Edición N° 43 - primavera 2006
Editorial
¿Una nueva Guerra Santa?
El Papa Benedicto XXVI deslizó un comentario sobre el mundo musulmán, utilizando una cita de un emperador bizantino del Siglo XIV, señalando "muéstrame que ha traído Mahoma que fuera nuevo, y allí sólo encontrarás cosas malignas e inhumanas, tales como su orden de extender mediante la espada la fe que él predicaba".
Escrito quizás por la misma pluma, el presidente de Estados Unidos de Norteamérica sacudió con fuerza afirmando en su reciente mensaje que "Osama Ben Laden y otros terroristas todavía están prófugos. ...es claro: no importa cuánto tiempo tome, Estados Unidos los encontrará, y los llevaremos ante la justicia". Confirmó el empeño de continuar su "guerra al terrorismo".
En otro pasaje, señaló: "derrotaremos a nuestros enemigos, protegeremos a nuestro pueblo y llevaremos el siglo XXI a una era brillante de libertad humana".
Bush añadió en su mensaje que los estadounidenses "enfrentamos un enemigo determinado a llevar la muerte y el sufrimiento a nuestros hogares", y advirtió que su administración continuará en el esfuerzo por derrotar al terrorismo.
¿Qué es esto más que una nueva declaración de guerra a la humanidad, justificada otra vez desde las altas esferas del poder de la Iglesia de Occidente?
La misma Iglesia que en 2000 (año del Jubileo) pidió perdón por su participación en la Conquista de América,
y otros pecados cometidos en sus dos mil años de historia, vuelve a colocarse al lado de quien no vacila en usar todos los medios a su alcance para imponer salvajemente el dominio de un grupo poderoso de empresas. A los personeros del Capitalismo, las Multinacionales y su brazo armado el imperio estadounidense no les tiembla la mano: el mundo puede librarse de miles de millones de seres humanos mientras los recursos naturales y culturales sean de su absoluta propiedad.
En el último mundo del subdesarrollo nos despertamos todos los días con noticias que nos reiteran muertes por desnutrición; muertes por violencia doméstica; muertes por violencia social.
¿Cómo encarar el futuro sin tener en cuenta las invasiones y conquistas a las que fuimos sometidos?
¿Cómo vivir nuestro presente negando los crímenes cometidos por las dictaduras genocidas manejadas por las potencias?
¿Cómo proyectar un futuro sin considerar la ilegalidad de las Deudas Externas que condenan a millones de personas a la más absoluta indefensión?
¿Cómo ponerse de pie cuando nos siguen golpeando los personeros imperiales, otra vez disfrazados con el ropaje fingido de una democracia sin contenido?
¿Quién declaró entonces el fin de la historia?
Enfrentar con dignidad cada acto de nuestra vida pone en tela de juicio semejante plan de muerte y destrucción.
Con la esperanza de que ése será el modo en que la vida triunfará.
José Luis Parra
|
|