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Edición N° 38 - junio 2005

DESOCUPACION, POBREZA Y DESTRUCCION AMBIENTAL

Las multinacionales y el poder

Por:
José Luis Parra.
* (Datos sobre el autor)


INTRODUCCION

La desocupación, la subocupación y empleo en negro, son los emergentes de un injusto sistema de explotación. Sólo en Argentina, el índice de desocupación en áreas urbanas (no se mide la tasa de desocupación en las zonas rurales) se acerca al 16% de la población económicamente activa. Desocupados y subocupados alcanzan un índice del 30% de la PEA – población económicamente activa- (4 millones de personas). Pero el 48% de quienes tienen la fortuna de trabajar lo hacen en negro, sin registro, seguros, previsión social u obra social. Están desamparados frente a enfermedades, accidentes y desamparados frente al futuro, ya que no contarán con el beneficio de la jubilación, lo que constituye una sentencia a una vida desgraciada.

El problema explotará dramáticamente en los próximos 20 años.

La búsqueda de mayores ganancias habilita a los grandes emporios multinacionales a usar todos sus recursos, sean éstos legales o ilegales, para producir mayores ganancias, en el marco de referencia capitalista.

No sólo se justifica la “legalidad de la pobreza” sino que cuando lo consideran necesario, se apartan del rigor de la ley para obtener mayores beneficios.

Quizás el asesinato de John F. Kennedy (1963) marque un hito. Desde ese momento la humanidad asiste al impúdico espectáculo ofrecido abiertamente por los medios de comunicación masivos en un juego en el que las multinacionales cambian las reglas, manejan leyes y justicia, construyen escenarios de conflictos e inventan enemigos tal como lo adelantara George Orwel en su novela “1984”.

REPRODUCCION DEL CAPITAL

De esta manera, las multinacionales reproducen el sistema generador de desempleo y pobreza, que consolida y aumenta la brecha entre ricos y pobres y el reparto desigual de la riqueza.

Las recientes y escandalosas quiebras de Enron y World Com en EUA, constituyen puntos de inflexión que señalan el rumbo que han tomado las super empresas que dominan las estructuras formales de poder de los países. Con apoyo gubernamental, los responsables de estos fraudes han licuado sus responsabilidades. Quienes absorbieron el fraude han sido los miles de desempleados y los miles de accionistas que perdieron sus ahorros por confiar en el sistema capitalista y creer que que estaban del lado ganador sólo por vivir en el centro del poder imperial.

Los fraudes y la corrupción son una cara del sistema. El vaciamiento y la rapiña funcionan también en el marco de la ley.

El ejemplo de General Motors (una de las más grandes productoras mundiales de automóviles) aclara la dirección que ha tomado el capitalismo mundial. En 1998 cerraron varias plantas en Michigan, dejando en la calle a más de 30.000 obreros y empleados. Las plantas fueron radicadas en otros países (como México) en los que los salarios son paupérrimos y no existen regulaciones sindicales ni legales de trabajo. La empresa explicó que debía reconvertirse al nuevo sistema de producción para no quebrar. Si algún iluso confió en esta explicación, la realidad lo hizo despertar: a 7 años de esta terrible medida que dejó pueblos enteros sumidos en la pobreza, la General Motors plantea una nueva reconversión al anunciar que en los próximos tres años despedirá a otros 40.000 trabajadores, con el objeto de transferir su producción a subcontratistas que emplean trabajadores no sindicalizados y menos esclarecidos.
El costo de esta mano de obra es varias veces menor. Mucho más si los nuevos contratos se realizan con países en los que los salarios son veinte veces menores que los que se pagan en Estados Unidos. General Motors ha intentado -asímismo- disminuir los montos destinados a la medicina del trabajo. El poder politico de Estados Unidos ofrece el marco regulatorio para estos recortes. La era Bush dejará seguramente a Estados Unidos en la bancarrota y veremos el ascenso de un nuevo brazo ejecutor de las políticas capitalistas (¿quizás China?).

¿PAISES.... QUE ES ESO?
Puede decirse que ya no existen los países de acuerdo a las fórmulas señaladas por la geopolítica tradicional. Hay empresas que mueven más capital y tienen más poder que muchos Estados.

El fin de la Unión Soviética determinó un nuevo paradigma: la globalización absoluta de la economía del libre mercado.

El gobierno de Estados Unidos de Norteamérica cumple hoy el rol de constituir la fuerza de choque de esas grandes empresas triunfadoras. De esta forma pueden entenderse cabalmente la invasión a Afganistán e Irak y el avance sobre los países musulmanes, o la dureza hacia Cuba y Venezuela. Otra muestra es el abandono e incumplimiento del Protocolo de Kyoto, la reducción de controles ambientales a las empresas petroleras o el aumento “explosivo” en los presupuestos para gastos militares.

Otro campo de acción de las corporaciones lo encontramos en el manejo que tienen de los organismos internacionales que generan medidas que serán ejecutadas obligatoriamente en todo el mundo. Es notable la influencia ejercida por las multinacionales en la Organización Mundial de Comercio. A sus encuentros y sesiones asisten por cientos los lobbistas, como los que representan a los Laboratorios, los que lograron por ejemplo el Acuerdo sobre Derechos de Propiedad Intelectual, con el que lograron el monopolio sobre el acceso de la población a los medicamentos genéricos. Esa misma legislación ofrece el control absoluto sobre las patentes, la manipulación genética y la biodiversidad.

OTROS ROSTROS DE LA DESOCUPACION

Cuando se analizan los problemas económicos, los analistas coinciden en señalar el problema de la desocupación como causa fundamental de la pobreza y el subdesarrollo.

Algunos lo ven como una etapa de crisis del sistema capitalista mundial (al estilo del crack de 1929). Otros lo entienden como un proceso natural surgido a partir del uso de las nuevas tecnologías que reemplazan la mano de obra humana. Se lo analiza también como la imposición de un nuevo sistema feudal. Hay quienes encuentran antecedentes en la República romana, en la que los lumpen prolatarios recibían pan y circo a cambio de votos para los senadores (políticos) que requerían pedir préstamos a los banqueros para invertir sumas importantes en las dádivas a los sectores populares, y que devolvían favores una vez en el poder (véase el caso de Julio César, en “César” de Jacques Maudalle).

Durante la crisis mundial de 1930 se promovió un paradigma para el consumo masivo: la desocupación como elemento disociado de las prácticas de la política económica. Algo así como un castigo divino. Se caracterizó a la desocupación como una variable más en el modo de producción capitalista y se difundieron teorías con ese presupuesto.

Las luchas de masas posteriores a la segunda guerra mundial demostraron la fragilidad de esos paradigmas. El poder económico debió utilizar métodos más violentos para reprimir los avances populares. América Latina sufrió una sangrienta represión durante la década del '70, impuesta por dictaduras militares con la utilización del Terrorismo de Estado (desaparición forzada de personas, torturas, asesinatos, cárcel, etc).

Numerosos comunicadores sociales se encargaron entonces de promocionar el modelo de las políticas conservadoras de Reagan-Thatcher y sus socios en América Latina.

Al fin, este paradigma sirvió de base para numerosas corrientes y estudios científicos liberales que colaboraron para minar el rol del Estado en la gestión de las políticas públicas.

El poder político impuesto por la fuerza en nuestro continente tuvo dejó como saldo el desguase de los Estados durante la década del '90; la destrucción de los aparatos productivos; los procesos de privatización de las empresas estatales; el endeudamiento externo; la sumisión a los mercados financieros; la aceptación de pago por patentes a productos químicos y biológicos.

LAS NUEVAS CONQUISTAS

Las empresas petroleras y de comunicación se presentan como triunfadores en esta etapa. Sin embargo, el sistema de explotación no acaba en ellas. Un nuevo avance capitalista se produce en el campo de la genética y la producción de alimentos. Aparecen en el horizonte capitalista las que manejan la producción primaria de productos primarios agrícola ganaderos, que combinan la ingeniería genética con la química. Millones de seres humanos son obligados a modificar hábitos y sistemas de producción para satisfacer sus necesidades de captación y dominio de mercados.

Durante miles de años, la humanidad desarrolló un aprendizaje pragmático que modificó la naturaleza de los vegetales. Esta estrecha relación entre humanidad-plantas, produjo la “revolución agraria o neolítica”. Constituyó el paso del nomadismo al sedentarismo, la agrupación en aldeas, la evolución de los sistemas económicos y políticos, es decir la transformación del ser humano. De allí la denominación “revolución”.

La domesticación de los vegetales constituyó una apropiación de la naturaleza, modificándola para lograr un beneficio: la satisfacción de las necesidades básicas. En esa apropiación participaron millones de seres humanos durante millones de años.

No hace mucho tiempo (apenas unos 10.000 años) , esa intervención produjo la transformación más notable en la vida de la humanidad. Podemos decir que los productos generados a partir de esa relación naturaleza-ser humano no son propiedad de nadie en particular. Se trata de bienes de la humanidad. Una papa, un poroto, una manzana, son bienes de la humanidad.

¿DE QUIEN ES LA PAPA?
Cuando compramos una papa en el negocio (mercado), pagamos un precio determinado, que se distribuye entre el productor y los intermediarios (comerciantes mayoristas, minoristas, transportistas, etc).

En realidad no estamos pagando por la papa en sí. Lo que reconocemos es el trabajo de producción, el de transporte y el de la comercialización. Si dejamos nuestra papa recientemente adquirida en un lugar húmedo, producirá brotes que podremos plantar y producir nuestra propia planta de papa.

Ni el comerciante que nos vendió esa papa (que produjo nuevas papas), ni el que la transportó hasta el mercado, ni el productor que la sacó de la tierra, tendrán derechos sobre nuestras nuevas papas. Si bien herederas de las especies que se desarrollaron a partir del manejo humano en la antigüedad, se trata de otras papas. Esto es claro y lo determinan las leyes en vigencia en todo el mundo.

Sin embargo, millones de años de humanidad y desarrollo tecnológico “anónimo” no significan nada para las apetencias capitalistas (determinadas por ese mandato original que es el de aumentar el capital).

El colmo del triunfo del capitalismo en esta nueva etapa de globalización es el de la privatización de los bienes de la humanidad (al decir de Atahualpa Yupanqui, “las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas...”).

En nuestras propias narices nos han robado el maíz, la soja, el algodón, y van por más, vienen por todo....

MODELO MONOPRODUCTOR

El origen del modelo capitalista se dio a partir de la gran acumulación de riquezas que obtuvieron los señores feudales en Europa, utilizando a los campesinos como mano de obra gratuita. El fin del feudalismo encontró a Inglaterra en el inicio de un largo proceso que finalizó con el predominio de aquellos ex señores feudales (ahora devenidos en Lords, caballeros, capitalistas) sobre la monarquía. Este proceso determinó la creación del sistema parlamentario como canal de expresión y control de esta nueva clase social emprendedora.

El capitalismo incipiente encontró su posibilidad de desarrollo y expansión a partir de la conquista de América, que proveyó millones de toneladas de oro y plata para su consolidación.

El uso de mano de obra esclava (indígenas americanos y negros africanos) produjo un aumento explosivo de las ganancias y permitió a Inglaterra desarrollar su Revolución Industrial. Con ella se profundizó el sistema de la división internacional del trabajo: los países dominados aportaban sus materias primas y consumían las manufacturas que producían las potencias (especialmente Inglaterra).

Manuel Belgrano señalaba en 1802: “Todas las naciones cultas se esmeran en que sus materias primas no salgan de sus Estados a manufacturarse. Y todo su empeño es conseguir no darles nuevas formas sino aun atraer las materias primas del extranjero para elaborarlas y después venderlas.”

Por su parte Darcy Ribeiro aportó el siguiente análisis: “Se escamotea así el hecho de que los pueblos de América Latina sufrieron el impacto de la revolución industrial -como los demás pueblos atrasados- en condición de consumidores de los productos industrializados por otros, introducidos con al limitación necesaria para hacer más eficaces sus economías de productores de materias primas, y siempre con la preocupación de mantenerlas dependientes. Darcy Ribeiro, en "Las Américas y la civilización". CEAL.

Durante el perído colonial se sostuvo esta relación por la fuerza directa. A partir de los procesos de independencia, surgen dos modelos en pugna: el liberalismo que repite la fórmula de la monoproducción y división internacional del trabajo y el proteccionismo que intenta frenar la injerencia de las potencias y plantea la economía a partir de un desarrollo autónomo.

Las luchas y guerras americanas durante el siglo XIX son muestra cabal de este proceso.

La imposición del modelo liberal afectó a toda América desde mediados del siglo XIX hasta el siglo XX.

Otra vez, nuevas luchas por una indepencia real marcaron el siglo XX. La década del ´70 vio el triunfo del liberalismo y la desarticulación, endeudamiento y pérdida de soberanía de los Estados americanos.

Se destruyeron los sistemas de producción de base industrial y las potencias obligaron al desarrollo del conocido esquema de monoproducción de materias primas (granos, carne, petróleo, minerales, etc) y consumo de productos con alto valor agregado a partir del uso de las nuevas tecnologías en su poder, especialmente en los campos de las comunicaciones y de la genética.

LA SOJA COMO EJE DE LA MONOPRODUCCION

Este cultivo se ha vuelto emblemático para el desarrollo neoliberal.

En Argentina, comenzó a difundirse en la década del '70. En ese momento se cultivaron 95.000 hactáreas y se produjeron 136 mil toneladas (un rinde de 1.430 kg por hectárea)

En 2004/2005 la superficie cultivada llegó a casi 14 millones de hectáreas mientras la producción trepó hasta 38 millones de toneladas, con un rinde de 2.700 Kg por hectárea.

Lo podemos ver mejor de esta manera:

Año

Area sembrada

Producción

Rinde por ha

1970/1971

95.000 ha

136.000 tn

1.430 kg/ha

2004/2005

14.000.000 ha

38.000.000 tn

2.700 kg/ha


En 35 años se multipló 140 veces el área sembrada, pero a la vez puede verse el notable aumento del rinde. Es decir que se duplicó lo producido por hectárea sembrada.

Este cuado nos permite un análisis más profundo:

  1. Primera lectura:

    Una primera lectura nos permite ver la explosión del cultivo de soja, señalada por el aumento del área sembrada. Se nota en estas cifras la evolución a un nuevo sistema monoproductor. La soja reemplazó otras producciones, como la actividad tambera, que generaba posibilidades de desarrollo industrial, con aumento del valor agregado y ocupación de mano de obra (industria alimentaria, de envases, mercadeo, transporte, etc).

    La comparación es clarificadora: por cada puesto de trabajo en la soja, la industria requiere diez trabajadores.

  2. Segunda lectura:

    Las razones para el aumento de la producción de sojas deben verse en las variaciones del mercado internacional. Los países desarrollados requieren forraje para su ganado. Los países del tercer mundo se especializan entronces en su provisión. El precio de los productos agrarios se establece -por ejemplo- en la Bolsa de Cereales de Chicago. De tal forma, se obliga a los productores a sembrar lo que le dará mejor rendimiento. A esta variable debemos sumarle el abandono que hacen los Estados nacionales de las políticas públicas, convirtiéndose en meros empleados de las corporaciones multinacionales de los países desarrollados.

    Se multiplica el perjuicio nacional si se tiene en cuenta que durante los últimos 35 años, los productores debieron reconvertir sus producciones, lo que significó tomar préstamos para adquirir semillas, insumos y maquinaria. Los Estados colaboraron para acompañar ese proceso de transferencia, asignando recursos para la investigación y la promoción de los “nuevos cultivos”.

    Nuevamente vemos al Estado ponerse al servicio de los intereses privados.

  3. Tercera lectura:

    Se advierte el aumento explosivo del rinde (cantidad obtenida por superficie de siembra). En 1970, un productor podía aspirar a cosechar aproximadamente 1.500 kg por hectárea.

    35 añós después, podrá obtener casi el doble. Esto es posible por el uso de elementos químicos: fertilizantes, fungicidas, insecticidas y herbicidas. Todos estos productos se integran a la tierra, al agua y... a los productos de las cosechas obtenidas.


LA MANIPULACION GENETICA LIGADA A LA MONOPRODUCCION

La Empresa Monsanto cumple un rol destacado en el nuevo sistema de producción capitalista y su relación con los países del subdesarrollo.

Posee plantas y oficinas en más de 150 países. Nació hace décadas a partir de la fabricación de venenos, especialmente desfoliantes. Creció notablemente por sus ventas al gobierno de EUA que utilizó sus productos para exterminar la selva y todos los seres vivos que se encontraban en ella durante la guerra de Vietnam.

Su producto estrella es el Glifosato. Es un herbicida (veneno) que es utilizado por toneladas en todo el mundo. Su función es la de matar vegetales.

¿Cómo es entonces que se ha difundido su uso en la producción de vegetales, especialmente en la soja? El avance de la ingeniería genética ha permitido agregar a las semillas un gen resistente al glifosato.No hay hierba, pastito, vegetal que pueda competir con la semilla genéticamente manipulada.

Entonces, Monsanto vende un kit (Roundup Ready). Semillas y glifosato permiten multiplicar la producción.

Las consecuencias:

  • Envenenamiento del agua y de la tierra.

  • Desertificación del suelo.

  • Control del sistema productivo de los países subdesarrollados.

  • Aumento de la desocupación.

  • Inclusión de los países subdesarrollados al sistema mundial como monoproductores, con la consiguiente destrucción de los aparatos productivos e inclusión en el círculo vicioso de la pobreza.

En realidad, Monsanto cumple dos funciones: imponer el sistema de monoproducción y extender el uso de sus semillas transgénicas para atar a los países subdesarrollados al control de sus patentes.

Los países no tienen salida: deberán seguir comprando las semillas contaminantes que les provea Monsanto. *
* N de R: recordemos que para la manipulación genética se utilizan bacterias, como por ejemplo Scherichia Coli, que se encuentra en la materia fecal. En 2003, en la localidad argentina de Rojas, miles de personas debieron ser atendidas y hospitalizadas por fuertes diarreas y vómitos. El hecho aún no fue esclarecido. Sugestivamente, en esa localidad se halla emplazada una planta industrial de Monsanto.
Entre las consecuencias de la intoxicación con glifosato, encontramos diarreas y vómitos. Son muchas casualidades para no atenderlas e investigar seriamente.

LA PRIMERA SE REGALA...

La Secretaría de Agricultura (a cargo entonces de Felipe Solá, actual gobernador de Buenos Aires, principal provincia argentina), actuó de oficio y sin mediar la presentación formal de un expediente originado en el interesado, habilitó la actividad de la empresa Monsanto en Argentina, durante la década del '90.

A partir de mediados de los '90 se extendió el uso de la semilla transgénica. Desde Argentina se llevó luego -de contrabando- a Brasil y Paraguay.

Al principio, Monsanto no cobraba regalías, pero actualmente -cuando el 99% de la soja en Argentina es transgénica- decidió empezar a cobrar derechos; pretendiendo U$S 15 por tonelada.

Como los productores argentinos se negaron, Monsanto mostró sus intenciones y su poder. Como sanción ejemplificadora, detuvo judicialmente los cargamentos de soja exportados a Francia, obligando a los exportadores argentinos a pagar los derechos por la patente de su producto.

Por fin, Monsanto se apropió de un “bien de la humanidad”, como un excelente prestidigitador a la vista de todos, con la ayuda imprescindible de sus gobiernos aliados en los países del subdesarrollo.

Un caso extraordinario es el del agricultor canadiense Percy Schmeiserm, enjuiciado por Monsanto por usar ¿sus semillas? Schmeiser fue obligado por la Corte Suprema de su país a pagar casi 100.000 dólares. El productor explicó que sus sembradíos sufrieron “contaminación” por la difusión de polen procedente de plantas transgénicas. De tal manera, se torna virtualmente imposible mantenerse independiente del agresivo sistema productivo.

Mientras tanto, la resistencia se ha focalizado en México, donde los agricultores intentan por todos los medios de librar una lucha desigual para mantener la libertad del ser humano y de la actividad agrícola conquistada durante miles de años de trabajo y respeto por la tierra.

CONCLUSION

El capitalismo atraviesa una nueva etapa de transformación, a favor de su dominio sobre los avances tecnológicos, aunque éstos sean lo generadores de los problemas más graves que debe enfrentar la humanidad y el planeta mismo.

Desocupación y pobreza son los resultados que encuentran un ámbito de desarrollo apropiado en un mundo cada vez más contaminado y erosionado, en un proceso de cruda expoliación.

La Economía y los modos de producción; la ética y el respeto por el ser humano y sus derechos; la defensa del ambiente... son caras de la misma moneda.

Las Ciencias Sociales deberían aportar elementos para enfrentar ese modelo y colaborar para construir un mundo mejor, constituyendo entonces una verdadera herramienta de liberación.



* Datos sobre el autor:
* José Luis Parra
Profesor de Historia y Geografía

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