Periódico de Trabajo Social y Ciencias Sociales
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DESOCUPACION, POBREZA Y DESTRUCCION AMBIENTAL
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INTRODUCCION La desocupación, la subocupación y empleo en negro, son los emergentes de un injusto sistema de explotación. Sólo en Argentina, el índice de desocupación en áreas urbanas (no se mide la tasa de desocupación en las zonas rurales) se acerca al 16% de la población económicamente activa. Desocupados y subocupados alcanzan un índice del 30% de la PEA – población económicamente activa- (4 millones de personas). Pero el 48% de quienes tienen la fortuna de trabajar lo hacen en negro, sin registro, seguros, previsión social u obra social. Están desamparados frente a enfermedades, accidentes y desamparados frente al futuro, ya que no contarán con el beneficio de la jubilación, lo que constituye una sentencia a una vida desgraciada. El problema explotará dramáticamente en los próximos 20 años. La búsqueda de mayores ganancias habilita a los grandes emporios multinacionales a usar todos sus recursos, sean éstos legales o ilegales, para producir mayores ganancias, en el marco de referencia capitalista. No sólo se justifica la “legalidad de la pobreza” sino que cuando lo consideran necesario, se apartan del rigor de la ley para obtener mayores beneficios. Quizás
el asesinato de John F. Kennedy (1963) marque un hito. Desde ese
momento la humanidad asiste al impúdico espectáculo
ofrecido abiertamente por los medios de comunicación masivos en un
juego en el que las multinacionales cambian las reglas, manejan leyes
y justicia, construyen escenarios de conflictos e inventan enemigos
tal como lo adelantara George Orwel en su novela “1984”.
REPRODUCCION DEL CAPITAL De esta manera, las multinacionales reproducen el sistema generador de desempleo y pobreza, que consolida y aumenta la brecha entre ricos y pobres y el reparto desigual de la riqueza. Las recientes y escandalosas quiebras de Enron y World Com en EUA, constituyen puntos de inflexión que señalan el rumbo que han tomado las super empresas que dominan las estructuras formales de poder de los países. Con apoyo gubernamental, los responsables de estos fraudes han licuado sus responsabilidades. Quienes absorbieron el fraude han sido los miles de desempleados y los miles de accionistas que perdieron sus ahorros por confiar en el sistema capitalista y creer que que estaban del lado ganador sólo por vivir en el centro del poder imperial. Los fraudes y la corrupción son una cara del sistema. El vaciamiento y la rapiña funcionan también en el marco de la ley. El
ejemplo de General Motors (una de las más grandes productoras
mundiales de automóviles) aclara la dirección que ha
tomado el capitalismo mundial. En 1998 cerraron varias plantas en
Michigan, dejando en la calle a más de 30.000 obreros y
empleados. Las plantas fueron radicadas en otros países (como
México) en los que los salarios son paupérrimos y no
existen regulaciones sindicales ni legales de trabajo. La empresa
explicó que debía reconvertirse al nuevo sistema de
producción para no quebrar. Si algún iluso confió
en esta explicación, la realidad lo hizo despertar: a 7 años
de esta terrible medida que dejó pueblos enteros sumidos en la
pobreza, la General Motors plantea una nueva reconversión al
anunciar que en los próximos tres años despedirá
a otros 40.000 trabajadores, con el objeto de transferir su
producción a subcontratistas que emplean trabajadores no
sindicalizados y menos esclarecidos. ¿PAISES....
QUE ES ESO?
El fin de la Unión Soviética determinó un nuevo paradigma: la globalización absoluta de la economía del libre mercado. El gobierno de Estados Unidos de Norteamérica cumple hoy el rol de constituir la fuerza de choque de esas grandes empresas triunfadoras. De esta forma pueden entenderse cabalmente la invasión a Afganistán e Irak y el avance sobre los países musulmanes, o la dureza hacia Cuba y Venezuela. Otra muestra es el abandono e incumplimiento del Protocolo de Kyoto, la reducción de controles ambientales a las empresas petroleras o el aumento “explosivo” en los presupuestos para gastos militares. Otro
campo de acción de las corporaciones lo encontramos en el
manejo que tienen de los organismos internacionales que generan
medidas que serán ejecutadas obligatoriamente en todo el
mundo. Es notable la influencia ejercida por las multinacionales en
la Organización Mundial de Comercio. A sus encuentros y
sesiones asisten por cientos los lobbistas, como los que representan
a los Laboratorios, los que lograron por ejemplo el Acuerdo sobre
Derechos de Propiedad Intelectual, con el que lograron el monopolio
sobre el acceso de la población a los medicamentos genéricos.
Esa misma legislación ofrece el control absoluto sobre las
patentes, la manipulación genética y la biodiversidad.
OTROS ROSTROS DE LA DESOCUPACION Cuando se analizan los problemas económicos, los analistas coinciden en señalar el problema de la desocupación como causa fundamental de la pobreza y el subdesarrollo. Algunos lo ven como una etapa de crisis del sistema capitalista mundial (al estilo del crack de 1929). Otros lo entienden como un proceso natural surgido a partir del uso de las nuevas tecnologías que reemplazan la mano de obra humana. Se lo analiza también como la imposición de un nuevo sistema feudal. Hay quienes encuentran antecedentes en la República romana, en la que los lumpen prolatarios recibían pan y circo a cambio de votos para los senadores (políticos) que requerían pedir préstamos a los banqueros para invertir sumas importantes en las dádivas a los sectores populares, y que devolvían favores una vez en el poder (véase el caso de Julio César, en “César” de Jacques Maudalle). Durante la crisis mundial de 1930 se promovió un paradigma para el consumo masivo: la desocupación como elemento disociado de las prácticas de la política económica. Algo así como un castigo divino. Se caracterizó a la desocupación como una variable más en el modo de producción capitalista y se difundieron teorías con ese presupuesto. Las luchas de masas posteriores a la segunda guerra mundial demostraron la fragilidad de esos paradigmas. El poder económico debió utilizar métodos más violentos para reprimir los avances populares. América Latina sufrió una sangrienta represión durante la década del '70, impuesta por dictaduras militares con la utilización del Terrorismo de Estado (desaparición forzada de personas, torturas, asesinatos, cárcel, etc). Numerosos comunicadores sociales se encargaron entonces de promocionar el modelo de las políticas conservadoras de Reagan-Thatcher y sus socios en América Latina. Al fin, este paradigma sirvió de base para numerosas corrientes y estudios científicos liberales que colaboraron para minar el rol del Estado en la gestión de las políticas públicas. El
poder político impuesto por la fuerza en nuestro continente
tuvo dejó como saldo el desguase de los Estados durante la
década del '90; la destrucción de los aparatos
productivos; los procesos de privatización de las empresas
estatales; el endeudamiento externo; la sumisión a los
mercados financieros; la aceptación de pago por patentes a
productos químicos y biológicos.
LAS NUEVAS CONQUISTAS Las empresas petroleras y de comunicación se presentan como triunfadores en esta etapa. Sin embargo, el sistema de explotación no acaba en ellas. Un nuevo avance capitalista se produce en el campo de la genética y la producción de alimentos. Aparecen en el horizonte capitalista las que manejan la producción primaria de productos primarios agrícola ganaderos, que combinan la ingeniería genética con la química. Millones de seres humanos son obligados a modificar hábitos y sistemas de producción para satisfacer sus necesidades de captación y dominio de mercados. Durante miles de años, la humanidad desarrolló un aprendizaje pragmático que modificó la naturaleza de los vegetales. Esta estrecha relación entre humanidad-plantas, produjo la “revolución agraria o neolítica”. Constituyó el paso del nomadismo al sedentarismo, la agrupación en aldeas, la evolución de los sistemas económicos y políticos, es decir la transformación del ser humano. De allí la denominación “revolución”. La domesticación de los vegetales constituyó una apropiación de la naturaleza, modificándola para lograr un beneficio: la satisfacción de las necesidades básicas. En esa apropiación participaron millones de seres humanos durante millones de años. No
hace mucho tiempo (apenas unos 10.000 años) , esa intervención
produjo la transformación más notable en la vida de la
humanidad. Podemos decir que los productos generados a partir de esa
relación naturaleza-ser humano no son propiedad de nadie en
particular. Se trata de bienes de la humanidad. Una papa, un poroto,
una manzana, son bienes de la humanidad.
¿DE
QUIEN ES LA PAPA?
En realidad no estamos pagando por la papa en sí. Lo que reconocemos es el trabajo de producción, el de transporte y el de la comercialización. Si dejamos nuestra papa recientemente adquirida en un lugar húmedo, producirá brotes que podremos plantar y producir nuestra propia planta de papa. Ni el comerciante que nos vendió esa papa (que produjo nuevas papas), ni el que la transportó hasta el mercado, ni el productor que la sacó de la tierra, tendrán derechos sobre nuestras nuevas papas. Si bien herederas de las especies que se desarrollaron a partir del manejo humano en la antigüedad, se trata de otras papas. Esto es claro y lo determinan las leyes en vigencia en todo el mundo. Sin embargo, millones de años de humanidad y desarrollo tecnológico “anónimo” no significan nada para las apetencias capitalistas (determinadas por ese mandato original que es el de aumentar el capital). El colmo del triunfo del capitalismo en esta nueva etapa de globalización es el de la privatización de los bienes de la humanidad (al decir de Atahualpa Yupanqui, “las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas...”). En
nuestras propias narices nos han robado el maíz, la soja, el
algodón, y van por más, vienen por todo....
MODELO MONOPRODUCTOR El origen del modelo capitalista se dio a partir de la gran acumulación de riquezas que obtuvieron los señores feudales en Europa, utilizando a los campesinos como mano de obra gratuita. El fin del feudalismo encontró a Inglaterra en el inicio de un largo proceso que finalizó con el predominio de aquellos ex señores feudales (ahora devenidos en Lords, caballeros, capitalistas) sobre la monarquía. Este proceso determinó la creación del sistema parlamentario como canal de expresión y control de esta nueva clase social emprendedora. El capitalismo incipiente encontró su posibilidad de desarrollo y expansión a partir de la conquista de América, que proveyó millones de toneladas de oro y plata para su consolidación. El uso de mano de obra esclava (indígenas americanos y negros africanos) produjo un aumento explosivo de las ganancias y permitió a Inglaterra desarrollar su Revolución Industrial. Con ella se profundizó el sistema de la división internacional del trabajo: los países dominados aportaban sus materias primas y consumían las manufacturas que producían las potencias (especialmente Inglaterra). Manuel Belgrano señalaba en 1802: “Todas las naciones cultas se esmeran en que sus materias primas no salgan de sus Estados a manufacturarse. Y todo su empeño es conseguir no darles nuevas formas sino aun atraer las materias primas del extranjero para elaborarlas y después venderlas.” Por su parte Darcy Ribeiro aportó el siguiente análisis: “Se escamotea así el hecho de que los pueblos de América Latina sufrieron el impacto de la revolución industrial -como los demás pueblos atrasados- en condición de consumidores de los productos industrializados por otros, introducidos con al limitación necesaria para hacer más eficaces sus economías de productores de materias primas, y siempre con la preocupación de mantenerlas dependientes. Darcy Ribeiro, en "Las Américas y la civilización". CEAL.” Durante el perído colonial se sostuvo esta relación por la fuerza directa. A partir de los procesos de independencia, surgen dos modelos en pugna: el liberalismo que repite la fórmula de la monoproducción y división internacional del trabajo y el proteccionismo que intenta frenar la injerencia de las potencias y plantea la economía a partir de un desarrollo autónomo. Las luchas y guerras americanas durante el siglo XIX son muestra cabal de este proceso. La imposición del modelo liberal afectó a toda América desde mediados del siglo XIX hasta el siglo XX. Otra vez, nuevas luchas por una indepencia real marcaron el siglo XX. La década del ´70 vio el triunfo del liberalismo y la desarticulación, endeudamiento y pérdida de soberanía de los Estados americanos. Se
destruyeron los sistemas de producción de base industrial y
las potencias obligaron al desarrollo del conocido esquema de
monoproducción de materias primas (granos, carne, petróleo,
minerales, etc) y consumo de productos con alto valor agregado a
partir del uso de las nuevas tecnologías en su poder,
especialmente en los campos de las comunicaciones y de la genética.
LA SOJA COMO EJE DE LA MONOPRODUCCION Este cultivo se ha vuelto emblemático para el desarrollo neoliberal. En Argentina, comenzó a difundirse en la década del '70. En ese momento se cultivaron 95.000 hactáreas y se produjeron 136 mil toneladas (un rinde de 1.430 kg por hectárea) En 2004/2005 la superficie cultivada llegó a casi 14 millones de hectáreas mientras la producción trepó hasta 38 millones de toneladas, con un rinde de 2.700 Kg por hectárea. Lo
podemos ver mejor de esta manera:
En 35 años se multipló 140 veces el área sembrada, pero a la vez puede verse el notable aumento del rinde. Es decir que se duplicó lo producido por hectárea sembrada. Este
cuado nos permite un análisis más profundo:
LA MANIPULACION GENETICA LIGADA A LA MONOPRODUCCION La Empresa Monsanto cumple un rol destacado en el nuevo sistema de producción capitalista y su relación con los países del subdesarrollo. Posee plantas y oficinas en más de 150 países. Nació hace décadas a partir de la fabricación de venenos, especialmente desfoliantes. Creció notablemente por sus ventas al gobierno de EUA que utilizó sus productos para exterminar la selva y todos los seres vivos que se encontraban en ella durante la guerra de Vietnam. Su producto estrella es el Glifosato. Es un herbicida (veneno) que es utilizado por toneladas en todo el mundo. Su función es la de matar vegetales. ¿Cómo es entonces que se ha difundido su uso en la producción de vegetales, especialmente en la soja? El avance de la ingeniería genética ha permitido agregar a las semillas un gen resistente al glifosato.No hay hierba, pastito, vegetal que pueda competir con la semilla genéticamente manipulada. Entonces, Monsanto vende un kit (Roundup Ready). Semillas y glifosato permiten multiplicar la producción. Las consecuencias:
En realidad, Monsanto cumple dos funciones: imponer el sistema de monoproducción y extender el uso de sus semillas transgénicas para atar a los países subdesarrollados al control de sus patentes. Los
países no tienen salida: deberán seguir comprando las
semillas contaminantes que les provea Monsanto. *
LA PRIMERA SE REGALA... La Secretaría de Agricultura (a cargo entonces de Felipe Solá, actual gobernador de Buenos Aires, principal provincia argentina), actuó de oficio y sin mediar la presentación formal de un expediente originado en el interesado, habilitó la actividad de la empresa Monsanto en Argentina, durante la década del '90. A partir de mediados de los '90 se extendió el uso de la semilla transgénica. Desde Argentina se llevó luego -de contrabando- a Brasil y Paraguay. Al principio, Monsanto no cobraba regalías, pero actualmente -cuando el 99% de la soja en Argentina es transgénica- decidió empezar a cobrar derechos; pretendiendo U$S 15 por tonelada. Como los productores argentinos se negaron, Monsanto mostró sus intenciones y su poder. Como sanción ejemplificadora, detuvo judicialmente los cargamentos de soja exportados a Francia, obligando a los exportadores argentinos a pagar los derechos por la patente de su producto. Por fin, Monsanto se apropió de un “bien de la humanidad”, como un excelente prestidigitador a la vista de todos, con la ayuda imprescindible de sus gobiernos aliados en los países del subdesarrollo. Un caso extraordinario es el del agricultor canadiense Percy Schmeiserm, enjuiciado por Monsanto por usar ¿sus semillas? Schmeiser fue obligado por la Corte Suprema de su país a pagar casi 100.000 dólares. El productor explicó que sus sembradíos sufrieron “contaminación” por la difusión de polen procedente de plantas transgénicas. De tal manera, se torna virtualmente imposible mantenerse independiente del agresivo sistema productivo. Mientras
tanto, la resistencia se ha focalizado en México, donde los
agricultores intentan por todos los medios de librar una lucha
desigual para mantener la libertad del ser humano y de la actividad
agrícola conquistada durante miles de años de trabajo y
respeto por la tierra.
CONCLUSION El capitalismo atraviesa una nueva etapa de transformación, a favor de su dominio sobre los avances tecnológicos, aunque éstos sean lo generadores de los problemas más graves que debe enfrentar la humanidad y el planeta mismo. Desocupación y pobreza son los resultados que encuentran un ámbito de desarrollo apropiado en un mundo cada vez más contaminado y erosionado, en un proceso de cruda expoliación. La Economía y los modos de producción; la ética y el respeto por el ser humano y sus derechos; la defensa del ambiente... son caras de la misma moneda. Las Ciencias Sociales deberían aportar elementos para enfrentar ese modelo y colaborar para construir un mundo mejor, constituyendo entonces una verdadera herramienta de liberación. * Datos sobre el autor: * José Luis Parra Profesor de Historia y Geografía Volver al inicio de la Nota |
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