(para el hemisferio sur) Editorial
El capitalismo salvaje se muestra externamente con gran vitalidad, pero sus bases injustas y corruptas comienzan a dar índices de descomposición.
Las promesas de un mundo de libertad, regulado por mercados financieros desde la llamada globalización, no hizo mas que traer guerras declaradas y no declaradas, muertes de todas las formas imaginadas. Certificados de defunción firmados de antemano para los llamados excluídos, inviables o simplemente pobres. Hasta es posible que los padres del liberalismo, tan cargados de su optimismo ilustrado se horroricen hoy del monstruo que ayudaron a generar. Una bestia, tal vez más temible que el Leviatan de Hobbes.
En este momento, en Africa se estima que uno de cada cuatro habitantes es portador de VIH, las hambrunas siguen exterminando pueblos, en forma directa o indirecta.
Mientras tanto, la cuestión social se multiplica y sólo se aplican cada vez más pequeños paños fríos para paliarla, en la medida que "dejen de molestar", al "normal" desarrollo de las economías.
Tal vez nos queden las palabras de Leopoldo Marechal y de tantos otros que, desde la historia, nos hacen guiños de esperanza que van mucho mas allá de los informes de los expertos.
Mientras tanto, quienes cotidianamente intervenimos en la cuestión social, continuamos lentamente trabajando para andar caminos que sean útiles para disminuir padecimientos que en definitiva pueden servir para provocar respiros que sean útiles para que se "siga haciendo la historia, sin ruidos", construyendo los gritos de libertad... para escribir un mañana diferente. | |
El director |
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