¤ La caravana de la dignidad indígena hace temblar a los hombres del dinero, dice
Marcos: el poder empresarial y la derecha política, asustados ante la marcha zapatista
¤ Ya no escucharemos callados sus insultos, advierte el subcomandante en Xochimilco
JESUS RAMIREZ CUEVAS Y RAMON VERA HERRERA
En un acto emotivo realizado en el Deportivo Xochimilco, el subcomandante Marcos arremetió contra las críticas y el miedo que ha despertado la marcha zapatista ''en la cúpula empresarial y la derecha política''.
Ante una multitud de jóvenes citadinos, indígenas de todo el país, sindicalistas y familias de los pueblos de esta zona, Marcos señaló que la caravana del EZLN, más los representantes de los pueblos aglutinados en el Congreso Nacional Indígena, llegaron a este lugar ''en medio de los ataques del poder empresarial y la derecha política, asustados ante el crecimiento del color de la tierra''.
En esta población, donde el 4 de diciembre de 1914 Emiliano Zapata y Francisco Villa firmaron el Pacto de Xochimilco, el subcomandante insistió: ''El miedo perturba ya la deteriorada percepción de los empresarios. Hoy la marcha de la dignidad indígena hace temblar al dinero, quien histérico intenta borrarla como si fuera posible borrar los cimientos y todavía disfrutar la terraza de lujo y el confort''.
En su primer acto en la zona urbana de la ciudad capital, Marcos advirtió a empresarios y políticos de derecha: ''Ya no escucharemos callados sus insultos, ya no quedarán impunes sus amenazas, ya no nos humillarán más''. La voz sumisa de los indígenas ya no será, tampoco, ''un murmullo que agache la cabeza'', aseveró. ''Ahora será el grito que levanta la cabeza y que los obligará a ustedes a vernos como somos y a aceptarnos como somos''.
Enseguida, conminó a los ''señores del dinero'' a que ''no se preocupen, nosotros no venimos a explotar a nadie, así que no les haremos competencia. Bajen la voz y escuchen, porque ya hay otra voz que no viene a robar o a imponer, sino a algo más grave, a tomar su lugar''.
Se recordó la llegada de Zapata y Villa
Antes de llegar al deportivo de esta demarcación, la caravana salió de Milpa Alta y recorrió varios pueblos de la zona rural. A su paso, los 24 delegados zapatistas encontraron a cientos de personas que los apoyaban y algunos que salieron a la calle a cuestionarlos.
En Tecómitl, muchas familias campesinas urbanizadas los vitorearon. En el centro de este pueblo había mantas de bienvenida del Movimiento Democrático Momoxco, del PRD y organizaciones de colonos. Pasaron por San Sebastián y San Isidro, donde encontraron una recepción cálida. Al llegar al mercado de Tulyehualco, un millar de comerciantes y vecinos les aplaudieron; algunos agitaban camisetas con la figura de Marcos y a lo largo de las calles familias enteras los saludaban con la mano. Algunas pintas de las bandas locales les daban la bienvenida.
Al llegar a San Gregorio, algunos jinetes que portaban banderas del EZLN acompañaron la caravana hasta un punto donde una congregación numerosa detuvo el paso de la comitiva y obligó al subcomandante Marcos y a los comandantes David, Tacho y Zebedeo a bajar para dirigirles un mensaje. El convoy continuó su camino por Santa Cruz y Nativitas, antes de llegar a Xochimilco.
En la cancha deportiva donde se desarrolló el mitin la multitud colmaba las gradas y la mitad del campo de futbol; la asistencia fue calculada en 15 mil personas.
Ahí, un representante de Iztapalapa entregó el bastón de mando de los pueblos de ese lugar a los delegados del EZLN. ''Este bastón está ligado a nuestra forma de vivir; en esto todos los compañeros cooperaron con una plumita. Así que este bastón, que estuvo guardado hace tanto tiempo, lo entrego con toda emoción para que llegue a buen término la liberación tan esperada''.
Una mujer de Xochimilco también entregó el bastón de mando de los pueblos y barrios de esta demarcación.
Filiberto Fuentes habló en nombre de la sociedad civil. ''Es un honor para nosotros, los zapatistas de ayer, recibir a los zapatistas de hoy, porque aquí siguen vivas las mayordomías, nuestros cargos, nuestro trabajo por la tierra. Xochimilco busca también una nueva relación entre el Estado y los pueblos indígenas, porque aquí hay muchos conflictos agrarios por la mala planeación urbana a favor de las inmobiliarias y por la expropiación de los ejidos, por los comités vecinales que no corresponden a nuestra organización barrial. Recuerden que aquí las comunidades siguen desde siempre el principio democrático del mandar obedeciendo'', dijo.
Otra mujer, Anáhuac González, habló a nombre de los indígenas de Xochimilco. Ella describió cómo ''las comunidades tradicionales campesinas resisten en las laderas de las montañas, la ribera del agua y la chinampería, a la creciente urbanización y proletarización. Queremos permanecer y nos negamos a morir y ver perdida la chinampa, el bosque y el agua. Tenemos una tradición de la que somos herederos. Recuerden que esta región fue estratégica cuando llegó el Ejército Libertador del Sur, por ser nosotros los abastecedores del agua. Aquí, cuando llegó Zapata, se le unieron los pueblos''.
Ahorita sabemos que tenemos rostro propio
Enrique Romero saludó a los zapatistas diciendo: ''Sean bienvenidos a esta tierra nuestra, que tambien es suya''. Y después de reiterar los problemas que aquejan a estos pueblos originarios y recordarles que los colonos, los jubilados, los comuneros y los pequeños comerciantes apoyan a los zapatistas, reclamó que ''día a día es más difícil vivir en estas tierras. Matan nuestra historia, quieren que olvidemos, pero aquí recordamos a Genaro Vázquez, a Lucio Cabañas y Arturo Gámiz, que nos enseñaron que la dignidad no se mendiga, la dignidad se defiende''.
Por el CNI, tomó la palabra Mary Chuy Patricio, quien recordó a los asistentes que los días 2, 3 y 4 de marzo, reunidos en Nurio los pueblos indígenas de México, se escuchó la voz de las montañas; entonces, ''los delegados al tercer Congreso Nacional Indígena vimos que era necesario reforzar la casa de todos y acordamos sumarnos a esta gran caravana que llegó al Distrito Federal para hacer escuchar nuestra voz en el Congreso de la Unión''.
Después de los comandantes Fidelia, Zebedeo, Tacho y David, Marcos agradeció a los habitantes de Xochimilco ''la hospitalidad para con los pobres que luchan y la solidaridad con las causas justas''. Al recordar el momento en que Emiliano Zapata y Francisco Villa se encontraron aquí, en 1914, el jefe rebelde señaló: ''La revolución de abajo encontró apoyo y sustento en los de abajo, en el color de la tierra''.
Dijo que ''el Ejército Libertador del Sur no sólo representaba a los sectores más empobrecidos del país y sus aspiraciones, sino también representaba una nueva forma de enfrentarse al poder. No se trataba de tomarlo y ejercerlo. Sino que el gobierno, quien quiera que lo detentara, cumpliera las demandas de la gente. Pegados al pueblo, los zapatistas nunca pudieron ser domesticados, por eso el poder del dinero los repudió y llamó a Emiliano Zapata el Atila del sur''.
El jefe militar y vocero del EZLN dio a conocer su sexto mensaje, de siete, que dirigirán a la ciudad de México:
''Amaneciendo el séptimo día del paso que nacimos colectivo será vedada la palabra. Sobre los hombros del trigo pan seremos con los todos que somos. La tierra que se crece hacia arriba abrirá sus ojos y oídos al paso del color de la tierra, es decir, nos abrirá los brazos. El día repetirá el uno en el espejo y la rebeldía reiterará la historia. Marzo verá el silencio hecho añicos y otra voz, la morena, voz será entre todas las voces que cantan''.