Algunas cuestiones en borrador. Pandemia y Trabajo social
En el campo del Trabajo Social -a partir de la urgencia que con gran poder de interpelación produce esta enfermedad- se han desarrollado una serie de producciones sobre el tema, generando una serie de preguntas y respuestas. Éstas se construyen especialmente desde los interrogantes que se centran en el sentido, amplitud y posibilidades de la Intervención en lo Social en las nuevas complejidades de los escenarios actuales.
Los trabajadores sociales sabemos que, como toda enfermedad, el Covid-19 es una enfermedad social, es decir que no puede ser pensada sólo desde la medicina, la biología o los efectos psicológicos. De allí que lo social la atraviesa totalmente, dándole sentido, heterogeneidad y diferente impacto, tanto a nivel singular como territorial. Desde allí, tal vez, es posible pensar algunas estrategias de intervención que se singularizan dentro de nuestro campo. De esta manera, la salud se construye, es producto de un complejo juego de intervenciones que se conjugan a partir de la actuación colectiva frente a los problemas y a la solución de los mismos como horizonte.
En principio, la mirada y el encuentro entre lo micro social en relación con lo macro se hace fuertemente evidente. Es decir, el problema Macro (Pandemia) se singulariza en circunstancias Micro Sociales. De ahí que dialogue con la Vida Cotidiana, la Trama Social y la reconfiguración de diferentes Problemas Sociales en los escenarios que impone y transforma la Pandemia.
Estas cuestiones se expresan en términos de Accesibilidad al Sistema de Salud, a las Políticas Sociales y a los Sistemas de cuidado en general, siendo estos últimos fuertemente singulares y territoriales. A su vez, la estructuración de la vida cotidiana también se singulariza en relación a la existencia de múltiples factores condicionantes desde lo social. En este aspecto podrían definirse dos esferas de intervención concretas: la Accesibilidad y los factores que condicionan la Vida Cotidiana.
A su vez, el Territorio marca el sentido, en este caso el del impacto del Covid-19 dentro de un proceso singular que resignifica a la enfermedad en cada circunstancia de aparición de ésta. En otras palabras, para la intervención en lo social no hay un Covid-19 sino muchísimas expresiones sociales de éste que dialogan con otros problemas sociales de las personas que se contagian o que están desarrollando cuidados para no contagiarse.
La enfermedad como proceso impacta de manera distinta según el lugar, el espacio donde aparece, las características nutricionales, habitacionales, las enfermedades previas, las condiciones de construcción de la cotidianidad y especialmente la posibilidad de percepción de sentirse enfermo, sano o expuesto a ella en relación a la subjetividad de cada uno y de los condicionamientos sociales y económicos que dialogan inevitablemente con estas cuestiones.
Desde una mirada singular de lo social, el Trabajo Social tiene la posibilidad de hacer ver al equipo de trabajo -y a quienes reciben su intervención- las características heterogéneas del tema, haciendo de esta manera mucho más realista el abordaje del mismo, poniendo en claro que una cifra epidemiológica, como una cantidad de casos, debe ser complementada por las características territoriales de las circunstancias de cada uno de ellos.
En síntesis, la realidad del Covid-19 no es sólo la sumatoria de contagiados, curados y muertos, sino algo mucho más complejo, si lo pensamos desde la accesibilidad o los imaginarios sociales que ya rodean el tema.
La Intervención en lo Social
Es posible organizar temáticamente las posibilidades y necesidad de intervención del Trabajo Social en este tema. Tal vez es posible agruparlas en diferentes esferas.
Desde lo Micro Social, la Pandemia se presenta como una forma de alteración de la vida cotidiana, tanto a nivel de quienes cumplen o no con el aislamiento, quienes enferman con las circunstancias que los rodean. En este aspecto, se presentan problemas vinculados con la intervención que marcan la necesidad de ésta desde nuestro campo en cuestiones como: acceso a la alimentación, agua potable, salud, surgimiento o expresión diferente de problemas sociales (violencias, discriminación, su impacto subjetivo), construcción de nuevas formas de convivencia y circulación, tanto en el aislamiento domiciliario como en el territorial, la interacción con dispositivos de asistencia directa e indirecta, el deterioro de lazos sociales, el acceso a derechos, la aparición de más y nuevos problemas sociales.
Es decir que se necesita un Trabajo Social en el territorio y en las instituciones y desde allí, a partir del conocimiento que se construye en la intervención, es posible construir otras formas de comprensión y explicación de lo que está ocurriendo, obtener un conocimiento más cercano para construir planificaciones de corto y mediano plazo que dialoguen con la magnitud del problema.
La intervención en lo social es una convocatoria, una apelación, una demanda, que de esta manera implica un estar con el Otro desde diferentes aspectos que se vinculan con la resolución de inconvenientes, problemas y complejidades que se presentan en la vida cotidiana y que se expresan de manera fuertemente singular; en otras palabras, desde la facilitación de la Accesibilidad a un recurso hasta las posibilidades de comunicación con otrxs.
Por otra parte, desde lo Territorial, la capacidad del Trabajo Social de comprender el territorio desde sus diferentes expresiones, aporta, en este contexto, la posibilidad de trabajar en la recuperación de lazos sociales, su fortalecimiento y fundamentalmente la posibilidad de conocer los problemas sociales desde una perspectiva situada; o sea, singularizada en el territorio.
Podemos inferir que existen muchísimas formas de expresión de la Pandemia en tanto su interpenetración con los problemas sociales. Allí, lo territorial da cuenta nuevamente de su capacidad de construcción de conocimiento para enfrentar la demanda desde lo inmediato y las diferentes expresiones sociales de la misma que se caracterizan y encuadran en contextos de Emergencia. Los dispositivos asistenciales también se territorializan y desde allí se construyen diferentes capacidades y posibilidades de respuesta. Lo territorial marca distintas formas de vinculación, continuidad de las estrategias educativas, uso del tiempo libre, incluso también de recreación.
Desde lo territorial también se resignifica la accesibilidad al sistema de salud y a las diferentes estrategias de las Políticas Sociales que se van construyendo en el día a día, además de las que ya estaban. También desde lo Territorial, como desde lo Micro Social, se construyen distintas estrategias de contención, respuestas y detección de nuevos problemas sociales que se expresan a partir de la Pandemia o son producto de ésta. Estar ahí, escuchando, gestionando, orientando, intentando resolver conflictos e inconvenientes que se presentan hoy como expresión de la Pandemia, marca también al Trabajo Social.
A su vez, desde la Relación con el Sistema de Protección Social, el Trabajo Social -en clave de labor con diferentes recursos- tiene una intensa trayectoria, especialmente en los últimos años en la gestión transversal de las diferentes expresiones de los Problemas Sociales en relación con la Política Social. En estos tiempos, la transversalidad se presenta como un tema sobresaliente en términos de los diálogos y encuentros entre diferentes sectores: Salud, Acción Social, Seguridad Social, Educación y Justicia.
Desde esa perspectiva integral es posible salirse de respuestas medicalizadas o sólo vinculadas con las características o efectos del Covid-19 en términos de intervención. La Accesibilidad se construye creativamente desde la intervención como una especie de cartografía que se adecua a cada demanda, circunstancia, persona.
La relación con el sistema de Protección Social en épocas de Urgencias muestra la importancia de esa elaboración. La articulación de recursos en situación de pandemia se presenta como un desafío para nuestra disciplina. Lo mismo ocurre con la mirada hacia lo Micro Social y lo Territorial.
En definitiva, probablemente los acontecimientos de la época nos hagan ver que, desde nuestras prácticas, construimos una forma de conocimiento singularizado que tiene como característica clave el diálogo con las formas de su aplicación y desde allí se resignifica y vuelve a interpelar.
Esta Pandemia, como crisis, implica una oportunidad. Oportunidad de revalorizar el lugar del Estado, de entender de manera mucho más profunda el componente social de los temas que atraviesan al Sector Salud, de recuperar lo Colectivo, de resignificar la noción de Salud como Proceso histórico y Social y de construir más y nuevas formas de hacer desde una lógica implicada con nuestros pueblos.