en una
cárcel de máxima seguridad.
Jonathan
fue velado y su entierro se realizó el sábado a las
9hs.
La
familia de Jonathan está sumamente alterada; hubo intentos de
linchamiento, y de escrache en la casa de Nazareno; incluso amenazas
de incendio a la propiedad.
La
familia de Nazareno no se encuentra en Villa Gesell.
LAS
PRIMERAS ACCIONES:
Desde
la Inspección de Psicología se organiza una plenaria
con todos los docentes de la escuela, que se lleva a cabo el viernes
28 a las 15hs y a la que concurre el 80% de la planta docente.
Asisten
el Ministro de Educación y el Subsecretario de Educación
de la Provincia de Buenos Aires, el Intendente de Villa Gesell y
autoridades educativas locales y regionales.
El
objetivo de la misma es informar sobre el hecho ocurrido para cortar
el proceso del rumor e intrigas; así también comunicar
el inicio de la investigación simple a los docentes
participantes (proceso previsto en el Estatuto Docente)
El
sábado 29 se realiza una jornada de trabajo con los docentes
con el propósito de fortalecerlos para la tarea de contención
a los alumnos; en la misma participa los integrantes del Centro
Provincial de Protección a la Víctima (C.P.V), el
coordinador de Salud Mental y la Directora de Promoción Social
de la Municipalidad.
En
la misma se presenta la propuesta de trabajo para el día lunes
31; lo central de la jornada del lunes consiste en una reflexión
con alumnos y padres -por turnos- para hablar del impacto de esta
tragedia.
Los
grupos de alumnos estarán coordinados por los docentes de cada
turno, y psicólogos del Hospital y de la comunidad que se han
ofrecido a trabajar con nosotros.
Los
padres que concurran el lunes a la escuela trabajarán con el
equipo del C.P.V.
ENCUADRE
DEL DISPOSITIVO
El
mismo está centrado en la necesidad de abordar el impacto de
la violencia vivida con los propios recursos humanos; fortaleciendo a
los actores locales, y dejando armada una red de contención
con los profesionales de Salud Mental que comparten el mismo código
y conocen la trama secreta de las situaciones que se viven en
paralelo a la muerte de Jonathan.
Mario
Zerbino 1
afirma: “La
intervención propuesta debe operar a partir de una posición
que rompa con la separación entre “los de adentro”
y “los de afuera”. En este sentido, no se trata ni de una
operación desde el interior de la escuela, sin convocatoria a
“los de afuera”, ni de una acción desplegada desde
“afuera”, por los especialistas y los “expertos en
fracaso” o en “violencia”, entre otras
especialidades posibles. (...) Se trata de producir, mientras dure
la situación de alta complejidad, instancias de trabajo común
entre el adentro y el afuera, en términos de una relación
que tiende a autodisolverse cuando el problema se ha resuelto”.
El
trabajo del C.P.V con los padres de la escuela está
fundamentado en la necesidad de proteger a la comunidad docente,
porque existen reclamos previos referidos al funcionamiento de la
escuela: exceso de horas libres, profesores poco comprometidos con
sus alumnos, algunos directivos poco criteriosos, etc., que podrían
aparecer el lunes 31 de marzo.
El
núcleo conflictivo del dispositivo era el logro distancia
instrumental desde la
implicación.
El
dispositivo fue pensado como una intervención desde nuestra
posición subjetiva producto de múltiples
entrecruzamientos con la realidad sociohistórica.
Una subjetividad capaz de objetivar desde una mirada lo
suficientemente extranjera.
Eduardo
Galeano 2
escribió:
“Yo
ya llevaba un buen rato escribiendo Memoria del fuego, y cuanto más
escribía más adentro me metía en las historias
que contaba (...) se supone que los libros de historia no son
subjetivos. Se lo comenté a José Coronel Urtecho [y] el
viejo poeta me dijo que a los fanáticos de la objetividad no
hay que hacerles ni puto caso: (...) Los
que hacen de la objetividad una religión, mienten. Ellos no
quieren ser objetivos, mentira: quieren ser objetos, para salvarse
del dolor humano”.
La
propuesta apuntaba al desarrollo de espacios de pertenencia y de
pensamiento, donde estuviera habilitada la duda, donde fuera posible
la afectación.
Para
la Jornada de Reflexión se consensuaron algunas ideas-fuerza:
que
es imprescindible visualizar a Jonatahn y a Nazareno como víctimas
de esta violencia;
que
toda la comunidad educativa está atravesada por el efecto de
esta tragedia;
que
no se puede tomar este hecho aislado del contexto: esto no le pasó
al E.E.M porque es la “escuela de los negros, los drogadictos
y los chorros”;
que
por las mismas razones no le pasó “al turno noche
porque van los pesados”;
que
no es cierto que estas cosas pasan porque los jóvenes son
peligrosos;
que
no es cierto que hace falta mano dura;
que
no es cierto no hay nada que hacer;
que
se hace diciendo No a la violencia;
Acerca
de la posibilidad que algunos jóvenes quieran disponer del
aula de 1ro 4ta, se acordó con los docentes que se acompañará
la iniciativa dándole “racionalidad” a la misma.
Sobrevuela
el fantasma de la intervención post-Patagones (Setiembre 2004)
que a modo de arco dislocado propuso reparar las paredes del aula a
horas del tiroteo, pintarlas y habilitarlas para el uso cotidiano
hasta la clausura definitiva.
En
Villa Gesell se propondrá a los alumnos que escriban una
reflexión colectiva acerca de la violencia, la misma será
texto de la placa que la institución colocará en el
espacio físico de la tragedia.
En
las plenarias previas a las Jornadas de reflexión se les
indica a los docentes que sean conscientes de que son convocados a
dialogar
con sus alumnos desde su lugar de adultos.
Como
sostiene Meirieu, “…
cuando el educador cree que debe negar su carácter de adulto
para realizar su proyecto, priva al otro de toda referencia y hasta
la posibilidad misma de rechazarlo”;
por eso es necesario que hagan honor a esta asimetría fundante
para que la palabra pueda circular con un sentido reparador.
A
modo de brutal desmentida sobre la posibilidad de anticipar el
estallido de violencia, la muerte de Jonathan ocurre en una escuela
en la que estaba el vicedirector, el preceptor, el docente y el
Equipo de Orientación Escolar, cada uno cumpliendo su función.
El
docente no los deja solos porque sí, sale a pedir ayuda, a
comunicar a otro lo que le preocupa: que la pelea se intensifique a
la salida del turno.
Esta
tragedia ocurre a pesar de que un docente se preocupa por las
amenazas entre Jonathan y Nazareno, se interpone, media con la
palabra.
Por
esto lo vivido a nivel emocional es muy contundente para todos.
Se
ha roto la fantasía de aprender la “receta” contra
la violencia.
Fernando
Ulloa decía: “el
triángulo que sostiene todo empobrecimiento subjetivo y grupal
es el aislamiento, la alienación y la inmovilidad”. Tomo
este concepto para encuadrar el dispositivo en un
hacer que incluya a todos los actores sociales conmovidos por esta
tragedia, porque nadie sobra en esta jornada.
CRÓNICA:
La
Jornada del lunes 31 de marzo
se desarrolló
dentro de los carriles previsibles.
La
participación de los docentes no fue total; la actitud del
cuerpo de profesores es del tipo distante, “anestesiado”
o formal, prácticamente la misma que se observa a través
de registros de actividades institucionales, por ej. actas de
reuniones de Jefes de Departamento, Jornadas Institucionales, etc.
Las
coordinaciones de los docentes en los diferentes grupos generó
una sistemática confrontación de los adultos en busca
de modificar los pensamientos y actitudes de los jóvenes.
De
acuerdo a la observación participante de los psicólogos
que nos acompañaron, los docentes se manifestaron
maníacamente, fueron hiperverborrágicos, obturaron el
circular de las emociones de los alumnos.
Lógicamente
los jóvenes expresaron sus sentimientos con reservas.
El
sentimiento mayoritario fue de profundo miedo a que se vuelva a
repetir la historia, dentro o fuera de la escuela. Todos solicitaron
protección y contención.
Apareció
el tema de límites como una medida de salud y no de represión;
que algunos adultos no pudieron escuchar sin volverse reaccionarios
al pedido.
Los
padres asistentes a la escuela en la 1ra Jornada fueron notablemente
minoritarios, en relación a la matrícula y a la
dimensión de lo sucedido.
Mantuvieron
una crítica constructiva hacia la gestión
institucional; desmintiendo los fantasmas que se agitaron desde el
viernes anterior acerca de los pedidos de máxima sanción
hacia directivos y docentes por parte de las familias.
Las
propuestas realizadas por los padres se centraron en medidas de
control de armas (requisa de pertenencias y detector de metales),
expulsión a los alumnos violentos, control policial en la
puerta de la escuela a la entrada y salida de los turnos.
Manifestaron
su disgusto por las ausencias reiteradas de docentes y la falta de
compromiso de estos hacia los alumnos y sus familias.
Se
acordó que un programa de reuniones -organizado por los
directivos- por cursos entre padres y docentes para mantener una
comunicación fluída, y monitorear los procesos de
enseñanza/ aprendizaje.
Demandaron
un vínculo más humanizante, con mayor presencia de
profesores y preceptores al lado de los alumnos.
Exigieron
que se gestione mayor iluminación en las proximidades de la
escuela; la construcción del paredón que pueda contener
la presencia de personas ajenas al servicio; y que se sancione al
kiosco que vende alcohol a los alumnos frente a la escuela.
Estas
acciones habían sido tramitadas por el director en años
anteriores sin resultado positivo; se informó a los presentes
que se insistirá en todos los tópicos ante las
autoridades municipales.
La
Jornada del martes 1ro de Abril
tuvo como consignas reflexionar sobre aspectos positivos y negativos
de la conducta individual de los alumnos y sobre la escuela.
Las
respuestas recabadas serián insumos de trabajo para el Equipo
Escolar Básico (conformado por el Equipo Directivo y de
Orientación Escolar) y cuerpo docente.
Se
registraron actitudes boicoteadoras de algunos profesores, que
reiteraron su actitud hostil hacia la escuela y los directivos.
Los
alumnos de 1ro 4ta no asistieron a clases.
No
hubo nuevos reclamos formales hacia la escuela desde los otros
padres.
En
los medios de comunicación locales se escucharon
permanentemente expresiones negativas hacia la escuela; se afirmaron
hechos y circunstancias basados en el rumor; por ej. que Nazareno se
había suicidado en la cárcel, o que Nazareno estaba
libre en Gesell, o que quedaba libre el viernes 4 de abril; que el
vicedirector estaba preso por ser cómplice ya que sabía
que Nazareno portaba una navaja; que la escuela estaba intervenida o
que se cerraba por tiempo indeterminado.
El
día jueves 3
se reiniciaron las actividades.
La
asistencia de los alumnos fue regular.
Los
alumnos de 1ro 4ta asistieron a la escuela por 1ra vez desde el
jueves de la tragedia.
Tuvimos
una reunión en la Biblioteca, junto a un docente del curso y a
su preceptora, el E.O.E y dos psicólogas de la comunidad
geselina.
Los
diez (10) alumnos que asistieron relatan los sucesos de aquella
noche; calificaron a Nazareno como un joven “exaltado”,
que presentían que algo iba a pasar porque Jonathan también
era bravo. Se reprocharon no haberlos separado antes. Rescataron la
actitud del profesor de Matemática porque puso orden y pidió
ayuda. Analizaron lo sucedido como algo que estaba escrito.
Circuló
mucha angustia, y dos alumnos pidieron ayuda terapeútica.
Promediando
la hora de charla los jóvenes hicieron una propuesta concreta:
volver a la normalidad, venir a estudiar; hacer que el tiempo cure el
dolor. Un alumno dijo que no toleraba estar en su aula, el resto del
grupo quería volver a su lugar pero le concedieron a su
compañero el tiempo para superar la impresión. No hubo
intentos de colocación de altares permanentes, ni placas
recordatorias.
Al
final de la jornada del jueves se mantuvo una reunion con las
psicólogas en la que presentaron su visión de la
isntitución:
-Los
docentes están desbordados;
-la
actitud de indolencia es similar a la del burn-out;
-no
tienen capacidad de escucha;
-no
saben cómo manejarse con sus alumnos;
-se
registra mucho malestar.
Consideran
que sería necesaria una consultoría externa a la
comunidad geselina, que trace las líneas de trabajo para ser
desarrolladas por los profesionales locales.
Se
acuerdó la realización de las gestiones pertinentes
para lograr la consultoría; así como la concreción
de un encuentro de los efectores de Salud Mental pública y
privada con los E.O.E para trazar las líneas gruesas de la red
de contención en situaciones críticas.
El
mismo jueves se realizó la 2da marcha pidiendo justicia, con
escasísima participación de jóvenes; sólo
los familiares y algunos amigos que no son alumnos de la escuela.
El
padre de Jonathan insistió en los medios sobre la realización
de estas marchas todos los jueves, lamentando que la comunidad no se
comprometa.
ALGUNAS
LÍNEAS DE PENSAMIENTO:
En
principio quiero mostrarles algunas post-escenas de la tragedia desde
las que sigo buscando por
dónde se podrá volver a ver el cielo.
En
este Marzo de 2009, la familia de Jonathan ha vuelto a su Villa
Constitución natal.
Sólo
se realizaron dos marchas el 3 y 10 de abril de 2008. La comunidad
geselina no tomó como propia las razones de la movilización
familiar; sin embargo la familia de Nazareno se ha encerrado en su
casa, sigue temiendo a la reacción popular.
Nazareno
fue evaluado por peritos psiquiátricos durante su detención
en Mar del Plata y luego en La Plata por sus conductas de aislamiento
y poca comunicación con el entorno....
Su
delito será juzgado de acuerdo a las Leyes 13634 (decreto
44/07) y su modificatoria 13645 que constituyen el Sistema de
Responsabilidad Penal Juvenil.
La
Escuela Media de Villa Gesell atraviesa una crisis vincular
caracterizada por cierta virulencia en el trato interpersonal, con
licencias y jubilaciones de varios docentes “históricos”,
quiebres comunicacionales y asignación de responsabilidades a
determinados miembros de la comunidad educativa.
Cabe
preguntarse si esta crisis post-traumática viene a justificar
las dificultades actuales en la gestión institucional.
La
tragedia vivida fue el último acto de la anomia institucional
que recurrentemente atravesó a esa escuela? O a la inversa ¿es
el anuncio de futuros actings violentos?
¿El
origen del malestar es post-Jonathan? ¿Es previo?
En
cada una de estas hipótesis es válido preguntarse sobre
el por qué.
Es
evidente que a esta institución -como en la mayoría de
las escuelas secundarias- asisten adultos (docentes) que confrontan
con lo instituído: enseñar
y con lo instituyente: los
jóvenes del 3er milenio.
Estos
jóvenes en la escuela son los “sujetos inesperados”,
generan fastidio y rechazo; producen miedo.
Día
tras día los docentes esperaban no encontrarlos más en
sus clases. En efecto los adultos practicaron toda clase de acciones
expulsoras manifiestas y encubiertas; y por último actuaron la
expulsión dejando de asistir a su trabajo docente. Así
lo indican los documentos producidos por la propia escuela: actas,
notas, registros.
Tomo
en cuenta el concepto de malestar sobrante de Silvia Bleichmar: “El
malestar sobrante está dado, básicamente, por el hecho
de que la profunda mutación histórica sufrida en los
últimos años deja a cada sujeto despojado de un
proyecto trascendente que posibilite, de algún modo, avizorar
modos de disminución del malestar reinante. Porque lo que
lleva a los hombres a soportar la prima de malestar que cada época
impone, es la garantía futura de que algún día
cesará ese malestar, y en razón de ello la felicidad
será alcanzada. Es la esperanza de remediar los males
presentes, la ilusión de una vida plena cuyo borde movible se
corre constantemente, lo que posibilita que el camino a recorrer
encuentra un modo de justificar su recorrido”.
Los
docentes perciben que el malestar epocal no va a ceder; por el
contrario, los lineamientos de la política educativa y el
marco jurídico que modela el contrato laboral de los docentes
aseguran que cada vez habrá más jóvenes no
esperados en las aulas de las escuelas medias.
En
tanto los profesores y los preceptores están agobiados por la
sensación creciente de que los jóvenes no se
convertirán jamás en “alumnos”. Esta es una
de las representaciones docentes más fuertes que operan en la
asignación de destinos a sus alumnos. “Ellos [los
jóvenes] no pueden: estudiar, convivir, trabajar, ser
responsables, ser educados”.
Recordemos
que Sigmund Freud planteó la existencia de tres imposibles:
“gobernar, educar y curar”. Hoy los ingobernables, los
mal educados, y los locos empiezan a tener “representatividad
social”, se ha ordenado su “inclusión” en
las aulas; muchos son chicos del des-borde.
Ante
estos sujetos “inesperados” no alcanza con decir “no
estamos preparados para estos chicos”; a nadie conforma, de
nada los protege.
La
tragedia de la Escuela Media Nº1 demostró -a modo de
brutal desmentida- que no es cierto que haya algun tipo de
preparación específica que evite la violencia, aquel
docente de 1ro 4ta es licenciado en psicología.
Quiero
fundamentar por qué considero una tragedia a lo ocurrido en el
aula de aquella escuela de Villa Gesell.
La
palabra tragedia viene del griego Tragodia compuesta de tragos
(chivo) y oide (canción), o sea "Canción del
chivo". Los griegos hacían fiestas dedicadas a Dionisio
el dios más oscuro de los griegos, dios de la vegetación,
de la fertilidad, de la música, el dispensador del elemento
vegetal, cuya donación contravenía la ética
griega del trabajo. En estas fiestas se sacrificaba un chivo,
"Tragedia" viene del grito del chivo al ser degollado
públicamente.
En
la tragedia sus protagonistas se ven enfrentados de manera
misteriosa, inexpugnable e inevitable contra el universo o los
dioses, moviéndose siempre hacia un desenlace fatal por una
fuerza ciega, la fatalidad, el sino, el hado o fatum.
¿Cuál
era el designio de los dioses para estos jóvenes del turno
noche?
En
sus trayectorias escolares pueden leerse algunos signos fatídicos.
Por ejemplo, Jonathan se inscribía por 3ra vez para hacer el
1er año, era un joven de conductas violentas contra sus pares,
actuaba impulsivamente, lideraba acciones de provocación a los
“diferentes”, deambuló por cada turno escolar
hasta arribar al de la noche; su familia se vinculaba agresivamente
con las autoridades y docentes de la escuela, descalificaban y
amenazaban a las autoridades educativas. Jonathan iba a la escuela
sin poder habitarla.
Nazareno
fue inscripto por su madre en el turno noche por vía de
excepción, para que en el día pudiera continuar con la
pesca artesanal con su padre, en una suerte de economía
familiar. La madre y la hermana mayor del joven eran alumnas del 2do
año del turno noche. El grupo familiar era fuertemente
endogámico, con escasa circulación de la palabra.
El
turno noche era y es aquel al que asisten los adultos que trabajan y
completan sus estudios secundarios y los jóvenes “sancionados”
por sus incivilidades en los turnos diurnos.
Días
después de la tragedia se reforzaron aspectos de las
trayectorias de ambos jóvenes: la agresividad como piso
natural en el trato de Jonathan y la inmadurez de Nazareno. Dos
lógicas personales y familiares que estaban destinadas a
colisionar?
En este punto considero
importante fijar una posición.
No se trata de
“visualizar” las conductas desviadas de determinados
alumnos o sus familias, clasificarlos, agruparlos por “desvíos”
y “armar un caso”.
Como
afirma Daniel Korinfeld 3:
“Podemos
volver la mirada a nuestras realidades y por ejemplo observar cómo
ciertos acontecimientos disruptivos que vienen ocurriendo en las
instituciones escolares han potenciado determinados mecanismos más
o menos latentes en las prácticas pedagógicas con la
infancia y la adolescencia. Uno de los efectos específicos que
venimos observando es el de la psicopatologización de las
conductas y los comportamientos”.
Quiero decir con ésto
que no necesitamos etiquetar a nuestros alumnos, necesitamos
nombrarlos y vincularnos.
Esto
no será posible si como dice Reguillo 4:
“La
configuración de los miedos, que la sociedad experimenta ante
ciertos grupos y espacios sociales, tiene una estrecha vinculación
con ese discurso de los medios que de manera simplista, etiqueta y
marca a los sujetos de los cuales habla. Así, ser joven
equivale a ser "peligroso", "drogadicto o marihuano",
"violento". Se recurre también a la descripción
de ciertos rasgos raciales o de apariencia: "dos peligrosos
sujetos jóvenes de aspecto cholo", "el asaltante con
el cabello largo y aspecto indígena...". Entonces, ser un
joven de los barrios periféricos o de los sectores marginales
es ser "violento", "vago", "ladrón",
"drogadicto", "malviviente" y "asesino",
en potencia o real. Se refuerza con esto un imaginario que atribuye a
la juventud el rol del "enemigo interno" al que hay que
reprimir por todos los medios”
Retomo
a Korinfeld: “Educar
es un proceso que pone en un plano relevante las relaciones
intersubjetivas, un proceso relacional y conflictivo en las que el
acceso a la palabra, la autonomía y la participación no
son pre-requisitos sino que lo conforman, lo configuran; relaciones
asimétricas que corren el riesgo de la arbitrariedad, la
dependencia y el sometimiento”.
Podría pensarse
que lo ocurrido en la escuela es el resultado de un exceso por no
patologizar, que derivó en la naturalización de
conductas. Por “aceptarlos como son” dejaron de educar
para la posibilidad de ser en tanto horizonte de futuro.
Lo
contrario hubiera sido la vinculación, la confrontación
desde la posición de adulto con responsabilidades
generacionales, la empatía de Ulloa 5:
“como
condición que deriva de la ternura garantiza el suministro
adecuado (calor, alimento, arrullo, comprensión, palabra).
Tener miramiento es mirar con amoroso interés a quien se
reconoce como sujeto ajeno y distinto de uno mismo. El miramiento es
germen inicial y garantía de autonomía futura del
infante”.
La
institución -en este caso la educativa- es metáfora de
la sociedad, es un campo de condensación de lo social; es otro
estado de la misma materia.
La escuela no es el
lugar donde se genera la violencia, sino el territorio donde la
violencia de la sociedad arrasa con la posibilidad de establecer
puentes intra e intergeneracionales.
Pensar
en la muerte de un alumno en manos de otro dentro de un aula es
pensar en el mayor desamparo institucional, sin que ésto
implique encontrar en la escuela el origen de la tragedia.
Reguillo 6
sostiene que: “Contemplar
la muerte de los otros jóvenes es mirar de frente el espejo
que devuelve lo que se pretende eludir: la responsabilidad social,
cuya disolución hace posible que tanto en Litletton (la
Columbine de Michael Moore), como en Inglaterra, como en la Argentina
y México, aparezcan jóvenes y niños asesinados”.
La violencia no está más allá de lo social, es
una dimensión co-constitutiva del orden societal.
Y
agrega 7:
“Predomina
en los imaginarios escolares una adscripción a la explicación
patológica y casuística. Este pensamiento trata de
“aislar” (pienso aquí en lo sucedido en Carmen de
Patagones), no solamente al protagonista de esta violencia ciega,
absurda, sino además al “caso” mismo, al que
tiende a situar en el extremo de lo posible. Es sólo la
locura, el deterioro subjetivo, la angustia persistente, las razones
que “explican” el comportamiento violento. A
fuerza de mirar en la imagen estallada del espejo, sostengo que:
No debemos pensar en
cómo evitar la violencia porque este deseo inmoviliza al
percibir que no es posible evitarla;
Sí podemos
anticipar el disloque, lo que viene detrás;
Sí podemos
fundar una institución del amparo para los efectos de la
violencia: promover mayor implicación, mayor participación
de la comunidad y mayor creatividad como nuevas formas de producción
de subjetividades.
Sí
podemos clarificar y fortalecer el contrato de las familias y los
jóvenes con la escuela.
Sí podemos
sostener y profundizar un sistema claro de normas que garantice un
encuadre adecuado para la tarea y la convivencia.
Estas
tareas son
imposibles sin docentes adultos que se hagan cargo de ejercer la
autoridad que el cargo les confiere. Hacen
falta adultos.
Dice
Francoise Dolto 8:
"Lo
que más hace sufrir a los adolescentes es ver que los padres
tratan de vivir a imagen de sus hijos y compiten con ellos. (...)
Ante las necesidades de su progenie, los padres dejan hacer y se
abstienen de educar. Si ya no hay niños, tampoco hay adultos.
Los adolescentes se ven obligados a ser padres de sí mismos,
situación que les da una libertad que no saben ni para qué
ni cómo usar. Los adolescentes carecen de reglas de
autopaternalización. ¿Cómo van a saber
conducirse en sociedad si no reciben ninguna enseñanza por el
ejemplo o el diálogo con los padres? La televisión se
convierte en única fuente de referencia de niños
aislados en departamentos vacíos de adultos".
Si
consideramos que parte de la tarea de enseñar es cuidar la
existencia de los “nuevos”, entonces es válido
plantearse cómo promover la constitución de seres
éticos desde nuestro propio posicionamiento ante la violencia.
Apelar
a la ética en el trato significa una verdadera acción
activa frente a la impunidad, frente a la violencia, frente al daño,
frente a la crueldad.
No
se trata de reclamar a los jóvenes que sean más
cuidadosos si nosotros no somos éticos frente a la violencia;
tampoco se trata de la impostura en la sonrisa y el gesto compinche,
sino de la opción por tender puentes entre el desamparo y la
norma.
El
des-borde, la ausencia de la terceridad, la falta de contención,
son las rupturas en el contrato de los docentes con sus alumnos.
Para
los adultos que -frente a estos jóvenes que los espantan- se
lamentan porque se han perdido los valores, me permito recordar una
escena reflejada en una historieta de Mafalda. Una pareja de ancianos
observa a dos jóvenes besarse con pasión en la plaza y
dicen: -
Esto es el acabose!.
Mafalda les responde: -
No!, esto es el “continuose” del “empezose”
de ustedes…
Nada
de estas adolescencias y juventudes nos es ajena.
NOTAS
1 Mario
Zerbino – Intervenciones en situaciones de alta complejidad.
2 Eduardo
Galeano - El libro de los abrazos
3 Daniel
Korinfeld - Modos del etiquetamiento y estigmatización sobre
los niños y adolescentes en las prácticas escolares
4 Rossana
Reguillo Cruz - Crónica roja: espectáculo y negocio.
Revista Chasqui Nº 60, diciembre de 1997.
5 Fernando
Ulloa - Novela clínica psicoanalítca
6 Rossana
Reguillo Cruz - Emergencia de culturas juveniles. Estrategias del
desencanto juvenil
7 Rossana
Reguillo Cruz - (Re)Pensar las violencias juveniles
8 Francoise
Dolto - La causa de los adolescentes
* Datos sobre las autoras: * Virginia Casas Licenciada en Psicopedagogía. Supervisora de Equipos de Orientación Escolar (Provincia de Buenos Aires) Volver al inicio de la Nota |
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