LUNES ¤ 5 ¤ MARZO ¤ 2001
¤ Recuperaremos nuestras aguas, bosques, tierras y sitios históricos, expresan
Plantean indígenas realizar un levantamiento nacional pacífico para alcanzar su autonomía
¤ Los delegados al CNI reafirman su apoyo a la iniciativa de ley de la Cocopa
ROSA ROJAS Y MATILDE PEREZ ENVIADAS
Nurio, Mich., 4 de marzo. Los 5 mil delegados participantes en el tercer Congreso Nacional Indígena acordaron realizar un ''levantamiento indígena nacional pacífico como signo patente de nuestra voluntad de autonomía'', mediante una movilización permanente para demandar la aprobación en el Congreso de la Unión de la iniciativa de ley sobre derechos y cultura indígenas de la Comisión de Concordia y Pacificación, y de los acuerdos de San Andrés.
Asimismo, determinaron ''llevar la autonomía a la práctica en municipios y regiones'' creando, como lo han hecho los zapatistas chiapanecos, municipios autónomos. ''Llevar la autonomía a la práctica es parte de las estrategias. Vamos a recuperar nuestras aguas, bosques, tierras, santuarios, sitios históricos; recuperaremos nuestro territorio''.
En cada una de las cinco mesas en las que se definió la estrategia para respaldar al EZLN en su marcha hacia la ciudad de México, los delegados indígenas puntualizaron que es necesario ese levantamiento pacífico para que esa iniciativa se apruebe sin modificar ninguna coma, porque ''lo que para los congresistas (legisladores) es letra muerta, para nosotros es vida''.
Acordaron también formar un frente con organizaciones sociales, civiles y sindicatos independientes, para lograr la inclusión de los derechos indígenas en la Constitución, invitando a los no indios a participar en este levantamiento pacífico, para caminar juntos sin que ''el movimiento indígena pierda su propio paso. Necesitamos ejercer medidas de presión para dejar claro a los legisladores que estaremos permanentemente en resistencia hasta garantizar la aprobación y aplicación de los derechos y respeto a nuestras culturas'', expusieron durante la lectura de las relatorías de las mesas de trabajo.
''Llamamos a nuestros hermanos y hermanas indígenas del país, a todos los pueblos, comunidades y organizaciones, a todo el movimiento indígena nacional, a unir nuestros corazones y voces en un solo corazón y una sola voz por el reconocimiento constitucional de nuestros derechos colectivos. Primero, la reforma constitucional y, posteriormente, la reforma de las leyes y las instituciones'', puntualizaron.
Agregaron que entre las medidas de presión está el envío de actas de asamblea, con sus respectivos sellos de cada uno de los pueblos, a la Presidencia de la República, a la Cámara de Diputados y al Senado. Por lo pronto, autoridades huicholas de Jalisco acompañarán a los zapatistas en todo este proceso y llevarán consigo sus sellos para ''todo lo que se ofrezca''
Los delegados de los pueblos indígenas que participaron en este tercer congreso otorgaron al EZLN toda su representatividad, pero también consideraron importante que una comisión acompañe a los zapatistas al Congreso de la Unión y un grupo de asesores los apoyen en los debates.
Después, en la declaración del congreso, ''por el reconocimiento constitucional de nuestros derechos colectivos'', el CNI reforzó: ''Continuaremos defendiendo nuestra autonomía y al defenderla defenderemos también la de todos que, como nosotros, quieran vivir con dignidad su diferencia, su color, su canto, su visión propia de la vida y de la libertad''.
Y a ''quienes han tratado de negar a los pueblos indígenas su capacidad para conducir con sabiduría y dignidad su propio destino'', los delegados les advirtieron: ''Seguimos vivos. No somos una suma de individuos dispersos por el mundo, sino una viva armonía de colores y de voces, un constante latido de deseos y pensamientos que nacen, se crecen y se fecundan amorosamente en un solo corazón y voluntad, tejido de esperanza. Somos una comunalidad''.
También les aclararon: ''Somos pueblos porque llevamos en nuestra sangre, en nuestra carne y en nuestra piel toda la historia, toda la esperanza, toda la sabiduría, la cultura, la lengua y la identidad, toda la raíz, la savia (...) que nuestros padres y madres nos encomendaron y que sembraron en nuestras mentes y corazones para que nunca jamás se olvidara o perdiera''.
El reconocimiento constitucional de nuestros territorios y tierras, que representa la totalidad de nuestro habitat -abundaron los delegados en la declaración del Congreso Nacional Indígena-, ''es sagrado porque allí reproducimos nuestra existencia material y espiritual como pueblos, para poder conservarlos íntegramente y mantener la tenencia comunal de nuestras tierras, pues sólo así es posible preservar nuestra cohesión social, conservar las formas de trabajo gratuito y colectivo en beneficio de toda la comunidad y asegurar el patrimonio y futuro de las próximas generaciones''.
A las demandas se sumaron el rechazo a los megaproyectos, como el plan Puebla- Panamá, y la exigencia a una moratoria a todos los proyectos de bioprospección y a todas las actividades de biopiratería ''que se realizan en nuestros territorios, hasta que los pueblos indios hayan discutido en su propio tiempo y condiciones los temas relativos al control de sus recursos''.
Tanto en las relatorías, como en la declaración final, hubo un insistente llamado a la unidad de todos los pueblos y organizaciones sociales. Iniciemos la reconstitución de nuestros pueblos revisando aquellas prácticas que más que unirnos nos dividen y nos dispersan; elaboremos líneas de trabajo conjuntas que sean coherentes con los momentos históricos que vivimos''.
El encuentro indígena concluyó con el acuerdo de crear espacios regionales y estatales ''que nos lleven a fortalecer al CNI como el espacio de encuentro para todos. Invitamos a todos los pueblos no presentes en este congreso a que se sumen a la demanda por el reconocimiento de nuestros derechos, cultura y lenguas''.