MARTES ¤ 13 ¤ MARZO ¤ 2001
¤ Entrega a los delegados zapatistas la propuesta de formato para el encuentro
Plantea la Cocopa al EZLN reunirse con miembros de comisiones dictaminadoras
¤ La entrevista fue calificada como ''cordial'' por los legisladores de la comisión
ANDREA BECERRIL
La Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa) entregó ayer a los dirigentes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) la propuesta de los órganos de gobierno del Congreso para que se reúnan con representantes de las comisiones dictaminadoras de la ley indígena de ambas cámaras, es decir, con diez senadores y diez diputados. Durante un encuentro calificado por los legisladores como ''cordial'', el subcomandante Marcos precisó que harán llegar su respuesta a través del arquitecto Fernando Yáñez y expresó su disposición a lograr un acercamiento respetuoso con el Legislativo.
El primer encuentro después de más de cuatro años entre la Cocopa y el subcomandante Marcos se llevó a cabo en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, y fue valorado por los legisladores como relevante, ya que abrió la posibilidad de una nueva reunión.
La comandancia rebelde se comprometió a reunirse de nueva cuenta con la Cocopa y definió la disposición a ir más allá de la coyuntura actual en la relación con esa comisión, a fin de que sus tareas no sólo se circunscriban a organizar el encuentro entre el EZLN y el Congreso, sino a los trabajos a favor del diálogo y la paz.
Los integrantes de la Cocopa llegaron a la ENAH poco después de las 16:30, aunque la cita original era media hora antes, debido a que su reunión con los integrantes de las juntas de Coordinación Política de ambas cámaras se prolongó más allá de lo programado.
Desacuerdo inesperado
Los miembros de la comisión de coadyuvancia se congregaron temprano en sus oficinas de la torre de El Caballito para afinar la agenda, y a las 13:30 ya estaban en Xicoténcatl con los coordinadores de las fracciones parlamentarias de PRI, PAN, PRD, PT y PVEM de ambas cámaras del Congreso, donde surgió una discusión toda vez que panistas y priístas llegaron con una propuesta que las demás fuerzas políticas, y especialmente los perredistas, rechazaron.
Mientras el coordinador de los senadores del PRD, Jesús Ortega, y el de los diputados del sol azteca, Martí Batres, propusieron que en el diálogo solicitado por el EZLN participaran en pleno los integrantes de las comisiones unidas del Congreso, panistas y priístas plantearon que los zapatistas sean recibidos y escuchados exclusivamente por la subcomisión dictaminadora del Senado -ya conformada- y su similar de la colegisladora.
Es decir, que diez senadores y diez diputados -que tienen a su cargo el dictamen- representen al Congreso en el diálogo. Tanto Ortega como Batres advirtieron que ello significa regatear el espacio de interlocución a los zapatistas, pero el coordinador de los senadores del PAN, Diego Fernández de Cevallos, insistió en que debe ''darse su lugar'' a la subcomisión dictaminadora.
Al final, se impuso la mayoría PRI-PAN, aunque en la propuesta que llevaron al EZLN se incluye que además de los diez senadores y diez diputados, podrán asistir todos los legisladores que estén interesados en ello. Se deja a los delegados zapatistas definir la fecha del diálogo y, por lo que toca a la sede, se mantuvo el criterio de que sea en el recinto del Senado en Xicoténcatl.
Al término de esa reunión, Batres externó su molestia. Dijo que panistas y priístas cerraron la posibilidad de un encuentro con las comisiones dictaminadoras en pleno. ''Pretenden realizar una reunión casi imperceptible o clandestina'', dijo. Insistió en que se requiere mayor flexibilidad, ya que si los coordinadores de las fracciones del tricolor y el blanquiazul no están de acuerdo en que los comandantes sean recibidos por las cámaras, por lo menos no se debe cerrar la posibilidad de que vayan a las comisiones dictaminadoras.
Por su parte, Fernández de Cevallos declaró que su fracción no va a aprobar la iniciativa de la Cocopa tal como está, ya que requiere cambios de fondo, sobre todo para dejar muy claro el respeto al nivel municipal.
Después de esa discusión, los integrantes de la Cocopa llegaron pasadas las 16:30 a la cita con el EZLN. Estuvieron reunidos poco más de hora y media con el subcomandante Marcos y los 23 comandantes.
El encuentro, a decir de varios de los senadores y diputados, se realizó en un ambiente de cordialidad y respeto. Incluso, según declararon al final los legisladores Felipe de Jesús Vicencio, del PAN, y el perredista Rutilio Escandón, la comandancia zapatista ''demostró una gran confianza'' hacia el Poder Legislativo y la disposición de lograr un acercamiento respetuoso con el Congreso.
Los miembros de la Cocopa no quisieron abundar lo tratado con Marcos, en el ánimo de restablecer la confianza de los rebeldes hacia el órgano de coadyuvancia, sobre todo después de que reiniciaron la comunicación con el EZLN y lograron el compromiso de abocarse a las tareas a favor de la paz.
Finalmente, la comisión dio a conocer un escueto comunicado en el que resalta la trascendencia del reinicio de la comunicación con el grupo rebelde y el compromiso de fortalecer el diálogo ''respetuoso, franco y cordial''.
¤ Los extranjeros hemos venido a México a aprender, dice Vázquez Montalbán
Unen su palabra intelectuales y zapatistas en una reunión afable y sin grandilocuencias
¤ El acto en el Zócalo, uno de los más felices días de mi vida, expresa José Saramago
JESUS RAMIREZ CUEVAS Y RAMON VERA HERRERA
Al filo del mediodía, con un cielo brillante envolviendo a todos los presentes bajo un calor intenso, aliviado a ratos por un viento suave, José Saramago, Pablo González Casanova, Alain Touraine, Elena Poniatowska, Bernard Cassens, Carlos Montemayor, Manuel Vázquez Montalbán, Carlos Monsiváis y los comandantes David, Tacho, Esther, Zebedeo y el sub Marcos, intercambiaron su palabra ante un nutrido grupo de estudiantes, acádemicos, representantes indígenas y sociedad civil.
No puede pasarse por alto la importancia del encuentro. De aquí no surgió un programa de lucha ni una declaración de unidad de los movimientos sociales en el mundo. Pero si algo quedó claro en este acto afable y sin grandilocuencias, casi un reposo después de la fuerza acumulada en días anteriores, es la extrañeza de estar ante un movimiento que, pese a haber surgido de las comunidades arrinconadas, tiene alcance mundial en un momento en el que parecían anulados el sueño utópico y las posibilidades surgidas de los movimientos sociales.
Respeto a las diferencias
José Saramago, premio Nobel de Literatura, fue el primero en hablar. Su intervención fue muy emotiva y reveladora a la vez. En primera persona, el autor de La caverna contó su experiencia ante la llegada de la marcha zapatista a la capital.
''Ayer, en el Zócalo de México -dijo el escritor- ha sido uno de los más felices días de mi vida, de los más emotivos, de los que me han logrado contrarrestar algún pesimismo que me caracteriza en relación con el género humano. Me he dado cuenta que es posible una relación humana que se base en el respeto humano y también el respeto de las diferencias, el respeto del otro''.
Saramago fue más preciso:
''En el Zócalo de México, en esa especie de encuentro de espíritus, de cuerpos, de sentimientos, de emociones. Yo no creo que alguna vez, en algún espacio del mundo -y yo tengo el recuerdo de mi propia revolución de hace 26 años-, no recuerdo un momento más emotivo que lo que he vivido ayer''.
El escritor portugués señaló: ''Tenemos puestos en vosotros (el EZLN) todas las mejores esperanzas que el ser humano pueda alimentar en su espíritu. Claro que no estáis ahí para ser nuestros maestros. Tampoco somos sencillamente vuestros discípulos, porque no es de eso de lo que se trata. Pero hay un momento en la vida en que uno se encuentra con la posibilidad de ser, ser efectivamente lo que se es. Ser en el respeto que uno tiene que tener con todos y todos con cada uno. Y esa es mi esperanza, mi esperanza personal''.
Al admitir que Europa es un continente ''demasiado viejo para tener ideas nuevas'', el autor de Ensayo sobre la ceguera agregó: ''La mirada que está puesta aquí, no imaginemos que es todo el viejo continente que nos está mirando con respeto, admiración y con esperanza''. Y criticó a quienes en los medios ''sensiblemente desinformado o sensiblemente mal intencionado, ha tratado de hacer de todo esto nada más un movimiento de carácter floclórico, lírico, idílico, cuando de lo que se trata es de la realidad más dura, una de las realidades más duras del mundo, que es la condición del indígena, que carga con todo el peso de una maquinaria mundial que está sentada no sólo en las riquezas naturales del planeta, sino también del ser humano''.
Al final, José, como le dicen sus lectores más íntimos, insistió en que los zapatistas y "los indígenas que lo tenéis todo muy claro, creo que nunca en mi vida, por lo menos en los tiempos más recientes, he visto a un pueblo o a una parte de un pueblo que tenga más claro lo que entiende puede ser su porvenir. Y nosotros os estamos mirando agradecidos''.
Vino después el turno de Pablo González Casanova. Después de narrar un cuento -primero en náhuatl y luego en castellano- que tradujera su padre, intentó explicar su sentido y lo vinculó con el pr imero de los siete mensajes zapatistas a la ciudad de México. Para él, pedir ayuda ''a los hermanos y hermanas que cargan la vida en la espalda'', al igual que para la comandancia, conferirá al movimiento ''una de las siete llaves'', y citó dicho mensaje: ''Si ellos entran contigo, más fuerte será la voz de todos''. Reconoció que convocar a ''los que somos", escucharlos, es una de las fuerzas de este movimiento. Por eso explicó que un joven puede ser más viejo por sabio que por viejo, que puede saber más "de las cosechas y de las luchas". O que hay que escuchar las enseñanzas de los jóvenes, o "ciertas expresiones y ritos de los más viejos. Que son, a la vez, un obstáculo para salir del pasado, y fuentes de experiencias y esperanzas, que no debemos olvidar". También advirtió a "los señores del poder y del dinero. Sean corteses, con respeto y sin paternalismo. Ojo, sin ningún paternalismo. Hablen en forma práctica de cómo van a cumplir con los derechos de los pueblos indios. No intenten sustituir los problemas sociales de los muchos con soluciones personales de los pocos... Acuérdense que hablan con quienes han hecho de la dignidad la ley del respeto a uno mismo y a los demás'', y remató: "Cúmplanles las tres señales a los zapatistas, o hagan lo que el saltamontes sordo, que se despidió, voló y se fue. Si tienen sordera histórica, despídanse y váyanse, vuelen. Que aquí se queda el gran nosotros''.
El siglo de la memoria: Touraine
Alain Touraine rememoró la única ocasión en que se ha sentido emocionado, como ahora, y eso fue con el movimiento Solidaridad, en la Polonia de los ochenta. Y planteó las dos importancias que el zapatismo configura para los movimientos sociales. ''La primera es que el mundo entero, digamos todas las izquierdas, están buscando un nuevo lenguaje. Porque no creemos más en la dominación de la sociedad, de la historia, del futuro, del progreso. Estamos desilusionados con los grandes intentos de construir una sociedad nueva. Y al final de un siglo de tantos totalitarismos y autoritarismos, estamos finalmente convencidos que la cosa más importante es respetar los derechos humanos fundamentales''. Señaló entonces ''que ningún movimiento social en el mundo ha contribuido tanto a crear este nuevo lenguaje''. Apuntó también que una característica fundamental del movimiento zapatista que lo ha sorprendido es haber vinculado ''el nivel cultural, de base", con toda su acción, en un movimiento "de defensa de comunidades amenazadas de desaparición y de destrucción". Así, "la defensa de la existencia cultural de los indígenas no puede separarse de la ampliación de la democracia mexicana". Touraine insistió en que la renovación de la nación no debía buscar "una nación integradora para llegar a formar el mismo tipo de gente en todas partes sino una nación respetuosa de sus diferencias internas, al mismo tiempo que respetuosa de las necesidades de la ciudadanía".
Por último, después de un decenio en el que todo mundo declaraba que no se podía nada contra los mercados financieros, que están "por encima de todos los poderes", salvo la denuncia, aquí en México se escucha "de manera muy fuerte, la idea de que sí se puede hacer algo, y que el momento del silencio ya se acabó". Esto, según Touraine, confiere al zapatismo importancia internacional.
Visibilidad indígena, dignidad de las mujeres
Vino el turno de Elena Poniatowska, quien puso el acento en la nueva visibilidad de los indígenas, quienes han asumido la palabra cuando que por años, pese a las grandes obras de la literatura y la antropología, los mexicanos "pasmados" los habíamos escuchado a medias. "Ahora son ellos mismos, los indígenas, quienes se cuentan... y nos abren el entendimiento". Para ella, son las mujeres quienes hablarán ante el Congreso y han recobrado una nueva dignidad.
Lo central es que "los zapatistas han puesto a prueba nuestra democracia. No vienen a firmar la paz, sino a abrir el diálogo y han invertido el concepto de democracia al enseñarnos que las decisiones deben venir desde abajo", dijo. "El levantamiento zapatista seguramente tuvo mucho que ver con la caída del PRI... Si se reconoce la legitimidad y la importancia del zapatismo y se cumplen las peticiones de las comunidades indígenas, los cambios en nuestro país pueden ser radicales'', concluyó.
Una internacional de rebeldías
Otro de los invitados, Bernard Cassen, quien participó como profesor universitario y como responsable del movimiento Attac de Francia, habló de la noción de patrimonio cultural y de su contradicción con el neoliberalismo.
Una vez que señaló que, en materia de patrimonio cultural, los neoliberales actúan ''como una dominación que se sitúa entre Disneylandia y talibanes'', indicó que "el zapatismo es totalmente incompatible con este proyecto liberal, como lo son muchos otros movimientos, no solamente en Francia y en Europa, sino en todo el mundo. Esa internacional rebelde se concretó en el mes de enero pasado en el Foro Mundial Social de Porto Alegre". Cassen deseó la incorporación a este proceso de resistencia mundial.
La lengua, conciencia de los pueblos
Después de dirigirse en maya a los congregados en el campo deportivo de Villa Olímpica, Carlos Montemayor tradujo enfatizando que "no hay una lengua superior a otra", y "una de las riquezas de México es su diversidad de lenguas. Una riqueza que debemos cuidar, porque son el alma de todos los pueblos de México". Por eso, agregó, "debemos cantar en todas ellas, escribir en todas ellas, pensar en todas ellas. Las lenguas tienen un mismo fin: despertar la conciencia de los pueblos". Montemayor reconoció que esa voz no se quiere oír pero "está aquí, con ustedes, más viva y poderosa que nunca". Fue su forma de reconocer la lucha del EZLN y del Congreso Nacional Indígena por hacer que su voz "resuene a través de reformas impostergables en la Constitución mexicana".
Cultura de la resistencia
En su momento, Manuel Vázquez Montalbán dijo que el neozapatismo "ha dado comienzo a la cultura de la resistencia del siglo XXI", y sintetizó la razón de la presencia internacional que ha acompañado la lucha del EZLN: "Los extranjeros hemos venido a México a aprender".
Observador acusioso de procesos sociales y culturales, Vázquez Montalbán confirmó que el zapatista no era "un movimiento mesiánico, imbuido de la misión de cambiar la historia, misión encargada por Dios o por la propia historia. Era un movimiento que inculcaba a la sociedad civil de una sociedad teóricamente democrática que fuera responsable de que la democracia se cumpliera realmente".
La idea de sociedad civil, nacida en Europa, encontró aquí "su sentido exacto", dijo el ensayista y periodista. "El movimiento indígena y los zapatistas introducían el concepto válido para las próximas décadas: la vigilancia de una vanguardia social para que la política responda a las necesiades objetivas de la ciudadanía, esté donde esté esta ciudadanía y venga de donde venga".
También el lenguaje político ha sido renovado por el EZLN, señaló Manuel Vázquez. "No escuchábamos las palabras tradicionales de los movimientos revolucionarios anteriores". En su enumeración de las sorpresas que ha develado el zapatismo, el periodista explicó que "el movimiento zapatista se convertía en el pionero en la nueva dialéctica de este siglo", que plantea la relación entre el globalizador y el globalizado.
El 11 de marzo "fecha histórica"
Carlos Monsiváis calificó de histórica la llegada del Ejército Zapatista de Liberación Nacional a la ciudad de México, y analizó lo ocurrido en la manifestación del pasado domingp. Fue "la gran ceremonia de inclusión. Además fue una victoria política y cultural. 'No estoy solo' podría haber sido la consigna complementaria de cada uno de los presentes", dijo el escritor y cronista.
"Fue un acto contra el racismo, la segregación, la discriminación, el sexismo, la intolerancia, la homofobia", enumeró.
"El retorno a las armas es imposible no sólo por el altísimo costo humano, sino porque desterrar la violencia ya es asunto de tantos, que bien podíamos decir que es asunto de todos, con sus tristes excepciones", señaló con el acotumbrado sentido crítico de sus observaciones.
Así como la izquierda hizo muy mal en menospreciar a los votantes de Vicente Fox, los que se burlan de la marcha zapatista con el rencor y el candor que le son propios, confunden su mirada de prejuicio con el entendimiento.
Monsiváis externó su preocupación de que en el futuro todos los mexicanos, incluidos empresarios y funcionarios de gobierno, "hagan suyas las ventajas imponderables de la cultura".
En el "nuevo nosotros, formalizado en el Zócalo de la ciudad de México", dijo el escritor mexicano, es "imprescindible reconocer el gran papel de las artes y las humanidades, de todas las tradiciones. Si hay en la organización comunitaria un mandar obedeciendo, en la cultura debe instaurarse un preservar ampliando". añadió.
Claridad y sencillez
Después de los intelectuales vino el turno de los delegados zapatistas. De nuevo, en una actitud inusual en los políticos tradicionales, David, Tacho y Esther, pudiendo hacer arengas y pronunciamientos encendidos fueron parcos, sencillos, conmovidos por el respaldo y porque, como dijo David, sabiendo "que hay personas buenas y honestas que de una manera verdadera hacen suyas las causas de lucha de los pueblos indios, una lucha que es en beneficio de todos los hombres y mujeres del mundo", le daban las gracias hoy a esa personas "que nos honran, y que nos ayudan en nuestro caminar, en nuestra lucha, en nuestro peregrinar".
La comandanta Esther también agradeció a quienes "entienden lo que estamos buscando y por qué luchamos''. Y agregó que en efecto, la lucha del EZLN no es sólo política, sino en defensa de la cultura porque "no queremos que desaparezca" ni la lengua materna, ni la forma de vestir "como se vestían nuestros abuelos, porque no queremos despreciar a nadie, ni sus formas propias de curarse".
Tacho fue el más parco. Sólo agradeció "que estén con nosotros en nuestras fatigas, nuestras luchas y búsquedas de vivir". Y para terminardeclaró: "Su corazón es grande como el de nosotros. Eso es muy esperanzador".
La lucha por la dignidad
El subcomandante Marcos aprovechó para saludar a quienes en la cultura "luchan por su dignidad", y pasó a contar una historia acerca de unos jugadores de ajedrez que, indiferentes a un indígena que les pregunta a qué juegan, le contestan como si lo supieran todo.
Despues de varias veces "el indígena no dice nada. Sigue mirando y se va. Al poco tiempo regresa trayendo algo consigo. Sin decir más, se acerca a la mesa de juego y pone en medio del tablero una bota vieja y llena de lodo. Los jugadores se desconciertan y lo miran con enojo. El indígena sonríe maliciosamente mientras pregunta: ¿jaque?". Marcos se quita la bota y la pone sobre la mesa.
El mapa de la tragedia
En una intervención llena de alusiones el subcomandante tejió otra de las imágenes que requería: "Si un hombre atravesara el paraíso en un sueño, y le dieran una flor como prueba de que había estado ahí, y si al despertar encontrara esa flor en su mano, entonces qué".
Entonces cambió de tono:
"En esta marcha de la dignidad indígena los zapatistas hemos visto parte del mapa de la tragedia nacional, que no tiene horario triple A en los noticieros radiales y televisados...
''En esta marcha, los zapatistas también hemos visto parte de los Méxicos rebeldes y de su verse a sí mismos y ver a los otros. Que eso, y no otra cosa, es la dignidad.
''Los Méxicos de abajo, particularmente el indígena, nos hablan una historia de lucha y resistencia que viene de lejos y que palpita en el hoy de cada lugar. Sí, pero también es una historia que mira hacia adelante.
De las montañas al Zócalo
''Desde las montañas del sureste mexicano hasta el Zócalo de la ciudad de México, los zapatistas hemos atravesado un territorio de rebeldía que nos ha dado una flor de dignidad morena, como prueba de que estuvimos ahí.
''Hemos llegado al centro del poder y encontramos que tenemos esa flor en las manos, y la pregunta, como en Coleridge, es: ¿y entonces,qué?".
El final de sus palabras Marcos se concentró en hablar del sueño de dignidad que es el movimiento indígena, a contrapelo de lo que el neoliberalismo pareciera no comprender.
"Se quiere acotar la lucha india al marco del pasado. Algo así como el pasado nos alcanza con las deudas pendientes, para usar el lenguaje mercadológico tan de moda. Como si saldar esas cuentas fuera el disolvente eficaz para borrar ese pasado, y pudiera así reinar sin problema alguno, el hoy, hoy, hoy, que el Fox usó como plataforma electoral y ahora usa como programa de gobierno. El mismo hoy, que el neoliberalismo ha convertido en credo religioso".
Ese hoy, presente perpetuo, es la estrategia para borrar la historia de los pueblos, señaló.
"El Fox dice y se dice, que ya toda lucha progresista terminó con su llegada al poder. Sus intelectuales y promotores de imagen, si es que hay alguna diferencia entre ellos, disparan al reloj de la historia para detener la hora y asegurar así que no hay más mañana que el hoy que ellos presiden...
''La lucha indígena mexicana no ha venido a retrasar el reloj... No, los pueblos indios hemos venido aquí para darle cuerda al reloj y asegurar así que llegue el mañana incluyente, tolerante y plural, que, dicho sea de paso, es el único posible", concluyó.