Periódico de Trabajo Social y Ciencias Sociales Edición digital |
Por:
Prohibido jugar
En
1866, designado por el presidente Juárez Celman, asumió
la Jefatura de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires el
Coronel Aurelio Cuenca. Su gestión se inaugura con un
edicto “Se prohibe que los menores se entretengan en el
juego del barrilete en la vía pública”. En
1892 el Dr. Daniel Donovan a cargo del mismo organismo, con
otro edicto prohíbe esta vez “que los menores jueguen
a la pelota en las calles de la ciudad” 2.
Los reglamentos de los conventillos obligaban
a que los niños no pudieran jugar en los patios 3,
razón ésta que sólo les dejaba la calle para
poder jugar. La visibilidad que comenzaba a tener la infancia
inmigrante en el ámbito público, daría pié
a las preocupaciones por su control, no así por su protección.
La
cuestión social
Durante
medio siglo el Estado Argentino no se ocupó de la cuestión
social de los trabajadores y sus familias quienes decididamente
sufrían la indiferencia legal en la nueva tierra a través
de las injustas condiciones laborales a las que se hallaban
sometidos, lo que se traducía en deplorables situaciones de
vida.
La
jornada laboral se extendía hasta 14 horas por día,
incluido el domingo, sin feriados ni licencias ni vacaciones.
El
trabajo de niños y mujeres: desde los 6 años en
adelante, en iguales condiciones que los varones adultos, pero con
menor salario.
La
situación de la infancia: 63 % de vagancia infantil, un 33 %
de niños condenados con penas de cárcel, un 34
% de alcoholismo en los jóvenes, el 59 % de los nacimientos
ocurridos en las casas de maternidad de la ciudad correspondían
a mujeres solteras y menores de edad registrándose en los
prostíbulos un 75 % de niñas. El 16 % del total de
suicidas correspondía a jóvenes cuyas edades oscilaban
entre los 16 y los 20 años. Por último los
índices de mortalidad infantil habían alcanzado el 17
%. El Patronato de la Infancia de la ciudad de Buenos Aires internó
entre 1880 y 1912 a 32.725 niños. En el mismo período
murieron dentro de las condiciones de privación a las que
eran sometidos el 51 por ciento de esos niños.
A
pesar de que esta gravísima situación fuera denunciada
por los más eminentes médicos higienistas de la época
sirviendo de fundamento a 12 proyectos presentados desde 1890 hasta
1904, recién en 1905 la legislación argentina reconoce
el derecho del obrero al descanso dominical. Mientras tanto, para la
infancia y las mujeres la situación seguiría siendo
penosa por mucho tiempo más. Diez proyectos presentados entre
1892 y 1903 quedaron en el camino 4.
La
oligarquía política sí tuvo tiempo en cambio
para legislar sobre la represión a los trabajadores e
inmigrantes: En 1901 se creó la Sección Especial
destinada a perseguir al anarquismo y al socialismo, oficina policial
que en 1904 amplió sus funciones convirtiéndose en
Comisaría de Investigaciones para controlar las actividades
políticas. En 1902 el Congreso sanciona la Ley de
Residencia, proyectada por el senador Miguel Cané
(h). En 1911 el Presidente Roque Sáenz Peña
emite un decreto que institucionalizaba el papel
represivo de las fuerzas de mar y tierra en las huelgas ferroviarias.
En pocas palabras quienes no aceptaran someterse al estado de
situación imperante pasarían a conformar la categoría
de hombres peligrosos, al decir de Alfredo Palacios y sus vidas
tendrían como corolario la represión.
Manuel
Gálvez expresa claramente lo que sería la ideología
y el método de la política
oligárquica en los últimos cien años.
“... la mejor medida de policía espiritual será
expulsar del país a todos los apóstoles de religiones
extranjeras y de doctrinas sociales internacionalistas. La
Constitución es sin duda muy respetable, pero la nacionalidad
debe primar sobre la Constitución; la salvación de
aquélla exige la violación de ésta” 5.
La
rebelión de las escobas
“Ocho
mujeres cargaban a pulso el féretro del niño asesinado
por la policía comandada por Ramón L. Falcón.
Pero el camino hecho a pie, desde Barracas hasta Chacarita era largo,
entonces se turnaban con otras mujeres. Aunque en algún punto
hubo que dejar el cajón en la calle para defenderse de la
represión policial que ni a los muertos respeta. Detrás
del ataúd, cerca de 700 vecinas de los conventillos
encabezaban una columna de más de 5000 trabajadores que
abandonaban talleres y fábricas para concurrir al sepelio del
joven mártir. Era un cortejo imponente de los vecinos más
pobres de Buenos Aires” 6.
Corría
el año 1907 en Buenos Aires. El Censo
Municipal de 1904 decía que había 11,5 personas
por casa en la Capital Federal, casi todas ellas de un solo piso. La
estadística informaba que de los 950.891 habitantes de la
ciudad, 138.188 vivían en las 43.873 habitaciones que componen
las 2.462 casas de inquilinato porteñas; es decir que, más
del 10 % de la población se albergaba en conventillos. Una
familia vivía en una o a lo sumo dos piezas, por
las cuales pagaba casi la mitad del salario que percibía
entonces un obrero. Los costos de habitaciones humildes eran ocho
veces mayores que en París y Londres.
En
agosto la Municipalidad decreta un aumento en los impuestos para
1908. Los propietarios de las casas de inquilinato suben los
alquileres para anticiparse a los hechos y cubrir los nuevos
desembolsos. Frente a esta decisión los inquilinos de un
conventillo propiedad de Pedro Holterhoff, situado en la calle
Ituzaingó 279, rehúsan pagar el alquiler. Pronto, otros
conventillos imitan la actitud; 500 conventillos responden a la
medida de fuerza y el movimiento se extiende a Rosario, Bahía
Blanca, Mar del Plata, Mendoza y La Plata, llegando a participar unas
140.000 personas en todo el país y en Buenos Aires unas
120.000, es decir, alrededor de un 10% de la población de la
ciudad 7.
Los
niños anarquistas
La
Revista Caras y Caretas refleja en sus páginas un fenómeno
surrealista para la época…"Hasta los muchachos
toman participación activa en la guerra al alquiler. Frente a
los objetivos de nuestras máquinas, desfilaron cerca de
trescientos niños y niñas de todas las edades, que
recorrían las calles de la Boca en manifestación,
levantando escobas “para barrer a los caseros”. Cuando la
manifestación llegaba a un conventillo recibía un nuevo
contingente de muchachos, que se incorporaban a ella entre los
aplausos del público” 8.
Pero
en La Boca, especialmente, fueron los niños los que salieron a
la calle en manifestación, invirtiendo así todos los
valores admitidos hasta entonces. Toda esta grieta en la historia de
una Argentina que se acerca al Centenario y esta naciente y
descomunal trasgresión social preocupa sobremanera a la
oligarquía política de entonces. La
Ley de Residencia se pone en marcha, son deportados a sus países
de origen los sindicalistas anarquistas
Roberto D' Angió, Mariano Forcat, Ramón Antoñeda,
José Pañeda, Cuido Monachessi, José Pérez,
Alfonso García de la Mata, Manuel Lourido entre otros por
organizar campamentos donde los ex
inquilinos (familias desalojadas con mangueras de alta presión
por el cuerpo de bomberos y que perdían los pocos bienes que
poseían) pudieron alojarse en el invernal agosto de 1907.
María
Collazo, Virginia Bolten y Juana Rouco Buela,
son las mujeres que marcharán al exilio por haber participado
de estos hechos en calidad de “anarquistas agitadoras”;
la última de ellas en
sus memorias escribió: “A
los 18 años, la policía me consideró un elemento
peligroso para la tranquilidad del capitalismo y el Estado.”
"Anarquista
se nace" decía el Coronel mirando a Miguelito Pepe,
un orador anarquista de sólo 15 años que allá en
1907, en la Huelga de inquilinos
les hablaba a los chicos y sus madres sobre la injusticia, la miseria
y la justa explosión de los explotados. El coronel odiaba a
esa gente sucia, extranjera, con ideas raras… hay que
matarlos de chicos pensaría como otros coroneles de otros
años. En la única foto que se conserva se lo ve a
Miguelito arriba de una mesa con gesto de orador. Vinieron los
desalojos, los tiros y Miguelito quedó herido en un brazo, el
que levantaba para hablar. "Barramos con las escobas la
injusticia de este mundo" se le escuchó decir. A los
pocos días, una hermosa manifestación de escobas
recorría Buenos Aires, miles de escobas como armas barriendo
la Tierra y el cielo, anunciando tormentas de rayos rojinegros” 10.
Dice
el Dr. Luis Agote, consternado ante estos hechos…-¿Qué
deberíamos hacer con esos chicos? “…
constituyen un contingente admirable para cualquier desorden social
siguiendo por una gradación sucesiva de esta pendiente
siempre progresiva del vicio, hasta el crimen, van a formar parte de
esas bandas anarquistas que han agitado la ciudad en el último
tiempo".
Niño
pobre= delincuente
El
Dr. Luis Agote evidentemente ya casi fuera de quicio,
sostiene: “Yo tengo la convicción profunda de que
nuestra Ley falla si no llegamos a suprimir el cáncer social
que representan 12 a 15 mil niños abandonados moral y
materialmente
(que)
finalmente caen en la vagancia y después en el crimen” 11.
Las
vísperas del horror
Las
crueles condiciones laborales y de vida eran el paisaje común
en la Argentina de principios del siglo XX. Con una población
sometida hasta el esclavismo y frente a intereses políticos,
eclesiásticos y económicos que abiertamente daban la
espalda a los trabajadores, en 1916 asumía la presidencia el
radical Hipólito Yrigoyen sosteniendo una política
pendular hacia las huelgas, que osciló entre la represión
y la conciliación obligatoria. La represión consistió
en la persecución, tortura y matanza no sólo de
dirigentes obreros sino de cualquiera que se considerara “peligroso
para la sociabilidad” tal como rezaba la justificatoria ley
4144. Dentro de ese concepto, ingresaban los “rusos judíos”
como categoría a reprimir. Fue por eso que 1919 no fue
cualquier año en Argentina. La
orgía de sangre
El
entierro de las víctimas partió de la misma fábrica
a las 15 hs., en una procesión que acompañaron más
de 200.000 personas. Los tiroteos acosaron la colosal columna fúnebre
durante todo el trayecto pero la masacre se desató en el
cementerio de la Chacarita a las 17 hs. Mientras los oradores se
dirigían a la multitud, más de 50 hombres, mujeres y
niños murieron bajo las balas del ejército, la policía,
bomberos y civiles armados por el Círculo Naval 14”.
La
aprobación de la Ley 10903
La
Prensa decía en sus páginas que “miles de
delincuentes y una multitud de vagabundos, compuestas por
adolescentes arrojados a los desórdenes por carecer de cuidado
y por la indiferencia del gobierno fueron los principales
responsables de la violencia”, en tanto que en el Senado,
Pedro Echagüe afirmaba “y lo más grave
respecto a la huelga es la parte que desempeñaron en ella
jóvenes y muchachos entre los 10 y los 20 años. Ellos
han estado en la primera fila arrojando las primeras piedras y
encendiendo los primeros fósforos” 21.
El
Dr. Luis Agote, aprovechó para volver sobre su olvidado
proyecto, pero esta vez con nuevas argumentaciones vinculando los
sucesos de la Semana Trágica a la niñez abandonada y
delincuente: [...] “en los días aquellos de la Semana
Trágica los que encabezaban todos los movimientos, los que
destruían, eran turbas de pilluelos que rompían
vidrieras, destruían coches, automóviles, y que en fin,
eran los primeros que se presentaban en donde hubiera desorden…los
que iban a la cabeza en donde había un ataque a la propiedad
privada o donde se producía un asalto a mano armada, eran los
chicuelos que viven en los portales, en los terrenos baldíos,
y en los sitios obscuros de la Capital Federal” 22.
Finalizaba
así el año 1919, y nuestro país ya disponía
–gracias al Dr. Agote- de un segundo instrumento
represivo, esta vez contra los hijos de los inmigrantes. El primero
había sido contra sus padres: La Ley de Residencia. Nada dijo
este gran benefactor argentino de la infancia pobre y desamparada
sobre el genocidio de esos días. Quiso la
historia que la suya fuera la primer ley represiva de menores
sancionada en latinoamérica, y que fuera también la
última en salir vergonzosamente tarde de escena.
Lamentablemente no podemos decir lo mismo de las ideologías
que la elaboraron ni de las prácticas que la mantuvieron
vigente durante casi un siglo.
En memoria de todos
aquellos valientes gringos, hermanos y compañeros
CITAS
Y FUENTES 1
Mcgee Deutsch, Sandra “Contrarrevolución
en la Argentina 1900 – 1932”. También es
citado por Clarín, Buenos Aires, 27/05/2000
(http://www.clarin.com/suplementos/zona/2000-08-27/i-00902d.htm
2
Morlachetti, Alberto. “Los niños y los
oficios callejeros (Fines del siglo XIX - Principios del XX)”.
05/10/06. En www.pelotadetrapo.org.ar
3.
Ponce, Gustavo. “Los
hijos invisibles del Estado: consecuencias en la vida adulta de la
tutela estatal”. OSIA (Observatorio de Políticas
Sociales de Infancia y Adolescencia) UNESCO – SIEMPRO. Los
reglamentos de los conventillos que prohibían la permanencia
de los niños durante el día, la alta deserción
escolar y el desarrollo de prensa como industria -los diarios
fomentaban para su venta la existencia de los niños
canillitas-, contribuyeron, entre otros factores, a aumentar la
presencia de los niños en las calles de Buenos Aires. Cada
conventillo tenía un reglamento interno. En reiteradas
oportunidades éstos imponían condiciones arbitrarias a
los inquilinos. Por ejemplo prohibían lavar ropa, recibir
huéspedes, tocar instrumentos musicales o mantener animales o
niños en las habitaciones. El encargado se atribuía el
derecho a inspeccionar las piezas a cualquier hora y cerrar la
vivienda cuando se le ocurriera. Cualquier infracción servía
como excusa para el desalojo.
4
Aspell, Marcela. “La cuestión social en el
último cuarto del siglo XIX: los proyectos presentados a las
cámaras del Congreso Nacional”. En revista:
Anuario: Nro 4. CIJS, Centro de
Investigaciones Juridicas y Sociales, Facultad de Derecho y Ciencias
Sociales, Universidad Nacional de Córdoba.
5
Vazeilles, “El fracaso argentino. Sus raíces
históricas en la ideología oligárquica”.
6
Buela, Juana Rouco, “Historia de un ideal vivido
por una mujer”
Publicado en la Red Informativa de Mujeres de Argentina, enero
2002.
7
Penettieri, José. "Los Obreros - su nivel
de vida en Buenos Aires" Biblioteca argentina
fundamental. Serie complementaria: Sociedad y Cultura/18. Centro
Editor de América Latina. 1982..
8
Caras y Caretas, Nº 468, 21 de
septiembre de 1907
9
La Prensa, 15 de noviembre de 1907, p. 5
10
Pigna, Felipe. “Anarkos”.
http://www.elhistoriador.com.ar/
11
Dr. Luis Agote, sesión de diputados del 28 de agosto
de 1919. Citado en Periodismo Social. “Los Derechos del
Niño, la otra deuda interna”. Copyright ©
2004 periodismosocial.org.ar
12
Sarmiento, D.F. En “De los Castigos en las escuelas
y de la autoridad del maestro de 1858”, Tomo XXVIII, Ideas
Pedagógicas. Imprenta y Litografía Mariano Moreno.
Buenos Aires, pág 254
13
Rouquié, Alain, “Poder militar y sociedad
política en la Argentina”. II 1943-1973, Buenos
Aires, Emecé, 1982, p. 109
14
Estos civiles fueron armados (organizados como fuerza paramilitar
al estilo de la falange española o las camisas pardas y
negras de los fascismos italiano y alemán) en el Centro Naval
por el almirante Domeq García, monseñor Miguel
D’Andrea y el Vicario General de la Armada monseñor
Agustín Piaggio), tuvieron esa noche la misión
principal de atacar los barrios de la comunidad judía: eran
la “guardia blanca”, denominación que después
cambiarían por el de “Liga Patriótica Argentina”
donde estaban enrolados entre otros Martínez de Hoz,
Joaquín Anchorena, el perito Francisco Moreno,
y los radicales Carlos M. Noel, Vicente Gallo y
Leopoldo Melo. En Fihman, Pablo R. “A 80
años de la Semana Trágica. Pogrom en Buenos Aires”.
De acuerdo a las estadísticas, en Buenos Aires había
entre 70.000 y 100.000 habitantes judíos. Las cifras que se
manejan sobre los muertos en enero de 1919 demuestran la crueldad de
los hechos. A ello hay que sumar los heridos y las violaciones.
Cuántos judíos porteños nacieron en esa época
y cuántos abortos se practicaron, son dos interrogantes que
no tienen respuesta todavía… En la revista Hechos
de la Historia Judía, hay un trabajo de Salominsky donde
se transcribe parte de un texto de José Mendelson que
constituye un aporte central sobre la cuestión. "Las
matanzas antijudías en Europa Oriental -decía
Mendelson- fueron un juego de niños en comparación con
lo que ocurrió en las calles porteñas. Pamplinas son
todos los pogroms al lado de lo que hicieron con ancianos judíos
en las comisarías 7a y 9a, y en el
Departamento de Policía. Jinetes arrastraban a viejos judíos
desnudos por las calles, les tiraban de las barbas y cuando ya no
podían correr, su piel se desgarraba raspando contra los
adoquines mientras los sables y latigazos caían y golpeaban.
Sólo dos décadas después, bajo la Alemania
hitlerista, quizá podamos hallar episodios semejantes".
15
Forte, Riccardo “La semana trágica de 1919:
crisis liberal, protesta social y fortalecimiento del poder militar
en Argentina”. Artículo
publicado en Martha Ortega Soto, José Carlos Castañeda
y Federico Lazarín Miranda (comps.), Violencia: Estado y
sociedad. Una perspectiva histórica, México,
Miguel Angel Porrúa – Universidad Autónoma
Metropolitana, México 2004.
16
(Archives Diplomatiques du Ministére d’Affaires
Etrangéres de France, Amerique 1918-1940, sous serie
Argentine, 8). Ese diplomático también comentó
el caso de un delegado radical que en el Comité Capital de su
partido se ufanaba de haber matado en un solo día cuarenta
rusos judíos. En Andreassi,
Alejandro. “Dictadura militar en Argentina (1976-1983):
naturaleza y antecedentes del Estado genocida”.
http://www.espaimarx.org/2_21.htm
17
(Records of the State Departmen, Republica Argentina, ítem
835.5045/92, pág. 8). En Pradas, Josep
, Fihman, Pablo
R. “Pogromo
en Buenos Aires”. Lateral:
Revista de Cultura,
ISSN 1134-8755, Nº.
111, pag. 39. Universidad
de La Rioja, España, 2004.
18
En su libro "La Semana Trágica", el
comisario A. Romariz (oficial de la seccional 34a. de la
Boca, durante los sucesos), estima en 800 los fallecidos y en 4.000
los heridos. Agrega detalles escalofriantes: los cadáveres
eran rápidamente incinerados conforme a indicaciones del
general Dellepiane. En Mágicas Ruinas. Crónicas
del Siglo Pasado. “Semana
Trágica,
Buenos Aires bajo el terror y la muerte”.
www.magicasruinas.com.ar
19
Fueron detenidas unas 55.000 personas en todo el país. La
isla Martín García fue la prisión para los
“extranjeros” que serían luego deportados,
mientras que los que eran “argentinos” fueron llevados
al penal de Ushuaia. Dos lugares en los que tanto Agote como
Wilde pensaron usar para encerrar a los “menores
abandonados y delincuentes”.
20
Godio, Julio. “La Semana Trágica de enero
de 1919”. Hyspamerica.1986. Citado por Sarlengo,
Andrés en “Dios, Patria y Capital”.
Contrapuntos, 2006.
21
Rock, David, “Lucha civil en la Argentina. La Semana
Trágica de enero de 1919” en Desarrollo
Económico, vol. 11,n° 42-44, julio 1971/marzo
1972, pp. 165-215. En www.educ.ar
22
Dr. Luis Agote (HCD; 1919:686) Citado en
Elias, María Felicitas. “Relaciones
bifrontes entre las niñeces-infancias/adolescencias
argentinas y el instituto adoptivo”. IV Jornadas
Regionales, I Jornadas Nacionales Interdisciplinarias de Adopción
en Mendoza.
|