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Edición digital

Edición N° 49 - otoño 2008

Rol del Trabajo Social en las Escuelas de Recuperación

Por:
Carolina Daiana Lemos
* (Datos sobre la autora)


Presentación:
El siguiente escrito intenta salir de las encrucijadas cotidianas para poder llegar a una reflexión que involucre elucidar el trabajo social al interior de las Escuelas de Recuperación.
Considero relevante poder romper con el rol del Trabajador Social al interior del campo educativo, lo que posibilitará ahondar en futuras estrategias alternativas que apuesten al cambio.
Como es visto el cambio no se realiza de una vez y para siempre, sino que implica un proceso a lo largo del tiempo.

Comencé mi primer trabajo como Licenciada en Trabajo Social en la Escuela Primaria de Recuperación Nº 10, la cual pertenece al Área de Educación Especial del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Desde este contexto, intentaré aproximarme a una reflexión que involucra como principal interés la visión que tienen las escuelas de recuperación acerca del trabajo social. Para ello haré hincapié en cómo visualizan los actores de la comunidad educativa a nuestra profesión y cómo la visualizo en el ejercicio de las funciones profesionales.

A las escuelas de recuperación asisten niños que presentan necesidades educativas especiales, relacionadas con distintas temáticas.

Es importante aclarar que el término “necesidades educativas especiales”, hace alusión a las dificultades en el aprendizaje, y no necesariamente refiere a los niños que presentan capacacidades diferentes.

En referencia a las necesidades educativas especiales, un niño “puede presentar hoy una determinada necesidad y dejar de tenerla mañana” 1. Allí se dejan de lado los etiquetamientos referidos a los rótulos, y se pone el foco de atención desde un punto de vista netamente escolar y educativo, con un objetivo que apunta a la superación de la situación actual y al avance escolar.

En la escuela, hay un equipo transdicplinario, siempre se trabaja con un otro, ya no se remite más a llamarlo gabinete. Sino equipo, porque cada visión de los profesionales, aporta a la mirada integral de los niños y sus familias.

Ahora bien, en este contexto educativo se inserta el Trabajo Social como integrante de un equipo transdiciplinario, esta modalidad de intervención es la “más adecuada pero también la más difícil de lograr por cuanto supone trascender los límites de la disciplina logrando con el equipo profesional un marco de referencia común, un mismo modo de interpretación y acción pudiendo complementarse y hasta sustituirse entre los profesionales de las Ciencias Sociales intervinientes” 2.

Las organizaciones institucionales (…) en su acción con familias, parten de modelos que están instituidos socialmente desde su imaginario y esperan que la familia cumpla con el modelo esperado (....) pero no se da muchas veces lugar a todas las formas, a la diversidad que tiene la organización familiar, la diversidad cultural, la diversidad de hábitos y costumbres, de tradiciones, de condiciones de vida, de modos de vida. Todo lo que no responde al modelo esperado suele considerarse anormal o incapaz de su autosustentación” 3

Si desde nuestra profesión se parte por concebir a la familia desde otra visión, es aquí donde se pone en conflicto las intervenciones de los docentes con las del trabajo social. El docente hace hincapié en que la familia no se ocupa, es irresponsable y -desde nuestra profesión- visualizamos que esa respuesta es simplista.

Las instituciones la conforman las personas, allí hay docentes, directivos, y profesionales que interactúan cotidiamente en pos del bienestar del estudiante 4 . Estos actores sociales visualizan al trabajo social como ligado a un rol asistencial, puramente de control social, sería una especie de juez de la familia, quien verifica continuamente si es buen padre o mal padre. Que tiene que comprobar continuamente si los padres se ocupan del niño, si hace tratamientos psicológicos, psicopedagógicos.

Esta mirada individual se traduce en el “Trabajo Social como el Caso Social Individual que se asienta en el positivismo, donde se tensiona lo normal y lo patológico en términos del modelo médico hegemónico tomando al individuo como un sujeto aislado que debe ser capaz de su autodesarrollo, y por otro lado se asienta en el estructural funcionalismo al considerar que el sujeto debe ser funcional al sistema familiar-social (….)” 5

Desde esta concepción la intervención tendría por objeto “reparar las fracturas sociales asignadas a individuos de determinadas clases y grupos socialmente relegados”. 6

Entonces, se parte de la idea de no considerar a la familia desde una visión positivista, sino desde una visión Critica, ubicando a la familia como una organización de carácter universal, pero que adquiere en cada contexto formas particulares.

Las familias cambiaron a lo largo del tiempo, ya no hablamos solamente de la familia nuclear con padres e hijos, sino que hay una diversidad de formas de ser familia hoy.

En las escuelas de recuperación se puede ejercer una función asistencialista, sin embargo el modo de intervención puede dar un giro, que involucre romper con el pragmatismo y el empirismo, a través de una intervención fundada, “pasar de un objeto real a un objeto construido teóricamente (…) traducir lo descriptivo abstracto en categorías conceptuales que permitan (…) elaborar estrategias de acción” 7. La comprensión y la explicación son fundamentales para entender y definir el quehacer profesional. Es por lo dicho, que el instrumento de poder con el que cuenta nuestra profesión es el “informe social”.

Sin embargo, hay otras herramientas que se utilizan en las escuelas como lo son: el registro en las actas, mediante el cual se plasma cada intervención, pero que se realiza desde un plano descriptivo.

Las entrevistas a las familias, quedan registradas para dar cuenta de lo trabajado, y de las estrategias a implementar a futuro.

En las relaciones cotidianas, intervenir toma la forma del trato humano, la forma en que el profesional se posiciona ante el llenado de un formulario para una beca escolar, que garantiza la merienda del niño.

En las visitas domiciliarias, pese a que la familia piensa que uno es juez de sus vidas cotidianas, pero se puede cambiar el foco y priorizar la comprensión y escucha, para reflexionar con el “otro” objeto de intervención, la mirada que tiene sobre sí mismo, y acompañar para que tenga otra visión, y apunte al cambio en su vida cotidiana 8, entendida como el cúmulo de actividades que realizan las familias a lo largo de sus vidas, a escala de lo particular e involucra además las significaciones y sentidos que adquieren para los sujetos que la integran.

Muchas veces esta cotidianeidad, impide reflexionar sobre las condiciones presentes y futuras, porque las familias viven el día a día y elaboran constantemente estrategias de supervivencia para sobrevivir. Esto obstaculiza poder revertir ciertos aspectos de su vida, que parecen inamovibles a simple vista, pero que si se interviene en descotidianeizar esa realidad posibilita reflexionar y llegar al cambio.

Es por lo expresado que el Trabajo Social interviene dentro del contexto educativo, mediante el trabajo en equipo, con otras disciplinas, donde se complementan todas las visiones profesionales para poder abordar los problemas y dificultades de los niños desde la singularidad. Cazzaniga refiere que “pensar la singularidad es comprender la posibilidad instituyente de todo sujeto, considerado pleno, con potencialidades y condicionantes, productor de la historia a la vez que producto de esa misma historia, lo que nos lleva a reconocer al otro como un sujeto de derecho, a la vez que nos exige la reflexión sobre las condiciones de vida presentes e históricas para entender sus necesidades e intereses y deseos” 9.

Entonces digo, que no hay recetas, sino que se realizan diagnósticos únicos, y estrategias particulares. A veces este modo de intervención se frustra, porque la realidad no es siempre la misma, al ser una ciencia social cambia constantemente la realidad.

Los docentes son parte de las intervenciones cotidianas, y eso hace que muchas veces, descarguen que el trabajo social no está haciendo su trabajo bien, porque el niño no realiza el tratamiento, o porque los padres “no se ocupan de sus hijos como debería ser” Y considera que esa es la única solución viable para que el niño se “encauce” y vaya por buen camino.

En conclusión, considero que si la visión de la comunidad educativa cambiase, podría comenzar a considerar en que lleva un largo trabajo a través de un proceso en el tiempo, que posibiliten trabajar junto a las familias, para que acompañen al niño en un cambio posible, desde una visión constructivista 10. Que posibilite comprender que la familia es una organización histórica, particular y concreta, desde una relación texto-contexto (espacio) y en una relaciones pasado presente y futuro (tiempo proceso) no solo desde el determinismo estructural externo sino como estructura social internalizada.

Para finalizar, el rol del trabajo social va a ser el de asistir para la prevención, promoción y organización familiar. En la búsqueda de resolución a las necesidades del grupo familiar, por medio de una acción planificada en lo estratégico, organizada en la acción y coordinada en la intervención entre los diferentes sujetos, partiendo de un análisis comprensivo, de los conflictos de la vida familiar.

Este es un trabajo que implica mucho compromiso, y posibilitaría salir de las encrucijadas, para poder apunta a un cambio real, y posible, desde una visión integral.

BIBLIOGRAFÌA:

  • De Jong, Eloísa. Capítulo I. “La familia en los albores del nuevo milenio”.Editorial Espacio, Buenos Aires. Año 1998.

  • Eroles, Carlos. “Familia y Trabajo Social”. Un enfoque clínico e interdisciplinario de la intervención profesional. Editorial Espacio. Año 1998.

  • Heller, Agnes. “Sociología de la vida cotidiana”. 5ta. Edición. Barcelona Ediciones Península. Año 1998

  • Jelin, Elizabeth “Pan y afectos. La transformación de las familias”. Editorial Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires, Argentina. Año 1998.

  • Cazzaniga, Susana, El abordaje desde la Singularidad, Cuadernillo temático nº 22. Material de la carrera de Trabajo Social. UBA. Taller Nivel IV. Año 2005.

  • Bourdieu, Pierre. “Razones prácticas”. Material de la carrera de Trabajo Social. Materia Taller Nivel IV, Facultad de Ciencias Sociales, U.B.A. Año 2005.

  • Donzelot, Jacques. “La Policía de las Familias”. Editorial Pre-textos. España - 1998

  • Heler, Mario. “Filosofía y Trabajo Social” Elucidación de un Campo Profesional. Editorial Biblos. Año 2002.


NOTAS

1 Identificación del tipo de necesidades educativas especiales. Material de la Escuela de recuperación Nro. 10. Irene Mailer y Haydeè Muslera. Año 2007.

2 “La familia en los albores del nuevo milenio” Capìtulo 1. Lic. Eloìsa de Jong. Editorial Espacio.

3 De Jong, Eloísa. Capítulo I. “La familia en los albores del nuevo milenio”.Editorial Espacio, Buenos Aires. Año 1998.

4 Hablo de estudiante y no de alumno ya que el término etiológico significa “sin luz”.

5 De Jong, Eloísa. Capítulo I. “La familia en los albores del nuevo milenio”.Editorial Espacio, Buenos Aires. Año 1998.

6 Heler, Mario. “Filosofía y Trabajo Social” Elucidación de un Campo Profesional. Editorial Biblos. Año 2002.

7 Op. Cit.


8 Todas las familias tienen una vida cotidiana, Agnes Heller la concibe como “el conjunto de actividades que caracterizan la reproducción de los hombres particulares, los cuales a su vez crean la posibilidad de la reproducción social (…) en toda sociedad hay una vida cotidiana y todo hombre, sea cual sea su lugar ocupado en la división social del trabajo tiene una vida cotidiana (…)Los particulares sólo pueden reproducir la sociedad si se reproducen en cuanto particulares (…) el particular forma su mundo como su ambiente inmediato”.

9 Cazzaniga, Susana. “El abordaje desde la singularidad”. Cuadernillo temático Nº 22. Argentina, Año 1997.

10Bourdieu define al constructivismo como esquemas de percepción, pensamiento y acción constitutivos de los que denomina “hàbitus”, que tienen los sujetos que conforman el grupo familiar y los sujetos vinculados al grupo, intentando detectar el papel que pueden estar jugando las representaciones hegemónicas produciendo tensiones entre los material y lo simbólico, entre lo real y el deseo.



* Datos sobre la autora:
* Carolina Daiana Lemos
Licenciada en Trabajo Social. U.B.A.
Actualmente realizando la Especialización en Violencia Familiar en la UMSA

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