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Edición electrónica

Edición N° 36/37 - marzo 2005

La construcción del objeto disciplinar en Trabajo Social

Por:
Inés Suayter.
* (Datos sobre la autora)


Para la realización de esta comunicación comenzaremos trabajando el contexto científico para que nos brinde un marco adecuado, -de tipo conceptual y teórico- para el tratamiento de la construcción del objeto del Trabajo Social.

1. DESARROLLO.

1.1. El contexto científico.
Para comenzar con este apartado distinguiremos –de acuerdo a García Sierra en su diccionario de filosofía- cuatro acepciones del término de ciencia, que son:

  1. Ciencia como “saber hacer” (la ciencia del zapatero consiste en saber hacer zapatos); tiene que ver con la técnica, el arte o la prudencia.

  2. Ciencia como “sistema de proposiciones derivables de principios”; cubre la Geometría de Euclides y muchas disciplinas teológicas y filosóficas.

  3. Ciencia categorial estricta, ciencia positiva, ciencia en sentido “moderno”. (Mecánica, Termodinámica, Biología molecular, etc.)
  4. Ciencia categorial ampliada (las ciencias positivas culturales: lingüística, antropología, etc.)” 1.


En esta clasificación nos ubicamos –para nuestro trabajo y para el aquí y el ahora- en el punto 4 que ubica a la Ciencia Categorial Ampliada y que en ella se encuentran las ciencias culturales y en este caso concreto las que llamamos ciencias sociales o ciencias humanas que a su vez contienen a la disciplina del Trabajo Social.
En este punto es necesario aclarar que en los primeros momentos de la existencia del Trabajo Social, el mismo fue considerado en el primer punto de la clasificación expuesta donde se menciona a la “ciencia como saber hacer” y la relaciona con la técnica, el arte y la prudencia. Esta ubicación no puede ser dejada de lado para la categorización del Trabajo Social, con la salvedad de que “la técnica, el arte o lo prudencia” –al momento actual- también son considerados como partes constitutivas de una ciencia y no apartados a-científicos como se pretendía establecer en los albores del Trabajo Social. El “saber hacer” incluye obviamente contenidos técnológicos que posibilitan el manejo estratégico de una disciplina para cumplir con los fines que se propone.
Esta distinción realizada precedentemente nos permite una ubicación en el campo científico que nos posibilita pasar a definir qué entendemos por ciencia. Y para ello nos adherimos al concepto de Ciencia según el materialismo gnoseológico que es expresado también por García Sierra en su Diccionario de Filosofía, que ve a las ciencias como “construcciones” y nos dice así: “el materialismo gonoseológico ve a las ciencias como construcciones “con las cosas mismas” (por la imbricación entre las ciencias y las técnicas o tecnologías). Incluye en los cuerpos científicos a los componentes objetuales (objetos, aparatos, libros, laboratorios), que no serán interpretados como meros “instrumentos”, “referencias”, o “soportes” del conocimiento subjetivo; .... sino como contenidos objetivos o conceptuales ellos mismos, o, a lo sumo, como representaciones de objetos y de conceptos” 2.

Y en esta expresión nos interesa marcar las siguientes cuestiones: * “las ciencias como construcciones con las cosas mismas”. La idea de construcciones nos alude a una dinámica constante, a una flexibilidad, a cambios continuos, a algo que es móvil y no es estático, a continuos movimientos, a diálogo, a relaciones, a complementariedad, a disensos, a contradicciones, a confrontaciones, etc.; o sea: a una creación o re-creación de algo que será realizado de acuerdo a los componentes que se articulan para efectuar justamente dicha creación o construcción.
Esta idea la remarcamos porque será nuevamente aludida cuando trabajemos el objeto del Trabajo Social en apartados subsiguientes. Y esta construcción está referida a las “cosas mismas” (término éste empleado y explicado por Kosik y posiblemente tomado de dicho autor), esta expresión nos está conduciendo a la idea de realidad, a la idea de, como dice Habermas: “el mundo de la vida” o como muchos autores prefieren llamar “la vida cotidiana”.

Y en cuanto a la expresión de: * la imbricación existente entre las ciencias y las tecnologías, -que anteriormente ya hicimos alusión-, se nos presenta como importante pues en ella se contempla un encuentro de estos dos conceptos para la construcción de estos conocimientos científicos, de la ciencia y la tecnología y no una división, que son partes de un mismo “cuerpo científico”, son “componentes objetuales” que actúan como “soporte de los componentes subjetivos”, o sea que no puede existir una separación de ellas como afirmábamos anteriormente en los inicios del Trabajo Social.

Pasando a otro momento del análisis nos interesa mencionar una clasificación de las ciencias y para ello nos vamos a adherir a Schuster (1997) que nos dice: “Una clasificación posible de las ciencias nos permite referirnos a las ciencias formales (lógica, matemáticas), naturales (física, química, biología) y sociales o humanas (economía, sociología, antropología, sicología, psicoanálisis, historia, lingüística, derecho, educación, política, comunicación, geografía, -y aquí nosotros agregamos trabajo social- etc.). Recurriendo a los diferentes niveles de la semiótica o teoría de los signos podría señalarse que las primeras son de índole primordialmente sintáctica, las segundas semánticas y las terceras pragmáticas3.
Siguiendo con este autor que se encuentra explicando la polémica entablada en cuando a la concepción de la realidad por las distintas escuelas de pensamiento que tratan el problema científico, nos dice: “La posición filosófica que se sustenta, desde el punto de vista ontológico –en lo que tiene que ver con la realidad-, o gnoseológico –en lo que tiene que ver con el conocimiento de la realidad-, es también relevante para establecer el polo de la confrontación ligado con la base empírica: será diferente lo que entiende por realidad –y su conocimiento de ella- para un aristotélico, un empirista, un cartesiano, un kantiano, un idealista objetivo hegeliano o un materialista marxista”. Y aquí también nos estamos refiriendo a la “episteme” y como la entiende Foucault.
“No hay acuerdo entonces con respecto a la base empírica filosófica (de la ciencia). La “realidad” es lo suficientemente compleja como para cuestionarse si hay una sola “realidad”, o porciones de ella”.
La base empírica epistemológica, en cambio, está constituida por los datos obtenidos en la vida cotidiana que son conocidos directamente a través de la observación. Como sostiene Klimovsky, es aquel tipo de información que, sin ninguna mediatez científica ni auxilio de instrumentos, teorías científicas o argumentos internos para la ciencia, puede ser aceptado por la comunidad científica con el apoyo del lenguaje ordinario” 4.
En cuanto a las expresiones de este autor no hay duda que nos estamos ubicando en una de las categorías que distingue a las ciencias sociales o humanas como campo ontológico y que poseen índole pragmática. Además destacamos que estas ciencias trabajan con la realidad y esa realidad se nos presenta como sumamente compleja. Y en cuanto a la posición filosófica que se sustenta –para este trabajo- nos adherimos a un tipo de epistemología dialéctica- genética donde la realidad es vista como un todo complejo y donde pueden contenerse distintas miradas sobre ella de acuerdo al posicionamiento que tomemos para el conocimiento de la misma, y que a su vez éste es el que le confieren sentido y significado a las prácticas sociales que se realicen desde estas ciencias o desde alguna de sus disciplinas. Y en cuanto a la base empírica epistemológica remarcaremos que la obtención de los datos los obtenemos a través de la observación de la vida cotidiana.
Y continuando con el contexto científico y en cuanto a lo espistemológico vemos que en el desarrollo histórico de las ciencias se fueron dando distintas epistemología, es así que Samaja (1993) nos habla de cuatro variantes en este campo. Y nosotros nos ubicaremos para este trabajo en la tercera variante que Samaja llama “las epistemologías dialéctico-genéticas”, como ya lo dijéramos también precedentemente. En esta epistemología se encuentran un conjunto diverso de posiciones que van desde el Materialismo Histórico hasta la Teoría Social de la Ciencias y la Epistemología Genética. Y También un conjunto diverso de autores como Hegel, Marx, Durkheim, Levi-Straus, Lukacs, Bertalanffy, Piaget, Goldmann, Kuhn, Lorenz, Batenson, Habermas, Apel y otros.

Y Samaja nos dice: “creo que el rasgo común que permite alinearlas en un espacio semejante es que todas ellas adjudican un puesto decisivo a la práctica., otorgándole, además, un carácter constructivo: tanto de los términos teóricos, como de los términos empíricos. En el caso del Materialismo Histórico y de la Teoría Social de la Ciencia, esta práctica constructiva de los conceptos es, de manera predominante social, y está regida por leyes que presiden el desenvolvimiento de estas totalidades y organismos sociales. Para estas dos concepciones, tanto los términos teóricos como los empíricos, surgen de y expresan la experiencia de ese Sujeto Social. Esa experiencia social suprime, conserva y supera la experiencia de sus individuos integrantes. Para la Epistemología Genética, por su parte, tales nociones (o estructuras operatorias) expresan también una práctica social, pero no como una experiencia de un Todo, sino como la experiencia de los propios individuos: una experiencia individual en la que sus interacciones con las cosas y con los otros individuos evolucionan, tendiendo a una coordinación y cooperación puras como hacia una meta terminal. Esta meta es la maximización de la equilibración, como ideal” 5.

El interés de centrarnos en este tipo de epistemología está referido a las siguientes consideraciones que marcaremos en forma puntuada a objetos de mejor claridad: * la práctica ocupa un lugar decisivo en la construcción del conocimiento; * es, además, una empresa constructiva; * y como tal es predominantemente social; * está regida por leyes que presiden el desenvolvimiento de estas totalidades; * se privilegia al Sujeto social superando las experiencia individuales o tendiendo a una coordinación y cooperación entre dichos sujetos. La reiteración de estos puntos básicos se realiza a manera de resumen y para resaltar la importancia de los mismos, ya que nuestra profesión está encuadrada en cada uno de los puntos que contiene esta conceptualización realizada por este autor.

1.2. La Epistemología y el Trabajo Social.
Ya hemos conceptualizado la posición que asumimos en cuanto a las ciencias y a las epistemologías. Además nos ubicamos en considerar que en este contexto el Trabajo Social es una disciplina científica que se encuentra inmersa en las Ciencias Sociales y/o Ciencias Humanas. Al encontrarse en dicha ubicación el Trabajo Social comparte con dichas ciencias sus marcos teóricos, sus métodos, su objeto de estudio, etc. Por tanto, el objeto de estudio del Trabajo Social, al igual que el de las ciencias sociales, lo podemos sintetizar en el concepto de: “Hombre”.
Pero si bien este objeto de estudio es compartido con las ciencias sociales, se nos presenta como un objeto genérico y con una vasta amplitud y para poder avanzar en nuestro accionar concreto se hace necesario continuar o volver analizar los procesos epistemológicos para obtener aproximaciones más rigurosas y dirigidas puntualmente hacia nuestra disciplina.
Para ello, partimos de los elementos básicos de una epistemología que están referidos: al sujeto cognoscente, al objeto conocido y a la relación que se entabla entre estas dos categorías, teniendo en cuenta también que las mismas se encuentran en una realidad concreta que los condiciona y/o los influencia, y que a partir de estas distintas relaciones e imbricaciones se gesta un proceso y una actividad cognitiva que pretende aproximarse a conocimientos verdaderos, y de esta manera contribuir con sus aportes a las teorías científicas.
También podemos decir que la tarea propiamente epistemológica consiste en descubrir en la práctica científica misma, -que siempre se ve amenaza por el error-, las condiciones en las cuales se puede discernir lo verdadero de lo falso, buscando encontrar el pasaje de un conocimientos menos verdadero a un conocimientos más verdadero, o más bien, como lo afirma Bachelard “aproximado, es decir rectificado” 6. También va a ser Bachelard que nos dice que “el conocer debe evolucionar junto con lo conocido” 7, y esto nos confirma que el conocimiento se obtiene a través de aproximaciones sucesivas, que es dinámico, que va cambiando continuamente, que debemos ir reestructurando nuestros comportamiento de acuerdo a los cambios que se producen, a la relación que hemos entablado con el mismo objeto o “junto con” ese objeto, tal como lo expresa Bachelard.
Por otro lado Bourdieu también se refiere a ese proceso de aproximación que realizamos para implicarnos con el objeto, y nos dice que al comienzo aportaremos “prenociones, o representaciones esquemáticas y sumarias que se forman por la práctica y para ella”, o sea que el conocimiento no sólo tiene su base en la práctica sino en la práctica “con” el objeto, y citando a Durkheim continúa explicando que “reciben su evidencia y “autoridad” de las funciones sociales que cumplen” 8, y obviamente se está refiriendo a las funciones sociales que asume dicha práctica en un “campo” determinado o “espacio social”.
Siguiendo a Bachelard, éste sostenía, en otros términos, que el “vector epistemológico” va de lo racional a lo real y no a la inversa, de la realidad a lo general, como lo profesaban todos los filósofos desde Aristóteles hasta Bacon 9. Y esto se correlaciona con las ya famosas expresiones marxianas que nos dice “la práctica es el único criterio de verdad” y “el conocimiento se obtiene a través de la ascensión de lo abstracto a lo concreto”. Afirmando, también Marx que “la totalidad concreta, como totalidad del pensamiento, como un concreto del pensamiento es, in fact, un producto del pesamiento y de la concepción.... El todo, tal como aparece en la mente, como todo de pensamiento, es un producto de la mente que piensa y que se apropia del mundo del único modo posible, modo que difiere de la apropiación del ese mundo en el arte, la religión, el espíritu práctico. El sujeto real mantiene, antes como después, su autonomía fuera de la mente.... 10.
Esta base epistemológica –suscintamente explicada por estos autores- nos están aportando las características que debe poseer nuestro “objeto de estudio particular” o nuestro “objeto de estudio disciplinar”, que, -de alguna manera-, ya hicimos referencia al mencionar que asumimos una posición de adhesión a las teorías constructivistas.
Y continuando con esta reflexión recordamos junto a Bachelard que “el hecho científico se conquista, se construye y se comprueba” 11, rechazando, que el objeto particular existe de antemano, que debe estar preestablecido, que el profesional lo puede decidir sin la intervención del sujeto de la prestación que debe realizar y también rechazar, de esta manera, al empirismo que reduce el acto científico a una comprobación y al convencionalismo de los universales.
En otro orden de cuestiones, conocemos que los hechos sociales poseen un carácter subjetivo que no podemos desconocer, y esto trae como consecuencia su irreductibilidad a los métodos rigurosos de la ciencia (como postulan las ciencias positivas). Este carácter es el que planteó durante mucho tiempo la discusión sobre la objetividad de las ciencias sociales en relación con otras ciencias que podían alcanzar mayor exactitud en sus apreciaciones y descubrimientos y se produjeron así una serie de discusiones acerca de las competencias y de las valoraciones de las distintas ciencias, a lo que podemos agregar junto a Bourdieu que “la objetividad de las ciencias no podría descansar en un fundamento tan incierto como la objetividad de los científicos” 12 como lo afirman los positivistas en cuanto a la intersubjetividad de la comunidad científica como prueba de validez de los conocimientos científicos.
Si mencionamos, por ejemplo, a un autor clásico como Durkheim que refiriéndose al objeto nos dice que “hay que considerar los hechos sociales como cosas” 13, ya tenemos aquí un planteo objetual, pero si lo relacionamos con la definición de ciencia que aportamos anteriormente, donde se veía a las mismas como construcciones con las cosas mismas y entendiendo este término a la manera de Kosik, nos estamos refiriendo a una interrelación y a una co-implicancia entre el sujeto y el objeto, que se involucran en un proceso cognitivo, a fin de sobrepasar las apariencias en busca de la esencia o de un conocimiento lo más certero posible sobre el hecho en cuestión.
Esta relación que se entabla entre el sujeto y el objeto es una relación que debe ser construida de acuerdo a los fines que se propongan ambos, debe ser un acuerdo, debe lograrse un consenso, es una concertación, puede ser también una alianza, con compromisos diversos por parte de ambos sujetos, con participación diferenciada de ambos, con el cumplimiento de roles distintos y flexibles, con la presencia activa de valores como la solidaridad, la cooperación, el respeto por la dignidad del otro, etc. que le confieren un entorno ético imprescindible para que esta relación pueda llegar a lograr las trasformaciones buscadas y a su vez imbricados en una realidad circundante imposible de desconocer y que es sumamente compleja, y que por ello el profesional del trabajo social es formado con conocimientos generales de distintas disciplinas científicas para su orientación y/o para solicitar la intervención de otros profesionales en la formación de equipos interdisciplinarios cuando dicha realidad ofrezca una complejidad que así lo meritúe.

Y al respecto Bourdieu nos va a decir que “un objeto de investigación, por más parcial y parcelario que sea, no puede ser definido y construido, sino en función de una problemática teórica que permita someter a un sistemático examen todos los aspectos de la realidad puestos en relación por los problemas que le son planteados” 14.
Aquí va a aparecer otro tipo de relación que está referida a la co-implicancia de la teoría con la práctica. También reafirma los conceptos vertidos por otros como Marx y Bachelard que nos hablan del entrecruzamiento entre la razón y la realidad o la práctica, aproximándonos a dicha práctica con un bagaje de conocimientos y no con la mente en blanco, aunque esos conocimientos sean “un claro oscuro” o “un todo confuso”.

Y en referencia también a estos relacionamientos y ahora en relación al contexto científico va a ser Max Weber que nos dice: “las relaciones reales entre “cosas”, lo que constituye el principio de delimitación de los diferentes campos científicos son las relaciones conceptuales entre problemas. Sólo allí donde se aplica un método nuevo a nuevos problemas, y donde, por lo tanto, se descubren nuevas perspectivas puede nacer una ciencia nueva” 15.
Y aquí nos estamos refiriendo a la delimitación de los saberes disciplinarios en el contexto científico, lo que va a determinar el “campo del saber” de cada disciplina contenida en las ciencias sociales.

2. CONCLUSIONES.

De acuerdo a las argumentaciones presentadas estamos en condiciones a arribar a las conclusiones que la realizaremos en forma sintética y puntuada a efectos de una rápida comprensión de las mismas.

En el contexto general de las Ciencias nos ubicamos en las Ciencias Sociales, las cuales pueden ser caracterizadas como ciencia categorial ampliada, pragmática, que admite que los científicos que la componen posean distintas posiciones filosóficas, que su base empírica está contenida en la realidad o en la vida cotidiana y que esa realidad es altamente compleja y dinámica, pero conserva su carácter holístico y la mutua influencia de sus partes.

El Trabajo social es una disciplina científica que forma parte de las ciencias sociales y por lo tanto comparte todos los componentes de la misma. En cuanto a lo epistemológico –y de acuerdo a nuestra posición- nos adherimos a las epistemologías dialéctica – genéticas que priorizan a la práctica, el carácter constructivo de ella como una empresa colectiva y como tal predominantemente social. En cuanto al objeto de estudio del Trabajo Social consideramos que es el mismo de las ciencias sociales y que su objeto particular u objeto disciplinar es un objeto construido entre las intersecciones que se establecen entre el sujeto cognoscente, el objeto por conocer y las relaciones que se entablan entre ellos y con el mundo que los circunda y que tienen que ver con la producción o la reproducción de los distintos sistemas que se encuentran vigentes en la sociedad actual, en la realidad o en la vida cotidiana del aquí y el ahora.

BIBLIOGRAFIA

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  • Bourdieu Pierre.1999. El oficio del sociólogo. Ed. Siglo XXI. Madrid. España.

  • Durkheim Emilie. 1973. Las reglas del método sociológico. Schapire. Buenos Aires.

  • García Sierra Pelayo. Diccionario de Filosofía. En biblioteca filosófica en español. www.filosofía.org

  • Kosik Korel. 1967. Dialéctica de lo Concreto. Ed. Grijalbo S.A. México.

  • Marx Karl. 1971. Elementos fundamentales para la crítica de la economía política. Ed. Siglo XXI. Buenos Aires.

  • Max Weber. 1971. Sobre la teoría de las ciencias sociales. Península. Barcelona.

  • Morin Edgar. 1994. Cultura y conocimiento en El ojo del Observador. Ed. Gedisa. Barcelona.

  • Samaja Juan. 1993. Epistemología y Metodología. Elementos para una teoría de la investigación científica. Ed. Eudeba. Buenos Aires.

  • Schuster Felix. 1997. El método de las ciencias sociales. Ed. Editores de América Latina. Buenos Aires.

  • Von Foerster Heinz. 1995. Visión y conocimiento: disfunciones de Segundo orden. Ed. Paidos.

  • Watzlawick Paul y otros. 1994. (comp.). 1994. Contribuciones al constructuvismo en El ojo del observador. Ed. Gedisa. Barcelona.


NOTAS

1 García Sierra Pelayo. Diccionario de Filosofía. En biblioteca filosófica en español. www.filosofía.org

Apartado 168.

2 García Sierra Pelayo. Op. Cit. 189.

3 Shuster Félix. 1997. El método de las ciencias sociales. Ed. Editores de América Latina. p. 7.

4 Ibídem. p.11.

5 Samaja Juan. 1993. Epistemología y Metodología. Elementos para una teoría de la investigación científica. Ed. Eudeba. Buenos Aires. p. 95.

6 Bachelard Gaston. 1949. Le rationalisme appliqué. 1ra. Edición. Puf. Paris. Cap. IV. Pp. 75. 77-78

7 Ibídem.

8 Bourdieu Pierre y otros. 1975. El oficio del sociólogo. Ed. Siglo XXI. 21 Edición. Madrid. España. P.130.

9 Bachelard Gaston. 1972. La formación del espíritu científico. Ed. Siglo XXI. Buenos Aires. pp. 1-4

10 Marx Karl. 1971. Elementos fundamentales para la crítica de la economía política. Vol 1. Ed. Siglo XXI. Buenos Aires. p.22

11 Bachelard G. La formación.... op.cit.

12 Bourdieu Pierre. Op.cit.

13 Durkheim Emile. 1973. Las reglas del método sociológico. Schapire. Buenos Aires. p. 217.

14 Bourdieu. Op. cit. p. 54

15 Max Weber. 1971. Sobre la teoría de las ciencias sociales. Península. Barcelona. pp. 35-45



* Datos sobre la autora:
* Inés Suayter.
(*) Licenciada en Trabajo Social. Magíster en Desarrollo Social.
Prof. de Metodología del Trabajo Social y Trabajo Social Comunitario en la Licenciatura en Trabajo Social de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán.
Directora del Centro de Estudios de Redes Sociales de la Fac. de Filosofía y Letras.

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