Terrorismo
Frente Zapatista de Liberación Nacional

Alto a la guerra y al racismo

Una vez más, la guerra global amenaza a la humanidad. Los acontecimientos del pasado 11 de septiembre en EU y la respuesta belicista del gobierno de ese país, profundizan y exacerban el estado casi permanente de guerra, impuesto a los pueblos por quienes detentan el poder político y económico.

Los ataques terroristas en ciudades de Estados Unidos han conmocionado al mundo. La gravedad de los ataques es mayúscula y terrible por el número de víctimas civiles inocentes. No hay nada que los justifique.
Ahora, sobre el dolor de las víctimas, los hombres del poder y el dinero, los comerciantes de la guerra, quieren construir una legitimidad que no tienen, lanzando todo su poderío militar contra un enemigo indefinido, pero apuntando hacia naciones devastadas por las guerras y políticas económicas impuestas por el injusto desorden mundial, y cuya población civil ha sido siempre la que sufre las consecuencias. Esta vez, parece que los misiles norteamericanos de alta tecnología no harán la excepción: los pueblos seguirán poniendo las víctimas en esta cruzada vengativa. Incluso, la sola amenaza de acciones militares en Afganistán, ha cobrado sus primeras víctimas: los miles de desplazados que han sido arrancados de su vida cotidiana y tratan de sobrevivir, atrapados en las fronteras.

Como siempre, quieren dividir a la humanidad para salir ellos, los menos, beneficiados; así como han enfrentado a los pueblos de una nación contra otros, ahora quieren profundizar la división, incentivando los odios raciales para esconder el verdadero interés de los poderosos: controlar totalmente amplias regiones del planeta y sus recursos naturales. Por eso estigmatizan a todos los pueblos árabes y a los que profesan la religión y cultura musulmanas, como si todos fueran criminales.

Pero la ofensiva militar, económica, política e ideológica de los señores de la guerra, no sólo se desarrolla contra los pueblos árabes. También se desarrolla contra todos aquellos que nos negamos a permanecer sumisos ante el desorden mundial que quieren mantener los grandes señores del dinero y los gobiernos a sus órdenes. En todos lados, la derecha aprovecha para atacar los pocos derechos civiles y humanos que aún persisten y han sido conquistados con innumerables luchas populares. Con la fórmula absolutista "el que no está conmigo está contra mí", el policía imperial y sus comparsas nacionales, atacan todo lo que consideran oposición a su forma de pensar y actuar. Es el caso, por ejemplo, de lo que está pasando dentro de los propios EU: quieren que el pueblo norteamericano los apoye en su nueva aventura belicista; por eso manipulan el sentimiento popular y buscan someter a los ciudadanos norteamericanos que no quieren más guerras, restringiendo los derechos civiles y democráticos. O el caso de nuestro país, donde el gobierno mexicano se muestra servil y dispuesto al apoyo incondicional al belicismo del gobierno de Bush, sin tomar en cuenta el parecer del pueblo y debilitando, aún más, si esto es posible, la soberanía nacional.

Lo que muestra claramente esta nueva dimensión de la crisis mundial, es que este mundo, tal como lo vivimos y sufrimos, es insostenible; tal como está, no tiene futuro. Es necesario transformarlo, reinventarlo, hacerlo de nuevo. Pensamos que otro mundo es posible.

La guerra, el terrorismo de uno y otro bando, no son el camino. El camino de la esperanza sólo puede ser aquel que se transita a favor de la vida y la humanidad, con democracia, con libertad y con justicia.

¡No a la guerra! ¡No a los ataques a nuestros derechos ciudadanos y humanos!

¡No al racismo y la exclusión! ¡Sí a la lucha por la humanidad y contra el neoliberalismo!

¡Por un mundo donde quepan todos los mundos!