Sr.
Alberto Romàn V.
Contactado
en Plaza Emilio Mitre: Av. Las Heras y Av. Pueyrredòn.
El
motivo de elección para trabajar con Alberto, se debe a que en
un relevamiento anterior, pude establecer un diálogo en el
cual contó parte de una historia de vida muy interesante.
Por lo tanto me
pareció oportuno indagar más en el caso, curiosamente
el día 16 de Enero cuando volví a entablar un diálogo
con Alberto, se encontraba con el mismo grupo de amigos no muy
amigables, una pareja con sus dos menores. Siempre de buena
predisposición para colaborar y protegiéndome de otros
sin techo que reclamaban una u otra cosa.
Comienzo
a contarle sobre el trabajo que me dispongo a realizar, y aceptó
de inmediato, así comenzó la entrevista.
...Tengo
37 años, vine de Rosario cuando tenía 12 años,
mi padre era golpeador, golpeaba a mi madre, yo estuve dos veces
preso por defender a mi mamá, cuenta Alberto.
¿
Tenés familia en Rosario?
Sí
está mi vieja y mi papá. Y en Uruguay vive una hermana.
¿
Los ves?
Sí, una vez al
año viajo a Rosario, pero no me quedo porque con mi viejo está
todo mal, no me banco que le pegue a mi vieja.
Yo soy hijo de
gitanos, mi papá es jefe gitano. Viste como es la tradición
que te comprometen de chicos entre los padres.
Yo
me casé por mandato con una gitana y tuve
una hija , pero a mí no me gusta que me impongan nada.
Yo
viajé por todos lados de mochilero, estuve en Misiones,
Córdoba, Tucumán.
¿
Cómo se llama tu hija?
María
Laura, tiene 18 años, vive en Merlo con la madre. También
tengo otra hija de 16 años, Estela Beatriz, que también
vive en Merlo, pero es de otra mujer.
¿
Cuándo te separaste?
Como
te dije, me casé por convenio entre las dos familias, nació
mi hija, pero yo me fui de casa, le dejé la casa a ellas y yo
me fui.
¿
Y con tu segunda mujer que pasó?
Fue
algo ocasional, estuvimos juntos 8 meses.
La
conocí en un boliche, fue cosa de una noche, ella era
cualquiera, estaba en la droga, en esa época yo también,
pero salí.
¿
A tus hijas las ves?
Sí,
yo las voy a visitar cuando quiero. Tengo una buena relación
con ellas.
¿
Saben de tu situación?
No,
yo no quiero que se enteren.
No
las quiero preocupar, yo me baño, me cambio y las voy a ver.
¿
Cuándo viniste de Rosario?
Vine
para acá, a los 12 años más o menos, a mí
me internaron en un colegio cuando tenía 2 años y a los
12 me sacó mi papá para que lo ayude, porque ya estaba
grande y lo podía ayudar a trabajar. Pero cuando salí
me vine para acá.
También
viví en Caracas un año y medio.
¿
Estudiaste?
Sí,
mientras estaba internado hice la primaria. Después acá,
empecé la carrera militar, estuve en el Ejército de los
14 a los 18 años más o menos, soy de la clase 63, soy
ex combatiente de Malvinas.
Pero
de eso no me quiero ni acordar.
Después
a los 20 años, después de Malvinas, me metí en
el Seminario, para estudiar de Cura, estuve 2 años y me fui.
No
podía soportar todo lo que veía ahí dentro.
Los
negocios que hacían los Curas, juegos, metían mujeres,
por eso yo no creo en nada de eso, ahí te enseñaban a
robar, es todo mentira.
Esto
también es otro negocio. (señalando el móvil)
¿
Dónde estudiaste para Seminarista?
En
San Nicolás.
Después
me fui de ahí.
¿
Y que hiciste? ¿Dónde vivías?
Cuándo
tenía trabajo me pagaba una pensión o un hotel y sino
en la calle.
Yo
fui el que construyó toda la ranchada en Facultad de Derecho,
pero después vino gente pesada, te tenes que estar peleando,
entonces me fui.
Ahora
hace 7 años que estoy sólo.
¿
Qué recuerdos tenés de tu infancia?
No
me acuerdo de nada. Y lo que me acuerdo es feo, prefiero no
acordarme.
Tenía
que pelear con gente más grande para comer. De eso prefiero no
acordarme.
¿
y que te gustaría hacer ahora ?
Me
gustaría tener un buen trabajo y no depender de nadie.
Haría
cualquier trabajo, pero lo que más me gusta es trabajar la
madera. Yo tengo un oficio, soy decorador.
¿
Qué cosas rescatas del haber estado en la calle?
Los
amigos, la gente que está con vos, también cae gente
mala, te tenés que pelear, acá los códigos son
otros, drogas, vino, peleas.
Yo
fui adicto, pero vi que me estaba destruyendo y por mi mismo salí
y dejé, lo mismo voy a hacer con el alcohol, porque el alcohol
es una forma de escape, acá no tenemos nada, no podemos vivir
como queremos, no estamos acá porque nos gusta.
Un
tiempo viví con amigos y no tomaba nada, pero cuando volvés
a la calle no te importa nada.
También
estuve preso en Devoto 3 años por robo.
¿
Cómo es tu relación con tus hijas?
Bien,
todo bien, la mayor cobra mi pensión por Malvinas, porque ella
está estudiando Abogacía, y con la menor todo bien, yo
cuando quiero voy y las veo.
(Debido
a una entrevista anterior yo sabía que era HIV +, le pregunto
como estaba de salud, y si estaba tomando alguna medicación)
Responde:
No, estoy re bien, no estoy tomando nada, tampoco me lo bancaria,
hasta que de dé. Porque es un garrón todo el tema de
conseguir la medicación. Prefiero no hacer nada.
...En
el transcurso de la entrevista, Alberto comenta que después
del
desalojo
de la Facultad de Derecho, en Enero de este año, y aunque él
ya no estaba allí, concurrió a la Subsecretaría
de Promoción Social, oficina 16 en busca de alguna vacante y
le dieron alojamiento en un Hotel.
Mientras
que cuando fue relevado con anterioridad, en el invierno pasado, se
le ofreció la posibilidad de ingresar a algún Hogar,
propuesta que fue rechazada inmediatamente por Alberto.
En
el presente trabajo trataré de corroborar las hipótesis
trabajadas en la primera presentación.
¿ Un sin techo
elige ser un sin techo? Se trataría de una elección de
vida, de una circunstancia, de un predisponente social o tal vez
psíquico?
¿
Cómo se constituiría el psiquismo humano a partir de la
falta, de la no respuesta del Otro? Y qué efectos produciría
a posteriori?
¿
El alcohol y las drogas, son objetos que taponan la falta?
Remitiéndome
a Alberto, y según su historia de vida, existen sobrados
elementos que justifican la constitución del aparato psíquico,
basado en carencias de tipo afectiva que marcan un modo particular de
relacionarse con el mundo y los objetos.
Alberto
fue abandonado por sus padres cuando tenía 2 años, a
partir de allí puede pensarse que lugar ocupó ese hijo
en el deseo de sus padres?
Padre:
golpeador
Madre:
pasiva y abandónica
Existe
un sentimiento de exclusión ya que no puede ocupar un lugar,
en ningún lado ya que está de más en todas
partes, dado que la necesidad de permanencia, necesidad primaria en
todo ser humano permaneció insatisfecha desde la infancia.
Si
nos remontamos a la constitución del aparato psíquico
tenemos que pensar en un tiempo remoto y mítico donde existía
un padre gozador de todos los beneficios. El padre de la
horda primitiva, al cual sus hijos tuvieron que matar y devorar, para
a través de identificarse con él adquirir algunos
beneficios y mantener la prohibición de otros, por lo tanto
los hijos acceden a las mujeres, con excepción de la madre y
las hermanas. Dando lugar de esta manera a la creación de la
Cultura que se sobrepone al Reino de la naturaleza. La cultura se
edifica sobre la renuncia de lo pulsional, precisamente en la no
satisfacción de estas. Se instaura de este modo una ley, un
simbólico, una terceridad que viene a mediar entre la madre y
el hijo. Constituyéndose esta en la función principal
del padre.
En
este caso podemos pensar que la separación ejercida por el
padre fue absoluta y real, con esto quiero decir que no hubo espacio
en Alberto para constituirse en el falo de la madre, objeto que colme
su falta y convertirse en deseo de esta.
Por
lo tanto remitiéndonos a la constitución psíquica
en Alberto, no lo podemos pensar en falta (donde hay falta, hay
deseo, deseo de objetos que la colme), en Alberto hay sobra, es él
quien sobra en relación a sus padres que se transforma en
sobra de goce, plus de gozar.
Es
posible encontrar un deseo de darle muerte a su padre, un deseo de
rivalidad que se contrapone con la necesidad de proteger a esa madre
falica que de pequeño no pudo colmar.
El
abandono sufrido afecta el carácter y el comportamiento de
Alberto desde su infancia a la actualidad, pero se afirma
particularmente cada vez que una circunstancia de la vida reactiva
este sentimiento de frustración y abandono, siendo ahora él
quien lo ejerce con sus hijas.
Se
repite la misma vivencia de angustia, agresión y masoquismo.
Esquema o modelo utilizado en aquel primer momento y que lo
acompañará en su vida.
Lo
que nosotros observamos, lo que se manifiesta en forma de síntoma
es esta angustia, el daño que se causa (masoquismo), y la
agresión producto de esta no valorización de sí
mismo, debido a las privaciones de amor que sufrió durante
toda su infancia.
Por
lo tanto tenemos un sujeto que con sus elecciones equivocadas,
sus actitudes patológicas, sus rechazos queda nuevamente
privado de su deseo, acentuando una situación de inferioridad
y dependencia que lo conduce al fracaso. Y para evitar el fracaso no
se compromete con nada ni nadie como nadie se comprometió con
él en sus primeros años.
Si
pensamos en las elecciones de objeto en Alberto, no nos puede pasar
por alto que su primera esposa le fuera impuesta por su padre
(jefe gitano), líder de un clan, que no puede menos que ser
admirado y venerado por todos como conductor de un grupo de gente.
Este
padre que no cumple con su función, pero al cual se
identifica, repitiendo una historia de abandono, ya que su relación
con sus hijas según dice es buena las veo, me baño,
me cambio y cuando quiero las veo, donde nunca convivió
con ellas y ellas no saben de su situación.
Hay
en Alberto una constante búsqueda de ley, de padre protector
que ponga orden, que regle y de sentido a una vida en comunidad. Hay
un intento fallido que lo busca en el Ejercito, luego en
la Iglesia y también en la Justicia ... Estuve detenido
3 años en Devoto...
Lo que encuentra es la separación del resto, el aislamiento
que lo diferencia de los otros del adaptado del normal.
Existiría una ficción de igualdad que no es tal, dado
que el diferente genera peligro para la sociedad.
Tanto
en la Iglesia como en el Ejercito estamos hablando de masas
artificiales, donde necesitamos de cierta fuerza externa que impida
su disolución. Esto lo impone un jefe, un líder que ama
por igual a todos los miembros de la masa (de esta ilusión
depende la unión del grupo) y precisamente esta ilusión
fue la que calló e hizo estallar su permanencia en el
Seminario. Su permanencia allí ya no tendría sentido,
si el criterio que se usa no era para todos igual.
Igual
que su padre la Iglesia está castrada, como así también
el Estado que hasta días antes de la entrevista nunca había
recibido ayuda ... Es todo un negocio...
Su
segunda mujer también le fue impuesta, en esta ocasión
por la droga ...ella era cualquiera..., aunque a él
no le gusta que le impongan nada.
En
esta no elección, encontramos un acto totalmente irresponsable
donde otro, objeto (droga) o sujeto (padre) decide por él, y
en ese mismo acto se deja de ser sujeto de pleno derecho y
responsable que pueda dar cuenta de sí mismo y de sus propios
actos.
Vía
las adicciones ( droga alcohol), observamos en Alberto una posición
de cobardía ante la falta (de la que hablábamos al
comienzo), tal como lo plantea Freud, en la droga encontramos una
respuesta al malestar en la cultura, una respuesta a los imperativos
de renuncia que se le impone al individuo a diario. Con lo cual se
resguarda y se siente a salvo de sus propios sentimientos,
encapsulándose reforzando a diario con una nueva dosis esa
cápsula que le permite no sentir.
Alberto
es muy claro cuando cuenta su experiencia con las drogas, al igual
que con el alcohol, que corrobora la hipótesis trabajada en la
primera aproximación... viví un tiempo con amigos
y no tomaba nada, pero cuando volvés a la calle no te importa
nada.... Se trata de otra ley, de otro orden, en donde el que
subsiste es el más fuerte. ( y él dio sobrados
elementos para considerarlo un hombre fuerte), un sobreviviente.
Sobreviviente de la infancia, de la que nada quiere saber ni
recordar. De la guerra, que tampoco quiere recordar, de la
droga y ahora le presenta batalla al SIDA,... hasta donde de
dé...
Evidentemente
impera una fantasía inconsciente de omnipotencia, de lo que
ahora no se quiere acordar, porque del goce nada se quiere saber.
Podríamos
pensar que Alberto sobrevivió preparándose para la
muerte pero ahora tiene que preparse para la vida.
Se
instaura de este modo un espacio creado entre dos muertes, una
simbólica que la precede y una biológica real.
Es
posible que el HIV, constituya en Alberto una reconciliación
con la vida, y digo esto, porque el hecho de pensar en la muerte,
saber que el tiempo está acotado produce un impacto, una
herida a su omnipotencia e indestructibilidad.
Un
real se añade a su vida e irremediablemente la modifica y la
escande.
Con
esto quiero decir que el HIV, altera el goce masoquista y puede
producir cierta vacilación fantasmatica, en cuanto al destino
de su enfermedad ... hasta donde de dé...
También
puede que concentre en la muerte toda su esperanza de terminar allí
con todo lo que la vida le negó. De este modo se le impone un
coto a ese presente absoluto.
Por
todo lo expuesto hasta aquí, podría pensar que el punto
de quiebre en Alberto que lo llevó a permanecer en situación
de calle, estaría dado en aquel abandono sufrido a los 2 años,
que se resignifica a los 12 años momento en que su padre lo
sacó del internado para que lo ayude con su trabajo. Allí
decide volver a Buenos Aires, sin expectativas, sin recursos,
comenzando con el circuito ya conocido y una búsqueda
siempre equivocada de hallar un lugar para sí.
HIPÓTESIS
EXTRAÍDAS:
Encontramos
en Alberto manifestaciones masoquistas que pueden tener que ver no
sólo con un retorno contra sí mismo de un sadismo
dirigido primitivamente contra su padre y luego reprimido, sino que
al dañarse, al negar sus propios valores, al discriminarse y
por consiguiente autodestruirse Alberto podría estar
queriendo dañar a sus padres culpándolos por la falta
de amor.
Teniendo
en cuenta que el padre de Alberto es un hombre golpeador, podemos
pensar que existe en Alberto una fantasía inconciente
masoquista de ser pegado por el padre, lo que a su vez conlleva a
que ese padre no me ama por eso me pega.
Alberto
por su estado de abandono y a raíz de la inseguridad afectiva
a la que siempre estuvo sometido, espera siempre del Otro más
que cualquiera, esto tiene que ver con las necesidades primarias
insatisfechas adolecidas desde su infancia.
Esta
falta de seguridad afectiva anula de alguna manera el sentido de lo
posible, de lo real, con lo cual se instaura un sentimiento de
omnipotencia y pensamiento mágico donde lo posible desaparece,
desafiando de este modo a la muerte, a través del HIV, que ni
siquiera se molesta en controlar vía la medicación.
Resulta
curioso y no se puede pasar por alto, el hecho que nunca haya
aceptado alojamiento en un Hogar,... de lo que careció
siempre, de lo que no se quiere acordar...
Pero
también implica el esbozo de algo que tiene que ver con los
límites, las normas, la ley. en cambio, sí acepta el
ingreso a un hotel, un lugar de tránsito, como todas sus
elecciones donde no hay quien le imponga nada.
Podemos
pensar que se le brindó a Alberto un lugar donde alojarlo,
donde poder aliviar algo del dolor que le implica existir.
Podríamos
pensar que por una vez encontró alojamiento en el Otro, en
este caso en el Estado.
ESTRATEGIAS
DE ABORDAJE:
Al pensar en el
modo de intervención, que no coste sólo en brindar
asistencialismo, se me ocurre que podría generar algún
efecto positivo, si el alojamiento lo acompañamos de un
trabajo, esto podría consistir en proporcionarle los medios
para que pueda crear a través de su oficio con la madera, un
bien de intercambio, ya que el trabajo implícitamente implica
sublimación de las pulsiones. Este bien creado y la
circulación del mismo que conlleva necesariamente la
circulación de goce, y la pérdida de éste
produce una apertura al deseo.
Mi
propuesta consistiría en alentar a Alberto al inicio de una
terapia donde pueda trabajar entre otras cosas, los roles y vínculos
que se encuentran tergiversados e indiscriminados, dado que en el
proceso de formación no pudo hallar una identidad, ni
encontrar patrones a los cuales poder identificarse de un modo más
sano. De lo cual se desprende que no hubo una maduración
emocional adecuado.
De
este modo no quedaría condenado a una repetición
constante.
Para
ello es necesario que exista por parte de Alberto una apertura al
deseo y la participación comprometida, pasando de un sujeto
irresponsable a alguien que comience a hacerse cargo de su presente y
su destino.