(verano de 1999) 190 años al servicio del capital * 1980 pobreza y neoliberalismo
Ya en nuestro siglo, la década del '70 mostró en los países del cono sur la imposición de dictaduras militares o gobiernos civiles títeres. Se desató la violencia contra el pueblo con la utilización del Terorismo de Estado.
Además de los asesinatos se utilizó un sistema perverso de secuestro y desaparición forzada de miles de personas; sistemáticamente, los represores se apropiaron de niños a quienes les cambiaron su identidad...
La violencia y la masacre sirvieron en definitiva para imponer las políticas económicas de entrega a los intereses económicos de las potencias.
Las nuevas medidas terminaron de destruir las economías regionales, especialmente las producciones industriales nacionales. La "apertura de la economía" produjo un aumento en los índices de desocupación y pobreza, sólo ocultos por la violencia represiva de las dictaduras. A partir de los años '80 se agudizó la explosión de la pobreza y la exclusión. Durante esta década América Latina y el Caribe resultó ser la región más afectada del mundo (junto al Africa subsahariana) en términos de aumento de la pobreza.
Esto fue paralelo a las nuevas políticas de "ajuste estructural" que el viejo conservadurismo ahora llamado neoliberalismo impusieron los países del Norte llevados de la mano de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, para superar la crisis por la que atravesaba el capitalismo.
Se trató de abrir los mercados, es decir de lograr que los distintos países orientaran sus economías hacia el exterior. Esta mejor escala para la producción y distribución de bienes y servicios fue acompañada por una mayor productividad a expensas de los trabajadores.
El ajuste se impuso a través de los organismos financieros internacionales utilizando el chantaje de la deuda externa con los países acreedores. Convirtiendo así a la deuda externa en el principal elemento de dominación del Norte dejando de lado progresivamente los ejércitos de ocupación.
Pero el punto entre la aceptación sumisa de estas políticas y la necesidad de represión a gran escala es delicado y permanentemente monitoreado. De ahí la novedad del neoliberalismo de aceptar políticas sociales a cargo del Estado. Evitando que la propagación de hechos como el Caracazo, la violencia en las favelas y grandes facendas brasileñas, el estallido de Santiago del Estero o Jujuy (en Argentina) o el alzamiento zapatista de Chiapas (sólo por nombrar cuatro países latinoamericanos) distraigan esfuerzos en esta reorganización del capitalismo.
El Director General del F.M.I. (Fondo Monetario Internacional) Michel Camdemsus fue explícito al recomendar mayor equidad que "hará que el ajuste cuente con mayor aceptación social y política, lo cual lo hará más viable y sólido". El Norte ve el incremento desmedido de la pobreza en el Sur como un riesgo a la seguridad y a la legalidad política de los gobiernos que implementan el neoliberalismo.
En 1993, Federico Mayor Zaragoza, director general de la UNESCO sostuvo que la pobreza es "...un problema de seguridad a escala internacional". Al mismo tiempo Enrique Iglesias, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, alertaba sobre el riesgo de "explosiones sociales" en América Latina.
El entonces Secretario General de la Organización de Estados Americanos (O.E.A.) advertía que "...si no hay una acción inmediata y concertada, el desborde de las demandas sin respuesta agotará las posibilidades de solución". Ya en 1990 el Banco Mundial sostenía en su 'Informe sobre el Desarrollo Mundial: la pobreza', que "ninguna tarea debería tener más prioridad para los políticos del mundo que la reducción de la pobreza global". En tanto el informe 1992 sobre Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) reconocía que "los pobres (...) tienden a irse quedando por fuera del mercado, ya sea en sus naciones o a nivel internacional". En 1991 Domingo Cavallo se hizo cargo del Ministerio de Economía en Argentina (como lo podría haber hecho Alsogaray, Alemann o Krieger Vasena) luego del fugaz paso de Born y Rapanelli, al poco tiempo que importantes grupos económicos hubieran "golpeado" a Alfonsín y producido los hechos conocidos como la "hiperinflación".
El hombre de la Fundación Mediterránea se había ganado el respeto de los organismos internacionales al estatizar la deuda privada durante su paso por el gobierno de la dictadura, sin embargo no estaba tan quemado como los ministeriables de siempre.
Por todo ello, no resultó sorpresivo el dato suministrado por el INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, Ministerio de Economía de la Nación): en 1991 el porcentaje de hogares bajo la línea de pobreza era de 16,3 por ciento, en tanto que en 1995 aumentó a 17,6 por ciento; mientras que en el mismo período el porcentaje de hogares indigentes trepó del 2,4 al 4,4 por ciento. MAQUILLANDO LA POBREZAEn 1996 estalló un escándalo al conocerse que los datos oficiales suministrados por el INDEC (Instituto Nacional de estísticas y Censos) eran maquillados de acuerdo a "necesidades oficiales", como por ejemplo: acuerdos con el F.M.I. Pero también hay discusión en cuanto a la metodología utilizada para encuadrar distintas categorías. CEPALLos resultados de las políticas de ajuste están a la vista. En el informe de apertura del XXVI período de sesiones de la Conferencia Económica para América Latina (CEPAL), entregado a mediados de abril, se reconoce que los indicadores de equidad social de la región están por debajo de los registrados en los '80 "pese a la reestructuración productiva que siguió a los planes de ajuste". RENUNCIOAl término de la Segunda Guerra Mundial quedó conformada la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para preservar la paz en el planeta. A 50 años, el mundo se halla dividido en dos: los poderosos aprovechan las riquezas de los países subdesarrollados, mientras que cada día son más numerosos los desposeídos y marginados; aumenta la mortalidad infantil y las plagas que asolan a pueblos enteros. Mientras esto ocurre, modernos burócratas nos explican las bondades del sistema neocapitalista y señalan los métodos para insertarse en el "Primer Mundo". Uno de estos organismos es el Banco Mundial, que establece las políticas de "crecimiento" para los países deudores, en temas tan amplios como la seguridad social, la educación y la salud. Hace unos años, Pierre Galand -miembro de una organización no gubernamental belga- que colaboró desde adentro con el Banco Mundial, realizó una denuncia a través de su renuncia al citado organismo.
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