Periódico de Trabajo Social y Ciencias Sociales Edición digital |
Pequeñas localidades, cuestión social e intervención
Por:
Las transformaciones económicas
y productivas de las últimas décadas han generado una
nueva configuración territorial en el medio rural. La vigencia
de un modelo económico que no derrama sus ganancias sobre los
diferentes sectores sociales, la fuerte tendencia a la monoproducción
agrícola, la vigencia de nuevas formas productivas que
eliminan mano de obra y puestos de trabajo, la centralización
de los recursos los medios urbanos, el cierre de ramales del
ferrociarril, entre otras razones impactan en las modalidades de
asentamiento poblacional. Mientras que en las últimas cuatro
décadas, la población de la provincia de Buenos Aires
se ha duplicado, en cerca de 300 pueblos de la provincia, la
población se mantuvo o decreció. En general son
pequeños pueblos rurales de menos de 3000 habitantes que
vienen siendo víctimas de múltiples postergaciones
producto de múltiples largos períodos de desinversión
y transformaciones en las que se destaca la pérdida del rol de
proveedor de servicios para la producción agropecuaria
regional.
La realidad social de los pequeños
pueblos de la provincia no escapa a estas transformaciones. Desde el
punto socioproductivo, la sociedad rural tradicional se fragmentó
en diferentes estratos sociales afectados por permanentes fenómenos
de migración desde el campo hacia el pueblo y de éste a
la ciudad. Esta cuestión soicial se caracteriza por niveles de pobreza que llegan, en casos, a abarcar a la totalidad de los habitantes del pueblo. La desaparición permanente de puestos de trabajo se agravacon la ausencia casi total de empleos para mujeres. La flexibilización de las condiciones laborales y la precariedad laboral que repercuten en las familias de los empleados rurales llevan, en muchos casos a conductas de cierto "nomadismo" cuando empleados rurales y sus familias deambulan por los distintos campos o pueblos sin una estabilidad, pertenencia, arraigo o en un determinado lugar.
Ante esta cuestión social, la
respuesta típica ha sido la aceptación espontánea
de la migración como forma de resolver la no inclusión
y la búsqueda de adaptación al medio en otra sociedad.
La respuesta desde la
intervención
En estos espacios es donde se conoce y se da valor a la singularidad
de cada localidad, de cada persona y de cada grupo. Es ahí
donde se identifican y se ponen en valor los saberes, los lazos
sociales y las estrategias de sobrevivencia con el propósito
de enraizar en la singularidad de la cultura local, las futuras
respuestas de la intervención. En este momento etnográfico
se pudo indentificar al trabajo familiar y grupal como medios que
alimentan el deseo de mantener unida a las amilias y la comunidad
local, el apego a la tierra, el amor al terruño propio.
El fortalecimiento socioproductivo supone un segundo momento o proyectivo o prognosis. A partir de la identificación de los elementos diagnósticos, basándose en la raiz se construye una visión estratégica que permita una reconstrucción de una trama social inclusiva a partir de ciertos pasos y requerimientos lógicos. Las propuestas que se elaboran tienen que ver con la construcción conjunta de opciones que permitan una recomposición de la trama social, de los lazos sociales, una recuperación de los saberes asociados a la obtención o mejora de medios de vida. Estos proyectos deben enmarcarse en estrategias mayores denominadas de desarrollo local puestas en vigencia por el Estado local, provincial y nacional que generan las condiciones necesarias para que los protagonistas de estas acciones socioproductivas puedan recuperar el control, la propiedad y el usufructo de ciertos recursos estratégicos necesarios para garantizar los medios de vida indispensables para asegurar una vida digna de las familias trabajadoras. La experiencia de intervención social de más de dos años en estas pequeñas comunidades nos permite poner algunas cuestiones en debate. Podemos empezar por debatir cuáles son las fuerzas que pueden motorizar esta acción social? Debemos subsidiar a los sectores desocupados? Debemos trabajar desde el estado desde las organizaciones?.
El deseo de mantener los lazos
familiares y el arraigo
Surge muy claramente al comenzar los primeros encuentros con los pobladores, que los valores que pueden cumplir motorizar la recreación de una sociabilidad alternativa son, desde el punto de vista de la resolución material, aquellos elementos desde los que se pueden identificar, el trabajo, la tierra y los saberes y deseos asociados a ellos. Desde un punto de vista simbólico, pero íntimamente asociado a estos últimos sobresale la cuestión afectiva de mantener a la familia unida y garantizar su bienestar. Estos valores cumplen la función de raiz que permitirán amalgamar lo nuevo con lo viejo.
Surge de los testimonios vertidos en
los diagnósticos participativos, fuertes valores capaces de
sostener y motorizar una sociabilidad alternativa: sus familias, sus
saberes, sus identidades asociadas a la pertenencia al pueblo, su
identidad como trabajadores. Estos pueden ser puntos de apoyo donde
intentar cimentar una nueva inserción productiva alternaticva
y con ésta la construcción de una nueva persona, de un
nuevo grupo y de una nueva comunidad.
Pero hacia donde avanzar? Es aquí
donde debemos hacer lo posible para que la población no se
embarque en proyectos que la van a volver a llevar a nuevos fracasos.
La intervención reclama un conocimiento válido sobre el
futuro de las actividades a emprender. En este momento se impone un
severo análisis transdisciplinario de viabilidad y
factibilidad de los proyectos sociales como parte de la
responsabilidad profesional a la que la población tiene
derecho. Es preciso aclarar que las acciones sociales económicas no deben apuntar a construir una "vinculación creciente a los mercados" como propone Schejtman y Berdegué (Schejtman; 1:2003), dado que esto fue en sí parte de lo que los llevó a dicha situación. Este tipo de acciones sociales deben enmarcarse en una estrategia económica alternativa más adecuada a este tipo de territorios, marginales dentro del esquema de organización global de la economía. Un esquema contrahegemónico puede ser la construcción de subsistemas de economía popular (Coraggio; 73:1998), donde el Estado local es parte esencial y socio estratégico de este subsector para el mantenimiento de mercados protegidos.
El criterio de
especialización creciente y de integración para la
búsqueda de escala de las unidades económicas debe ser
revisado en función de entender que cada hogar puede integrar
un ingreso a partir de poner en práctica diversas estrategias
económicas basadas en actividades complementarias e inclusive
ensayar la multiactividad de sus miembros y la multiplicidad de
formas de realización del fondo de trabajo personal dentro y
fuera del hogar.
Por ejemplo, muchos hogares de los
pequeños pueblos se ven sometidos a fuertes carencias debido a
la inestabilidad que produce depender de empleos en el campo donde la
precariedad y la discontinuidad laboral hacen que muy seguido las
familias se queden no solo sin ingreso sino al mismo momento sin
vivienda.
El cambio en las jerarquías
sociales, una oportunidad social?
Este lugar social dominante no está siendo revalidado por los
nuevos dueños del campo como son los administradores de los
pooles de siembra. La nueva burguesía agropecuaria no se hace
presente en el pueblo sino solo a través de frágiles
discursos mediáticos y prácticas infundidas en los
pocos agentes intervinientes en las nuevas modalidades productivas. A
su vez estos agentes interactúan socialmente cada vez menos en
el pueblo debido a la propia exclusión del pueblo del esquema
de organización de la producción agropecuaria.
Intervenir con subsidios o
préstamos?
La presión política en contra de subsidiar a los desocupados y sus emprendimientos habla de la vinculación sistémica entre la mejora de las condiciones de vida de las familias de los desempleados, la afluencia a los mercados de trabajo y los precios de la mano de obra. Esta vinculación constituye el régimen social de acumulación vigente y se presenta como un supuesto básico subyacente en el diseño de las políticas sociales neoliberales.
Esta controversia se reproduce a nivel
microsocial generando una fuerte presión para eliminar o
reducir al mínimo el subsidio a las actividades de los
desocupados, ya sean estos subsidios al consumo o para autoproducir
un puesto de trabajo.
La intervención social se situó
desde una perspectiva ético política alternativa, la de
un Estado social, donde la dignidad de las condiciones de vida del
trabajador y su familia se encuentra por encima de la acumulación
de capital. Ante el imperativo hegemónico de "la
devolución" de la ayuda social, la intervención
social se realizó desde una perspectiva contrahegemónica
orientada por valores alternativos donde el capital se preserva pero
interviene con una clara función social.
Se trabaja con el Estado, con
las organizaciones libres del pueblo o los beneficiarios?
El Estado es la organización por medio de la cual se produce y se garantiza la ayuda social. Pero a su vez genera efectos de heteronomía, dependencia, clientelismo, entre otros. Por otro lado las OLP garantizan cierta autonomía e independencia pero sufren de falta de poder real y de autarquía financiera. La presencia directa de las personas y sus familias garantizan la apropiación social de lo recibido pero complejizan la elaboración de las soluciones a proponer.
El modelo organizacional que la
intervención está ayudando a construir genera un
arreglo cualitativo entre estos tres espacios. Este arreglo reconoce
como estructuras del mismo a los instrumentos legales que operan
coercitivamente dentro del mismo.
Conclusiones:
Un número importante de
familias que describían una trayectoria casi nómade
entre los campos y el pueblo encontraron condiciones para poder
arraigarse a partir de poder pensar en la perspectiva de reinsertarse
socialmente en un medio que ellos mismos están reconstruyendo
a partir de mantener continuidades con lo que son y lo que saben.
Queda pendiente la búsqueda de visibilidad, de poder y de mayor capacidad de demanda para un vasto sector de población que por su dispersión en territorios extensos y en gran medida "invisibles" para gran parte del Estado no alcanzan a ser oídos por el resto de la sociedad.
Bibliografía
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NOTAS 1 El Plan Volver fue llevado adelante por el ministerio de Desarrollo Humasno de la Provincia de Buenos aires durante los años 2003 a 2006 en unos 20 pueblos de 300 a 2000 habitantes de la provincia con problemas de despoblamiento. * Datos sobre el autor: * Eduardo López Doctor en trabajo social, Pontifica Universidad Católica de San Pablo. Docente en Trabajo Social y Política Social, Universidad Nacional de La Plata. Técnico del Ministerio de Desarrollo Humano de la Provincia de Buenos Aires. Volver al inicio de la Nota |
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